OPINI脫N de Katarzyna Bieli艅ska-Kowalewska.- En Polonia, la ley del aborto es una de las m谩s restrictivas de la Uni贸n Europea, la educaci贸n sexual no existe y la contracepci贸n es cara y dif铆cil de obtener porque en muchos casos se precisa receta m茅dica. Seg煤n una ley de 1993, el aborto solo est谩 permitido en tres supuestos: si el embarazo pone en peligro la vida o la salud de la madre; si hay un alto grado de probabilidad de malformaci贸n o enfermedad graves del feto, confirmada por un examen prenatal; o si el embarazo es resultado de un delito (violaci贸n, incesto o pedofilia). Si no concurre uno de estos supuestos, el aborto se considera un delito. Un m茅dico o cualquier persona que ayude a una mujer a abortar, aunque sea su pareja, un familiar o un amigo, podr谩 ser condenada a tres a帽os de c谩rcel. La mujer que ha abortado no es procesada. Durante m谩s de 20 a帽os, esta ley sumamente restrictiva ha sido calificada de “compromiso” por parte de pol铆ticos conservadores, liberales y socialdem贸cratas.
En la pr谩ctica, incluso en estos tres supuestos en que el aborto es legalmente posible, est谩 fuera del alcance de la mayor铆a de mujeres. Un estudio reciente, realizado por la organizaci贸n feminista Federaci贸n de Mujeres y Planificaci贸n Familiar, revela que, debido a la falta de directrices ministeriales oficiales y al efecto disuasivo de la ley, los hospitales carecen de procedimientos para el aborto (la mayor铆a), o si los tienen, son innecesariamente complejos. Es m谩s, algunos hospitales informaron a la Federaci贸n de que, contrariamente a sus estados financieros, no practican abortos. A menudo se invoca la “cl谩usula de conciencia”, es decir, el derecho a negarse a practicar un aborto por motivos religiosos.
En estas circunstancias se multiplican los abortos clandestinos. Seg煤n estimaciones de la Federaci贸n de Mujeres, en Polonia se llevan a cabo de 80 000 a 100 000 abortos al a帽o, de los que solo algunos centenares est谩n amparados legalmente. Existen cl铆nicas clandestinas que practican abortos, a menudo a manos de los mismos m茅dicos que en los hospitales p煤blicos aducen la “cl谩usula de conciencia” para negarse a aplicar el procedimiento legal. Women on Waves es una organizaci贸n internacional que suministra p铆ldoras abortivas en los pa铆ses en que el aborto es ilegal, aunque estas tambi茅n pueden obtenerse en el mercado negro, si bien en este 煤ltimo caso las mujeres corren el riesgo de que les vendan p铆ldoras falsas o adulteradas.
Algunas mujeres tambi茅n toman medicamentos legales que a dosis elevadas pueden inducir un aborto, como Cytotec, que est谩 indicado para 煤lceras p茅pticas. Asimismo florece la migraci贸n abortiva: muchas polacas viajan a Gran Breta帽a, Alemania, los Pa铆ses Bajos, Austria, la Rep煤blica Checa y Eslovaquia. Algunas cl铆nicas extranjeras han creado incluso instalaciones especiales para pacientes polacas, organizando viajes y estancias hoteleras para las mujeres que quieren abortar. Existe una n铆tida divisi贸n social entre las mujeres que tienen acceso a la informaci贸n y disponen de los recursos necesarios para conseguir un aborto seguro a pesar de las restricciones legales, y aquellas mujeres que no tienen acceso de esos recursos y por consiguiente emplean los m茅todos caseros m谩s peligrosos; estas son las v铆ctimas del “compromiso”.
La izquierda y el aborto
En 1993, un movimiento de masas en contra de una ley antiaborto sali贸 derrotado cuando el parlamento rechaz贸 la petici贸n de un refer茅ndum sobre el aborto respaldada por 1,7 millones de firmas. La socialdemocracia neoliberal no ayud贸: la Alianza de la Izquierda Democr谩tica (SLD), un partido “poscomunista” que gobern贸 de 2001 a 2005, intent贸 conseguir apoyo parlamentario para introducir reformas neoliberales y enviar tropas polacas a Iraq y Afganist谩n, y tambi茅n acept贸 abiertamente la ley restrictiva sobre el aborto/1.
Organizaciones feministas y de izquierda han luchado por los derechos de las mujeres, pero no han logrado movilizar a las masas. En marzo de 2016, por ejemplo, se organiz贸 la manifestaci贸n tradicional de mujeres que tiene lugar cada a帽o en Varsovia con el lema “Aborto en defensa de la vida” y solo reuni贸 a un millar de participantes. Adem谩s, algunos c铆rculos de izquierda trataron de moderar la demanda del derecho al aborto o incluso de eliminarla de su discurso debido a su adhesi贸n a posiciones conservadoras o a la creencia de que quienes apoyan el derecho al aborto son 煤nicamente mujeres acomodadas y de alto nivel educativo de las grandes ciudades.
Otro ejemplo de ambig眉edad de la izquierda en torno al aborto se vio con motivo de la campa帽a electoral/1 del partido Razem (Juntos), un partido de izquierda formado en 2015 y que actualmente lidera, junto con otros, la Protesta Negra. Dos activistas entrevistadas por una publicaci贸n digital de derechas para hablar de su programa mencionaron el apoyo social a las mujeres y familias, pero no dijeron ni palabra sobre los derechos reproductivos/2. A pesar de que el programa electoral de Razem contemplaba la educaci贸n sexual, la financiaci贸n de la contracepci贸n y la fertilizaci贸n in vitro, no mencionaba el aborto. En la declaraci贸n program谩tica del partido hay un apartado sobre el aborto, pero est谩 formulado de una manera muy indirecta, present谩ndolo no como un derecho, sino como algo que engloba una visi贸n del mundo; se manifiesta la oposici贸n a la legislaci贸n vigente, pero se evita la demanda abierta de legalizaci贸n/3.
La propuesta de ley de Ordo Iuris
En la primavera de 2016, grupos ultraconservadores crearon un comit茅 legislativo ciudadano llamado Stop Aborcji (Stop Aborto) y empezaron a recoger firmas en apoyo a la prohibici贸n total del aborto. De acuerdo con el proyecto, encabezado por Ordo Iuris, un grupo de abogados cristianos conservadores opuestos al aborto, cualquier persona implicada en un aborto, desde la mujer que lo tiene hasta quienquiera que le ayude, se enfrentar铆a a una condena de cinco a帽os de c谩rcel. En caso de aborto no intencionado, la pena ser铆a de tres a帽os de privaci贸n de libertad. La prohibici贸n implicar铆a la criminalizaci贸n de los abortos espont谩neos, someti茅ndolos a investigaci贸n por parte de la fiscal铆a e impidiendo la interrupci贸n temprana y segura de los embarazos ect贸picos. La interrupci贸n del embarazo solo se despenalizar铆a en casos de peligro directo para la vida de la mujer y se impedir铆an los estudios prenatales de la salud del feto. Un ginec贸logo, el profesor Romuald D臋bski, declar贸 que esa ley supondr铆a el fin de los diagn贸sticos y terapias prenatales: “Implicar谩 la prohibici贸n de tocar a un beb茅 [feto] con una aguja porque me podr铆an condenar a tres a帽os por eso.” Tambi茅n coment贸 que “si se cambia la ley, no me permitir谩n practicar laparoscopias a una paciente con embarazo ect贸pico a fin de prevenir esa amenaza para la vida, pues no ser谩 un acto en estado de peligro para la vida. ¡Es absurdo!”
