La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) aseveró que tras el cierre de las fronteras de la ruta hacia Europa por el occidente de Balcanes y el acuerdo entre Turquía y la Unión Europea en marzo de 2016, el número de personas que llega a Grecia por esa vía ha disminuido considerablemente.
Personas migrantes y refugiadas rescatadas en el Mediterráneo, cerca de las costas de Sicilia, Italia. Foto: OIM/Francesco Malavolta
Sin embargo, un nuevo estudio de esa Agencia reveló que los flujos de migrantes y refugiados continúan, sólo que ahora toman caminos más diversos y arriesgados, además de que recurren a traficantes debido a la falta de opciones de acceso legal a Europa.
El informe indicó que el año pasado llegaron por mar a Italia 181.436 personas, de las cuales el 90% cruzó el Mediterráneo desde Libia. Italia se ha convertido en el principal punto de entrada a Europa, agregó.
Según el documento, muchos de los arribos a Italia fueron de personas que precisan protección internacional o que fueron víctimas de trata.
Los grupos nacionales más numerosos fueron los nigerianos y los eritreos.
ACNUR informó que los niños no acompañados o separados de sus familias durante el viaje sumaron 25.000 en 2016, el doble los menores llegados a Italia en 2015.
El organismo subrayó que la travesía a Italia es especialmente arriesgada, con una persona muerta por cada 40 que emprenden el viaje.