OPINIÓN Emilio Cafassi, Argentina.- Hoy* se pone en línea la página web http://cuartointermedio.org que invita a todo aquel que se sienta frenteamplista a participar igualitariamente de la aventura de elaboración colectiva de propuestas, de debate e interacción entre verdaderos pares. Con la excusa del Congreso del FA (que se comenzó a celebrar en noviembre del año pasado y que, mediante un cuarto intermedio, debería retomarse a principios de abril), esta herramienta online pretende empoderar al militante y darle un canal expresivo a la gran mayoría de frentistas, hoy asordinados. Es decir, compañeros y compañeras, desde la presidencia hasta el último simpatizante que quiera intervenir en los debates del Congreso, realizar aportes, tomar contacto con otros integrantes o bien simplemente acceder a información y conocer las propuestas y opiniones. No es una iniciativa exclusiva para delegados congresales, sino para todo el pueblo frenteamplista. Una invitación a despertar.
El Frente Amplio uruguayo (FA) tiene inmediatamente la responsabilidad de organizar y conducir los debates del Congreso que, como decía, debería retomarse el primer fin de semana de abril. El uso del condicional se debe a que -al menos- a los comités de base, no ha llegado comunicación alguna que informe fecha ni menos aún temario, procedimientos de participación o el estímulo indispensable para volver a ponerse en movimiento y encarar esta segunda etapa con tan solo un mes de tiempo. Infiero la fecha simplemente por un reportaje en la prensa al Presidente del FA. Como por la prensa también nos enteramos, con particular tergiversación, de algunos puntos de un borrador de documento de la comisión de programa relativo a la rendición de cuentas que se someterá a debate en el parlamento, sobre lo cual volveré más adelante.
Se percibe un silencio desconcertante y a la vez desmoralizador. ¿Nada sabemos entonces? No es tan así, cosa que sin embargo no desmiente la aseveración anterior. A través de dirigentes, militantes de sectores integrantes de alguna de las instancias de dirección o comisiones (si se persiste en la curiosidad y las inquietudes), algo puede saberse. Eso sí, con tal nivel de informalidad e inorganicidad que siempre puede provocar equívocos y malos entendidos.
Sin duda la tarea de ordenamiento, difusión y organización no resulta sencilla, como ningún paso organizativo para una fuerza política de la magnitud y diversidad que exhibe el FA. El muy inédito carácter de coalición y movimiento dificulta a la vez poder mensurar hasta dónde la parálisis se debe a una propensión burocratizante, algo inevitable como tendencia (aunque atenuable mediante institutos específicos de distribución del poder y contrapeso que hoy están ausentes), y hasta dónde a un atraso en la utilización de herramientas de comunicación, sin descartar concepciones pasivizantes y concentradoras de la gestión política, es decir del poder. Como mínimo, una organización de izquierda como el FA debe romper con todo monopolio de la información y su manejo autoritario, que constituye un mecanismo de dominio en organizaciones de todo tipo, tanto como con los “secretos” del quehacer dirigente que reproduce en el plano institucional la división capitalista del trabajo con su correspondiente jerarquización sociocultural. Mientras unos se reservan la tarea creativa de la elaboración,
oratoria y la crítica, otros parecen estar condenados a las tareas grises, rutinarias, deslibidinizadas. Aquellos que con mayor frecuencia terminan recluyéndose en sus hogares. No creo sin embargo que esta sea la intención de quienes detentan responsabilidades organizativas, pero los resultados desmovilizadores hablan por sí mismos de las distancias entre intenciones y logros.
