Foto de archivo: UNAMA/Fardin Waezi
La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) reiteró su petición a todas las partes del conflicto en ese país a volver a centrar sus esfuerzos en la prevención de daños a civiles.
En la presentación del informe trimestral sobre bajas civiles, UNAMA señaló que entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de este año se produjeron más de 2.500 muertes y casi 5.900 personas fueron heridas.
Esas cifras suponen una disminución del 1% en comparación con las mismas fechas del año pasado.
Los combates terrestres son la principal causa de mortandad de civiles en el país, seguido por los ataques suicidas y los artefactos explosivos improvisados.
UNAMA indicó que la mayoría de víctimas fueron provocadas por fuerzas contrarias al Gobierno, aunque el número de decesos por esta causa se redujo respecto a 2015.
La Misión de la ONU manifestó profunda preocupación por el constante incremento de víctimas entre los niños, registrado a partir de 2013.
En lo que va de 2016 han fallecido 639 niños y 1.822 fueron heridos en Afganistán.
Finalmente, UNAMA notificó un descenso del 12% entre las bajas de mujeres civiles.
Los derechos humanos de todos los afganos, incluidas las comunidades religiosas y étnicas, deben respetarse, señaló este martes un informe de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en el Afganistán (UNAMA), tras el ataque mortal a una manifestación pacífica en Kabul.
El asalto a la concentración tuvo lugar el pasado 23 de julio cuando dos asaltantes suicidas detonaron los cinturones explosivos que llevaban pegados a sus cuerpos contra los manifestantes de la comunidad Hazara, principalmente chiita.
El ataque causó 85 muertos y más de 400 heridos y fue reivindicado por el ISIS.
El informe investigó el contexto en que se llevó a cabo la manifestación y la planificación de las fuerzas de seguridad afganas ante el evento, así como su comportamiento durante la manifestación, la respuesta inmediata al ataque y sus consecuencias.
El reporte concluye que el ataque buscó atacar deliberadamente a los manifestantes con el objetivo aparente de sembrar el terror entre la población civil congregada en el evento y constituyó una violación grave del derecho internacional humanitario, hecho que podría constituir un crimen de guerra.
Además, indica que el asalto tuvo como presunto objetivo a civiles de una etnia y comunidad específicas y resalta su impacto negativo en el derecho a la libre expresión y asamblea de los manifestantes.
La Misión de la ONU señaló que el comunicado emitido por el ISIS tras el ataque empleó un lenguaje a favor del odio religioso y la violencia que ha sido replicado en dos nuevos asaltos a comunidades chiitas.
Finalmente, el informe de UNAMA ofrece recomendaciones para promover el respeto a los derechos humanos de todos los afganos así como la finalización y puesta en marcha de una estrategia para prevenir el extremismo violento.