La propuesta de ley de prohibici贸n del aborto recibi贸 el apoyo de la iglesia cat贸lica y los pol铆ticos del partido gobernante cat贸lico Ley y Justicia (PiS), incluida la primera ministra Beata Szyd艂o, quien dijo que personalmente estaba a favor de la prohibici贸n total. La conferencia episcopal cat贸lica emiti贸 un comunicado llamando al apoyo a la propuesta y afirmando que “sobre la cuesti贸n de la protecci贸n de la vida del nonato, no deber铆amos mantener el compromiso actual” y llamando a “la plena protecci贸n legal de la vida del nonato”. El 3 de abril de 2016, el comunicado se ley贸 en todas las iglesias del pa铆s durante la misa dominical.
Reacciones: protestas y propuesta de ley de Salvad a las Mujeres
Esta ofensiva fundamentalista provoc贸 intensas reacciones sociales: el 3 de abril de 2016 tuvieron lugar manifestaciones contra el proyecto en todas las grandes ciudades de Polonia. Organizadas por Razem, atrajeron espont谩neamente a numerosas personas. En Varsovia se concentraron varios miles de manifestantes delante del Parlamento. Un grupo de Facebook, Dziewuchy dziewuchom (Chicas por las Chicas), lanzado el 1 de abril, alcanz贸 las 100 000 seguidoras en diez d铆as.
El 12 de mayo se constituy贸 un comit茅 legislativo ciudadano llamado Salvad a las Mujeres (Ratujmy kobiety), que comenz贸 a recoger firmas a favor de una ley que liberalizara la legislaci贸n vigente. La dirigente del comit茅 era Barbara Nowacka, una joven activista socialdem贸crata. El proyecto de ley se basaba en leyes aprobadas en la mayor铆a de Estados miembros de la UE. Preve铆a legalizar el aborto hasta la duod茅cima semana de embarazo, y si este era resultado de un delito, el plazo de prolongar铆a hasta las 18 semanas; si el feto tenia graves malformaciones o estaba enfermo, hasta las 24 semanas. Otros aspectos del proyecto de ley se refer铆an a la educaci贸n sexual y a la disponibilidad de anticonceptivos, que deber铆an estar subvencionados por el Estado y ser gratuitos para las mujeres pobres y suministrarse tambi茅n a personas menores de 18 a帽os sin requerir el permiso de los padres.
La iniciativa de Salvad a las Mujeres recogi贸 215 000 firmas y la de Stop Aborto, unas 450 000. En Polonia, una iniciativa legislativa popular necesita 100 000 firmas para prosperar, de modo que ambos proyectos llegaron al parlamento. En septiembre, cuando el parlamento se dispon铆a a debatir las propuestas de ley, la atm贸sfera pol铆tica se calent贸. Surgi贸 la “Protesta Negra” como hashtag y como eslogan. Al comienzo parec铆a que no era m谩s que otra pr谩ctica “clictivista” que no tendr铆a ning煤n efecto m谩s all谩 de constituir una v铆a adicional para colgar selfis en las redes sociales, esta vez con las retratadas vestidas de negro. Sin embargo, el 22 de septiembre, mientras prosegu铆a el debate parlamentario en torno a ambos proyectos, unos cuantos miles de personas se congregaron delante del edificio del parlamento bajo este lema, junto con manifestantes agrupadas en dos cortejos diferentes, organizados respectivamente por Salvad a las Mujeres y Razem.
El 23 de septiembre, la propuesta ultraconservadora de Ordo Iuris se someti贸 a segunda lectura, mientras que la de Salvad a las Mujeres fue rechazada, a pesar de que el PiS hab铆a declarado que jam谩s rechazar铆a una iniciativa popular en la primera lectura, una pr谩ctica que el p煤blico suele percibir como una manifestaci贸n de la arrogancia del poder.
El derecho al aborto no es idea de una 茅lite mimada
Una encuesta telef贸nica de una muestra representativa de 1 001 personas interrogadas, realizada por IPSOS para Oko.press justo despu茅s de la votaci贸n en el parlamento, mostr贸 que el apoyo a la liberalizaci贸n hab铆a aumentado significativamente, pasando del 25 % de las personas encuestadas en septiembre de 2015 al 29 % en abril de 2016 y despu茅s al 37 % en septiembre de 2016. Con respecto a la liberalizaci贸n, en la encuesta de septiembre un 39 % de las mujeres encuestadas y un 35 % de los hombres encuestados dijeron que apoyaban el derecho al aborto por motivos socioecon贸micos.
Adem谩s, la encuesta acab贸 con el mito de que la demanda de los derechos de aborto es en gran medida propia de mujeres privilegiadas, acomodadas, de alto nivel educativo y que habitan en grandes ciudades. La idea de liberalizar la legislaci贸n vigente obtuvo el apoyo del 39 % de las personas encuestadas con bachillerato elemental, del 43 % de personas que hab铆an cursado formaci贸n profesional b谩sica, del 37 % de personas con bachillerato superior y tan solo del 27 % de personas encuestadas con t铆tulo universitario. Nada menos que el 64 % de quienes hab铆an cursado una carrera universitaria apoyaban la legislaci贸n vigente. Esto puede explicarse por el hecho de que el aborto clandestino y en el extranjero est谩 mucho m谩s al alcance de mujeres con un nivel educativo m谩s alto en virtud de sus mayores ingresos.
Para el 24 de septiembre estaba planeada otra de las numerosas manifestaciones organizadas por el Comit茅 de Defensa de la Democracia (KOD). El KOD es un movimiento interclasista que defiende los derechos y las libertades democr谩ticas, surgido de la oposici贸n a las medidas autoritarias del gobierno del PiS en diciembre de 2015. Gracias al KOD, Polonia se ha convertido en un escenario de manifestaciones antigubernamentales cuya intensidad no tiene precedentes en los 煤ltimos 20 a帽os. Las manifestaciones convocadas por el KOD suelen reunir a decenas de miles de personas. Se public贸 un llamamiento a una Protesta Negra en la manifestaci贸n del KOD. El “Bloque Negro” estuvo formado por unas 200 personas, pero muchos otros participantes en la manifestaci贸n del KOD tambi茅n iban vestidos de negro. Aunque es dif铆cil determinar cu谩ntos de ellos iban de negro por motivos pol铆ticos (hac铆a fr铆o, y la ropa de abrigo negra es muy popular en Polonia), la marcha la encabezaron mujeres vestidas de negro que gritaban consignas contra el refuerzo de los aspectos m谩s restrictivos de la ley sobre el aborto.
El dirigente del KOD, Mateusz Kijowski, habl贸 del voto contrario al proyecto de Salvad a las Mujeres en primera lectura: “Ayer, la mayor铆a parlamentaria hizo gala de un profundo desprecio por cientos de miles de polacos. Impidieron el debate de la propuesta de ley sobre derechos humanos firmada por m谩s de 200 000 mujeres y hombres polacos.” Ley贸 una carta de Agnieszka Holland, directora de cine, que escribi贸: “Hoy, el gobierno del PiS quiere privar a las mujeres de la libertad e igualdad. Quieren quitar a las mujeres el derecho y la libertad de decidir sobre sus propias vidas, quitarles su dignidad, decretando que la vida de una mujer vale menos que la vida de un embri贸n.”
Lunes Negro
El 1 de octubre tuvo lugar una manifestaci贸n en Varsovia, que reuni贸 a diez mil personas delante del edificio del parlamento. Estaba claro que la movilizaci贸n cobraba fuerza, pero el punto 谩lgido se produjo el lunes, 3 de octubre, con el llamamiento a una huelga de mujeres. Ese d铆a hubo manifestaciones en 143 ciudades, grandes y peque帽as, y pueblos. Las consignas eran t铆picamente feministas, como “Mi cuerpo, mi decisi贸n”; “Pienso, siento, decido”; “Tenemos cerebro, no solo 煤tero”, pero tambi茅n otras como “Polonia es mujer” y algunas dirigidas directamente contra el gobierno, como “Beata, lo sentimos, tu gobierno ser谩 derribado por las mujeres”; “Jaros艂aw, fuera las manos de las mujeres” y “Abortar el gobierno”.