El caso de la comisión de programa que mencioné al comienzo muestra justamente las consecuencias de la ausencia o dilación de la distribución informativa. La presidenta de la comisión, la senadora Constanza Moreira, desmontó en una columna de la edición del lunes, las maniobras y operaciones de prensa que mediante la filtración de un documento realizó el principal diario de la derecha uruguaya. Y concluyó que en adelante los documentos de tal comisión se subirían a la web del FA. Sin duda una medida para celebrar, aunque ¿hacía falta que se filtrara un texto y que la derecha pretendiera organizar un escándalo para adoptar este tan importante como elemental paso? ¿La transparencia, no debiera surgir del propio proyecto político frentista? Pero una vez formulado aparece una posterior dificultad práctica como la obsolescencia y penuria de la página del FA, como ya tuve oportunidad de explayarme en un artículo de diciembre pasado, obstaculizando la iniciativa de la senadora. De hecho aún no pude hallar el documento de la comisión allí. Y como si fuera poco, en el caso ideal de que los documentos se publiquen inmediatamente, sólo actuaría en una única dirección de las limitaciones a las que aludo: la de la circulación de arriba hacia abajo, sin devolución, ni interacción alguna. Aún unidireccionalmente el problema está lejos de resolverse. En la sección “participación” donde se invita a suscribirse para recibir semanalmente un boletín de noticias (como si informarse fuera sinónimo de participar), sigue apareciendo por respuesta que “próximamente encontrarás el formulario para suscribirte”.
Ante estas debilidades, cuartointermedio.org, plantea como opción la multidireccionalidad. Tanto salva el baldío informativo cuanto la intervención de todos los participantes mediante comentarios interactivos, ciñéndose prioritariamente en su comienzo por el documento a debatir en el congreso. Y lo hace desde la horizontalidad, sin jerarquización alguna, ya que cualquiera interviene en plena igualdad de condiciones. Hasta puede también mensurar la aprobación o desaprobación de propuestas o iniciativas a través de un simple clic sobre una manito con pulgar arriba o abajo.
Ayudará probablemente a los propios delegados al congreso, no sólo a llegar a esta culminación más informados sino también con mayor elaboración de sus propias posiciones y propuestas que el procedimiento asambleario, que es el que con acierto se aplica en el Congreso, no puede evitar y hasta facilita. Como por ejemplo recibiendo información oralmente en el acto, lo que obliga a una enorme concentración y a fijar posición ante mociones imprevistas. La posibilidad de conocer y debatir previamente argumentaciones hace que las intervenciones no estén tan condicionadas por capacidades personales como las de oratoria, permitiendo morigerar las desigualdades.
Esta página web que se sube hoy es un intento exploratorio de lograr mayor democraticidad y eficiencia del frenteamplismo y asegurar el desarrollo de la comunidad política que regula. No confronta con autoridad, sector o comisión alguna sino con el quietismo y la insularidad. Llama a involucrarse, juntarse y conocerse, en busca de una sinergia colectiva. En verdad de la que supo tener cuando estas tecnologías no existían o eran incipientes y que fue aletargándose.
Podría pensarse que es un proyecto para millenians o expertos en computación, pero es simplemente el camino más directo e inmediatamente realizable de interconectar y darles voz a militantes individuales, sectores, autoridades y hasta simpatizantes. Mi única preferencia es la participación activa y la distribución del poder decisional. Si los mensajes llegan en papel, en pantallas o en señales de humo, me es indiferente. Si el voto se ejerce con una cartulina, electrónicamente o por telepatía, también me lo será. En caso de encontrar mejores soportes para abrir canales de expresión, implicancia y participación, mejor aún, cualequiera sean. Pero particularmente en Uruguay, la penetración de internet atraviesa la estratificación social e inclusive generacional como para circunscribir la experiencia a la clase media juvenil. Aún si hubiera limitaciones entre los frenteamplistas, siempre será más fácil y rápido transferir al papel un texto digital que digitalizar una página escrita.
Pero solo con concepciones sobre la socialización del poder, la distribución de las decisiones o la voluntad participativa no se lograría cuartointermedio.org. Tuvo que sumarse la filosofía de conocimiento acumulativo del software libre, la predisposición militante y el saber experto de la Fundación Democracia en Red de Argentina para implementar este hábitat político que invita a la vecindad virtual con impacto real. La muy reciente asamblea de Podemos en España, equivalente al Congreso del FA, se valió de recursos muy similares para funcionar, partiendo de la experiencia de la asamblea anterior precisamente sostenida por el software de esta Fundación.
