OPINI脫N de Mauricio Casta帽o H., Colombia.-Los ojos s铆 ven pero el coraz贸n no siente. Sucede con la peligrosa rutina, de tanto ver ya no ves, todo se vuelve parte del paisaje. El bosque no deja ver los 谩rboles! Caminar las calles de Medell铆n como las de Bogot谩 o Cali reflejan el paisaje colombiano de la inequidad, de las grandes desigualdades entre los pocos que tienen mucho y los muchos que poco tienen. Comprensible que la capital antioque帽a sea la ciudad m谩s inequitativa de Colombia entera. Adem谩s durante varios cuatrienios ocupa los peores lugares en las pruebas que dan cuenta de la calidad educativa, esto pese a que los mandatarios la declarasen como su prioridad.

Caminar las calles de la ciudad es presenciar miles de venteros ambulantes informales que se toman las aceras y las calles, muchos de ellos son puestos all铆 como recompensa pol铆tica, sus permisos son de ley, esto equivale a la privatizaci贸n del espacio p煤blico por parte de los mismos hombres de Poder, en contrav铆a del deber ser de los bienes comunes, del espacio p煤blico que deber铆a resguardarse para el disfrute de todos, para la libre circulaci贸n.

Pero dec铆a del caminar por aqu铆 y por all谩 es encontrarse con la licuadora loca del mundo de la exclusi贸n, pobres y m谩s pobres, ladrones y m谩s ladrones que quieren arrebatar lo ajeno para asegurar una miga de pan. Pillos aqu铆 y all谩 que despliegan su gran empresa criminal con sus millonarias cobranzas semanales a los peque帽os, medianos y grandes negocios a cambio de protegerlos de los atracos, del hampa. Y quien no paga, los pillos mismos mandan a robarlos. Y como 煤ltimo recurso sobreviene el asesinato, es parte del negocio, business is business. Sabido es que la muerte violenta produce escarmiento, pues el miedo producido mantiene el respeto requerido para el ejercicio criminal.
Es una metodolog铆a ya muy usada que es de gran rentabilidad y de eficaz propagaci贸n, que advierte del miedo que se le debe guardar al verdugo. Por toda la ciudad pululan bandas criminales en disputa de los territorios que controlan sus plazas o negocios del vicio o del micro tr谩fico, hace tiempo hablan de m谩s de doscientos grupos, que se incrementan d铆a tras d铆a con miles de muchachos que esperan parados en las esquinas de los barrios la m谩s m铆nima se帽a para emplearse en su 煤nica oferta laboral que tienen en sus vidas.

