La aplicaci贸n masiva de leyes que penalizan el consumo y la tenencia personal de drogas en Estados Unidos genera perjuicios devastadores, se帽alaron Human Rights Watch y la Uni贸n Estadounidense por las Libertades Civiles (American Civil Liberties Union, ACLU) en un informe conjunto. Estas medidas de aplicaci贸n de la ley han tenido tr谩gicas consecuencias para la vida de individuos y sus familias, han discriminado en contra de personas de color y han socavado la salud p煤blica. El gobierno federal y los gobiernos estatales deber铆an despenalizar el uso y la tenencia personal de drogas il铆citas.
El informe de 196 p谩ginas, “Cada 25 segundos: el costo humano de la criminalizaci贸n del consumo de drogas en Estados Unidos” [Every 25 Seconds: The Human Toll of Criminalizing Drug Use in the United States], concluye que la aplicaci贸n de leyes sobre tenencia de drogas provoca perjuicios m煤ltiples e injustificados a personas y comunidades de todo el pa铆s. Las consecuencias a largo plazo pueden separar a familias; excluir a personas de oportunidades laborales, de asistencia social, vivienda p煤blica y la posibilidad de votar; y exponerlas a discriminaci贸n y estigma de por vida. Aunque la tenencia simple de drogas es la principal causa de detenci贸n de personas en EE. UU., los debates principales sobre reforma de justicia penal casi nunca cuestionan si el consumo de drogas deber铆a estar tipificado en primer lugar.
The Human Toll of Criminalizing Drug Use in the United States
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“Cada 25 segundos, alguien es arrojado al sistema de justicia penal, acusado exclusivamente de tenencia de drogas para uso personal”, se帽al贸 Tess Borden, becaria de investigaci贸n Aryeh Neier en Human Rights Watch y ACLU, y autora del informe. “Estas detenciones a gran escala han destruido innumerables vidas, y no han contribuido en absoluto a ayudar a personas que intentan superar la dependencia”.
Las organizaciones entrevistaron a 149 personas procesadas penalmente por consumo de drogas en Louisiana, Texas, Florida y Nueva York —de las cuales 64 se encontraban bajo custodia— y a otros 217 individuos, incluidos familiares de los procesados, funcionarios gubernamentales actuales y de gestiones anteriores, abogados defensores, proveedores de servicios y activistas. Las organizaciones tambi茅n llevaron a cabo un nuevo an谩lisis profundo de datos obtenidos de Texas, Florida, Nueva York y el FBI.
La aplicaci贸n masiva de leyes que penalizan el consumo y la tenencia personal de drogas en Estados Unidos genera perjuicios devastadores.
Uno de los entrevistados fue “Neal”, cuyo nombre, al igual que el de otras personas m谩s, se cambi贸 para proteger su privacidad. “Neal” padece una enfermedad autoinmune poco com煤n y cumple una pena de cinco a帽os en una prisi贸n de Louisiana por tenencia de menos de 0,2 gramos de crack. Cont贸 que, el d铆a que se declar贸 culpable, llor贸 porque supo que posiblemente no llegar铆a a sobrevivir al per铆odo de la condena.
Otro entrevistado es Corey, que cumpl铆a una pena de 17 a帽os en Louisiana por tenencia de media onza de marihuana. Su hija Charlee, de 4 a帽os, nunca lo ha visto fuera de la prisi贸n, y cree que lo visita en su lugar de trabajo. Una tercera entrevistada es “Nicole”, quien luego de permanecer varios meses en prisi贸n preventiva en una c谩rcel de Houston, separada de sus tres hijos peque帽os, finalmente se declar贸 culpable de su primer delito grave. La condena, por tenencia de residuos de hero铆na en un sobre, hizo que tuviera que perder la asistencia financiera para estudios que recib铆a, oportunidades laborales y los cupones de asistencia para alimentos que necesitaba para dar de comer a sus hijos.
