OPINI脫N de Emilio Cafassi, Argentina.- Hoy* el partido pol铆tico espa帽ol “Podemos” termina su Asamblea Ciudadana, el equivalente a un congreso partidario como el que, por ejemplo, culminar谩 el Frente Amplio uruguayo (FA) a comienzos de abril. Del evento de hoy tomo conocimiento por el muy preciso y detallado cronograma en la p谩gina web de esa fuerza pol铆tica, el software que lo organiza y el inter茅s medi谩tico puesto en el encuentro. De la fecha del rioplatense, por un reportaje de este diario, ya que a los comit茅s de base no lleg贸 informaci贸n alguna al respecto. De las m煤ltiples analog铆as y diferencias que pueden trazarse entre ambas experiencias, he aqu铆 un s铆ntoma, aunque muy menor, de distancia entre sus modos de organizaci贸n y comunicaci贸n. Siguiendo con los ejemplos anecd贸ticos, Podemos vuelve a celebrar su encuentro (luego de una asamblea fundacional) en el Palacio Vistalegre de Madrid para discutir documentos -adem谩s de candidaturas internas- mientras el FA lo reitera en el Palacio Pe帽arol de Montevideo, para culminar la redacci贸n de un texto ideol贸gico relevante. Todo el resto ser谩n distancias abisales entre los contextos nacionales en los que desarrollan su actividad, las diferencias de edad (no s贸lo como fuerzas pol铆ticas, sino de sus principales referentes), sus referencias o vertientes te贸rico-ideol贸gicas, sus logros y fracasos. Sin embargo, me interesar谩 aqu铆 esbozar algunos paralelismos sobre aspectos menos superficiales como la organizaci贸n de las decisiones colectivas, el cuidado por la distribuci贸n informativa, la transparencia y el ordenamiento del poder colegiado.
Obviamente Podemos no es un frente sino un partido, es decir que no tiene en su seno organizaciones pol铆ticas preexistentes, ni tampoco posteriores como tales, aunque posee corrientes de opini贸n que expresan, particularmente en el 煤ltimo a帽o, orientaciones t谩cticas y 茅nfasis program谩ticos divergentes, no exentos de rispidez. Pero sus estructuras de base resultan pr贸ximas. Mientras Podemos est谩 organizado en sus bases por los “c铆rculos” (agregaciones voluntarias y abiertas de personas que convergen por su acuerdo con los principios, documentos y programa), el FA encuentra en los comit茅s de base algo muy similar. En todo caso, Podemos establece una distinci贸n m谩s estricta entre los c铆rculos territoriales y los sectoriales que se despliegan en torno a un 谩rea program谩tica o categor铆a profesional. Ambos poseen cierta independencia organizativa y cualquier militante puede poner en marcha un c铆rculo y realizar los contactos y demandar las exigencias necesarias para ser reconocidos y obtener derechos de participaci贸n en las decisiones, con voz y voto. Muy similar es la organizaci贸n de los Comit茅s de Base uruguayos y tanto espa帽oles como orientales se ven obligados a requerir pruebas de la existencia de esas instancias de base, como el funcionamiento regular de reuniones, porque muchos de ellos se extinguieron. Para ambos hay exigencias de un m铆nimo tanto de integrantes cuanto de encuentros en un per铆odo de tiempo con sus correspondientes mecanismos verificadores.
En los dos casos la m谩xima autoridad es una instancia colegiada muy amplia y nutrida. El Congreso en el ejemplo del FA y la Asamblea Ciudadana en el otro. En el interregno de esta m谩xima instancia, se prev茅n 贸rganos de decisi贸n y organizaci贸n derivados de ella (Plenario, Nacional, Mesa pol铆tica, Secretariado y Presidencia, adem谩s de comisiones espec铆ficas en el
FA y en Podemos el Consejo Ciudadano, la Comisi贸n de Garant铆as Democr谩ticas y la Secretar铆a General).
Pero difieren raigalmente en las precisiones organizativas para la adopci贸n de decisiones, las garant铆as democr谩ticas y el sistema electoral, incluyendo la elecci贸n sobre este 煤ltimo. Por ejemplo, en una consulta que se realiz贸 en diciembre pasado sobre el sistema a utilizarse en esta Asamblea Ciudadana (llamada “Vistalegre II”) se aplicar谩 el m茅todo que enarbol贸 el actual Secretario General, Pablo Iglesias, luego de una re帽ida elecci贸n en la que su propuesta obtuvo el 41,57% de los votos, seguido por la del llamado N° 2 (absurdamente, ya que en el Consejo Ciudadano, no se numeran los dirigentes), I帽igo Errej贸n, con el 39,12% y por 煤ltimo la del sector llamado “anticapitalistas” con el 10,5%, reparti茅ndose el resto entre otras menores. En suma, el modo de adopci贸n colectivo de las decisiones, a diferencia del FA, tambi茅n se toma colectivamente y es objeto de pol茅mica y disputa. Entrar en detalles sobre las caracter铆sticas y fundamentos del mecanismo exceder铆an el espacio disponible. Vistalegre II tendr谩 sin embargo un car谩cter extraordinario ya que por estatutos las asambleas ciudadanas se convocan de manera ordinaria cada tres a帽os, pero el Secretario General y el Consejo Ciudadano decidieron adelantarlas con el prop贸sito de saldar diferencias en la instancia colegiada m谩s cotidiana: el Consejo Ciudadano.
