OPINI脫N de Xavier Ca帽o Tamayo.- M., vecino de Hospitalet de Llobregat, en Espa帽a, fue despedido. Est谩 casado y tiene una hija. La crisis. Agot贸 el subsidio de desempleo y luego s贸lo logr贸 una pensi贸n de 300 euros por sufrir depresi贸n al no encontrar trabajo. No pod铆a pagar el alquiler y ocup贸 con su familia un piso vac铆o de protecci贸n oficial en el municipio citado. El piso ocupado era propiedad de la Generalitat de Catalu帽a, que, lamentablemente, actu贸 como cualquier empresa privada a la b煤squeda de beneficios. Adigsa, empresa p煤blica que administra pisos de protecci贸n oficial, le pidi贸 9.000 euros a M. por alquileres y, como no pod铆a pagar, le anunciaron que lo desahuciar铆an, que lo echaban a la calle, vamos.
M. pidi贸 un mes de demora, pero le dieron la callada por respuesta, entonces fue al ayuntamiento de l’Hospitalet y pidi贸 que los alojaran en un albergue, porque en la calle hac铆a mucho fr铆o. No le atendieron. Un d铆a antes del desahucio, a las cinco de la tarde, M sali贸 de su casa con una cuerda al hombro y se ahorc贸 en el parque de las Setas del barrio del Gornal en Hospitalet de Llobregat.
En el primer a帽o de la llamada crisis, con recortes, despidos y aumento creciente de desempleo, se iniciaron miles de desahucios. La gente perd铆a el empleo, no pod铆a pagar la hipoteca o alquiler de la vivienda y los desahuciaban. A la calle. Entre 2008 y 2012, seg煤n informe de la Plataforma de Afectados por le Hipoteca (PAH) hubo casi 245.000 expulsiones de sus viviendas de gente, tanto por impago de hipoteca como de alquiler. Y, en el Reino de Espa帽a, hubo en los primeros meses de crisis m谩s de cuarenta suicidios asociados a desahucios, algunos, para que no hubiera dudas dejaron notas que explicaban la raz贸n de recurrir a tan desesperada medida: quedarse en la calle. ¿Para qu茅 demonios sirve la vigencia legal del derecho a la vivienda, a la vida digna que incluye, si se pasan por el arco del triunfo los derechos de la gente?
Tal vez el error fue incluir tambi茅n en la Declaraci贸n de Derechos Humanos el derecho a la propiedad privada en el art铆culo 17. Sin matices ni aclaraciones. Como una patente de corso, pues parece incuestionable que empezaron los problemas cuando hace miles de a帽os alguien marc贸 un espacio de tierra y dijo: Esto es m铆o. Desde entonces los derechos a una vida digna, al sustento, al trabajo a un techo digno… no casan con ese derecho a la propiedad.
¿Hay alguna raz贸n digna de ser escuchada para que la propiedad sea prioritaria sobre el derecho a la vivienda y a la vida digna?
Vistas las maniobras para vaciar la democracia por grandes empresas y corporaciones, como aprobar los tratados bilaterales TTIP, CETA, TTP…, es evidente que han declarado la guerra a los derechos humanos de la gente. Relacionar desahucios y suicidios pudiera ser considerado extremo, pero esclarece responsabilidades y muestra la cala帽a de la depredaci贸n global que algunos insisten en llamar crisis. Es saqueo puro y duro. La mayor铆a ciudadana forzada al servicio de una obscena minor铆a. El imperio de la codicia sin freno.
Amenazas sobre la gente, tanto o m谩s graves que lo narrado, se ciernen contra los derechos humanos de mucha gente y la protecci贸n de la Naturaleza. ¿Olvida esa minor铆a codiciosa que solo tenemos esta Tierra y sus recursos son limitados? Y no vale proponer emigrar a Marte, no por no factible (al menos todos o muchos), tampoco deseable, puestos a ser sinceros. Adem谩s, resolver los problemas de aqu铆 en otro espacio suena a creencia religiosa; es la vieja fantas铆a de aguantar aqu铆 y ser felices en otra vida mejor.
Pero aterrizando, son amenazas contra la gente y la Tierra los planes mineros, forestales, energ茅ticos, e贸licos, hidroel茅ctricos, termoel茅ctricos… en muchos pa铆ses del anta帽o denominado Tercer Mundo. Planes de corporaciones denunciados por la ciudadan铆a, entidades ind铆genas y otros actores. Proyectos que supondr谩n obscenos beneficios para una reducida minor铆a de accionistas, ejecutivos, c贸mplices acad茅micos, medi谩ticos y pol铆ticos, pero son verdadero saqueo donde se ejecutan en Am茅rica Latina, 脕frica, Asia… Adem谩s, el saqueo ya se ha extendido al mundo desarrollado donde pintan bastos cada vez para m谩s gente.
