OPINI脫N de Ileana Alamilla.- En Guatemala las municipalidades, particularmente los alcaldes, est谩n bajo los reflectores con demasiada frecuencia, y no siempre por las acciones que les corresponden como la primera referencia que tienen los pobladores para acudir a demandar sus derechos, sino por se帽alamientos preocupantes, como los que a continuaci贸n refiero.

Municipalidad de Guatemala
Desde el inicio del a帽o se supo de alcaldes que recibieron contratos despu茅s de tomar posesi贸n; desde marzo, 11 jefes ediles y un concejal se quedaron en el cargo a pesar de que su elecci贸n fue anulada; se帽alamientos de ediles propietarios de empresas proveedoras del Estado; acusaciones de transferir fondos a sus cuentas o las de sus familias; informes de auditor铆a que vinculan a algunos alcaldes con malos manejos de cuentas; alcaldes y sus consejos se帽alados por supuestos actos de corrupci贸n en obras no ejecutadas, tales los casos de Escuintla, Zacualpa y Oratorio; exalcaldes de Santa Rosa sindicados de lavado de dinero y otros activos.
Un jefe edil de Dolores, Pet茅n, fue se帽alado de estar vinculado al lavado de dinero y otros activos. En ese mismo departamento fue asesinado un exalcalde de La Libertad, quien estaba siendo investigado por sospechas de estar vinculado con grupos criminales.
En Almolonga, Quetzaltenango, fueron ligados a proceso siete exfuncionarios ediles sindicados de peculado e incumplimiento de deberes; y recientemente la Contralor铆a de Cuentas ha informado sobre las 20 comunas que de 2012 a 2015 reportan m谩s reparos, entre las que sobresalen las de Quetzaltenango, Villa Nueva, Mixco y Antigua.
El procurador de Derechos Humanos se帽ala en sus informes a las municipalidades de ser los entes obligados a dar informaci贸n que m谩s incumplen con la ley respectiva y los periodistas se帽alan en muchos casos a los alcaldes de agresiones en su contra.
Toda la informaci贸n anteriormente referida nos debe llevar a reflexionar sobre una contradicci贸n cuya existencia es innegable, entre una visi贸n democr谩tica y una realidad porfiadamente diferente. El centralismo es funcional al autoritarismo. La descentralizaci贸n desarrolla la democracia. Fortalecer los poderes locales, considerar fundamental la dimensi贸n territorial en el actuar del Estado, son elementos b谩sicos de aceptaci贸n general, para quienes aspiramos a tener estados democr谩ticos de Derecho.
Pero, sin menoscabo de aceptar que en medio de un raquitismo estatal es controversial pretender la descentralizaci贸n de lo inexistente, las condiciones prevalecientes en los poderes locales deben llevarnos a considerar las limitaciones que predominan para que su fortalecimiento efectivamente signifique, autom谩ticamente, un avance sustancial de la democracia.
Hay muchas cosas que deben tomarse en cuenta en relaci贸n a este tema, tales como el rol del crimen organizado a nivel territorial y local, principalmente en determinadas 谩reas que resultan necesarias para el tr谩nsito de drogas y otros delitos; la corrupci贸n que se expresa en muchos alcaldes y sus corporaciones; el caciquismo que avasalla a esas poblaciones; la prepotencia que desafortunadamente se manifiesta en la conducta de muchas autoridades locales; y otras m谩s que ser铆a prolijo enumerar.
Estas consideraciones no pretenden cuestionar, de manera alguna las virtudes democr谩ticas de la descentralizaci贸n como efectivo traspaso de poder pol铆tico. Son solo llamadas de atenci贸n para que aquellos que defienden este axioma democr谩tico tambi茅n comprendan las batallas que deben darse para que, paralelamente a la reivindicaci贸n e impulso de la descentralizaci贸n, se promueva con igual ah铆nco la lucha por sanear los poderes locales. No hacerlo ser铆a contraproducente.