En cualquier caso, la diferencia decisiva es que la participaci贸n presencial en el Palacio Vistalegre no define aquellos aspectos cardinales porque las decisiones clave y, consecuentemente, las elecciones entre alternativas, no se realizan all铆 por delegaci贸n sino de manera directa y previa. S贸lo se elegir谩n all铆 presencialmente los representantes de los c铆rculos y se votar谩n algunas resoluciones pol铆ticas. Los 456.443 inscritos (antes del 5 de enero) podr谩n ejercer su derecho a voto inform谩ticamente, desde el 4 de febrero hasta ayer y hoy se dar谩n a conocer los resultados. No son necesariamente los militantes (llamados activos, por su participaci贸n en la web de Podemos, que se calculan en 273.305 ciudadanos), sino todos los que voluntariamente se hayan suscrito para tal fin.
Como las diferentes corrientes internas no alcanzaron acuerdos para presentar propuestas pol铆ticas conjuntas, los inscriptos deber谩n elegir entre un total de cinco proyectos, votando individualmente por cada documento (pol铆tico, organizativo, 茅tico y de igualdad donde el sector de Iglesias y anticapitalistas convergieron) y puede darse el caso de que algunos elijan el documento pol铆tico de un sector, pero el organizativo de otro u otras combinaciones posibles. Clara diferencia con el FA que parte de un documento “oficial” redactado por una comisi贸n designada por las instancias directivas que es sometido luego a debate y enmienda puntualizada, adem谩s de diferir en el sistema representativo por delegados y sectores integrantes.
A nivel de las candidaturas al Consejo Ciudadano, que como ya refer铆 es el m谩ximo 贸rgano colegiado de direcci贸n cotidiana, el mecanismo -dise帽ado y votado por escasa diferencia- presupone elegir a un m谩ximo de 62 miembros de manera nominal, cualquiera sea el sector, en un orden de prelaci贸n que luego otorga puntaje en funci贸n de ese orden. Fue un dise帽o del actual secretario de organizaci贸n, Pablo Echenique, perfeccionando el sistema “Borda” utilizado en la asamblea fundacional Vistalegre I, con el fin de dar mayor representaci贸n a las minor铆as. Lo llam贸 “Desborda”.
Una mirada superficial a los documentos podr铆a dar la impresi贸n de que la pol茅mica se divide entre moderados e izquierdas m谩s radicales, pero en todos los sectores hay referencias de gran riqueza sobre el grado de democraticidad (interna y de la sociedad), la transversalidad y el patriarcado, la 茅tica del representante y la relaci贸n con los oprimidos. Lo resume bien Iglesias en un reportaje en el Diario P煤blico: “creo que uno de los peligros de ser nuevos en las instituciones es una cierta fascinaci贸n que produce la moqueta. Est谩 bien trabajar bien en el Parlamento, pero sin olvidarte nunca de d贸nde vienes. Es fundamental que uno siga saliendo por los sitios por los que sal铆a, hablando con la gente con la que hablaba antes, porque las instituciones muchas veces tienen una extra帽a capacidad de fascinar al que acaba de entrar. No digo que esto le pase a ning煤n compa帽ero en concreto, pero hay que establecer mecanismos de control para que la gente diga: "Oye, que est谩is aqu铆 para representarnos a nosotros, no para fascinaros en las reuniones de la Junta de Portavoces"”. Mi experiencia en Madrid -algo desactualizada, ya que no voy por Espa帽a hace casi dos a帽os- no me lo confirma en su caso.
Podemos ya hab铆a aprovechado el conocimiento e iniciativa del Partido de la Red de Argentina (como refer铆 en un art铆culo del 18/12/16 en el que suger铆a que el FA mirara esos antecedentes e inclusive tomara contacto con ellos). En esta oportunidad, los espa帽oles avanzaron m谩s a煤n en el desarrollo del sistema, ya que justamente el software libre sirve para capitalizar el conocimiento acumulado y no empezar desde cero. No encuentro diferencias significativas en el desarrollo y penetraci贸n de la inform谩tica entre Espa帽a y Uruguay, precisamente por el empuje que desde el primer gobierno del FA se adopt贸 con Antel, el plan Ceibal (que no fue solo para ni帽os escolares sino tambi茅n para sus familias) y su expansi贸n diversificada hasta nuestros d铆as.