En Varsovia, decenas de miles de mujeres se concentraron en la plaza del Castillo, en el casco antiguo. Para muchas participantes, esta era la primera manifestaci贸n a la que acud铆an en su vida. El 茅xito fue completamente inesperado, como se desprendi贸 incluso de la elecci贸n del lugar: la plaza del Castillo es demasiado peque帽a para una concentraci贸n tan masiva. La muchedumbre era tan numerosa, la plaza tan peque帽a, la presi贸n de la masa tan grande y la situaci贸n tan llena de riesgo que las organizadoras incluso dijeron a la gente que no se moviera, amenazando con disolver la manifestaci贸n.
Una de las mujeres para las que la Protesta Negra fue la primera manifestaci贸n a la que acudi贸 en su vida, Anna Nowak (nombre cambiado), una joven ginec贸loga de un pueblo de Pomerania Occidental, declar贸: “Era mi deber participar en la manifestaci贸n. Si se aprobaba ese proyecto de ley, mis pacientes ya no tendr铆an acceso a exploraciones prenatales y ninguna otra opci贸n que dar a luz a beb茅s discapacitados. Esto significa muchas veces, para una mujer, la exclusi贸n del mercado de trabajo y la ruptura de su relaci贸n, pues a menudo su pareja las abandona.” La doctora Nowak a帽ade: “Recuerdo el caso de una chica cuyo feto ten铆a malformaciones y le denegaron el aborto legal. El feto era grande y supuestamente el embarazo ya estaba demasiado avanzado. Eso no era cierto: los fetos malformados son a menudo muy grandes. La obligaron a continuar con el embarazo. En la 40陋 semana dio a luz a un beb茅 que muri贸 al cabo de tres minutos. Yo la atend铆 en el parto.” La doctora apoya la idea de liberalizar la legislaci贸n vigente: “Todas las personas deben poder optar.”
Respondiendo al llamamiento, algunas mujeres no acudieron al trabajo y fueron sustituidas por sus compa帽eros. Algunos cargos p煤blicos apoyaron abiertamente la huelga. Robert Biedro艅, alcalde de la ciudad de S艂upsk, en Pomerania Occidental, y activista LGBTQ, dijo antes de la manifestaci贸n del lunes: “Me han llegado numerosas declaraciones de que las mujeres no acudir谩n al trabajo. Hay departamentos enteros [en el ayuntamiento de S艂upsk] que har谩n huelga. Esto puede paralizar el funcionamiento del ayuntamiento, pero lo comprendo plenamente. Creo que las mujeres tienen que mostrar c贸mo ser谩 el mundo si se hartan de una vez y declaren que tambi茅n quieren decidir en democracia.”
En numerosas universidades se anunci贸 que el 3 de octubre no se pasar铆a lista en las aulas. Algunos empresarios privados cerraron sus establecimientos, como Rados艂aw Olszewski, propietario de una cadena de restaurantes en Wroclaw. Cerr贸 todos sus restaurantes, que emplean a 100 personas, 80 de ellas mujeres. Muchas mujeres fueron a trabajar vestidas de negro, como la mayor铆a de las empleadas de la f谩brica de Indesit en 艁贸d藕. En muchos lugares de trabajo, algunas mujeres se desentendieron de algunas de sus tareas; por ejemplo, hubo secretarias que no contestaban al tel茅fono de la oficina. Dada la variedad de formas de participaci贸n en la Protesta Negra, es dif铆cil evaluar su alcance, pero est谩 claro que fue masiva. Seg煤n c谩lculos de la polic铆a, alrededor de 100 000 personas participaron en manifestaciones callejeras. Y en la encuesta realizada inmediatamente despu茅s del Lunes Negro, el 67 % de las personas encuestadas declararon que apoyaban la Protesta Negra.
El efecto de la protesta masiva inesperada tambi茅n fue inesperado: el PiS retir贸 su apoyo al proyecto fundamentalista, que el 6 de octubre fue rechazado por el parlamento. Jaros艂aw Kaczy艅ski, el l铆der del partido, cuyo peso real supera de lejos su posici贸n formal, admiti贸 durante el debate parlamentario que se trataba de “un enorme malentendido” y que “han llegado a la conclusi贸n” de que el proyecto de Ordo Iuris “no es adecuado y sus resultados ser铆an contrarios [a lo esperado].” Dio garant铆as al p煤blico de que el PiS “apoya la idea de proteger la vida”, pero a帽adi贸 que har铆a falta una acci贸n bien meditada, cosa que el proyecto no era. Beata Szyd艂o, la primera ministra, anunci贸 un renovado apoyo social para animar a las mujeres a concebir y criar ni帽os discapacitados. Hasta la conferencia episcopal retir贸 su apoyo activo al proyecto, declarando que no secundaba la idea de castigar a las mujeres por abortar.
La lucha contin煤a
La s煤bita retirada del gobierno no es necesariamente definitiva, pues tanto el gobierno como el partido gobernante tambi茅n est谩n sometidos a las presiones de ultraconservadores decepcionados. La idea de un nuevo proyecto m谩s restrictivo que la ley vigente, este patrocinado por el gobierno, tom贸 cuerpo muy pronto. Esta nueva ley penalizar铆a el aborto en caso de malformaci贸n o enfermedad del feto, pero no est谩 claro que el gobierno vaya a proceder realmente en este sentido o si se trata de una maniobra discursiva para calmar a los ultraconservadores que acusan al PiS de traici贸n. De momento se ha aprobado una nueva ley, Para la Vida, que prev茅 el desembolso de alrededor de mil euros a las mujeres que decidan continuar con el embarazo y dar a luz si el feto tiene malformaci贸n o est谩 enfermo. Esta ley casa con el esp铆ritu de las palabras anteriores de Kaczy艅ski: “Aspiraremos a asegurar que incluso en casos de embarazos muy dif铆ciles, cuando un beb茅 est谩 condenado a morir o gravemente malformado, se llegue al parto para que el beb茅 pueda ser bautizado, enterrado y haya recibido un nombre.”
En octubre tuvo lugar la primera declaraci贸n de haber abortado por parte de una joven cantante pop, Natalia Przybysz, que grab贸 una canci贸n en la que contaba su propio aborto; nunca antes se hab铆a producido nada igual en Polonia. La canci贸n habla de c贸mo tom贸 42 p铆ldoras de Cytotec, que no tuvieron efecto, y de su viaje a Eslovaquia para recibir atenci贸n m茅dica e interrumpir el embarazo. Tambi茅n concedi贸 una entrevista, en la que relat贸 su experiencia en detalle. La entrevista provoc贸 una ola de ataques contra ella; la llamaron “arp铆a” y “asesina”, y el tabloide Super Express sac贸 este titular: “Mat贸 al beb茅 para hacer sitio para libros.” En la peque帽a ciudad de Nadarzyn, en Mazovia, se organiz贸 una manifestaci贸n de boicot a un concierto de Przybysz. Por otro lado, su sinceridad sobre su aborto fue recibida con entusiasmo por feministas y activistas de izquierda, e incluso por algunos c铆rculos liberales. Las mujeres organizaron de inmediato una recogida en l铆nea de posts sobre sus propias experiencias de aborto. Sin embargo, entre quienes criticaron a Przybysz hab铆a algunas participantes en la Protesta Negra, que se oponen a restringir la normativa vigente pero apoyan el “compromiso” de mantener el status quo.