“¿Se dan cuenta de lo que est谩n haciendo aqu铆 con las vidas de las personas?”, pregunt贸 “Matthew”, desde la c谩rcel de Hood County, en Texas. “Debido a mi adicci贸n a las drogas, lo 煤nico que hacen es seguir castig谩ndome... Nunca me ofrecieron ayuda. He estado en prisi贸n cinco veces, y eso ha acabado conmigo”.
“Matthew” fue condenado a 15 a帽os de prisi贸n por tenencia de una cantidad tan peque帽a de anfetaminas que el laboratorio ni siquiera pudo pesarla. En el resultado de laboratorio, lo 煤nico que se indicaba era que hab铆a “restos”. La mayor铆a de sus condenas anteriores hab铆an sido impuestas en otros estados, y estaban relacionadas con su dependencia de las drogas.
“Si bien las familias, los amigos y los vecinos esperan razonablemente que el gobierno adopte medidas para prevenir los da帽os potenciales del consumo de drogas, la criminalizaci贸n no es la respuesta”, expres贸 Borden. “Encerrar a personas por usar drogas causa graves perjuicios, y no contribuye en absoluto a ayudar a quienes necesitan y desean recibir tratamiento”.
Cuatro d茅cadas despu茅s de que el presidente de Estados Unidos Richard Nixon declarara una “guerra contra las drogas”, las tasas de consumo no han mostrado una disminuci贸n significativa. Con frecuencia no hay tratamiento disponible para las personas que lo necesitan, y es com煤n que aquellos que consumen drogas se vean obligados a estar en la clandestinidad. Debido a esto, es menos probable que reciban asistencia, y hay m谩s posibilidades de que recurran a pr谩cticas inseguras que los exponen a enfermedades o sobredosis.
Todos los estados y el gobierno federal tipifican la tenencia de drogas il铆citas para uso personal. La mayor铆a de los estados han tipificado como delitos graves la tenencia de peque帽as cantidades de drogas de uso com煤n, como la coca铆na, la hero铆na y las metanfetaminas. Las organizaciones descubrieron que, cada a帽o, se realizan m谩s de 1,25 millones de detenciones por tenencia de drogas, lo cual representa una de cada nueve detenciones a nivel nacional.
A pesar de los se帽alamientos de funcionarios, que sostienen que las leyes sobre drogas se aplican principalmente para combatir la distribuci贸n de sustancias, la cantidad de personas detenidas por tenencia de drogas es cuatro veces superior a la de aquellas detenidas por su comercializaci贸n. En la mitad de los casos de detenidos por tenencia, la acusaci贸n m谩s grave es la posesi贸n de marihuana para uso personal. En 2015, seg煤n datos analizados por las organizaciones, la polic铆a realiz贸 un 14 por ciento m谩s de arrestos por tenencia simple de marihuana que por todos los delitos violentos en conjunto.
La proporci贸n de adultos negros que consumen drogas es similar o incluso inferior a la de adultos blancos; sin embargo, los datos analizados por las organizaciones muestran que los adultos negros tienen dos veces y media las posibilidades que tienen los blancos de ser detenidos por tenencia de drogas, y casi cuatro veces las probabilidades de ser detenidos por tenencia simple de marihuana. En muchos estados, las disparidades raciales eran incluso mayores: por ejemplo, en Montana, Iowa y Vermont, la proporci贸n era de 6 a 1. En Manhattan, la probabilidad de que las personas negras sean arrestadas por tenencia de drogas es 11 veces la probabilidad de que las personas blancas lo sean.
Esta aplicaci贸n normativa racialmente desigual equivale a discriminaci贸n racial seg煤n las normas internacionales de derechos humanos, expresaron Human Rights Watch y ACLU. Las organizaciones indicaron que, como el FBI y la Oficina del Censo de los Estados Unidos (US Census Bureau) no recopilan datos sobre latinos, no fue posible determinar qu茅 disparidades exist铆an en relaci贸n con esa poblaci贸n.