En la confrontaci贸n entre poder econ贸mico y derechos humanos de la gente, hay que estar con la gente. Otra opci贸n ser铆a ser c贸mplice de una injusticia repugnante y del desastre que nos amenaza.
Xavier Ca帽o Tamayo
Periodista, miembro de ATTAC
Twitter: @xcanotamayo
M. pidi贸 un mes de demora, pero le dieron la callada por respuesta, entonces fue al ayuntamiento de l’Hospitalet y pidi贸 que los alojaran en un albergue, porque en la calle hac铆a mucho fr铆o. No le atendieron. Un d铆a antes del desahucio, a las cinco de la tarde, M sali贸 de su casa con una cuerda al hombro y se ahorc贸 en el parque de las Setas del barrio del Gornal en Hospitalet de Llobregat.
En el primer a帽o de la llamada crisis, con recortes, despidos y aumento creciente de desempleo, se iniciaron miles de desahucios. La gente perd铆a el empleo, no pod铆a pagar la hipoteca o alquiler de la vivienda y los desahuciaban. A la calle. Entre 2008 y 2012, seg煤n informe de la Plataforma de Afectados por le Hipoteca (PAH) hubo casi 245.000 expulsiones de sus viviendas de gente, tanto por impago de hipoteca como de alquiler. Y, en el Reino de Espa帽a, hubo en los primeros meses de crisis m谩s de cuarenta suicidios asociados a desahucios, algunos, para que no hubiera dudas dejaron notas que explicaban la raz贸n de recurrir a tan desesperada medida: quedarse en la calle. ¿Para qu茅 demonios sirve la vigencia legal del derecho a la vivienda, a la vida digna que incluye, si se pasan por el arco del triunfo los derechos de la gente?
Tal vez el error fue incluir tambi茅n en la Declaraci贸n de Derechos Humanos el derecho a la propiedad privada en el art铆culo 17. Sin matices ni aclaraciones. Como una patente de corso, pues parece incuestionable que empezaron los problemas cuando hace miles de a帽os alguien marc贸 un espacio de tierra y dijo: Esto es m铆o. Desde entonces los derechos a una vida digna, al sustento, al trabajo a un techo digno… no casan con ese derecho a la propiedad.
¿Hay alguna raz贸n digna de ser escuchada para que la propiedad sea prioritaria sobre el derecho a la vivienda y a la vida digna?
Vistas las maniobras para vaciar la democracia por grandes empresas y corporaciones, como aprobar los tratados bilaterales TTIP, CETA, TTP…, es evidente que han declarado la guerra a los derechos humanos de la gente. Relacionar desahucios y suicidios pudiera ser considerado extremo, pero esclarece responsabilidades y muestra la cala帽a de la depredaci贸n global que algunos insisten en llamar crisis. Es saqueo puro y duro. La mayor铆a ciudadana forzada al servicio de una obscena minor铆a. El imperio de la codicia sin freno.
Amenazas sobre la gente, tanto o m谩s graves que lo narrado, se ciernen contra los derechos humanos de mucha gente y la protecci贸n de la Naturaleza. ¿Olvida esa minor铆a codiciosa que solo tenemos esta Tierra y sus recursos son limitados? Y no vale proponer emigrar a Marte, no por no factible (al menos todos o muchos), tampoco deseable, puestos a ser sinceros. Adem谩s, resolver los problemas de aqu铆 en otro espacio suena a creencia religiosa; es la vieja fantas铆a de aguantar aqu铆 y ser felices en otra vida mejor.
Pero aterrizando, son amenazas contra la gente y la Tierra los planes mineros, forestales, energ茅ticos, e贸licos, hidroel茅ctricos, termoel茅ctricos… en muchos pa铆ses del anta帽o denominado Tercer Mundo. Planes de corporaciones denunciados por la ciudadan铆a, entidades ind铆genas y otros actores. Proyectos que supondr谩n obscenos beneficios para una reducida minor铆a de accionistas, ejecutivos, c贸mplices acad茅micos, medi谩ticos y pol铆ticos, pero son verdadero saqueo donde se ejecutan en Am茅rica Latina, 脕frica, Asia… Adem谩s, el saqueo ya se ha extendido al mundo desarrollado donde pintan bastos cada vez para m谩s gente.
En la confrontaci贸n entre poder econ贸mico y derechos humanos de la gente, hay que estar con la gente. Otra opci贸n ser铆a ser c贸mplice de una injusticia repugnante y del desastre que nos amenaza.
Xavier Ca帽o Tamayo
Periodista, miembro de ATTAC
Twitter: @xcanotamayo