En este contexto se organizaron nuevas manifestaciones, particularmente los d铆as 23 y 24 de octubre. En numerosas ciudades, grandes y peque帽as, tuvieron lugar acciones y manifestaciones, aunque fueron mucho menos masivas que las del Lunes Negro. La divisi贸n en el seno del movimiento se hizo m谩s visible, no solo porque salieron a relucir las distintas posturas en torno a la libertad de elecci贸n, sino tambi茅n porque algunos c铆rculos de izquierda comenzaron a atacar al KOD, afirmando, por ejemplo, que “el KOD est谩 apropi谩ndose de la Protesta Negra”. En Polonia, simpatizantes del antiguo r茅gimen y seguidores de las teor铆as de Antonio Negri quisieron desacreditar al KOD desde el comienzo, diciendo que est谩 al servicio de la oposici贸n liberal, que solo pretende “enmascarar la explotaci贸n” y en este sentido no se diferencia del PiS, como afirm贸 un destacado simpatizante de Razem y seguidor de Negri, el profesor Jan Sowa.
Ma艂gorzata Tracz, presidenta de los Verdes, que ha apoyado al KOD desde el comienzo, confirma que muchas mujeres del KOD participaron en la Protesta Negra. Tambi茅n reconoce que muchas activistas del movimiento est谩n en contra de las cr铆ticas al “compromiso”, pero no apoyan la liberalizaci贸n de la legislaci贸n en materia de aborto. Dice que “el mito del compromiso ha bloqueado la posibilidad de debatir. Sin embargo, como participante y activista, percibo el cambio; numerosas mujeres est谩n cambiando de opini贸n en el curso de los acontecimientos. Las manifestaciones iban en contra de imponer m谩s restricciones al aborto, y nuestra tarea es estimular el debate sobre la liberalizaci贸n. Ha llegado el momento de dar un nuevo paso adelante.” Valora positivamente la declaraci贸n de Natalia Przybysz y considera que urge que salgan a la luz nuevos casos como este. Al mismo tiempo, se muestra cr铆tica con comentarios como “no sab铆an d贸nde estaban y en qu茅 participaban”, seg煤n han afirmado algunas manifestantes del Lunes Negro con respecto a aquellas participantes que est谩n contentas con el status quo y que critican a Przybysz. Tracz se帽ala que “este es el efecto del mito del compromiso, contra el que tenemos que luchar.”
Conclusiones
Aunque resulta tentador contemplar la Protesta Negra con lentes idealistas y calificarlo de nuevo movimiento social surgido espont谩neamente de la base, para comprender este fen贸meno se precisa un enfoque m谩s materialista y marxista cl谩sico. El a帽o pasado en Polonia, despu茅s de que el PiS llegara al poder, tuvo lugar una reconfiguraci贸n pol铆tica. Polonia hab铆a vivido muchos a帽os de paz social, cuando las reformas neoliberales m谩s radicales no provocaron movilizaciones contra el gobierno, ni siquiera a ra铆z de una dr谩stica reforma de las pensiones en 2012, que increment贸 la edad de jubilaci贸n de 60 a帽os para las mujeres y 65 para los hombres a 67 a帽os para unas y otros.
Sin embargo, en diciembre de 2015, la gente sali贸 de pronto a la calle a ra铆z del intento del PiS de tomar el control del Tribunal Constitucional, que hasta entonces nunca fue una instituci贸n que despertara un gran inter茅s popular. Ese movimiento es el KOD, que en un momento dado fue capaz de organizar una manifestaci贸n de 100 000 personas en Varsovia (que representa un n煤mero extraordinario para Polonia), con consignas favorables a la democracia. Este movimiento ha desempe帽ado un gran papel en el renacer de la cultura de la protesta. Ha quedado claro que en Polonia las reivindicaciones pol铆ticas democr谩ticas tienen un potencial de movilizaci贸n de masas mucho mayor que las demandas sociales.
Parece que este potencial movilizador de las demandas pol铆ticas tambi茅n contribuy贸 a la Protesta Negra, y que esta circunstancia explica al menos en parte su 茅xito. En muy poco tiempo, el derecho al aborto –aunque entendido de forma muy estrecha como el derecho a interrumpir el embarazo en caso de violaci贸n o de malformaci贸n del feto– pas贸 de ser una cuesti贸n social o incluso ideol贸gica a un asunto que tiene que ver con los derechos fundamentales y las libertades civiles. La lucha por el derecho al aborto se relaciona con otras luchas por las libertades democr谩ticas, y el intento del PiS de restringir la ley se ve como un nuevo ataque a la democracia.
Es cuando menos simb贸lico que una de las personalidades m谩s visibles que se han opuesto a la restricci贸n de la ley del aborto sea Krystyna Janda, protagonista de El hombre de m谩rmol y El hombre de hierro, dos pel铆culas de Andrzej Wajda que simbolizan la lucha contra la supresi贸n de los derechos democr谩ticos y laborales bajo el estalinismo. Cuando Janda escribi贸 en su muro de Facebook sobre la huelga de mujeres de 1975 en Islandia, se interpret贸 ampliamente como un llamamiento a una huelga de mujeres en Polonia (pese a que esa no era su intenci贸n).
En suma, las protestas masivas de mujeres que carecen de precedentes de Polonia han forzado de inmediato al parlamento a abandonar la idea de restringir la legislaci贸n en materia de aborto. El partido gobernante ha capitulado p煤blicamente ante el estallido del descontento popular. La magnitud y la fuerza de la protesta sorprendieron a todo el mundo. La Protesta Negra es una importante confirmaci贸n de que la tradici贸n y la cultura de la protesta pol铆tica masiva est谩 renaciendo en Polonia en estos momentos.
http://newpol.org/content/czarnyprotest
Katarzyna Bieli艅ska-Kowalewska es fil贸sofa y polit贸loga residente en Varsovia.
Traducci贸n: VIENTO SUR
Notas:
1/ En el siglo XXI, el partido Razem ha sido el primer partido de izquierda extraparlamentario en superar el umbral del 3 % en unas elecciones parlamentarias, lo que comporta que percibe una subvenci贸n estatal y pasa a formar parte del establishment pol铆tico.
2/ “¿Qu茅 pueden ofrecer las feministas que se han unido al partido Razem a las madres de familias que luchan para llegar a fin de mes y a las mujeres j贸venes que ganan una miseria trabajando de cajeras en un comercio de una peque帽a ciudad?”
Respuesta: “Las mujeres en general ganan menos. Adem谩s, tienen interrupciones mucho m谩s largas en su vida profesional, ya que suelen cuidar a los hijos. Las mujeres cargan m谩s a menudo con las consecuencias de la ruptura matrimonial y un embarazo no deseado, y muchas tienen que abandonar la vivienda con sus hijos debido a la violencia. Finalmente, a ellas les resulta m谩s dif铆cil encontrar un empleo porque pueden quedarse embarazadas. El Estado tiene que intervenir en estas situaciones. De lo contrario, las mujeres siempre estar谩n en situaci贸n de riesgo en el mercado laboral.”
“El Estado tiene que prestar apoyo. Por eso queremos cambiar las reglas de funcionamiento del Fondo de Alimentaci贸n. Nuestra prioridad es el desarrollo de una red de guarder铆as y jardines de infancia para que se pueda acoger a todos los ni帽os necesitados en instalaciones gratuitas. Dada la situaci贸n actual del mercado de trabajo, hemos de crear instalaciones que funcionen por la tarde y en los fines de semana. Queremos introducir –siguiendo el modelo sueco– una baja parental de 480 d铆as compartida a partes iguales por los progenitores. Gracias a ello, los hijos se criar谩n durante m谩s tiempo en casa y las mujeres tendr谩n menos problemas para encontrar un empleo.”