En todo momento, al menos 137.000 hombres y mujeres se encuentran encarcelados por tenencia de drogas. Y varias decenas de miles m谩s son condenados, pasan por c谩rceles y prisiones, y cumplen largos per铆odos de libertad vigilada o libertad condicional, a menudo agobiados por cuantiosas deudas originadas en multas y costos impuestos por los tribunales.
Las personas entrevistadas para el informe hab铆an sido procesadas por peque帽as cantidades de drogas, a veces incluso fracciones de un gramo, que eran claramente para uso personal. El an谩lisis de nuevos datos en el informe sugiere que, en 2015, casi 16.000 personas en Texas fueron condenadas a cumplir per铆odos de c谩rcel o prisi贸n por la tenencia de menos de un gramo de sustancias que conten铆an drogas de uso com煤n, y que en muchos casos bastaba tan solo para unas pocas dosis.
Las legislaturas de los estados y el Congreso federal deber铆an despenalizar el consumo y la tenencia personal de cualquier tipo de drogas, sostuvieron Human Rights Watch y ACLU. En lugar de criminalizar las drogas, el gobierno federal y los gobiernos de los estados deber铆an invertir recursos en programas destinados a reducir los riesgos asociados con el uso de drogas y brindar y facilitar alternativas de tratamiento voluntario para personas que intentan superar la dependencia de las drogas, adem谩s de otras estrategias.
Hasta que se logre una despenalizaci贸n absoluta, los funcionarios en todos los niveles deber铆an reducir al m铆nimo y mitigar las consecuencias perniciosas de las leyes y pr谩cticas vigentes. Las organizaciones formularon recomendaciones detalladas a las legislaturas, la polic铆a y los fiscales de los estados y a otras entidades de los gobiernos locales y estatales, as铆 como al gobierno federal.
“Criminalizar el uso personal de drogas es un desperdicio absoluto de vidas y recursos”, apunt贸 Borden. “Si los gobiernos realmente pretenden abordar el problema del consumo de drogas, deben terminar con el c铆rculo vicioso de las detenciones por posesi贸n de drogas, y enfocarse, en cambio, en estrategias de salud efectivas”.
A continuaci贸n, se presentan testimonios de personas entrevistadas para el informe. Todos los nombres han sido cambiados para proteger su privacidad.
“Cuando eres una persona de color de bajos recursos y consumes drogas, est谩s criminalizado, es decir, eres demonizado, marginado y estigmatizado... Cuando nos encarcelan, no solo estamos encerrados sino que, adem谩s, quedamos afuera. Quedamos afuera de la posibilidad de vivienda…. Quedamos afuera de oportunidades de empleo y otros servicios. Y quedamos dentro de una clase inferior; est谩s encasillado en una clase, ya no eres una persona, solo porque ten铆as drogas”.
–Cameron Barnes, Ciudad de Nueva York, detenido en reiteradas oportunidades por tenencia de drogas por la polic铆a de la Ciudad de Nueva York entre la d茅cada de los ochenta y el a帽o 2012.
“Te meten aqu铆. No tienes ning煤n tipo de contacto con el mundo exterior. Estoy a la espera de los dem谩s. Todo se est谩 derrumbando”.
–Palabras expresadas por Breanna Wheeler desde una c谩rcel en Galveston, Texas, donde se encontraba cumpliendo prisi贸n preventiva luego de que le hallaran residuos de metanfetaminas en un sobre. Breanna es madre soltera, y finalmente se declar贸 culpable de su primer delito y cumpli贸 pena de prisi贸n para poder regresar a su casa con su ni帽a de 9 a帽os.
“He estado aqu铆 cuatro meses, y [mi trabajo] era la 煤nica fuente de ingresos para mi familia... [Les] han cortado el agua desde que estoy aqu铆. Tambi茅n cortaron la luz... Eso es b谩sicamente lo que sucede cuando las personas llegan aqu铆. No solo nos afecta a nosotros, sino tambi茅n a todos los que nos rodean”.