Leer, comentar, proponer, discutir, interactuar, no son actividades ajenas a la vida cotidiana de las izquierdas. Por el contrario, a diferencia de los conservadores, las múltiples fuerzas del cambio se han valido mucho más de la militancia de cercanía que de la propaganda mediática. Pero más aún lo requiere un modelo tan complejo y heterogéneo como el FA. No tiene nada de innovador invitar a los frenteamplistas a comprometerse con la construcción colectiva de la propia fuerza y aportar a la toma de decisiones. Apenas si lo es el entorno tecnológico de esta propuesta.
La verdadera novedad será el resurgimiento.
El Frente Amplio uruguayo (FA) tiene inmediatamente la responsabilidad de organizar y conducir los debates del Congreso que, como decía, debería retomarse el primer fin de semana de abril. El uso del condicional se debe a que -al menos- a los comités de base, no ha llegado comunicación alguna que informe fecha ni menos aún temario, procedimientos de participación o el estímulo indispensable para volver a ponerse en movimiento y encarar esta segunda etapa con tan solo un mes de tiempo. Infiero la fecha simplemente por un reportaje en la prensa al Presidente del FA. Como por la prensa también nos enteramos, con particular tergiversación, de algunos puntos de un borrador de documento de la comisión de programa relativo a la rendición de cuentas que se someterá a debate en el parlamento, sobre lo cual volveré más adelante.
Se percibe un silencio desconcertante y a la vez desmoralizador. ¿Nada sabemos entonces? No es tan así, cosa que sin embargo no desmiente la aseveración anterior. A través de dirigentes, militantes de sectores integrantes de alguna de las instancias de dirección o comisiones (si se persiste en la curiosidad y las inquietudes), algo puede saberse. Eso sí, con tal nivel de informalidad e inorganicidad que siempre puede provocar equívocos y malos entendidos.
Sin duda la tarea de ordenamiento, difusión y organización no resulta sencilla, como ningún paso organizativo para una fuerza política de la magnitud y diversidad que exhibe el FA. El muy inédito carácter de coalición y movimiento dificulta a la vez poder mensurar hasta dónde la parálisis se debe a una propensión burocratizante, algo inevitable como tendencia (aunque atenuable mediante institutos específicos de distribución del poder y contrapeso que hoy están ausentes), y hasta dónde a un atraso en la utilización de herramientas de comunicación, sin descartar concepciones pasivizantes y concentradoras de la gestión política, es decir del poder. Como mínimo, una organización de izquierda como el FA debe romper con todo monopolio de la información y su manejo autoritario, que constituye un mecanismo de dominio en organizaciones de todo tipo, tanto como con los “secretos” del quehacer dirigente que reproduce en el plano institucional la división capitalista del trabajo con su correspondiente jerarquización sociocultural. Mientras unos se reservan la tarea creativa de la elaboración,
oratoria y la crítica, otros parecen estar condenados a las tareas grises, rutinarias, deslibidinizadas. Aquellos que con mayor frecuencia terminan recluyéndose en sus hogares. No creo sin embargo que esta sea la intención de quienes detentan responsabilidades organizativas, pero los resultados desmovilizadores hablan por sí mismos de las distancias entre intenciones y logros.
El caso de la comisión de programa que mencioné al comienzo muestra justamente las consecuencias de la ausencia o dilación de la distribución informativa. La presidenta de la comisión, la senadora Constanza Moreira, desmontó en una columna de la edición del lunes, las maniobras y operaciones de prensa que mediante la filtración de un documento realizó el principal diario de la derecha uruguaya. Y concluyó que en adelante los documentos de tal comisión se subirían a la web del FA. Sin duda una medida para celebrar, aunque ¿hacía falta que se filtrara un texto y que la derecha pretendiera organizar un escándalo para adoptar este tan importante como elemental paso? ¿La transparencia, no debiera surgir del propio proyecto político frentista? Pero una vez formulado aparece una posterior dificultad práctica como la obsolescencia y penuria de la página del FA, como ya tuve oportunidad de explayarme en un artículo de diciembre pasado, obstaculizando la iniciativa de la senadora. De hecho aún no pude hallar el documento de la comisión allí. Y como si fuera poco, en el caso ideal de que los documentos se publiquen inmediatamente, sólo actuaría en una única dirección de las limitaciones a las que aludo: la de la circulación de arriba hacia abajo, sin devolución, ni interacción alguna. Aún unidireccionalmente el problema está lejos de resolverse. En la sección “participación” donde se invita a suscribirse para recibir semanalmente un boletín de noticias (como si informarse fuera sinónimo de participar), sigue apareciendo por respuesta que “próximamente encontrarás el formulario para suscribirte”.