3/ “Estamos en contra de resolver el problema del aborto mediante la represi贸n penal. La ley vigente en Polonia no funciona: las mujeres acomodadas la eluden con facilidad, de modo que afecta realmente a las mujeres pobres. Independientemente de las diferencias en nuestras filas en torno a la evaluaci贸n 茅tica del aborto, estamos convencidos de que no es tarea del Estado apoyar una visi贸n del mundo. La decisi贸n sobre la maternidad corresponde a la mujer.”
En la pr谩ctica, incluso en estos tres supuestos en que el aborto es legalmente posible, est谩 fuera del alcance de la mayor铆a de mujeres. Un estudio reciente, realizado por la organizaci贸n feminista Federaci贸n de Mujeres y Planificaci贸n Familiar, revela que, debido a la falta de directrices ministeriales oficiales y al efecto disuasivo de la ley, los hospitales carecen de procedimientos para el aborto (la mayor铆a), o si los tienen, son innecesariamente complejos. Es m谩s, algunos hospitales informaron a la Federaci贸n de que, contrariamente a sus estados financieros, no practican abortos. A menudo se invoca la “cl谩usula de conciencia”, es decir, el derecho a negarse a practicar un aborto por motivos religiosos.
En estas circunstancias se multiplican los abortos clandestinos. Seg煤n estimaciones de la Federaci贸n de Mujeres, en Polonia se llevan a cabo de 80 000 a 100 000 abortos al a帽o, de los que solo algunos centenares est谩n amparados legalmente. Existen cl铆nicas clandestinas que practican abortos, a menudo a manos de los mismos m茅dicos que en los hospitales p煤blicos aducen la “cl谩usula de conciencia” para negarse a aplicar el procedimiento legal. Women on Waves es una organizaci贸n internacional que suministra p铆ldoras abortivas en los pa铆ses en que el aborto es ilegal, aunque estas tambi茅n pueden obtenerse en el mercado negro, si bien en este 煤ltimo caso las mujeres corren el riesgo de que les vendan p铆ldoras falsas o adulteradas.
Algunas mujeres tambi茅n toman medicamentos legales que a dosis elevadas pueden inducir un aborto, como Cytotec, que est谩 indicado para 煤lceras p茅pticas. Asimismo florece la migraci贸n abortiva: muchas polacas viajan a Gran Breta帽a, Alemania, los Pa铆ses Bajos, Austria, la Rep煤blica Checa y Eslovaquia. Algunas cl铆nicas extranjeras han creado incluso instalaciones especiales para pacientes polacas, organizando viajes y estancias hoteleras para las mujeres que quieren abortar. Existe una n铆tida divisi贸n social entre las mujeres que tienen acceso a la informaci贸n y disponen de los recursos necesarios para conseguir un aborto seguro a pesar de las restricciones legales, y aquellas mujeres que no tienen acceso de esos recursos y por consiguiente emplean los m茅todos caseros m谩s peligrosos; estas son las v铆ctimas del “compromiso”.
La izquierda y el aborto
En 1993, un movimiento de masas en contra de una ley antiaborto sali贸 derrotado cuando el parlamento rechaz贸 la petici贸n de un refer茅ndum sobre el aborto respaldada por 1,7 millones de firmas. La socialdemocracia neoliberal no ayud贸: la Alianza de la Izquierda Democr谩tica (SLD), un partido “poscomunista” que gobern贸 de 2001 a 2005, intent贸 conseguir apoyo parlamentario para introducir reformas neoliberales y enviar tropas polacas a Iraq y Afganist谩n, y tambi茅n acept贸 abiertamente la ley restrictiva sobre el aborto/1.
Organizaciones feministas y de izquierda han luchado por los derechos de las mujeres, pero no han logrado movilizar a las masas. En marzo de 2016, por ejemplo, se organiz贸 la manifestaci贸n tradicional de mujeres que tiene lugar cada a帽o en Varsovia con el lema “Aborto en defensa de la vida” y solo reuni贸 a un millar de participantes. Adem谩s, algunos c铆rculos de izquierda trataron de moderar la demanda del derecho al aborto o incluso de eliminarla de su discurso debido a su adhesi贸n a posiciones conservadoras o a la creencia de que quienes apoyan el derecho al aborto son 煤nicamente mujeres acomodadas y de alto nivel educativo de las grandes ciudades.
Otro ejemplo de ambig眉edad de la izquierda en torno al aborto se vio con motivo de la campa帽a electoral/1 del partido Razem (Juntos), un partido de izquierda formado en 2015 y que actualmente lidera, junto con otros, la Protesta Negra. Dos activistas entrevistadas por una publicaci贸n digital de derechas para hablar de su programa mencionaron el apoyo social a las mujeres y familias, pero no dijeron ni palabra sobre los derechos reproductivos/2. A pesar de que el programa electoral de Razem contemplaba la educaci贸n sexual, la financiaci贸n de la contracepci贸n y la fertilizaci贸n in vitro, no mencionaba el aborto. En la declaraci贸n program谩tica del partido hay un apartado sobre el aborto, pero est谩 formulado de una manera muy indirecta, present谩ndolo no como un derecho, sino como algo que engloba una visi贸n del mundo; se manifiesta la oposici贸n a la legislaci贸n vigente, pero se evita la demanda abierta de legalizaci贸n/3.
La propuesta de ley de Ordo Iuris
En la primavera de 2016, grupos ultraconservadores crearon un comit茅 legislativo ciudadano llamado Stop Aborcji (Stop Aborto) y empezaron a recoger firmas en apoyo a la prohibici贸n total del aborto. De acuerdo con el proyecto, encabezado por Ordo Iuris, un grupo de abogados cristianos conservadores opuestos al aborto, cualquier persona implicada en un aborto, desde la mujer que lo tiene hasta quienquiera que le ayude, se enfrentar铆a a una condena de cinco a帽os de c谩rcel. En caso de aborto no intencionado, la pena ser铆a de tres a帽os de privaci贸n de libertad. La prohibici贸n implicar铆a la criminalizaci贸n de los abortos espont谩neos, someti茅ndolos a investigaci贸n por parte de la fiscal铆a e impidiendo la interrupci贸n temprana y segura de los embarazos ect贸picos. La interrupci贸n del embarazo solo se despenalizar铆a en casos de peligro directo para la vida de la mujer y se impedir铆an los estudios prenatales de la salud del feto. Un ginec贸logo, el profesor Romuald D臋bski, declar贸 que esa ley supondr铆a el fin de los diagn贸sticos y terapias prenatales: “Implicar谩 la prohibici贸n de tocar a un beb茅 [feto] con una aguja porque me podr铆an condenar a tres a帽os por eso.” Tambi茅n coment贸 que “si se cambia la ley, no me permitir谩n practicar laparoscopias a una paciente con embarazo ect贸pico a fin de prevenir esa amenaza para la vida, pues no ser谩 un acto en estado de peligro para la vida. ¡Es absurdo!”
La propuesta de ley de prohibici贸n del aborto recibi贸 el apoyo de la iglesia cat贸lica y los pol铆ticos del partido gobernante cat贸lico Ley y Justicia (PiS), incluida la primera ministra Beata Szyd艂o, quien dijo que personalmente estaba a favor de la prohibici贸n total. La conferencia episcopal cat贸lica emiti贸 un comunicado llamando al apoyo a la propuesta y afirmando que “sobre la cuesti贸n de la protecci贸n de la vida del nonato, no deber铆amos mantener el compromiso actual” y llamando a “la plena protecci贸n legal de la vida del nonato”. El 3 de abril de 2016, el comunicado se ley贸 en todas las iglesias del pa铆s durante la misa dominical.