–Testimonio de Allen Searle desde una c谩rcel en St. Tammany Parish, Louisiana, donde cumpl铆a prisi贸n preventiva desde hac铆a casi 100 d铆as.
“Est谩s empezando tu vida de nuevo. Es obvio que si est谩s un tiempo fuera de la sociedad, luego no puedes volver a entrar f谩cilmente. Has perdido todo, tu empleo, el departamento, lo que sea que tuvieras antes, vas a perderlo.... Debido a que comet铆 este delito, estuve en la calle cinco a帽os. Nunca antes hab铆a estado sin techo... Cruzas la puerta de la c谩rcel para salir, y est谩s solo”.
–Descripci贸n ofrecida por Charlie West, un ex param茅dico del Ej茅rcito estadounidense, sobre su situaci贸n luego de haber estado encarcelado por el delito de tenencia de coca铆na en la Ciudad de Nueva York en 2010.
“No entiendo por qu茅 [el antecedente de delito grave] es definitorio. No es que seamos una minor铆a, la verdad es que nos est谩n convirtiendo en mayor铆a. Si hay un tema que para m铆 es importante, no puedo votar y contribuir a que cambien las cosas... Uno no se da cuenta de cu谩n importante es votar hasta que pierdes esa posibilidad. Me condenaron cuando ten铆a 18 a帽os; hasta ese momento nunca hab铆a podido votar... Encontr茅 mi tarjeta de registro como votante. Y pens茅 que era un lindo recuerdo de la escuela secundaria, de cuando a mis amigos y a m铆 nos dieron tarjetas de inscripci贸n. Pero ahora no puedo usarla. As铆 que la tir茅 a la basura”.
–Trisha Richardson en Auburndale, Florida (uno de los tres estados que priva del derecho a voto de por vida), quien fue condenada por tenencia de Xanax y metanfetaminas
“La condena por delito grave va a arruinar mi vida... Es algo por lo que voy a tener que pagar siempre. Debido a mis antecedentes, no s茅 c贸mo ni d贸nde voy a empezar a reconstruir mi vida: ir a la escuela, tener un empleo o recibir beneficios del gobierno est谩n ahora fuera de alcance para m铆. Adem谩s de la pena [de prisi贸n]…. Esto afecta todo mi futuro”.
–Palabras de Nicole Bishop, desde la c谩rcel de Harris County, donde cumpl铆a prisi贸n preventiva luego de que se encontraran residuos de hero铆na en un sobre y residuos de coca铆na dentro de un sorbete de pl谩stico.
“Por un a帽o, no puedes obtener cupones para alimentos. Entonces tengo que buscar en contenedores de basura. Mis cupones de alimentos son para mis hijos, no para m铆”.
–Melissa Wright, quien se encontraba bajo libertad vigilada por un tribunal antinarc贸ticos luego de haberse declarado culpable en Covington, Louisiana.
“Es necesario reconsiderar los casos basados en rastros de drogas. Si te acusan por tener 0,01 de una sustancia controlada... eso equivale a una bolsa vac铆a, una pipa vac铆a. Hubo algo all铆, pero antes. Por esto, est谩n arruinando la vida de personas”.
–Alyssa Burns, desde la c谩rcel de Harris County, donde cumpl铆a prisi贸n preventiva luego de que se encontraran residuos de metanfetaminas dentro de una pipa.
“Recuerdo cuando en la sala anunciaron que yo era culpable, me qued茅 sin aliento. Me dije, ‘¿por el resto de mi vida?’ … Lo 煤nico en lo que pod铆a pensar era que nunca m谩s podr铆a hacer algo agradable en mi vida. Nunca podr铆a enamorarme de alguien y estar a solas con esa persona... nunca podr铆a usar un tel茅fono celular... ducharme en privado, usar el ba帽o en privado… En la celda donde estoy hay 60 personas, y solo una de nosotras ha ido a juicio. Tienen miedo de estar en mi situaci贸n”.
