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Trabajo. Techo. Tierra

OPINI脫N de Jos茅 Carlos Garc铆a Fajardo.- Estos fueron los temas que el Papa exigi贸 en el Encuentro de Movimientos Populares en Roma en el que participaron activistas de 65 pa铆ses. As铆 como la participaci贸n del pueblo en una aut茅ntica democracia, la prioridad del cambio clim谩tico y el cuidado del ambiente y la naturaleza, as铆 como al tema candente de los refugiados y de los migrantes forzados.

Este fue el mensaje a los excluidos en un planeta en el que la explosi贸n demogr谩fica es el arma de destrucci贸n masiva m谩s delet茅rea al pasar en un siglo de mil trescientos millones de seres humanos a cerca de siete mil quinientos millones.

Les pidi贸 alzarse contra la tiran铆a del dinero: “Hay un terrorismo de base que emana del control global del dinero sobre la tierra y atenta contra la humanidad. De ese terrorismo se nutren otros derivados como el narcoterrorismo, el terrorismo de Estado y lo que algunos llaman ‘terrorismo 茅tnico’ o ‘religioso’, pero ning煤n pueblo, ninguna religi贸n es terrorista, aunque haya grupos fundamentalistas en todos lados. El terrorismo empieza cuando ‘has desechado la maravilla de la creaci贸n, el hombre y la mujer, y has puesto all铆 el dinero’.

Ninguna tiran铆a se sostiene sin explotar nuestros miedos. De ah铆 que toda tiran铆a sea terrorista. Y cuando ese terror, que se sembr贸 en las periferias, con masacres, saqueos, opresi贸n e injusticia, explota en los centros con distintas formas de violencia, incluso con atentados odiosos y cobardes, los ciudadanos que a煤n conservan algunos derechos son tentados con la falsa seguridad de los muros f铆sicos o sociales. Muros que encierran a unos y destierran a otros. Ciudadanos amurallados, aterrorizados, de un lado; excluidos, desterrados, m谩s aterrorizados todav铆a, del otro.

Este sistema est谩 atrofiado 茅ticamente con apariencia de desarrollo: crecimiento econ贸mico, avances t茅cnicos, mayor «eficiencia» para producir cosas que se compran, usan y tiran en una din谩mica del descarte… pero este mundo no permite el desarrollo del ser humano en su integralidad, el desarrollo que no se reduce al consumo ni al bienestar de pocos sino que incluye a todos los pueblos en la plenitud de su dignidad. Ese es el desarrollo que necesitamos: humano, integral, respetuoso de la Creaci贸n, de esta casa com煤n.

¿Qu茅 le pasa a esta sociedad que, cuando se produce la bancarrota de un banco, aparecen sumas escandalosas para salvarlo, pero cuando se produce esta bancarrota de la humanidad dicen que no hay medios para salvar a esos hermanos que sufren? El Mediterr谩neo se ha convertido en un cementerio, y otros tantos junto a los muros manchados de sangre inocente. El miedo endurece el coraz贸n y se transforma en crueldad ciega que se niega a ver la sangre, el dolor, el rostro del otro.
“Les pido que ejerciten esa solidaridad que existe entre los que han sufrido. Ustedes saben recuperar f谩bricas de la bancarrota, reciclar lo que otros tiran, crear puestos de trabajo, labrar la tierra, construir viviendas, integrar barrios segregados y reclamar sin descanso como esa viuda del Evangelio que pide justicia con insistencia. Tal vez con vuestro ejemplo y su insistencia, algunos Estados y Organismos internacionales adopten medidas adecuadas para integrar a todos los que buscan refugio lejos de su hogar. Y para enfrentar las causas por las que miles de hombres, mujeres y ni帽os son expulsados de su tierra natal”.

La relaci贸n entre pueblo y democracia deber铆a ser natural y fluida pero ha llegado a ser irreconocible. La brecha entre los pueblos y nuestras formas actuales de democracia se agranda como consecuencia del enorme poder de los grupos econ贸micos y medi谩ticos que las dominan. Los movimientos populares no son partidos pol铆ticos y en eso radica su riqueza, expresan una din谩mica vital de participaci贸n social en la vida p煤blica. “Pero no tengan miedo de meterse en Pol铆tica con may煤scula porque esta ofrece un camino serio y dif铆cil para cumplir el deber grave que tenemos de servir a los dem谩s». O esa frase que el Papa repite tantas veces: “La pol铆tica es una de las formas m谩s altas de la caridad, del amor”.

Las organizaciones de tantos sectores de la sociedad, est谩n llamados a refundar las democracias que pasan por semejante crisis. No caigan en la tentaci贸n de que los reduzcan a actores secundarios, meros administradores de la miseria existente. En estos tiempos de par谩lisis, desorientaci贸n y propuestas destructivas, la participaci贸n de los pueblos que buscan el bien com煤n puede vencer a los falsos profetas que explotan el miedo y la desesperanza, que venden odio y crueldad o un bienestar ego铆sta y una seguridad ilusoria.

Sabemos que mientras no se resuelvan los problemas de los pobres, desechando la autonom铆a absoluta de los mercados y de la especulaci贸n financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolver谩n los problemas del mundo ni ning煤n problema. “La inequidad es ra铆z de los males sociales”.

Francisco promueve una sobriedad compartida. “Hay corrupci贸n en la pol铆tica, en las empresas, en medios de comunicaci贸n, en iglesias y hay corrupci贸n en organizaciones sociales y populares. Hay una corrupci贸n naturalizada en 谩mbitos de la vida econ贸mica, en particular la actividad financiera, y que tiene menos prensa que la corrupci贸n ligada al 谩mbito pol铆tico y social. Quienes han optado por una vida de solidaridad y de justicia tienen que servir con un fuerte sentido de la austeridad y la rebeld铆a. Esto vale para los pol铆ticos pero tambi茅n vale para los dirigentes sociales y para nosotros, los pastores.

La corrupci贸n, la soberbia, el exhibicionismo de los dirigentes aumenta el descreimiento colectivo, la sensaci贸n de desamparo y retroalimenta el mecanismo del miedo que sostiene este sistema inicuo. “Alguien debe tener un poco de sentido, y esa es la persona fuerte y comprometida. La persona que puede romper la cadena del odio, la cadena del mal”. Todos juntos podremos m谩s que los criminales que detentan poderes de corrupci贸n, de injusticia y de codicia.



Jos茅 Carlos Garc铆a Fajardo

Profesor Em茅rito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)

Twitter: @GarciaFajardoJC




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