Reacciones: protestas y propuesta de ley de Salvad a las Mujeres
Esta ofensiva fundamentalista provoc贸 intensas reacciones sociales: el 3 de abril de 2016 tuvieron lugar manifestaciones contra el proyecto en todas las grandes ciudades de Polonia. Organizadas por Razem, atrajeron espont谩neamente a numerosas personas. En Varsovia se concentraron varios miles de manifestantes delante del Parlamento. Un grupo de Facebook, Dziewuchy dziewuchom (Chicas por las Chicas), lanzado el 1 de abril, alcanz贸 las 100 000 seguidoras en diez d铆as.
El 12 de mayo se constituy贸 un comit茅 legislativo ciudadano llamado Salvad a las Mujeres (Ratujmy kobiety), que comenz贸 a recoger firmas a favor de una ley que liberalizara la legislaci贸n vigente. La dirigente del comit茅 era Barbara Nowacka, una joven activista socialdem贸crata. El proyecto de ley se basaba en leyes aprobadas en la mayor铆a de Estados miembros de la UE. Preve铆a legalizar el aborto hasta la duod茅cima semana de embarazo, y si este era resultado de un delito, el plazo de prolongar铆a hasta las 18 semanas; si el feto tenia graves malformaciones o estaba enfermo, hasta las 24 semanas. Otros aspectos del proyecto de ley se refer铆an a la educaci贸n sexual y a la disponibilidad de anticonceptivos, que deber铆an estar subvencionados por el Estado y ser gratuitos para las mujeres pobres y suministrarse tambi茅n a personas menores de 18 a帽os sin requerir el permiso de los padres.
La iniciativa de Salvad a las Mujeres recogi贸 215 000 firmas y la de Stop Aborto, unas 450 000. En Polonia, una iniciativa legislativa popular necesita 100 000 firmas para prosperar, de modo que ambos proyectos llegaron al parlamento. En septiembre, cuando el parlamento se dispon铆a a debatir las propuestas de ley, la atm贸sfera pol铆tica se calent贸. Surgi贸 la “Protesta Negra” como hashtag y como eslogan. Al comienzo parec铆a que no era m谩s que otra pr谩ctica “clictivista” que no tendr铆a ning煤n efecto m谩s all谩 de constituir una v铆a adicional para colgar selfis en las redes sociales, esta vez con las retratadas vestidas de negro. Sin embargo, el 22 de septiembre, mientras prosegu铆a el debate parlamentario en torno a ambos proyectos, unos cuantos miles de personas se congregaron delante del edificio del parlamento bajo este lema, junto con manifestantes agrupadas en dos cortejos diferentes, organizados respectivamente por Salvad a las Mujeres y Razem.
El 23 de septiembre, la propuesta ultraconservadora de Ordo Iuris se someti贸 a segunda lectura, mientras que la de Salvad a las Mujeres fue rechazada, a pesar de que el PiS hab铆a declarado que jam谩s rechazar铆a una iniciativa popular en la primera lectura, una pr谩ctica que el p煤blico suele percibir como una manifestaci贸n de la arrogancia del poder.
El derecho al aborto no es idea de una 茅lite mimada
Una encuesta telef贸nica de una muestra representativa de 1 001 personas interrogadas, realizada por IPSOS para Oko.press justo despu茅s de la votaci贸n en el parlamento, mostr贸 que el apoyo a la liberalizaci贸n hab铆a aumentado significativamente, pasando del 25 % de las personas encuestadas en septiembre de 2015 al 29 % en abril de 2016 y despu茅s al 37 % en septiembre de 2016. Con respecto a la liberalizaci贸n, en la encuesta de septiembre un 39 % de las mujeres encuestadas y un 35 % de los hombres encuestados dijeron que apoyaban el derecho al aborto por motivos socioecon贸micos.
Adem谩s, la encuesta acab贸 con el mito de que la demanda de los derechos de aborto es en gran medida propia de mujeres privilegiadas, acomodadas, de alto nivel educativo y que habitan en grandes ciudades. La idea de liberalizar la legislaci贸n vigente obtuvo el apoyo del 39 % de las personas encuestadas con bachillerato elemental, del 43 % de personas que hab铆an cursado formaci贸n profesional b谩sica, del 37 % de personas con bachillerato superior y tan solo del 27 % de personas encuestadas con t铆tulo universitario. Nada menos que el 64 % de quienes hab铆an cursado una carrera universitaria apoyaban la legislaci贸n vigente. Esto puede explicarse por el hecho de que el aborto clandestino y en el extranjero est谩 mucho m谩s al alcance de mujeres con un nivel educativo m谩s alto en virtud de sus mayores ingresos.
Para el 24 de septiembre estaba planeada otra de las numerosas manifestaciones organizadas por el Comit茅 de Defensa de la Democracia (KOD). El KOD es un movimiento interclasista que defiende los derechos y las libertades democr谩ticas, surgido de la oposici贸n a las medidas autoritarias del gobierno del PiS en diciembre de 2015. Gracias al KOD, Polonia se ha convertido en un escenario de manifestaciones antigubernamentales cuya intensidad no tiene precedentes en los 煤ltimos 20 a帽os. Las manifestaciones convocadas por el KOD suelen reunir a decenas de miles de personas. Se public贸 un llamamiento a una Protesta Negra en la manifestaci贸n del KOD. El “Bloque Negro” estuvo formado por unas 200 personas, pero muchos otros participantes en la manifestaci贸n del KOD tambi茅n iban vestidos de negro. Aunque es dif铆cil determinar cu谩ntos de ellos iban de negro por motivos pol铆ticos (hac铆a fr铆o, y la ropa de abrigo negra es muy popular en Polonia), la marcha la encabezaron mujeres vestidas de negro que gritaban consignas contra el refuerzo de los aspectos m谩s restrictivos de la ley sobre el aborto.
El dirigente del KOD, Mateusz Kijowski, habl贸 del voto contrario al proyecto de Salvad a las Mujeres en primera lectura: “Ayer, la mayor铆a parlamentaria hizo gala de un profundo desprecio por cientos de miles de polacos. Impidieron el debate de la propuesta de ley sobre derechos humanos firmada por m谩s de 200 000 mujeres y hombres polacos.” Ley贸 una carta de Agnieszka Holland, directora de cine, que escribi贸: “Hoy, el gobierno del PiS quiere privar a las mujeres de la libertad e igualdad. Quieren quitar a las mujeres el derecho y la libertad de decidir sobre sus propias vidas, quitarles su dignidad, decretando que la vida de una mujer vale menos que la vida de un embri贸n.”
Lunes Negro
El 1 de octubre tuvo lugar una manifestaci贸n en Varsovia, que reuni贸 a diez mil personas delante del edificio del parlamento. Estaba claro que la movilizaci贸n cobraba fuerza, pero el punto 谩lgido se produjo el lunes, 3 de octubre, con el llamamiento a una huelga de mujeres. Ese d铆a hubo manifestaciones en 143 ciudades, grandes y peque帽as, y pueblos. Las consignas eran t铆picamente feministas, como “Mi cuerpo, mi decisi贸n”; “Pienso, siento, decido”; “Tenemos cerebro, no solo 煤tero”, pero tambi茅n otras como “Polonia es mujer” y algunas dirigidas directamente contra el gobierno, como “Beata, lo sentimos, tu gobierno ser谩 derribado por las mujeres”; “Jaros艂aw, fuera las manos de las mujeres” y “Abortar el gobierno”.
