Madrid (EuroEFE).- Crear puestos de trabajo y recuperar la confianza de los ciudadanos son dos retos que la Unión Europea (UE) debe afrontar para parar la "ola de populismo" en Occidente, según la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, quien alertó este miércoles en Madrid del "momento María Antonieta" que amenaza a la democracia.
La Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, durante su participación el 30 de noviembre de 2016 en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum. EFE/Sergio Barrenechea
"¿Será Italia la posible tercera ficha del dominó que podría derrocar el orden internacional", se preguntó O'Reilly en un desayuno informativo organizado por el Foro Nueva Economía en un hotel de la capital española, al que asistió también la Defensora del Pueblo Español, Soledad Becerril.
Se refería O'Reilly al interés con el que se sigue en Europa el referéndum del próximo 4 de diciembre en Italia sobre una reforma constitucional para agilizar el proceso parlamentario y que, según los últimos sondeos, perderá el primer ministro Matteo Renzi.
Ese referéndum se está mirando en clave europea tras el éxito del "brexit" en junio pasado en el Reino Unido y la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, señaló O'Reilly, preocupada por la "ola de populismo" y el déficit de la UE ante la crisis de refugiados y por la que será juzgada "duramente", dijo, por la Historia.
"Hemos visto con Trump que las creencias racistas y misóginas no han sido un impedimento para llegar a la Casa Blanca", lamentó la Defensora del Pueblo Europeo, quien alertó de que esos "viejos fantasmas" que se han despertado en Estados Unidos "pueden llegar aquí también", y por ello instó a "escuchar lo que nos dicen los ciudadanos antes de llegar a un punto de no retorno".
Ese punto sería "el fin de la democracia liberal" si la "ola de populismo" favoreciese también a Marine Le Pen en las elecciones presidenciales francesas de mayo de 2017, afirmó O'Reilly, quien se preguntó, como apuntan algunos analistas, si estamos en "un momento María Antonieta (la última reina de Francia) de la elite liberal".
Porque para ella, el "problema" del "brexit", de la inminente llegada de Trump a la Casa Blanca o de lo que pueda suceder en Italia o en Francia es que países como Polonia o Hungría, con derivas autoritarias, puedan "envalentonarse" al ver a la UE más débil y "traten de salirse con la suya".
"Cuando la gente tiene miedo de perder su trabajo o inseguridad ante el futuro a los populistas les resulta fácil subirse a la ola del descontento para lograr el poder", reflexionó la Defensora del Pueblo Europeo, que pidió a los dirigentes de la UE que no miren hacia otro lado para acabar con los extremismos.
A su juicio esa lucha pasa por "crear más y mejores puestos de trabajo", "invertir bien" en sectores económicos de futuro y recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en en los funcionarios públicos.
En este sentido recordó la "normal controversia" que causó el fichaje del expresidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso al aceptar un puesto en Goldman Sachs, uno de los grupos causantes de la crisis económica internacional de 2008, y que tanta "munición ha dado a los populismos".
Recordó que, por "propia iniciativa", pidió una investigación de ese caso y presentó una batería de medidas para aumentar la transparencia de las instituciones y sobre los grupos de presión.
La "vigilancia democrática" es precisamente el punto fuerte del cargo que ostenta, así como llevar "a lo más alto el listón" de los valores europeos, sin conformarse "con el mínimo denominador", algo que, según esta escritora y experiodista, no es fácil en un club compuesto por países de "naturaleza multicultural" y diferente herencia política.
España, desde hace años, está a la cabeza de los países cuyos ciudadanos, "muy concienciados", más denuncias elevan hasta ella. Así, de las 261 causas que abrió en 2015, 27 venían de españoles, y otras 323 quejas más que no estaban entre sus competencias las reorientó a otras instancias. La mayoría estaban relacionadas con políticas sociales, sanitarias y los derechos de los consumidores (bancos, hipotecas).
