OPINI脫N de Adri谩n Mac Liman.- Veamos. El magnate Donald Trump, extra帽o e impredecible multimillonario, se alz贸 con la victoria en las elecciones presidenciales celebradas esta semana en los Estados Unidos. Algo realmente inimaginable, por no decir, poco deseable o deseado. ¡Una sorpresa!
Para el que esto escribe, no se trata de una sorpresa. Conociendo la supina ignorancia del ciudadano norteamericano en los asuntos de estado, sus tendencias aislacionistas, su justificado (o no) ego铆smo a la hora de abordar los candentes asuntos mundiales, la victoria de Trump parec铆a m谩s bien predecible. Y ello, por distintas razones, empezando por la campa帽a de la candidata dem贸crata, Hillary Clinton, llevada con la habitual arrogancia de la ex primera dama, quien no intent贸 ajustarse a las exigencias de quienes reclamaban respuestas sinceras, argumentos cre铆bles, promesas de cambio. Obviamente, Hillary no les convenci贸. Sucedi贸, pues, algo chocante para una opini贸n p煤blica drogada por el lavado de cerebro de los grandes medios de comunicaci贸n, hipnotizada por el discurso buenista de la Hillary – Jano. La mujer con m煤ltiples caras perdi贸 la apuesta.
Esperando a Trump, podr铆a titularse el vodevil que contemplaremos hasta el 20 de enero del a帽o pr贸ximo, cuando el exc茅ntrico potentado tomar谩 posesi贸n de su cargo de Presidente de la naci贸n m谩s poderosa del planeta Tierra.
En los puntos neur谩lgicos de la geopol铆tica, surgen interrogantes, subsisten dudas. Para algunos estadistas, los mensajes de Trump resultan inquietantes, cuando no ininteligibles. En la regi贸n de Oriente Medio se oyen voces discordantes. Aunque para la monarqu铆a saud铆 y sus aliados – Emiratos 脕rabes, Qatar, etc. – uno de los objetivos prioritarios ser铆a la revisi贸n e incluso la abrogaci贸n del acuerdo nuclear con Ir谩n, criticado por Trump en reiteradas ocasiones, lo realmente importante ser铆a neutralizar, v茅ase eliminar el anti islamismo del Presidente electo de los Estados Unidos, que se hab铆a pronunciado a favor del cierre de las fronteras a los inmigrantes musulmanes. Pese a la rectificaci贸n del propio Trump y la desaparici贸n de los mensajes racistas de la p谩gina Internet del candidato a la Presidencia, los saud铆es exigen una retractaci贸n p煤blica e inequ铆voca.
Otra inc贸gnita es la postura del futuro inquilino de la Casa Blanca frente al conflicto de Siria. Mientras Obama y la ex Secretaria de Estado, Hillary Clinton, apoyaron directa o indirectamente a los movimientos de corte islamista que combat铆an el r茅gimen del Presidente Assad, el Presidente electo de los Estados Unidos parece m谩s propenso a aceptar o tolerar la presencia militar rusa en Oriente Medio y el apoyo del Kremlin al caudillo de Damasco. ¿Acaso ello implica una mayor colaboraci贸n entre Washington y Mosc煤 en la lucha para la eliminaci贸n del terrorismo encarnado por el Estado Isl谩mico?
Los analistas pol铆ticos israel铆es acogen con cierta cautela la victoria de Trump. Si bien para los pol铆ticos del Likud y la extrema derecha israel铆 el cambio de inquilino en la Casa Blanca implica el final de las negociaciones llamadas a desembocar en la creaci贸n de un Estado palestino, los polit贸logos barajan la alternativa de una “neutralidad activa” de Washington, lo que supondr铆a la aparici贸n de nuevos e indeseados protagonistas en el escenario del interminable conflicto.
Lo que s铆 es cierto es que Trump seguir谩 la pol铆tica de su antecesor, Barack Obama, apoyando le incremento de la ayuda militar norteamericana al Estado jud铆o.