No propongo copiar modelos o importar recetas, sino analizar con cuidado y detenimiento cada experiencia renovadora de las izquierdas y progresismos para adaptar y adoptar lo mejor al contexto propio. Para el FA 茅sta es una de ellas.
Pero tambi茅n Podemos deber铆a analizar escrupulosamente la experiencia frenteamplista de cuidado de la unidad en un marco de tan compleja diversidad, ya que la sutura de la herramienta del porvenir no puede coserse con el delgado hilo del narcisismo.
Obviamente Podemos no es un frente sino un partido, es decir que no tiene en su seno organizaciones pol铆ticas preexistentes, ni tampoco posteriores como tales, aunque posee corrientes de opini贸n que expresan, particularmente en el 煤ltimo a帽o, orientaciones t谩cticas y 茅nfasis program谩ticos divergentes, no exentos de rispidez. Pero sus estructuras de base resultan pr贸ximas. Mientras Podemos est谩 organizado en sus bases por los “c铆rculos” (agregaciones voluntarias y abiertas de personas que convergen por su acuerdo con los principios, documentos y programa), el FA encuentra en los comit茅s de base algo muy similar. En todo caso, Podemos establece una distinci贸n m谩s estricta entre los c铆rculos territoriales y los sectoriales que se despliegan en torno a un 谩rea program谩tica o categor铆a profesional. Ambos poseen cierta independencia organizativa y cualquier militante puede poner en marcha un c铆rculo y realizar los contactos y demandar las exigencias necesarias para ser reconocidos y obtener derechos de participaci贸n en las decisiones, con voz y voto. Muy similar es la organizaci贸n de los Comit茅s de Base uruguayos y tanto espa帽oles como orientales se ven obligados a requerir pruebas de la existencia de esas instancias de base, como el funcionamiento regular de reuniones, porque muchos de ellos se extinguieron. Para ambos hay exigencias de un m铆nimo tanto de integrantes cuanto de encuentros en un per铆odo de tiempo con sus correspondientes mecanismos verificadores.
En los dos casos la m谩xima autoridad es una instancia colegiada muy amplia y nutrida. El Congreso en el ejemplo del FA y la Asamblea Ciudadana en el otro. En el interregno de esta m谩xima instancia, se prev茅n 贸rganos de decisi贸n y organizaci贸n derivados de ella (Plenario, Nacional, Mesa pol铆tica, Secretariado y Presidencia, adem谩s de comisiones espec铆ficas en el
FA y en Podemos el Consejo Ciudadano, la Comisi贸n de Garant铆as Democr谩ticas y la Secretar铆a General).
Pero difieren raigalmente en las precisiones organizativas para la adopci贸n de decisiones, las garant铆as democr谩ticas y el sistema electoral, incluyendo la elecci贸n sobre este 煤ltimo. Por ejemplo, en una consulta que se realiz贸 en diciembre pasado sobre el sistema a utilizarse en esta Asamblea Ciudadana (llamada “Vistalegre II”) se aplicar谩 el m茅todo que enarbol贸 el actual Secretario General, Pablo Iglesias, luego de una re帽ida elecci贸n en la que su propuesta obtuvo el 41,57% de los votos, seguido por la del llamado N° 2 (absurdamente, ya que en el Consejo Ciudadano, no se numeran los dirigentes), I帽igo Errej贸n, con el 39,12% y por 煤ltimo la del sector llamado “anticapitalistas” con el 10,5%, reparti茅ndose el resto entre otras menores. En suma, el modo de adopci贸n colectivo de las decisiones, a diferencia del FA, tambi茅n se toma colectivamente y es objeto de pol茅mica y disputa. Entrar en detalles sobre las caracter铆sticas y fundamentos del mecanismo exceder铆an el espacio disponible. Vistalegre II tendr谩 sin embargo un car谩cter extraordinario ya que por estatutos las asambleas ciudadanas se convocan de manera ordinaria cada tres a帽os, pero el Secretario General y el Consejo Ciudadano decidieron adelantarlas con el prop贸sito de saldar diferencias en la instancia colegiada m谩s cotidiana: el Consejo Ciudadano.