La Historia juzgara "muy duramente" a la UE por los refugiados
La Historia juzgará "muy duramente" a la Unión Europea (UE) por la crisis de los refugiados, afirmó O'Reilly, pese a que reconoció que Bruselas ha efectuado un trabajo humanitario "muy importante".
"Al final la Historia nos juzgará, pero ha habido un trabajo humanitario muy importante de la UE y de ciudadanos, sobre todo en Grecia e Italia. Nos juzgará muy duramente en algunos casos, pero se reconocerá positivamente en otros", consideró.
La crisis de los refugiados "nos preocupa mucho desde hace muchos años", subrayó O'Reilly, y destacó que desde Bruselas se han hecho "muchas cosas importantes en protección", pero hay otras que "escapan al control de la administración" europea y que necesitan, dijo, "una respuesta política".
Pero reconoció que esa vía no es fácil, como pudo comprobar -recordó- la canciller alemana, Angela Merkel, cuando decidió abrir fronteras y acoger a refugiados en su país "por Humanidad" y fue "muy criticada", y también después cuando promovió el controvertido acuerdo con Turquía para frenar el flujo migratorio a Europa.
En su opinión, "ahora hay que convencer a los Estados miembros que se niegan a acoger" a los refugiados a que lo hagan.
Pero en términos generales, valoró, la reacción del conjunto de la Unión Europea "no ha sido la que se merecen los valores contemplados en nuestros Tratados".
"Todos sentiremos vergüenza dentro de unos años cuando nuestros hijos y nietos nos pregunten cómo pudimos ver a la gente ahogándose directamente ante nuestros ojos y permitirlo, al igual que nosotros preguntamos a nuestros abuelos cómo pudieron dejar que pasase lo que pasó en los años 30 y 40", afirmó la también escritora y experiodista.
Una parte importante de los 261 casos que abrió el pasado año la oficina del Defensor del Pueblo Europeo, estuvieron relacionados con quejas por el acuerdo de la UE con Turquía y la gestión de los fondos dedicados a la acogida de refugiados sirios, así como por la falta de transparencia en las negociaciones del TTIP y en puestos de trabajo en instituciones europeas, precisó O'Reilly.
O'Reilly no cree que Irlanda se pueda reunificar "a corto o medio plazo"
La irlandesa Emily O'Reilly no cree que al calor del "brexit" Irlanda se pueda reunificar "a corto o medio plazo", pese a que hay muchos "juegos políticos" ahora en Europa y "nadie puede decir lo que va a ocurrir".
"No creo que a corto o medio plazo vaya ocurrir", respondió O'Reilly al ser preguntada por la "oportunidad" que se abre a una eventual reunificación de Irlanda tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea votada por la mayoría de los británicos, pero rechazada por Escocia e Irlanda del Norte.
Esas son "tierras movedizas", exclamó 0'Reilly, pero no rehusó dar su opinión sobre un asunto que, a su juicio, pone a su país en "una situación interesante".
"Es interesante ver -dijo- cómo ciertas conversaciones han vuelto a resurgir por el 'brexit', pero a la gente lo que le preocupa ahora es la fragilidad entre las fronteras entre el norte y el sur de la isla, que una parte se quede en la Unión Europea y la otra no".
Ahora, añadió, "se está prestando más atención a la gestión del 'brexit', al aspecto comercial, y no tanto al político".
Algo que, por contra, sí que se está tratando abiertamente en Escocia, que quieren quedarse en la UE y se plantean un referéndum de independencia del Reino Unido una vez que se ejecute el 'brexit'.
"Ahora hay juegos políticos que se están desarrollando en regiones y países miembros", pero "muchos dirigentes no quieren más fragmentación" y "lo cierto es que nadie puede prever qué es lo que va a ocurrir", zanjó.
El electorado de Irlanda del Norte y de Escocia rechazó el "brexit" con un 55,8 % y un 62 % de votos, respectivamente, en el referéndum de junio, frente al 53,4 % y el 52,5 % de apoyo logrado en Inglaterra y Gales, mientras que en todo el Reino Unido el 51,9 % respaldó la salida del país del bloque comunitario.
La Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, durante su participación el 30 de noviembre de 2016 en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum. EFE/Sergio Barrenechea
"¿Será Italia la posible tercera ficha del dominó que podría derrocar el orden internacional", se preguntó O'Reilly en un desayuno informativo organizado por el Foro Nueva Economía en un hotel de la capital española, al que asistió también la Defensora del Pueblo Español, Soledad Becerril.
Se refería O'Reilly al interés con el que se sigue en Europa el referéndum del próximo 4 de diciembre en Italia sobre una reforma constitucional para agilizar el proceso parlamentario y que, según los últimos sondeos, perderá el primer ministro Matteo Renzi.
Ese referéndum se está mirando en clave europea tras el éxito del "brexit" en junio pasado en el Reino Unido y la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, señaló O'Reilly, preocupada por la "ola de populismo" y el déficit de la UE ante la crisis de refugiados y por la que será juzgada "duramente", dijo, por la Historia.
"Hemos visto con Trump que las creencias racistas y misóginas no han sido un impedimento para llegar a la Casa Blanca", lamentó la Defensora del Pueblo Europeo, quien alertó de que esos "viejos fantasmas" que se han despertado en Estados Unidos "pueden llegar aquí también", y por ello instó a "escuchar lo que nos dicen los ciudadanos antes de llegar a un punto de no retorno".
Ese punto sería "el fin de la democracia liberal" si la "ola de populismo" favoreciese también a Marine Le Pen en las elecciones presidenciales francesas de mayo de 2017, afirmó O'Reilly, quien se preguntó, como apuntan algunos analistas, si estamos en "un momento María Antonieta (la última reina de Francia) de la elite liberal".
Porque para ella, el "problema" del "brexit", de la inminente llegada de Trump a la Casa Blanca o de lo que pueda suceder en Italia o en Francia es que países como Polonia o Hungría, con derivas autoritarias, puedan "envalentonarse" al ver a la UE más débil y "traten de salirse con la suya".
"Cuando la gente tiene miedo de perder su trabajo o inseguridad ante el futuro a los populistas les resulta fácil subirse a la ola del descontento para lograr el poder", reflexionó la Defensora del Pueblo Europeo, que pidió a los dirigentes de la UE que no miren hacia otro lado para acabar con los extremismos.
A su juicio esa lucha pasa por "crear más y mejores puestos de trabajo", "invertir bien" en sectores económicos de futuro y recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en en los funcionarios públicos.
En este sentido recordó la "normal controversia" que causó el fichaje del expresidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso al aceptar un puesto en Goldman Sachs, uno de los grupos causantes de la crisis económica internacional de 2008, y que tanta "munición ha dado a los populismos".
Recordó que, por "propia iniciativa", pidió una investigación de ese caso y presentó una batería de medidas para aumentar la transparencia de las instituciones y sobre los grupos de presión.
La "vigilancia democrática" es precisamente el punto fuerte del cargo que ostenta, así como llevar "a lo más alto el listón" de los valores europeos, sin conformarse "con el mínimo denominador", algo que, según esta escritora y experiodista, no es fácil en un club compuesto por países de "naturaleza multicultural" y diferente herencia política.
España, desde hace años, está a la cabeza de los países cuyos ciudadanos, "muy concienciados", más denuncias elevan hasta ella. Así, de las 261 causas que abrió en 2015, 27 venían de españoles, y otras 323 quejas más que no estaban entre sus competencias las reorientó a otras instancias. La mayoría estaban relacionadas con políticas sociales, sanitarias y los derechos de los consumidores (bancos, hipotecas).
La Historia juzgara "muy duramente" a la UE por los refugiados
La Historia juzgará "muy duramente" a la Unión Europea (UE) por la crisis de los refugiados, afirmó O'Reilly, pese a que reconoció que Bruselas ha efectuado un trabajo humanitario "muy importante".