Los israel铆es apuestan, asimismo, por el posible final de las presiones estadounidenses para la reanudaci贸n de las consultas con la Autoridad Nacional Palestina, lo que podr铆a traducirse, seg煤n el ala m谩s conservadora del Likud, en el parte de defunci贸n del Estado palestino esbozado en los Acuerdos de Oslo.
¿Y Europa? Subsisten las inc贸gnitas sobre las prioridades del Presidente electo en cuanto a la pol铆tica de defensa del Viejo Continente. De hecho, Trump dej贸 entender que Norteam茅rica podr铆a “cerrar” su paraguas protector, abandonando a su suerte a los pa铆ses del flanco Este la de Alianza Atl谩ntica – Polonia, Ruman铆a, Bulgaria y los Estados b谩lticos – convertidos en punta de lanza de la ofensiva estrat茅gica de Obama – Clinton hacia los confines de la antigua URSS. Trump, que desea recomponer las relaciones con Mosc煤, afectadas por la pol铆tica de sanciones llevada a cabo por Occidente despu茅s de la crisis de Ucrania, se pronunci贸 a favor de la retirada de algunas unidades de la OTAN estacionadas en Europa oriental, as铆 como sobre la desmilitarizaci贸n del Mar Negro. En este caso concreto, la ausencia de una protecci贸n estrat茅gica se sumar铆a a otros quebraderos de cabeza de las j贸venes democracias de Europa oriental: los efectos del Brexit para sus econom铆as, debilitadas por la reciente crisis estructural, la llegada masiva de refugiados e inmigrantes econ贸micos procedentes de Oriente Medio y el amenazador advenimiento de movimientos populistas. ¿Ser谩 el aislacionista Trump un ejemplo para los ultranacionalistas franceses, holandeses y h煤ngaros? El porvenir nos lo dir谩.
Lo cierto es que los hasta ahora heraldos de la victoria de Hillary Clinton, reconvertidos a toda prisa en apologistas del extra帽o se帽or Trump, no dudan en hablar de un… Mundo Nuevo, llamado a acabar con los pilares del Viejo Mundo: la prepotencia, el autoritarismo y la corrupci贸n. Bienvenidos al mundo de Donald Trump, camaleones.
Adri谩n Mac Liman
Analista pol铆tico internacional
Twitter: @AdrianMacLiman
Para el que esto escribe, no se trata de una sorpresa. Conociendo la supina ignorancia del ciudadano norteamericano en los asuntos de estado, sus tendencias aislacionistas, su justificado (o no) ego铆smo a la hora de abordar los candentes asuntos mundiales, la victoria de Trump parec铆a m谩s bien predecible. Y ello, por distintas razones, empezando por la campa帽a de la candidata dem贸crata, Hillary Clinton, llevada con la habitual arrogancia de la ex primera dama, quien no intent贸 ajustarse a las exigencias de quienes reclamaban respuestas sinceras, argumentos cre铆bles, promesas de cambio. Obviamente, Hillary no les convenci贸. Sucedi贸, pues, algo chocante para una opini贸n p煤blica drogada por el lavado de cerebro de los grandes medios de comunicaci贸n, hipnotizada por el discurso buenista de la Hillary – Jano. La mujer con m煤ltiples caras perdi贸 la apuesta.
Esperando a Trump, podr铆a titularse el vodevil que contemplaremos hasta el 20 de enero del a帽o pr贸ximo, cuando el exc茅ntrico potentado tomar谩 posesi贸n de su cargo de Presidente de la naci贸n m谩s poderosa del planeta Tierra.
En los puntos neur谩lgicos de la geopol铆tica, surgen interrogantes, subsisten dudas. Para algunos estadistas, los mensajes de Trump resultan inquietantes, cuando no ininteligibles. En la regi贸n de Oriente Medio se oyen voces discordantes. Aunque para la monarqu铆a saud铆 y sus aliados – Emiratos 脕rabes, Qatar, etc. – uno de los objetivos prioritarios ser铆a la revisi贸n e incluso la abrogaci贸n del acuerdo nuclear con Ir谩n, criticado por Trump en reiteradas ocasiones, lo realmente importante ser铆a neutralizar, v茅ase eliminar el anti islamismo del Presidente electo de los Estados Unidos, que se hab铆a pronunciado a favor del cierre de las fronteras a los inmigrantes musulmanes. Pese a la rectificaci贸n del propio Trump y la desaparici贸n de los mensajes racistas de la p谩gina Internet del candidato a la Presidencia, los saud铆es exigen una retractaci贸n p煤blica e inequ铆voca.
