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FAO: La mecanización agrícola sostenible tiene mucho que ofrecer al África subsahariana

29 de septiembre de 2016, Roma - Alimentar a la creciente población mundial requerirá mejoras significativas en la productividad agrícola, sobre todo en África, y la mecanización –con estrategias adecuadas- puede desempeñar un papel fundamental, según un nuevo informe de la FAO.




Este proceso debe conducirse de forma que satisfaga las necesidades de los pequeños agricultores y no requiere un enfoque similar a una Revolución Verde, con elevados niveles de insumos agroquímicos y labores de arado destructivas que pongan en peligro la salud y fertilidad del suelo, según señala el estudio.

La mecanización agrícola: un insumo clave para los pequeños campesinos de África subsahariana subraya que la mecanización rural en el siglo XXI debe ser respetuosa con el medio ambiente, viable económicamente, asequible, adaptada a las condiciones locales y, en vista de la situación actual de los patrones meteorológicos, “climáticamente inteligente”. .

La mecanización abarca todos los niveles de las tecnologías agrícolas y de procesado, desde herramientas manuales básicas y sencillas a equipos motorizados más sofisticados.

Su ámbito se extiende mucho más allá de la labores de labranza y puede contribuir al aumento de la productividad y a la creación de nuevos empleos en las etapas de post-cosecha, procesado y comercialización en los sistemas alimentarios locales y globales.

Tal y como están las cosas, dos tercios de la energía utilizada en preparar la tierra para la agricultura en África subsahariana procede de la fuerza humana. En comparación, este porcentaje es del 30 por ciento en Asia meridional y aún más bajo (25 por ciento) en América Latina.

"No cabe duda de que la aplicación de energía agrícola a las herramientas, aperos y máquinas apropiadas es un insumo agrícola esencial en África subsahariana, con el potencial de transformar la vida y la economía de millones de familias rurales", aseguró el Director General Adjunto de la FAO, Ren Wang, al frente del Departamento de Agricultura y Protección del Consumidor.



"La mecanización agrícola, en su sentido más amplio –añadió-, puede contribuir significativamente al desarrollo sostenible de los sistemas alimentarios a nivel mundial, ya que tiene el potencial de hacer que las actividades y tareas de post-cosecha, procesado y comercialización más eficientes, eficaces y respetuosas del medio ambiente”.

La FAO hace hincapié en que obtener los frutos de una mecanización que potencie la productividad en África subsahariana depende de hacer disponibles y accesibles los medios adecuados de suministro de energía agrícola. Aquí se incluyen desde animales de tiro a tractores de dos y cuatro ruedas. Existe una amplia variedad de equipos agrícolas -que abarcan todo el espectro de la mecanización- para la siembra de precisión con una perturbación mínima del suelo, la siembra eficiente y el trasplante de plántulas, la aplicación de insumos, la recolección y el transporte, el procesado y el valor añadido. Por eso es importante garantizar sistemas de tenencia de la tierra y de crédito adecuados para fomentar inversiones en mecanización.

La intensificación sostenible de la producción agrícola incluye la protección del suelo, amplios cultivos de cobertura y la labranza mínima: todos ellos principios clave del paradigma "Ahorrar para crecer" de la FAO, basado en el ecosistema y que apoya en forma directa a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, especialmente el Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS2) de "poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible".

Beneficios de la mecanización en África

Según Josef Kienzle, experto de la FAO y uno de los autores principales del informe, la mecanización permite a los pequeños productores tanto intensificar y ampliar la producción agrícola, como hacer que algunos miembros de la familia logren un empleo e ingresos no agrícolas. A medida que hay cada vez más jóvenes africanos rurales que emigran a los centros urbanos, la región puede verse enfrentada a la escasez de mano de obra, unida a una creciente demanda de alimentos que deben enviarse a las ciudades. La mecanización puede ayudar a los campesinos -a menudo ancianos y mujeres- que permanecen en las zonas rurales a seguir el ritmo de unas necesidades de producción mayores, contribuyendo así al aumento de la seguridad alimentaria y la mitigación del cambio climático. Esto puede lograrse cuando hay instalados centros de servicios de mecanización del sector privado bien gestionados y los servicios están al alcance.



Las intervenciones del sector público para ayudar en este proceso incluyen proporcionar incentivos específicos en función de la fuente de energía de la mecanización y el tipo de usuario. "Permite que se creen nuevos y a menudo mejores puestos de trabajo en el sector de servicios, como gestores cualificados de maquinaria, proveedores de servicios de reparación, mecánicos, distribuidores y centros de suministro de repuestos" explicó Kienzle.

Perspectivas de futuro

El objetivo, según Kienzle, es revertir un círculo vicioso en el que los bajos ingresos de los campesinos conducen a un escaso potencial de inversiones en semillas, fertilizantes y maquinaria adecuada, dando lugar a rendimientos reducidos e ingresos aún más bajos. Invertir con éxito la tendencia puede mejorar el bienestar de las familias agrícolas, además de dar una respuesta a la paradoja de que la baja demanda de tractores dificulta a la vez la disponibilidad de piezas de repuesto e incluso combustible, reduciendo en cualquier modo el valor de la inversión en la mecanización.

Este cambio debe ser impulsado por la demanda de los agricultores. Muchas iniciativas anteriores han fracasado, con maquinaria subvencionada o donada que acaba abandonada, debido a la ausencia de piezas de repuesto o servicios de reparación. Muchos países tienen hoy desguaces llenos de tractores y otros equipamientos, que parecían baratos al principio, pero que terminaron saliendo muy caros...

La financiación de la mecanización sostenible es un reto. Si bien gran parte de la moderna tecnología agrícola es hoy en día demasiado sofisticada para ser adecuada para los pequeños agricultores africanos, están proliferando cada vez más opciones.

El informe de la FAO señala que los principales proveedores internacionales de maquinaria agrícola producen ahora equipos más baratos y más adecuados en los países en desarrollo, mientras que también hay diversas nuevas empresas de maquinaria agrícola de Argentina, Brasil, China, India, Turquía y otros países -todavía ninguno de África- centradas en la transferencia de tecnología en beneficio de los pequeños campesinos.

Las cooperativas en varios países -en particular Benín y Nigeria- han tenido éxito ofreciendo a sus miembros servicios de mecanización con rendimientos económicos y sociales positivos, así como una participación amplia y activa. En otros lugares, hay personas que han creado empresas que compran y arriendan equipos a otros pequeños productores.

Etiopía, Ghana, Kenya y Nigeria son todos países que estudian con interés la experiencia de Bangladesh en la mecanización agrícola, que depende en gran medida de tractores diesel de dos ruedas de un solo cilindro, que pueden ser adaptados para accionar bombas de pozo, barcos fluviales, trilladoras, molinos, así como para la producción agrícola. Los campesinos con acceso al uso adecuado de estos tractores de menor potencia pueden operar con sembradoras que depositan las semillas directamente en el suelo con una perturbación mínima, en consonancia con las técnicas de labranza cero o de la agricultura de conservación.




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