En Varsovia, decenas de miles de mujeres se concentraron en la plaza del Castillo, en el casco antiguo. Para muchas participantes, esta era la primera manifestaci贸n a la que acud铆an en su vida. El 茅xito fue completamente inesperado, como se desprendi贸 incluso de la elecci贸n del lugar: la plaza del Castillo es demasiado peque帽a para una concentraci贸n tan masiva. La muchedumbre era tan numerosa, la plaza tan peque帽a, la presi贸n de la masa tan grande y la situaci贸n tan llena de riesgo que las organizadoras incluso dijeron a la gente que no se moviera, amenazando con disolver la manifestaci贸n.
Una de las mujeres para las que la Protesta Negra fue la primera manifestaci贸n a la que acudi贸 en su vida, Anna Nowak (nombre cambiado), una joven ginec贸loga de un pueblo de Pomerania Occidental, declar贸: “Era mi deber participar en la manifestaci贸n. Si se aprobaba ese proyecto de ley, mis pacientes ya no tendr铆an acceso a exploraciones prenatales y ninguna otra opci贸n que dar a luz a beb茅s discapacitados. Esto significa muchas veces, para una mujer, la exclusi贸n del mercado de trabajo y la ruptura de su relaci贸n, pues a menudo su pareja las abandona.” La doctora Nowak a帽ade: “Recuerdo el caso de una chica cuyo feto ten铆a malformaciones y le denegaron el aborto legal. El feto era grande y supuestamente el embarazo ya estaba demasiado avanzado. Eso no era cierto: los fetos malformados son a menudo muy grandes. La obligaron a continuar con el embarazo. En la 40陋 semana dio a luz a un beb茅 que muri贸 al cabo de tres minutos. Yo la atend铆 en el parto.” La doctora apoya la idea de liberalizar la legislaci贸n vigente: “Todas las personas deben poder optar.”
Respondiendo al llamamiento, algunas mujeres no acudieron al trabajo y fueron sustituidas por sus compa帽eros. Algunos cargos p煤blicos apoyaron abiertamente la huelga. Robert Biedro艅, alcalde de la ciudad de S艂upsk, en Pomerania Occidental, y activista LGBTQ, dijo antes de la manifestaci贸n del lunes: “Me han llegado numerosas declaraciones de que las mujeres no acudir谩n al trabajo. Hay departamentos enteros [en el ayuntamiento de S艂upsk] que har谩n huelga. Esto puede paralizar el funcionamiento del ayuntamiento, pero lo comprendo plenamente. Creo que las mujeres tienen que mostrar c贸mo ser谩 el mundo si se hartan de una vez y declaren que tambi茅n quieren decidir en democracia.”
En numerosas universidades se anunci贸 que el 3 de octubre no se pasar铆a lista en las aulas. Algunos empresarios privados cerraron sus establecimientos, como Rados艂aw Olszewski, propietario de una cadena de restaurantes en Wroclaw. Cerr贸 todos sus restaurantes, que emplean a 100 personas, 80 de ellas mujeres. Muchas mujeres fueron a trabajar vestidas de negro, como la mayor铆a de las empleadas de la f谩brica de Indesit en 艁贸d藕. En muchos lugares de trabajo, algunas mujeres se desentendieron de algunas de sus tareas; por ejemplo, hubo secretarias que no contestaban al tel茅fono de la oficina. Dada la variedad de formas de participaci贸n en la Protesta Negra, es dif铆cil evaluar su alcance, pero est谩 claro que fue masiva. Seg煤n c谩lculos de la polic铆a, alrededor de 100 000 personas participaron en manifestaciones callejeras. Y en la encuesta realizada inmediatamente despu茅s del Lunes Negro, el 67 % de las personas encuestadas declararon que apoyaban la Protesta Negra.
El efecto de la protesta masiva inesperada tambi茅n fue inesperado: el PiS retir贸 su apoyo al proyecto fundamentalista, que el 6 de octubre fue rechazado por el parlamento. Jaros艂aw Kaczy艅ski, el l铆der del partido, cuyo peso real supera de lejos su posici贸n formal, admiti贸 durante el debate parlamentario que se trataba de “un enorme malentendido” y que “han llegado a la conclusi贸n” de que el proyecto de Ordo Iuris “no es adecuado y sus resultados ser铆an contrarios [a lo esperado].” Dio garant铆as al p煤blico de que el PiS “apoya la idea de proteger la vida”, pero a帽adi贸 que har铆a falta una acci贸n bien meditada, cosa que el proyecto no era. Beata Szyd艂o, la primera ministra, anunci贸 un renovado apoyo social para animar a las mujeres a concebir y criar ni帽os discapacitados. Hasta la conferencia episcopal retir贸 su apoyo activo al proyecto, declarando que no secundaba la idea de castigar a las mujeres por abortar.
La lucha contin煤a
La s煤bita retirada del gobierno no es necesariamente definitiva, pues tanto el gobierno como el partido gobernante tambi茅n est谩n sometidos a las presiones de ultraconservadores decepcionados. La idea de un nuevo proyecto m谩s restrictivo que la ley vigente, este patrocinado por el gobierno, tom贸 cuerpo muy pronto. Esta nueva ley penalizar铆a el aborto en caso de malformaci贸n o enfermedad del feto, pero no est谩 claro que el gobierno vaya a proceder realmente en este sentido o si se trata de una maniobra discursiva para calmar a los ultraconservadores que acusan al PiS de traici贸n. De momento se ha aprobado una nueva ley, Para la Vida, que prev茅 el desembolso de alrededor de mil euros a las mujeres que decidan continuar con el embarazo y dar a luz si el feto tiene malformaci贸n o est谩 enfermo. Esta ley casa con el esp铆ritu de las palabras anteriores de Kaczy艅ski: “Aspiraremos a asegurar que incluso en casos de embarazos muy dif铆ciles, cuando un beb茅 est谩 condenado a morir o gravemente malformado, se llegue al parto para que el beb茅 pueda ser bautizado, enterrado y haya recibido un nombre.”
En octubre tuvo lugar la primera declaraci贸n de haber abortado por parte de una joven cantante pop, Natalia Przybysz, que grab贸 una canci贸n en la que contaba su propio aborto; nunca antes se hab铆a producido nada igual en Polonia. La canci贸n habla de c贸mo tom贸 42 p铆ldoras de Cytotec, que no tuvieron efecto, y de su viaje a Eslovaquia para recibir atenci贸n m茅dica e interrumpir el embarazo. Tambi茅n concedi贸 una entrevista, en la que relat贸 su experiencia en detalle. La entrevista provoc贸 una ola de ataques contra ella; la llamaron “arp铆a” y “asesina”, y el tabloide Super Express sac贸 este titular: “Mat贸 al beb茅 para hacer sitio para libros.” En la peque帽a ciudad de Nadarzyn, en Mazovia, se organiz贸 una manifestaci贸n de boicot a un concierto de Przybysz. Por otro lado, su sinceridad sobre su aborto fue recibida con entusiasmo por feministas y activistas de izquierda, e incluso por algunos c铆rculos liberales. Las mujeres organizaron de inmediato una recogida en l铆nea de posts sobre sus propias experiencias de aborto. Sin embargo, entre quienes criticaron a Przybysz hab铆a algunas participantes en la Protesta Negra, que se oponen a restringir la normativa vigente pero apoyan el “compromiso” de mantener el status quo.
En este contexto se organizaron nuevas manifestaciones, particularmente los d铆as 23 y 24 de octubre. En numerosas ciudades, grandes y peque帽as, tuvieron lugar acciones y manifestaciones, aunque fueron mucho menos masivas que las del Lunes Negro. La divisi贸n en el seno del movimiento se hizo m谩s visible, no solo porque salieron a relucir las distintas posturas en torno a la libertad de elecci贸n, sino tambi茅n porque algunos c铆rculos de izquierda comenzaron a atacar al KOD, afirmando, por ejemplo, que “el KOD est谩 apropi谩ndose de la Protesta Negra”. En Polonia, simpatizantes del antiguo r茅gimen y seguidores de las teor铆as de Antonio Negri quisieron desacreditar al KOD desde el comienzo, diciendo que est谩 al servicio de la oposici贸n liberal, que solo pretende “enmascarar la explotaci贸n” y en este sentido no se diferencia del PiS, como afirm贸 un destacado simpatizante de Razem y seguidor de Negri, el profesor Jan Sowa.