En cualquier caso, la diferencia decisiva es que la participaci贸n presencial en el Palacio Vistalegre no define aquellos aspectos cardinales porque las decisiones clave y, consecuentemente, las elecciones entre alternativas, no se realizan all铆 por delegaci贸n sino de manera directa y previa. S贸lo se elegir谩n all铆 presencialmente los representantes de los c铆rculos y se votar谩n algunas resoluciones pol铆ticas. Los 456.443 inscritos (antes del 5 de enero) podr谩n ejercer su derecho a voto inform谩ticamente, desde el 4 de febrero hasta ayer y hoy se dar谩n a conocer los resultados. No son necesariamente los militantes (llamados activos, por su participaci贸n en la web de Podemos, que se calculan en 273.305 ciudadanos), sino todos los que voluntariamente se hayan suscrito para tal fin.
Como las diferentes corrientes internas no alcanzaron acuerdos para presentar propuestas pol铆ticas conjuntas, los inscriptos deber谩n elegir entre un total de cinco proyectos, votando individualmente por cada documento (pol铆tico, organizativo, 茅tico y de igualdad donde el sector de Iglesias y anticapitalistas convergieron) y puede darse el caso de que algunos elijan el documento pol铆tico de un sector, pero el organizativo de otro u otras combinaciones posibles. Clara diferencia con el FA que parte de un documento “oficial” redactado por una comisi贸n designada por las instancias directivas que es sometido luego a debate y enmienda puntualizada, adem谩s de diferir en el sistema representativo por delegados y sectores integrantes.
A nivel de las candidaturas al Consejo Ciudadano, que como ya refer铆 es el m谩ximo 贸rgano colegiado de direcci贸n cotidiana, el mecanismo -dise帽ado y votado por escasa diferencia- presupone elegir a un m谩ximo de 62 miembros de manera nominal, cualquiera sea el sector, en un orden de prelaci贸n que luego otorga puntaje en funci贸n de ese orden. Fue un dise帽o del actual secretario de organizaci贸n, Pablo Echenique, perfeccionando el sistema “Borda” utilizado en la asamblea fundacional Vistalegre I, con el fin de dar mayor representaci贸n a las minor铆as. Lo llam贸 “Desborda”.
Una mirada superficial a los documentos podr铆a dar la impresi贸n de que la pol茅mica se divide entre moderados e izquierdas m谩s radicales, pero en todos los sectores hay referencias de gran riqueza sobre el grado de democraticidad (interna y de la sociedad), la transversalidad y el patriarcado, la 茅tica del representante y la relaci贸n con los oprimidos. Lo resume bien Iglesias en un reportaje en el Diario P煤blico: “creo que uno de los peligros de ser nuevos en las instituciones es una cierta fascinaci贸n que produce la moqueta. Est谩 bien trabajar bien en el Parlamento, pero sin olvidarte nunca de d贸nde vienes. Es fundamental que uno siga saliendo por los sitios por los que sal铆a, hablando con la gente con la que hablaba antes, porque las instituciones muchas veces tienen una extra帽a capacidad de fascinar al que acaba de entrar. No digo que esto le pase a ning煤n compa帽ero en concreto, pero hay que establecer mecanismos de control para que la gente diga: "Oye, que est谩is aqu铆 para representarnos a nosotros, no para fascinaros en las reuniones de la Junta de Portavoces"”. Mi experiencia en Madrid -algo desactualizada, ya que no voy por Espa帽a hace casi dos a帽os- no me lo confirma en su caso.
Podemos ya hab铆a aprovechado el conocimiento e iniciativa del Partido de la Red de Argentina (como refer铆 en un art铆culo del 18/12/16 en el que suger铆a que el FA mirara esos antecedentes e inclusive tomara contacto con ellos). En esta oportunidad, los espa帽oles avanzaron m谩s a煤n en el desarrollo del sistema, ya que justamente el software libre sirve para capitalizar el conocimiento acumulado y no empezar desde cero. No encuentro diferencias significativas en el desarrollo y penetraci贸n de la inform谩tica entre Espa帽a y Uruguay, precisamente por el empuje que desde el primer gobierno del FA se adopt贸 con Antel, el plan Ceibal (que no fue solo para ni帽os escolares sino tambi茅n para sus familias) y su expansi贸n diversificada hasta nuestros d铆as.
No propongo copiar modelos o importar recetas, sino analizar con cuidado y detenimiento cada experiencia renovadora de las izquierdas y progresismos para adaptar y adoptar lo mejor al contexto propio. Para el FA 茅sta es una de ellas.
Pero tambi茅n Podemos deber铆a analizar escrupulosamente la experiencia frenteamplista de cuidado de la unidad en un marco de tan compleja diversidad, ya que la sutura de la herramienta del porvenir no puede coserse con el delgado hilo del narcisismo.
*12/02/2017 (nota de la editora)