OPINI脫N de Carola Ch谩vez, Venezuela.- Anunciaban una tormenta, bueno, m谩s o menos. Hab铆an dicho que el lunes comunicar铆an al pa铆s acciones cr铆ticas, definitivas, espeluznantes. Era viernes, y un periodista opositor, en un alarde de creatividad, habl贸 de un fin de semana de tensa calma. La 煤nica tensa calma que not茅 ese fin de semana fue la corredera de 煤ltima hora, t铆pica del comienzo de clases que, casualmente, ser铆a ese mismo lunes cr铆tico y definitivo que anunciaba la MUD.
El lunes, justo cuando el Presidente Maduro inauguraba en el a帽o escolar, cadena nacional, como se hace cada a帽o; justo entonces, en Parque Miranda lleg贸 la hora definitiva.
Se abre el tel贸n: frente a una gran pancarta con mala ortograf铆a, Chuo Torrealba lee un comunicado tan cursi que parece escrito a cuatro manos por Maria Corina y Leonardo Padr贸n. El drama no toca a Ramos Allup, que se burla morisquetero del discurso de Chuo. Lilian se toma selfies. Muchos llegan tarde y se saludan con adecas y sonoras palmadotas en la espalda. Uno a uno, los dirigentes de la MUD toman la palabra, cada qui茅n arrimando su sardina a la brasa electoral. Maria Corina, siempre digna de un Oscar, retorna a la tarima gracias a la nueva amplitud de la Mesa; vemos a Falc贸n con su usual atuendo de ni chicha ni limonada; Ramos Allup, en lo suyo, con su verborrea estridente que transporta a la oposici贸n a aquellos tiempos adecos, cuando eran felices y no lo sab铆an. En pleno delirio adeco entra Capriles, calculando su llegada y con barra de aplaudidores que gritan Ca-pri, Ca-pri, para mostrarle al viejo adeco que solo “Chocolate Nuevo”, el candidato del pasado, es el futuro en esta vaina. Lilian se sigue tomando selfies.
Culmin贸 el acto y el camino definitivo y cr铆tico termin贸 siendo el mismo de siempre: Calle, desacato, y no se pierdan nuestra marcha del 12 de octubre que culminar谩 con un glorioso cacerolazo…
La tensa calma apenas se disipaba, cuando la oposici贸n vio una esperanza: Matthew, la tormenta que, gracias a la virgen dorada de Altamira, ven铆a directo a Venezuela. “Ah铆 Maduro s铆 va a saber lo que es bueno y se va a tener que calar la ayuda humanitaria” –celebraban, chacumbelemente, la posibilidad de ser azotados por una feroz tormenta. Como siempre, la felicidad les dur贸 poco, Matthew se desvi贸 dej谩ndolos, tambi茅n, con los crespos hechos.
El lunes, justo cuando el Presidente Maduro inauguraba en el a帽o escolar, cadena nacional, como se hace cada a帽o; justo entonces, en Parque Miranda lleg贸 la hora definitiva.
Se abre el tel贸n: frente a una gran pancarta con mala ortograf铆a, Chuo Torrealba lee un comunicado tan cursi que parece escrito a cuatro manos por Maria Corina y Leonardo Padr贸n. El drama no toca a Ramos Allup, que se burla morisquetero del discurso de Chuo. Lilian se toma selfies. Muchos llegan tarde y se saludan con adecas y sonoras palmadotas en la espalda. Uno a uno, los dirigentes de la MUD toman la palabra, cada qui茅n arrimando su sardina a la brasa electoral. Maria Corina, siempre digna de un Oscar, retorna a la tarima gracias a la nueva amplitud de la Mesa; vemos a Falc贸n con su usual atuendo de ni chicha ni limonada; Ramos Allup, en lo suyo, con su verborrea estridente que transporta a la oposici贸n a aquellos tiempos adecos, cuando eran felices y no lo sab铆an. En pleno delirio adeco entra Capriles, calculando su llegada y con barra de aplaudidores que gritan Ca-pri, Ca-pri, para mostrarle al viejo adeco que solo “Chocolate Nuevo”, el candidato del pasado, es el futuro en esta vaina. Lilian se sigue tomando selfies.
Culmin贸 el acto y el camino definitivo y cr铆tico termin贸 siendo el mismo de siempre: Calle, desacato, y no se pierdan nuestra marcha del 12 de octubre que culminar谩 con un glorioso cacerolazo…
La tensa calma apenas se disipaba, cuando la oposici贸n vio una esperanza: Matthew, la tormenta que, gracias a la virgen dorada de Altamira, ven铆a directo a Venezuela. “Ah铆 Maduro s铆 va a saber lo que es bueno y se va a tener que calar la ayuda humanitaria” –celebraban, chacumbelemente, la posibilidad de ser azotados por una feroz tormenta. Como siempre, la felicidad les dur贸 poco, Matthew se desvi贸 dej谩ndolos, tambi茅n, con los crespos hechos.