PD: mil gracias a la C谩mara Guatemalteca de Periodismo por el pergamino que me entregaron, y a los Cronistas Deportivos Guatemaltecos por declararme la Periodista del A帽o 2016.
Desde el inicio del a帽o se supo de alcaldes que recibieron contratos despu茅s de tomar posesi贸n; desde marzo, 11 jefes ediles y un concejal se quedaron en el cargo a pesar de que su elecci贸n fue anulada; se帽alamientos de ediles propietarios de empresas proveedoras del Estado; acusaciones de transferir fondos a sus cuentas o las de sus familias; informes de auditor铆a que vinculan a algunos alcaldes con malos manejos de cuentas; alcaldes y sus consejos se帽alados por supuestos actos de corrupci贸n en obras no ejecutadas, tales los casos de Escuintla, Zacualpa y Oratorio; exalcaldes de Santa Rosa sindicados de lavado de dinero y otros activos.
Un jefe edil de Dolores, Pet茅n, fue se帽alado de estar vinculado al lavado de dinero y otros activos. En ese mismo departamento fue asesinado un exalcalde de La Libertad, quien estaba siendo investigado por sospechas de estar vinculado con grupos criminales.
En Almolonga, Quetzaltenango, fueron ligados a proceso siete exfuncionarios ediles sindicados de peculado e incumplimiento de deberes; y recientemente la Contralor铆a de Cuentas ha informado sobre las 20 comunas que de 2012 a 2015 reportan m谩s reparos, entre las que sobresalen las de Quetzaltenango, Villa Nueva, Mixco y Antigua.
El procurador de Derechos Humanos se帽ala en sus informes a las municipalidades de ser los entes obligados a dar informaci贸n que m谩s incumplen con la ley respectiva y los periodistas se帽alan en muchos casos a los alcaldes de agresiones en su contra.
Toda la informaci贸n anteriormente referida nos debe llevar a reflexionar sobre una contradicci贸n cuya existencia es innegable, entre una visi贸n democr谩tica y una realidad porfiadamente diferente. El centralismo es funcional al autoritarismo. La descentralizaci贸n desarrolla la democracia. Fortalecer los poderes locales, considerar fundamental la dimensi贸n territorial en el actuar del Estado, son elementos b谩sicos de aceptaci贸n general, para quienes aspiramos a tener estados democr谩ticos de Derecho.
Pero, sin menoscabo de aceptar que en medio de un raquitismo estatal es controversial pretender la descentralizaci贸n de lo inexistente, las condiciones prevalecientes en los poderes locales deben llevarnos a considerar las limitaciones que predominan para que su fortalecimiento efectivamente signifique, autom谩ticamente, un avance sustancial de la democracia.
Hay muchas cosas que deben tomarse en cuenta en relaci贸n a este tema, tales como el rol del crimen organizado a nivel territorial y local, principalmente en determinadas 谩reas que resultan necesarias para el tr谩nsito de drogas y otros delitos; la corrupci贸n que se expresa en muchos alcaldes y sus corporaciones; el caciquismo que avasalla a esas poblaciones; la prepotencia que desafortunadamente se manifiesta en la conducta de muchas autoridades locales; y otras m谩s que ser铆a prolijo enumerar.
Estas consideraciones no pretenden cuestionar, de manera alguna las virtudes democr谩ticas de la descentralizaci贸n como efectivo traspaso de poder pol铆tico. Son solo llamadas de atenci贸n para que aquellos que defienden este axioma democr谩tico tambi茅n comprendan las batallas que deben darse para que, paralelamente a la reivindicaci贸n e impulso de la descentralizaci贸n, se promueva con igual ah铆nco la lucha por sanear los poderes locales. No hacerlo ser铆a contraproducente.
PD: mil gracias a la C谩mara Guatemalteca de Periodismo por el pergamino que me entregaron, y a los Cronistas Deportivos Guatemaltecos por declararme la Periodista del A帽o 2016.