Caminar y caminar, pasas del cuchillo a la bala asesina, a las calles de las bacanales, del sexo y las drogas. Hombres en chanclas y bermudas, muchos de ellos malolientes y con un espa帽ol atropellado van en busca de los excesos de la vida, van apresurados como vergas andantes en busca de una sonrisa vertical, todo lo que puedan permitirse con la conversi贸n del d贸lar. Es maravilla esa proporci贸n de uno a tres mil, all谩, all谩 en sus pa铆ses de origen simples peones ordinarios, ac谩 hechos todos unos pr铆ncipes, ello explica esa afluencia en masa de rancheros gringos en busca del para铆so perdido, en busca de la gran vida de Reyes, como en el ajedrez un pe贸n puede alcanzar el valor de un rey.
La ciudad celebra su rengl贸n de turismo. El comercio sexual se posiciona fuerte en la Medell铆n primaveral, variados portales en la web ofrecen el cuerpo deseado, las adolescentes son cada vez seducidas por las pagas generosas que no tienen cuando alcanzar en otro espacio laboral. Es toda una cadena productiva que las autoridades celebran como ciudad tur铆stica, claro, s贸lo resaltan las sucias ganancias pero nada dicen del saldo de miseria: ni帽os prostituidos, adolescentes inducidos al consumo de estupefacientes y usados sexualmente como dep贸sitos de semen de turistas lujuriosos. Y las ganancias no circulan, quedan en los grandes inversores de los paquetes tur铆sticos, en la ciudad s贸lo queda la suciedad en las calles, los j贸venes prostituidos y la cultura del consumo de alucin贸genos, j贸venes que despu茅s de su vida 煤til est谩n a un paso de la indigencia. Es el lado perverso del irreglado turismo.
Pero aconsejable es no caminar mucho, pues adem谩s del pu帽al que puedas topar al doblar la esquina, la gran contaminaci贸n atmosf茅rica te pueden mandar de cama. Los reportes en Medell铆n hablan del aumento de las enfermedades respiratorias. Hay momentos en que el sol no puede romper las nubes mugrosas de holl铆n. Explicable el 茅xodo que los ricos hacen hacia territorios m谩s limpios y tranquilos como viene sucediendo con el territorio Llano Grande, lejos de la miseria y las bacanales escandalosos y lujuriosos del ranchero turista.
El paisaje pintado es de creciente inequidad social, de poluci贸n y deterioro ambiental, de la toma de la ciudad por el mundo criminal. Y a todas estas ¿qu茅 dicen los hombres de Poder? Nada pertinente, pasan de agache ante las problem谩ticas, importa m谩s tener contentos a los empresarios que financian sus ambiciones de poder. Nada se dice de la industria automotriz y las f谩bricas que contaminan a todo dar. El mandatario le preocupa m谩s la encuesta de turno, su imagen de chico alternativo para la pr贸xima toma de la pantalla chica, le afana m谩s acertar en el s贸lo eslogan que vender谩 la vanidad de una ciudad de ensue帽o y progreso, la ciudad de la eterna primavera. Preocupa m谩s c贸mo asegurar la imagen de gobernante, c贸mo estar en el recordatorio de la gente para que en el d铆a de ma帽ana lo voten en las urnas. Recordemos que todos estos mandatarios quieren ser presidentes de Colombia, recordemos tambi茅n que el poder es adictivo, todos quieren ser vanagloriados, todos quieren buscar los grandes contratos, todos quieren ser hombres de riqueza.
Importa mucho el marketing pol铆tico y por supuesto asegurar que las cajas registradoras no paren de sonar, as铆 los negociantes estar谩n sonrientes y complacientes. Por eso cuando vayas caminando por las calles de la ciudad y veas toda esa inequidad, todo ese contra sentido de ciudad, puedes entender por qu茅 no se dice nada, porque se guarda silencio.
Si culminas la caminata y posas en el sill贸n… encendida la televisi贸n, el canal local rueda pura propaganda, el mandatario habla sin parar con tono de delicadeza nasal y con exceso de adjetivos de gentes maravillosas, absolutamente precioso, hermosos ni帽os, ciudad verraca. El alcalde mostrando, inaugurando obras, es la figura formateada que afana en agradar a su audiencia. As铆 la ciudad real vaya por el despe帽adero de la inequidad.

Caminar las calles de la ciudad es presenciar miles de venteros ambulantes informales que se toman las aceras y las calles, muchos de ellos son puestos all铆 como recompensa pol铆tica, sus permisos son de ley, esto equivale a la privatizaci贸n del espacio p煤blico por parte de los mismos hombres de Poder, en contrav铆a del deber ser de los bienes comunes, del espacio p煤blico que deber铆a resguardarse para el disfrute de todos, para la libre circulaci贸n.

Pero dec铆a del caminar por aqu铆 y por all谩 es encontrarse con la licuadora loca del mundo de la exclusi贸n, pobres y m谩s pobres, ladrones y m谩s ladrones que quieren arrebatar lo ajeno para asegurar una miga de pan. Pillos aqu铆 y all谩 que despliegan su gran empresa criminal con sus millonarias cobranzas semanales a los peque帽os, medianos y grandes negocios a cambio de protegerlos de los atracos, del hampa. Y quien no paga, los pillos mismos mandan a robarlos. Y como 煤ltimo recurso sobreviene el asesinato, es parte del negocio, business is business. Sabido es que la muerte violenta produce escarmiento, pues el miedo producido mantiene el respeto requerido para el ejercicio criminal.
Es una metodolog铆a ya muy usada que es de gran rentabilidad y de eficaz propagaci贸n, que advierte del miedo que se le debe guardar al verdugo. Por toda la ciudad pululan bandas criminales en disputa de los territorios que controlan sus plazas o negocios del vicio o del micro tr谩fico, hace tiempo hablan de m谩s de doscientos grupos, que se incrementan d铆a tras d铆a con miles de muchachos que esperan parados en las esquinas de los barrios la m谩s m铆nima se帽a para emplearse en su 煤nica oferta laboral que tienen en sus vidas.