Ma艂gorzata Tracz, presidenta de los Verdes, que ha apoyado al KOD desde el comienzo, confirma que muchas mujeres del KOD participaron en la Protesta Negra. Tambi茅n reconoce que muchas activistas del movimiento est谩n en contra de las cr铆ticas al “compromiso”, pero no apoyan la liberalizaci贸n de la legislaci贸n en materia de aborto. Dice que “el mito del compromiso ha bloqueado la posibilidad de debatir. Sin embargo, como participante y activista, percibo el cambio; numerosas mujeres est谩n cambiando de opini贸n en el curso de los acontecimientos. Las manifestaciones iban en contra de imponer m谩s restricciones al aborto, y nuestra tarea es estimular el debate sobre la liberalizaci贸n. Ha llegado el momento de dar un nuevo paso adelante.” Valora positivamente la declaraci贸n de Natalia Przybysz y considera que urge que salgan a la luz nuevos casos como este. Al mismo tiempo, se muestra cr铆tica con comentarios como “no sab铆an d贸nde estaban y en qu茅 participaban”, seg煤n han afirmado algunas manifestantes del Lunes Negro con respecto a aquellas participantes que est谩n contentas con el status quo y que critican a Przybysz. Tracz se帽ala que “este es el efecto del mito del compromiso, contra el que tenemos que luchar.”
Conclusiones
Aunque resulta tentador contemplar la Protesta Negra con lentes idealistas y calificarlo de nuevo movimiento social surgido espont谩neamente de la base, para comprender este fen贸meno se precisa un enfoque m谩s materialista y marxista cl谩sico. El a帽o pasado en Polonia, despu茅s de que el PiS llegara al poder, tuvo lugar una reconfiguraci贸n pol铆tica. Polonia hab铆a vivido muchos a帽os de paz social, cuando las reformas neoliberales m谩s radicales no provocaron movilizaciones contra el gobierno, ni siquiera a ra铆z de una dr谩stica reforma de las pensiones en 2012, que increment贸 la edad de jubilaci贸n de 60 a帽os para las mujeres y 65 para los hombres a 67 a帽os para unas y otros.
Sin embargo, en diciembre de 2015, la gente sali贸 de pronto a la calle a ra铆z del intento del PiS de tomar el control del Tribunal Constitucional, que hasta entonces nunca fue una instituci贸n que despertara un gran inter茅s popular. Ese movimiento es el KOD, que en un momento dado fue capaz de organizar una manifestaci贸n de 100 000 personas en Varsovia (que representa un n煤mero extraordinario para Polonia), con consignas favorables a la democracia. Este movimiento ha desempe帽ado un gran papel en el renacer de la cultura de la protesta. Ha quedado claro que en Polonia las reivindicaciones pol铆ticas democr谩ticas tienen un potencial de movilizaci贸n de masas mucho mayor que las demandas sociales.
Parece que este potencial movilizador de las demandas pol铆ticas tambi茅n contribuy贸 a la Protesta Negra, y que esta circunstancia explica al menos en parte su 茅xito. En muy poco tiempo, el derecho al aborto –aunque entendido de forma muy estrecha como el derecho a interrumpir el embarazo en caso de violaci贸n o de malformaci贸n del feto– pas贸 de ser una cuesti贸n social o incluso ideol贸gica a un asunto que tiene que ver con los derechos fundamentales y las libertades civiles. La lucha por el derecho al aborto se relaciona con otras luchas por las libertades democr谩ticas, y el intento del PiS de restringir la ley se ve como un nuevo ataque a la democracia.
Es cuando menos simb贸lico que una de las personalidades m谩s visibles que se han opuesto a la restricci贸n de la ley del aborto sea Krystyna Janda, protagonista de El hombre de m谩rmol y El hombre de hierro, dos pel铆culas de Andrzej Wajda que simbolizan la lucha contra la supresi贸n de los derechos democr谩ticos y laborales bajo el estalinismo. Cuando Janda escribi贸 en su muro de Facebook sobre la huelga de mujeres de 1975 en Islandia, se interpret贸 ampliamente como un llamamiento a una huelga de mujeres en Polonia (pese a que esa no era su intenci贸n).
En suma, las protestas masivas de mujeres que carecen de precedentes de Polonia han forzado de inmediato al parlamento a abandonar la idea de restringir la legislaci贸n en materia de aborto. El partido gobernante ha capitulado p煤blicamente ante el estallido del descontento popular. La magnitud y la fuerza de la protesta sorprendieron a todo el mundo. La Protesta Negra es una importante confirmaci贸n de que la tradici贸n y la cultura de la protesta pol铆tica masiva est谩 renaciendo en Polonia en estos momentos.
http://newpol.org/content/czarnyprotest
Katarzyna Bieli艅ska-Kowalewska es fil贸sofa y polit贸loga residente en Varsovia.
Traducci贸n: VIENTO SUR
Notas:
1/ En el siglo XXI, el partido Razem ha sido el primer partido de izquierda extraparlamentario en superar el umbral del 3 % en unas elecciones parlamentarias, lo que comporta que percibe una subvenci贸n estatal y pasa a formar parte del establishment pol铆tico.
2/ “¿Qu茅 pueden ofrecer las feministas que se han unido al partido Razem a las madres de familias que luchan para llegar a fin de mes y a las mujeres j贸venes que ganan una miseria trabajando de cajeras en un comercio de una peque帽a ciudad?”
Respuesta: “Las mujeres en general ganan menos. Adem谩s, tienen interrupciones mucho m谩s largas en su vida profesional, ya que suelen cuidar a los hijos. Las mujeres cargan m谩s a menudo con las consecuencias de la ruptura matrimonial y un embarazo no deseado, y muchas tienen que abandonar la vivienda con sus hijos debido a la violencia. Finalmente, a ellas les resulta m谩s dif铆cil encontrar un empleo porque pueden quedarse embarazadas. El Estado tiene que intervenir en estas situaciones. De lo contrario, las mujeres siempre estar谩n en situaci贸n de riesgo en el mercado laboral.”
“El Estado tiene que prestar apoyo. Por eso queremos cambiar las reglas de funcionamiento del Fondo de Alimentaci贸n. Nuestra prioridad es el desarrollo de una red de guarder铆as y jardines de infancia para que se pueda acoger a todos los ni帽os necesitados en instalaciones gratuitas. Dada la situaci贸n actual del mercado de trabajo, hemos de crear instalaciones que funcionen por la tarde y en los fines de semana. Queremos introducir –siguiendo el modelo sueco– una baja parental de 480 d铆as compartida a partes iguales por los progenitores. Gracias a ello, los hijos se criar谩n durante m谩s tiempo en casa y las mujeres tendr谩n menos problemas para encontrar un empleo.”
3/ “Estamos en contra de resolver el problema del aborto mediante la represi贸n penal. La ley vigente en Polonia no funciona: las mujeres acomodadas la eluden con facilidad, de modo que afecta realmente a las mujeres pobres. Independientemente de las diferencias en nuestras filas en torno a la evaluaci贸n 茅tica del aborto, estamos convencidos de que no es tarea del Estado apoyar una visi贸n del mundo. La decisi贸n sobre la maternidad corresponde a la mujer.”