–Declaraciones de Jennifer Edwards, desde la c谩rcel en St. Tammany Parish, Louisiana, refiri茅ndose a la sentencia de culpabilidad. Dado que ten铆a condenas previas por tenencia de drogas, enfrentaba una pena m铆nima de entre 20 a帽os y prisi贸n perpetua por posesi贸n de una peque帽a cantidad de hero铆na.
El informe de 196 p谩ginas, “Cada 25 segundos: el costo humano de la criminalizaci贸n del consumo de drogas en Estados Unidos” [Every 25 Seconds: The Human Toll of Criminalizing Drug Use in the United States], concluye que la aplicaci贸n de leyes sobre tenencia de drogas provoca perjuicios m煤ltiples e injustificados a personas y comunidades de todo el pa铆s. Las consecuencias a largo plazo pueden separar a familias; excluir a personas de oportunidades laborales, de asistencia social, vivienda p煤blica y la posibilidad de votar; y exponerlas a discriminaci贸n y estigma de por vida. Aunque la tenencia simple de drogas es la principal causa de detenci贸n de personas en EE. UU., los debates principales sobre reforma de justicia penal casi nunca cuestionan si el consumo de drogas deber铆a estar tipificado en primer lugar.
The Human Toll of Criminalizing Drug Use in the United States
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“Cada 25 segundos, alguien es arrojado al sistema de justicia penal, acusado exclusivamente de tenencia de drogas para uso personal”, se帽al贸 Tess Borden, becaria de investigaci贸n Aryeh Neier en Human Rights Watch y ACLU, y autora del informe. “Estas detenciones a gran escala han destruido innumerables vidas, y no han contribuido en absoluto a ayudar a personas que intentan superar la dependencia”.
Las organizaciones entrevistaron a 149 personas procesadas penalmente por consumo de drogas en Louisiana, Texas, Florida y Nueva York —de las cuales 64 se encontraban bajo custodia— y a otros 217 individuos, incluidos familiares de los procesados, funcionarios gubernamentales actuales y de gestiones anteriores, abogados defensores, proveedores de servicios y activistas. Las organizaciones tambi茅n llevaron a cabo un nuevo an谩lisis profundo de datos obtenidos de Texas, Florida, Nueva York y el FBI.
La aplicaci贸n masiva de leyes que penalizan el consumo y la tenencia personal de drogas en Estados Unidos genera perjuicios devastadores.
Uno de los entrevistados fue “Neal”, cuyo nombre, al igual que el de otras personas m谩s, se cambi贸 para proteger su privacidad. “Neal” padece una enfermedad autoinmune poco com煤n y cumple una pena de cinco a帽os en una prisi贸n de Louisiana por tenencia de menos de 0,2 gramos de crack. Cont贸 que, el d铆a que se declar贸 culpable, llor贸 porque supo que posiblemente no llegar铆a a sobrevivir al per铆odo de la condena.
Otro entrevistado es Corey, que cumpl铆a una pena de 17 a帽os en Louisiana por tenencia de media onza de marihuana. Su hija Charlee, de 4 a帽os, nunca lo ha visto fuera de la prisi贸n, y cree que lo visita en su lugar de trabajo. Una tercera entrevistada es “Nicole”, quien luego de permanecer varios meses en prisi贸n preventiva en una c谩rcel de Houston, separada de sus tres hijos peque帽os, finalmente se declar贸 culpable de su primer delito grave. La condena, por tenencia de residuos de hero铆na en un sobre, hizo que tuviera que perder la asistencia financiera para estudios que recib铆a, oportunidades laborales y los cupones de asistencia para alimentos que necesitaba para dar de comer a sus hijos.
“¿Se dan cuenta de lo que est谩n haciendo aqu铆 con las vidas de las personas?”, pregunt贸 “Matthew”, desde la c谩rcel de Hood County, en Texas. “Debido a mi adicci贸n a las drogas, lo 煤nico que hacen es seguir castig谩ndome... Nunca me ofrecieron ayuda. He estado en prisi贸n cinco veces, y eso ha acabado conmigo”.