Caminar y caminar, pasas del cuchillo a la bala asesina, a las calles de las bacanales, del sexo y las drogas. Hombres en chanclas y bermudas, muchos de ellos malolientes y con un espa帽ol atropellado van en busca de los excesos de la vida, van apresurados como vergas andantes en busca de una sonrisa vertical, todo lo que puedan permitirse con la conversi贸n del d贸lar. Es maravilla esa proporci贸n de uno a tres mil, all谩, all谩 en sus pa铆ses de origen simples peones ordinarios, ac谩 hechos todos unos pr铆ncipes, ello explica esa afluencia en masa de rancheros gringos en busca del para铆so perdido, en busca de la gran vida de Reyes, como en el ajedrez un pe贸n puede alcanzar el valor de un rey.
La ciudad celebra su rengl贸n de turismo. El comercio sexual se posiciona fuerte en la Medell铆n primaveral, variados portales en la web ofrecen el cuerpo deseado, las adolescentes son cada vez seducidas por las pagas generosas que no tienen cuando alcanzar en otro espacio laboral. Es toda una cadena productiva que las autoridades celebran como ciudad tur铆stica, claro, s贸lo resaltan las sucias ganancias pero nada dicen del saldo de miseria: ni帽os prostituidos, adolescentes inducidos al consumo de estupefacientes y usados sexualmente como dep贸sitos de semen de turistas lujuriosos. Y las ganancias no circulan, quedan en los grandes inversores de los paquetes tur铆sticos, en la ciudad s贸lo queda la suciedad en las calles, los j贸venes prostituidos y la cultura del consumo de alucin贸genos, j贸venes que despu茅s de su vida 煤til est谩n a un paso de la indigencia. Es el lado perverso del irreglado turismo.
Pero aconsejable es no caminar mucho, pues adem谩s del pu帽al que puedas topar al doblar la esquina, la gran contaminaci贸n atmosf茅rica te pueden mandar de cama. Los reportes en Medell铆n hablan del aumento de las enfermedades respiratorias. Hay momentos en que el sol no puede romper las nubes mugrosas de holl铆n. Explicable el 茅xodo que los ricos hacen hacia territorios m谩s limpios y tranquilos como viene sucediendo con el territorio Llano Grande, lejos de la miseria y las bacanales escandalosos y lujuriosos del ranchero turista.
El paisaje pintado es de creciente inequidad social, de poluci贸n y deterioro ambiental, de la toma de la ciudad por el mundo criminal. Y a todas estas ¿qu茅 dicen los hombres de Poder? Nada pertinente, pasan de agache ante las problem谩ticas, importa m谩s tener contentos a los empresarios que financian sus ambiciones de poder. Nada se dice de la industria automotriz y las f谩bricas que contaminan a todo dar. El mandatario le preocupa m谩s la encuesta de turno, su imagen de chico alternativo para la pr贸xima toma de la pantalla chica, le afana m谩s acertar en el s贸lo eslogan que vender谩 la vanidad de una ciudad de ensue帽o y progreso, la ciudad de la eterna primavera. Preocupa m谩s c贸mo asegurar la imagen de gobernante, c贸mo estar en el recordatorio de la gente para que en el d铆a de ma帽ana lo voten en las urnas. Recordemos que todos estos mandatarios quieren ser presidentes de Colombia, recordemos tambi茅n que el poder es adictivo, todos quieren ser vanagloriados, todos quieren buscar los grandes contratos, todos quieren ser hombres de riqueza.
Importa mucho el marketing pol铆tico y por supuesto asegurar que las cajas registradoras no paren de sonar, as铆 los negociantes estar谩n sonrientes y complacientes. Por eso cuando vayas caminando por las calles de la ciudad y veas toda esa inequidad, todo ese contra sentido de ciudad, puedes entender por qu茅 no se dice nada, porque se guarda silencio.
Si culminas la caminata y posas en el sill贸n… encendida la televisi贸n, el canal local rueda pura propaganda, el mandatario habla sin parar con tono de delicadeza nasal y con exceso de adjetivos de gentes maravillosas, absolutamente precioso, hermosos ni帽os, ciudad verraca. El alcalde mostrando, inaugurando obras, es la figura formateada que afana en agradar a su audiencia. As铆 la ciudad real vaya por el despe帽adero de la inequidad.