Parecen conchas, caparazones, cáscaras, huesos o dientes, pero en realidad son estructuras cristalinas no biológicas, minerales que se obtienen en el laboratorio, que crecen en condiciones similares a las de las rocas que contienen los fósiles más antiguos de la Tierra. Se trata de los biomorfos, materiales de sílice y carbonato que son capaces de ensamblarse por sí mismos para crear simetrías, formas y texturas que recuerdan a las de los organismos vivos.
Biomorfos vistos a través de un microscopio (JUAN MANUEL GARCÍA RUIZ)
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han logrado profundizar en los procesos químicos implicados en el crecimiento de estos nanocristales, “uno de los pocos casos de autoorganización química en materiales”. Los científicos, que publican hoy sus resultados en la revista Nature Communications, han demostrado experimentalmente por primera vez que la formación de estos biomorfos se autoalimenta por una oscilación del pH.
M. Montalti, G. Zhang, D. Genovese, J. Morales, M. Kellermeier y J.M. García-Ruiz. Local pH Oscillations Witness Autocatalytic Self-Organization of Biomorphic Nanostructures. Nature Communications. DOI: 10.1038/NCOMMS14427