“Matthew” fue condenado a 15 a帽os de prisi贸n por tenencia de una cantidad tan peque帽a de anfetaminas que el laboratorio ni siquiera pudo pesarla. En el resultado de laboratorio, lo 煤nico que se indicaba era que hab铆a “restos”. La mayor铆a de sus condenas anteriores hab铆an sido impuestas en otros estados, y estaban relacionadas con su dependencia de las drogas.
“Si bien las familias, los amigos y los vecinos esperan razonablemente que el gobierno adopte medidas para prevenir los da帽os potenciales del consumo de drogas, la criminalizaci贸n no es la respuesta”, expres贸 Borden. “Encerrar a personas por usar drogas causa graves perjuicios, y no contribuye en absoluto a ayudar a quienes necesitan y desean recibir tratamiento”.
Cuatro d茅cadas despu茅s de que el presidente de Estados Unidos Richard Nixon declarara una “guerra contra las drogas”, las tasas de consumo no han mostrado una disminuci贸n significativa. Con frecuencia no hay tratamiento disponible para las personas que lo necesitan, y es com煤n que aquellos que consumen drogas se vean obligados a estar en la clandestinidad. Debido a esto, es menos probable que reciban asistencia, y hay m谩s posibilidades de que recurran a pr谩cticas inseguras que los exponen a enfermedades o sobredosis.
Todos los estados y el gobierno federal tipifican la tenencia de drogas il铆citas para uso personal. La mayor铆a de los estados han tipificado como delitos graves la tenencia de peque帽as cantidades de drogas de uso com煤n, como la coca铆na, la hero铆na y las metanfetaminas. Las organizaciones descubrieron que, cada a帽o, se realizan m谩s de 1,25 millones de detenciones por tenencia de drogas, lo cual representa una de cada nueve detenciones a nivel nacional.
A pesar de los se帽alamientos de funcionarios, que sostienen que las leyes sobre drogas se aplican principalmente para combatir la distribuci贸n de sustancias, la cantidad de personas detenidas por tenencia de drogas es cuatro veces superior a la de aquellas detenidas por su comercializaci贸n. En la mitad de los casos de detenidos por tenencia, la acusaci贸n m谩s grave es la posesi贸n de marihuana para uso personal. En 2015, seg煤n datos analizados por las organizaciones, la polic铆a realiz贸 un 14 por ciento m谩s de arrestos por tenencia simple de marihuana que por todos los delitos violentos en conjunto.
La proporci贸n de adultos negros que consumen drogas es similar o incluso inferior a la de adultos blancos; sin embargo, los datos analizados por las organizaciones muestran que los adultos negros tienen dos veces y media las posibilidades que tienen los blancos de ser detenidos por tenencia de drogas, y casi cuatro veces las probabilidades de ser detenidos por tenencia simple de marihuana. En muchos estados, las disparidades raciales eran incluso mayores: por ejemplo, en Montana, Iowa y Vermont, la proporci贸n era de 6 a 1. En Manhattan, la probabilidad de que las personas negras sean arrestadas por tenencia de drogas es 11 veces la probabilidad de que las personas blancas lo sean.
Esta aplicaci贸n normativa racialmente desigual equivale a discriminaci贸n racial seg煤n las normas internacionales de derechos humanos, expresaron Human Rights Watch y ACLU. Las organizaciones indicaron que, como el FBI y la Oficina del Censo de los Estados Unidos (US Census Bureau) no recopilan datos sobre latinos, no fue posible determinar qu茅 disparidades exist铆an en relaci贸n con esa poblaci贸n.
En todo momento, al menos 137.000 hombres y mujeres se encuentran encarcelados por tenencia de drogas. Y varias decenas de miles m谩s son condenados, pasan por c谩rceles y prisiones, y cumplen largos per铆odos de libertad vigilada o libertad condicional, a menudo agobiados por cuantiosas deudas originadas en multas y costos impuestos por los tribunales.
