En 2017 se cumplirán “50 años de ocupación israelí, la más larga de la historia moderna”, y sus políticas, en alusión a ese muro, “han cortado la conexión de Belén con Jerusalén (..) por primera vez en 2000 años de cristiandad”. Mahmud Abás
Belén.- La ciudad palestina de Belén acoge a miles de peregrinos y asume su papel central en el mundo cristiano con motivo de la Navidad aunque, según algunos lugareños, las guerras regionales se proyectan por ahora en la afluencia del turismo.
La emblemática Plaza del Pesebre, junto al lugar en el que según la tradición nació Jesús, es estos días un ir y venir de gentes, con turistas sacándose fotos y trabajadores municipales que dan los últimos toques a las barreras policiales, papeleras y paredes.
Un gran árbol con bolas doradas y una estrella en la punta da la bienvenida a los peregrinos en la emblemática Plaza, mientras a sus pies un belén de frondosas ramas engarzadas recrea el nacimiento.
Según las estadísticas, entre 50.000 y 60.000 peregrinos y turistas llegarán a Belén hasta el 20 de enero, período navideño de los distintos ritos.
Los actos comienzan este sábado con la entrada del administrador apostólico, Pierbattista Pizzaballa, que reemplaza en sus funciones al último patriarca, Fuad Twal, desde que este se jubilara en junio.
Según una antigua tradición, Pizzaballa debe peregrinar a medio día desde Jerusalén a Belén, para lo cual deberá cruzar el muro israelí de hormigón que separa ambas ciudades desde la Segunda Intifada (2000-2005).
En su mensaje navideño, el presidente palestino, Mahmud Abás, recordó que en 2017 se cumplirán “50 años de ocupación israelí, la más larga de la historia moderna”, y que sus políticas, en alusión a ese muro, “han cortado la conexión de Belén con Jerusalén (..) por primera vez en 2000 años de cristiandad”.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aludió al creciente número de cristianos en Israel, lo que atribuye “no a la casualidad, sino al compromiso (de su país) con la libertad religiosa”.
(Con información de EFE)
Belén.- La ciudad palestina de Belén acoge a miles de peregrinos y asume su papel central en el mundo cristiano con motivo de la Navidad aunque, según algunos lugareños, las guerras regionales se proyectan por ahora en la afluencia del turismo.
La emblemática Plaza del Pesebre, junto al lugar en el que según la tradición nació Jesús, es estos días un ir y venir de gentes, con turistas sacándose fotos y trabajadores municipales que dan los últimos toques a las barreras policiales, papeleras y paredes.
Un gran árbol con bolas doradas y una estrella en la punta da la bienvenida a los peregrinos en la emblemática Plaza, mientras a sus pies un belén de frondosas ramas engarzadas recrea el nacimiento.
Según las estadísticas, entre 50.000 y 60.000 peregrinos y turistas llegarán a Belén hasta el 20 de enero, período navideño de los distintos ritos.
Los actos comienzan este sábado con la entrada del administrador apostólico, Pierbattista Pizzaballa, que reemplaza en sus funciones al último patriarca, Fuad Twal, desde que este se jubilara en junio.
Según una antigua tradición, Pizzaballa debe peregrinar a medio día desde Jerusalén a Belén, para lo cual deberá cruzar el muro israelí de hormigón que separa ambas ciudades desde la Segunda Intifada (2000-2005).
En su mensaje navideño, el presidente palestino, Mahmud Abás, recordó que en 2017 se cumplirán “50 años de ocupación israelí, la más larga de la historia moderna”, y que sus políticas, en alusión a ese muro, “han cortado la conexión de Belén con Jerusalén (..) por primera vez en 2000 años de cristiandad”.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aludió al creciente número de cristianos en Israel, lo que atribuye “no a la casualidad, sino al compromiso (de su país) con la libertad religiosa”.
(Con información de EFE)