"Al final la Historia nos juzgará, pero ha habido un trabajo humanitario muy importante de la UE y de ciudadanos, sobre todo en Grecia e Italia. Nos juzgará muy duramente en algunos casos, pero se reconocerá positivamente en otros", consideró.
La crisis de los refugiados "nos preocupa mucho desde hace muchos años", subrayó O'Reilly, y destacó que desde Bruselas se han hecho "muchas cosas importantes en protección", pero hay otras que "escapan al control de la administración" europea y que necesitan, dijo, "una respuesta política".
Pero reconoció que esa vía no es fácil, como pudo comprobar -recordó- la canciller alemana, Angela Merkel, cuando decidió abrir fronteras y acoger a refugiados en su país "por Humanidad" y fue "muy criticada", y también después cuando promovió el controvertido acuerdo con Turquía para frenar el flujo migratorio a Europa.
En su opinión, "ahora hay que convencer a los Estados miembros que se niegan a acoger" a los refugiados a que lo hagan.
Pero en términos generales, valoró, la reacción del conjunto de la Unión Europea "no ha sido la que se merecen los valores contemplados en nuestros Tratados".
"Todos sentiremos vergüenza dentro de unos años cuando nuestros hijos y nietos nos pregunten cómo pudimos ver a la gente ahogándose directamente ante nuestros ojos y permitirlo, al igual que nosotros preguntamos a nuestros abuelos cómo pudieron dejar que pasase lo que pasó en los años 30 y 40", afirmó la también escritora y experiodista.
Una parte importante de los 261 casos que abrió el pasado año la oficina del Defensor del Pueblo Europeo, estuvieron relacionados con quejas por el acuerdo de la UE con Turquía y la gestión de los fondos dedicados a la acogida de refugiados sirios, así como por la falta de transparencia en las negociaciones del TTIP y en puestos de trabajo en instituciones europeas, precisó O'Reilly.
O'Reilly no cree que Irlanda se pueda reunificar "a corto o medio plazo"
La irlandesa Emily O'Reilly no cree que al calor del "brexit" Irlanda se pueda reunificar "a corto o medio plazo", pese a que hay muchos "juegos políticos" ahora en Europa y "nadie puede decir lo que va a ocurrir".
"No creo que a corto o medio plazo vaya ocurrir", respondió O'Reilly al ser preguntada por la "oportunidad" que se abre a una eventual reunificación de Irlanda tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea votada por la mayoría de los británicos, pero rechazada por Escocia e Irlanda del Norte.
Esas son "tierras movedizas", exclamó 0'Reilly, pero no rehusó dar su opinión sobre un asunto que, a su juicio, pone a su país en "una situación interesante".
"Es interesante ver -dijo- cómo ciertas conversaciones han vuelto a resurgir por el 'brexit', pero a la gente lo que le preocupa ahora es la fragilidad entre las fronteras entre el norte y el sur de la isla, que una parte se quede en la Unión Europea y la otra no".
Ahora, añadió, "se está prestando más atención a la gestión del 'brexit', al aspecto comercial, y no tanto al político".
Algo que, por contra, sí que se está tratando abiertamente en Escocia, que quieren quedarse en la UE y se plantean un referéndum de independencia del Reino Unido una vez que se ejecute el 'brexit'.
"Ahora hay juegos políticos que se están desarrollando en regiones y países miembros", pero "muchos dirigentes no quieren más fragmentación" y "lo cierto es que nadie puede prever qué es lo que va a ocurrir", zanjó.
El electorado de Irlanda del Norte y de Escocia rechazó el "brexit" con un 55,8 % y un 62 % de votos, respectivamente, en el referéndum de junio, frente al 53,4 % y el 52,5 % de apoyo logrado en Inglaterra y Gales, mientras que en todo el Reino Unido el 51,9 % respaldó la salida del país del bloque comunitario.