Las personas entrevistadas para el informe hab铆an sido procesadas por peque帽as cantidades de drogas, a veces incluso fracciones de un gramo, que eran claramente para uso personal. El an谩lisis de nuevos datos en el informe sugiere que, en 2015, casi 16.000 personas en Texas fueron condenadas a cumplir per铆odos de c谩rcel o prisi贸n por la tenencia de menos de un gramo de sustancias que conten铆an drogas de uso com煤n, y que en muchos casos bastaba tan solo para unas pocas dosis.
Las legislaturas de los estados y el Congreso federal deber铆an despenalizar el consumo y la tenencia personal de cualquier tipo de drogas, sostuvieron Human Rights Watch y ACLU. En lugar de criminalizar las drogas, el gobierno federal y los gobiernos de los estados deber铆an invertir recursos en programas destinados a reducir los riesgos asociados con el uso de drogas y brindar y facilitar alternativas de tratamiento voluntario para personas que intentan superar la dependencia de las drogas, adem谩s de otras estrategias.
Hasta que se logre una despenalizaci贸n absoluta, los funcionarios en todos los niveles deber铆an reducir al m铆nimo y mitigar las consecuencias perniciosas de las leyes y pr谩cticas vigentes. Las organizaciones formularon recomendaciones detalladas a las legislaturas, la polic铆a y los fiscales de los estados y a otras entidades de los gobiernos locales y estatales, as铆 como al gobierno federal.
“Criminalizar el uso personal de drogas es un desperdicio absoluto de vidas y recursos”, apunt贸 Borden. “Si los gobiernos realmente pretenden abordar el problema del consumo de drogas, deben terminar con el c铆rculo vicioso de las detenciones por posesi贸n de drogas, y enfocarse, en cambio, en estrategias de salud efectivas”.
A continuaci贸n, se presentan testimonios de personas entrevistadas para el informe. Todos los nombres han sido cambiados para proteger su privacidad.
“Cuando eres una persona de color de bajos recursos y consumes drogas, est谩s criminalizado, es decir, eres demonizado, marginado y estigmatizado... Cuando nos encarcelan, no solo estamos encerrados sino que, adem谩s, quedamos afuera. Quedamos afuera de la posibilidad de vivienda…. Quedamos afuera de oportunidades de empleo y otros servicios. Y quedamos dentro de una clase inferior; est谩s encasillado en una clase, ya no eres una persona, solo porque ten铆as drogas”.
–Cameron Barnes, Ciudad de Nueva York, detenido en reiteradas oportunidades por tenencia de drogas por la polic铆a de la Ciudad de Nueva York entre la d茅cada de los ochenta y el a帽o 2012.
“Te meten aqu铆. No tienes ning煤n tipo de contacto con el mundo exterior. Estoy a la espera de los dem谩s. Todo se est谩 derrumbando”.
–Palabras expresadas por Breanna Wheeler desde una c谩rcel en Galveston, Texas, donde se encontraba cumpliendo prisi贸n preventiva luego de que le hallaran residuos de metanfetaminas en un sobre. Breanna es madre soltera, y finalmente se declar贸 culpable de su primer delito y cumpli贸 pena de prisi贸n para poder regresar a su casa con su ni帽a de 9 a帽os.
“He estado aqu铆 cuatro meses, y [mi trabajo] era la 煤nica fuente de ingresos para mi familia... [Les] han cortado el agua desde que estoy aqu铆. Tambi茅n cortaron la luz... Eso es b谩sicamente lo que sucede cuando las personas llegan aqu铆. No solo nos afecta a nosotros, sino tambi茅n a todos los que nos rodean”.
–Testimonio de Allen Searle desde una c谩rcel en St. Tammany Parish, Louisiana, donde cumpl铆a prisi贸n preventiva desde hac铆a casi 100 d铆as.