Otra inc贸gnita es la postura del futuro inquilino de la Casa Blanca frente al conflicto de Siria. Mientras Obama y la ex Secretaria de Estado, Hillary Clinton, apoyaron directa o indirectamente a los movimientos de corte islamista que combat铆an el r茅gimen del Presidente Assad, el Presidente electo de los Estados Unidos parece m谩s propenso a aceptar o tolerar la presencia militar rusa en Oriente Medio y el apoyo del Kremlin al caudillo de Damasco. ¿Acaso ello implica una mayor colaboraci贸n entre Washington y Mosc煤 en la lucha para la eliminaci贸n del terrorismo encarnado por el Estado Isl谩mico?
Los analistas pol铆ticos israel铆es acogen con cierta cautela la victoria de Trump. Si bien para los pol铆ticos del Likud y la extrema derecha israel铆 el cambio de inquilino en la Casa Blanca implica el final de las negociaciones llamadas a desembocar en la creaci贸n de un Estado palestino, los polit贸logos barajan la alternativa de una “neutralidad activa” de Washington, lo que supondr铆a la aparici贸n de nuevos e indeseados protagonistas en el escenario del interminable conflicto.
Lo que s铆 es cierto es que Trump seguir谩 la pol铆tica de su antecesor, Barack Obama, apoyando le incremento de la ayuda militar norteamericana al Estado jud铆o.
Los israel铆es apuestan, asimismo, por el posible final de las presiones estadounidenses para la reanudaci贸n de las consultas con la Autoridad Nacional Palestina, lo que podr铆a traducirse, seg煤n el ala m谩s conservadora del Likud, en el parte de defunci贸n del Estado palestino esbozado en los Acuerdos de Oslo.
¿Y Europa? Subsisten las inc贸gnitas sobre las prioridades del Presidente electo en cuanto a la pol铆tica de defensa del Viejo Continente. De hecho, Trump dej贸 entender que Norteam茅rica podr铆a “cerrar” su paraguas protector, abandonando a su suerte a los pa铆ses del flanco Este la de Alianza Atl谩ntica – Polonia, Ruman铆a, Bulgaria y los Estados b谩lticos – convertidos en punta de lanza de la ofensiva estrat茅gica de Obama – Clinton hacia los confines de la antigua URSS. Trump, que desea recomponer las relaciones con Mosc煤, afectadas por la pol铆tica de sanciones llevada a cabo por Occidente despu茅s de la crisis de Ucrania, se pronunci贸 a favor de la retirada de algunas unidades de la OTAN estacionadas en Europa oriental, as铆 como sobre la desmilitarizaci贸n del Mar Negro. En este caso concreto, la ausencia de una protecci贸n estrat茅gica se sumar铆a a otros quebraderos de cabeza de las j贸venes democracias de Europa oriental: los efectos del Brexit para sus econom铆as, debilitadas por la reciente crisis estructural, la llegada masiva de refugiados e inmigrantes econ贸micos procedentes de Oriente Medio y el amenazador advenimiento de movimientos populistas. ¿Ser谩 el aislacionista Trump un ejemplo para los ultranacionalistas franceses, holandeses y h煤ngaros? El porvenir nos lo dir谩.
Lo cierto es que los hasta ahora heraldos de la victoria de Hillary Clinton, reconvertidos a toda prisa en apologistas del extra帽o se帽or Trump, no dudan en hablar de un… Mundo Nuevo, llamado a acabar con los pilares del Viejo Mundo: la prepotencia, el autoritarismo y la corrupci贸n. Bienvenidos al mundo de Donald Trump, camaleones.
Adri谩n Mac Liman
Analista pol铆tico internacional
Twitter: @AdrianMacLiman