Ante estas debilidades, cuartointermedio.org, plantea como opción la multidireccionalidad. Tanto salva el baldío informativo cuanto la intervención de todos los participantes mediante comentarios interactivos, ciñéndose prioritariamente en su comienzo por el documento a debatir en el congreso. Y lo hace desde la horizontalidad, sin jerarquización alguna, ya que cualquiera interviene en plena igualdad de condiciones. Hasta puede también mensurar la aprobación o desaprobación de propuestas o iniciativas a través de un simple clic sobre una manito con pulgar arriba o abajo.
Ayudará probablemente a los propios delegados al congreso, no sólo a llegar a esta culminación más informados sino también con mayor elaboración de sus propias posiciones y propuestas que el procedimiento asambleario, que es el que con acierto se aplica en el Congreso, no puede evitar y hasta facilita. Como por ejemplo recibiendo información oralmente en el acto, lo que obliga a una enorme concentración y a fijar posición ante mociones imprevistas. La posibilidad de conocer y debatir previamente argumentaciones hace que las intervenciones no estén tan condicionadas por capacidades personales como las de oratoria, permitiendo morigerar las desigualdades.
Esta página web que se sube hoy es un intento exploratorio de lograr mayor democraticidad y eficiencia del frenteamplismo y asegurar el desarrollo de la comunidad política que regula. No confronta con autoridad, sector o comisión alguna sino con el quietismo y la insularidad. Llama a involucrarse, juntarse y conocerse, en busca de una sinergia colectiva. En verdad de la que supo tener cuando estas tecnologías no existían o eran incipientes y que fue aletargándose.
Podría pensarse que es un proyecto para millenians o expertos en computación, pero es simplemente el camino más directo e inmediatamente realizable de interconectar y darles voz a militantes individuales, sectores, autoridades y hasta simpatizantes. Mi única preferencia es la participación activa y la distribución del poder decisional. Si los mensajes llegan en papel, en pantallas o en señales de humo, me es indiferente. Si el voto se ejerce con una cartulina, electrónicamente o por telepatía, también me lo será. En caso de encontrar mejores soportes para abrir canales de expresión, implicancia y participación, mejor aún, cualequiera sean. Pero particularmente en Uruguay, la penetración de internet atraviesa la estratificación social e inclusive generacional como para circunscribir la experiencia a la clase media juvenil. Aún si hubiera limitaciones entre los frenteamplistas, siempre será más fácil y rápido transferir al papel un texto digital que digitalizar una página escrita.
Pero solo con concepciones sobre la socialización del poder, la distribución de las decisiones o la voluntad participativa no se lograría cuartointermedio.org. Tuvo que sumarse la filosofía de conocimiento acumulativo del software libre, la predisposición militante y el saber experto de la Fundación Democracia en Red de Argentina para implementar este hábitat político que invita a la vecindad virtual con impacto real. La muy reciente asamblea de Podemos en España, equivalente al Congreso del FA, se valió de recursos muy similares para funcionar, partiendo de la experiencia de la asamblea anterior precisamente sostenida por el software de esta Fundación.
Leer, comentar, proponer, discutir, interactuar, no son actividades ajenas a la vida cotidiana de las izquierdas. Por el contrario, a diferencia de los conservadores, las múltiples fuerzas del cambio se han valido mucho más de la militancia de cercanía que de la propaganda mediática. Pero más aún lo requiere un modelo tan complejo y heterogéneo como el FA. No tiene nada de innovador invitar a los frenteamplistas a comprometerse con la construcción colectiva de la propia fuerza y aportar a la toma de decisiones. Apenas si lo es el entorno tecnológico de esta propuesta.
La verdadera novedad será el resurgimiento.
*26 de febrero de 2017 (Nota de la editora)