“Est谩s empezando tu vida de nuevo. Es obvio que si est谩s un tiempo fuera de la sociedad, luego no puedes volver a entrar f谩cilmente. Has perdido todo, tu empleo, el departamento, lo que sea que tuvieras antes, vas a perderlo.... Debido a que comet铆 este delito, estuve en la calle cinco a帽os. Nunca antes hab铆a estado sin techo... Cruzas la puerta de la c谩rcel para salir, y est谩s solo”.
–Descripci贸n ofrecida por Charlie West, un ex param茅dico del Ej茅rcito estadounidense, sobre su situaci贸n luego de haber estado encarcelado por el delito de tenencia de coca铆na en la Ciudad de Nueva York en 2010.
“No entiendo por qu茅 [el antecedente de delito grave] es definitorio. No es que seamos una minor铆a, la verdad es que nos est谩n convirtiendo en mayor铆a. Si hay un tema que para m铆 es importante, no puedo votar y contribuir a que cambien las cosas... Uno no se da cuenta de cu谩n importante es votar hasta que pierdes esa posibilidad. Me condenaron cuando ten铆a 18 a帽os; hasta ese momento nunca hab铆a podido votar... Encontr茅 mi tarjeta de registro como votante. Y pens茅 que era un lindo recuerdo de la escuela secundaria, de cuando a mis amigos y a m铆 nos dieron tarjetas de inscripci贸n. Pero ahora no puedo usarla. As铆 que la tir茅 a la basura”.
–Trisha Richardson en Auburndale, Florida (uno de los tres estados que priva del derecho a voto de por vida), quien fue condenada por tenencia de Xanax y metanfetaminas
“La condena por delito grave va a arruinar mi vida... Es algo por lo que voy a tener que pagar siempre. Debido a mis antecedentes, no s茅 c贸mo ni d贸nde voy a empezar a reconstruir mi vida: ir a la escuela, tener un empleo o recibir beneficios del gobierno est谩n ahora fuera de alcance para m铆. Adem谩s de la pena [de prisi贸n]…. Esto afecta todo mi futuro”.
–Palabras de Nicole Bishop, desde la c谩rcel de Harris County, donde cumpl铆a prisi贸n preventiva luego de que se encontraran residuos de hero铆na en un sobre y residuos de coca铆na dentro de un sorbete de pl谩stico.
“Por un a帽o, no puedes obtener cupones para alimentos. Entonces tengo que buscar en contenedores de basura. Mis cupones de alimentos son para mis hijos, no para m铆”.
–Melissa Wright, quien se encontraba bajo libertad vigilada por un tribunal antinarc贸ticos luego de haberse declarado culpable en Covington, Louisiana.
“Es necesario reconsiderar los casos basados en rastros de drogas. Si te acusan por tener 0,01 de una sustancia controlada... eso equivale a una bolsa vac铆a, una pipa vac铆a. Hubo algo all铆, pero antes. Por esto, est谩n arruinando la vida de personas”.
–Alyssa Burns, desde la c谩rcel de Harris County, donde cumpl铆a prisi贸n preventiva luego de que se encontraran residuos de metanfetaminas dentro de una pipa.
“Recuerdo cuando en la sala anunciaron que yo era culpable, me qued茅 sin aliento. Me dije, ‘¿por el resto de mi vida?’ … Lo 煤nico en lo que pod铆a pensar era que nunca m谩s podr铆a hacer algo agradable en mi vida. Nunca podr铆a enamorarme de alguien y estar a solas con esa persona... nunca podr铆a usar un tel茅fono celular... ducharme en privado, usar el ba帽o en privado… En la celda donde estoy hay 60 personas, y solo una de nosotras ha ido a juicio. Tienen miedo de estar en mi situaci贸n”.
–Declaraciones de Jennifer Edwards, desde la c谩rcel en St. Tammany Parish, Louisiana, refiri茅ndose a la sentencia de culpabilidad. Dado que ten铆a condenas previas por tenencia de drogas, enfrentaba una pena m铆nima de entre 20 a帽os y prisi贸n perpetua por posesi贸n de una peque帽a cantidad de hero铆na.