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Militancias hormiga

OPINI脫N de Emilio Cafassi, Argentina.- La casi totalidad de las preocupaciones directivas del Frente Amplio uruguayo (FA) se encuentran concentradas en lo que en Uruguay se denomina “rendici贸n de cuentas”, que no es otra cosa que una ley que el poder ejecutivo env铆a al parlamento para su tratamiento. Establece los instrumentos tributarios y asigna a su vez las partidas presupuestarias para cada sector del Estado, garantizando su funcionamiento y metas. Sintoniza de este modo la prioridad que el Presidente Tabar茅 V谩zquez le asign贸 en su discurso del mi茅rcoles por cadena nacional. Resulta una curiosidad, particularmente para lectores del exterior, que la comunicaci贸n presidencial (que al cumplirse cada a帽o de mandato dirige a los ciudadanos) la conciba encomiablemente con el mismo significante: rendici贸n de cuentas. Algo que hab铆a ejercitado en su primer mandato y que reitera en 茅ste, constituyendo una marca distintiva con toda la tradici贸n fiduciaria y jur铆dicamente irresponsable de todos los gobiernos conservadores que precedieron al del FA. Cualquiera sea la evaluaci贸n del contenido de tal devoluci贸n a la ciudadan铆a, el sello resulta indeleble y sienta un precedente a modo de pelda帽o en la escalera pol铆tica de construcci贸n consciente del destino de la sociedad. A ello debe sumarse el 茅nfasis puesto en el cumplimiento del programa de gobierno con el que se postul贸 ante el electorado, cuya confecci贸n no le pertenece en exclusividad, sino que fue el resultado de una compleja -y tan admirable como perfectible- elaboraci贸n colectiva de m谩s de 1.500 representantes en el Congreso Hugo Cores de noviembre de 2013.

Una controversia vinculada a esta cuesti贸n (a la que ya alud铆 tangencialmente el pasado domingo) proviene de la iniciativa de la Mesa Pol铆tica del FA de acercar a V谩zquez las aspiraciones y prioridades que tiene respecto a tal rendici贸n de cuentas, para lo cual encomend贸 a la Comisi贸n de Programa la elaboraci贸n de un documento de trabajo, disparador del debate, cuya primera versi贸n fue tomada en algunos fragmentos por el derechista diario “El Pa铆s”, agregando adem谩s afirmaciones de elaboraci贸n propia. La operaci贸n de prensa del diario est谩 dentro de lo previsible: tomar algunos recortes que reflejan posiciones de algunos sectores frentistas como verdaderas resoluciones, sacarlas de contexto y azuzar a los partidos tradicionales para que polemicen con tales supuestas propuestas.

Nada fuera de lo esperable ni menos a煤n atribuible a otra causa que la deshonestidad intelectual y carencia de 茅tica period铆stica del medio. La preocupaci贸n del Presidente del FA, Javier Miranda, respecto a que los frenteamplistas terminen discutiendo sobre los titulares de la prensa, merece dos consideraciones. La primera es que para que discutan sobre otras fuentes y est铆mulos, habr铆a que producirlos. La segunda es que resulta imposible y hasta indeseable que la elaboraci贸n colectiva de documentos carezca de difusi贸n. Porque cualquiera de las instancias de elaboraci贸n colegiada la integran representantes de muy diversos sectores y/o bases organizadas, los que a su vez deber铆an consultar y someter la discusi贸n en sus propios 谩mbitos a fin de llevar luego las respectivas posiciones. De lo contrario intervendr铆an con sus opiniones personales, cosa muy poco representativa. Obviamente el grado de socializaci贸n de sus contribuciones variar谩 en cada sector seg煤n sus pautas org谩nicas y reglas institucionales, pero en cualquier caso habr谩 much铆simas decenas

de militantes, dirigentes y representantes involucrados. Comparto con Miranda la calificaci贸n de irresponsabilidad sobre quienes hayan entregado el documento al diario derechista. Pero suponer que los debates en comisiones o instancias de direcci贸n acotadas como la Mesa Pol铆tica, y hasta el Secretariado no trasciendan me resulta ingenuo. Deduzco que la soluci贸n que propuso la presidenta de la comisi贸n de publicar in extenso los documentos en la web del FA encontr贸 resistencias, porque tales textos brillan por su ausencia y mis propias alusiones est谩n basadas en la prensa, precisamente lo que se enuncia querer evitar.

La informaci贸n discurre de manera inorg谩nica y espasm贸dica por ausencia o pobreza de comunicaci贸n oficial. Mientras varios sectores tienen 贸rganos de prensa propios y medios digitales de difusi贸n, el FA solo exhibe una p谩gina web unidireccional, insustancial y desactualizada. Por caso, a menos de un mes de retomar las sesiones de su m谩xima autoridad, el Congreso, no hay una sola l铆nea por v铆a alguna que organice o estimule el debate. No extra帽a entonces que lo que el FA no comunica, lo hagan terceros con todas las potenciales tergiversaciones. El FA, org谩nicamente y en su conjunto, hoy no debate. A lo sumo lo hacen los sectores y las instancias formales y en su 谩mbito tem谩tico, los sindicatos y movimientos sociales. La 煤nica referencia al Congreso la formul贸 Miranda en la prensa. Afortunadamente la de izquierda, como este diario, pero prensa al fin. El FA opt贸 por el m谩s complejo pero a la vez fascinante de los caminos de producci贸n de insumos y propuestas. A diferencia de Podemos, como ya compar茅 en un art铆culo reciente, elabora sus propuestas, insumos y programas de manera colectiva, no optando entre alternativas cerradas. Ser铆a absurdo concluir que este m茅rito y desaf铆o resulte un obst谩culo.

Existen sin embargo, racimos de iniciativas capilares que por impulso propio intentan organizar discusiones, interconectar a la militancia y enriquecer al frentismo. S贸lo ejemplificar茅 con las que conozco fehacientemente por involucramiento. El edil del departamento de San Jos茅, Jorge Pipe Garc铆a, y la economista Yanina Corsini crearon el grupo de whatsapp “Comit茅 virtual FA”, una convergencia sumamente plural y fraternal de frenteamplistas que intercambia opiniones con una profusi贸n e intensidad que exige una atenci贸n tan inusual como atrapante. Est谩 basado en una tecnolog铆a de acceso restringido lo que lo hace diferir con un comit茅 de base tradicional. Tampoco lo es el tipo y profundidad de los debates, al menos respecto a mi experiencia en comit茅s, ya que la enjundia, profundidad y fundamento de las intervenciones es m谩s propio de un think tank que de un organismo de base. Probablemente lo explique el hecho de que participan de la experiencia (actuales o ex) ministros, intendentes departamentales, legisladores diversos, altos directivos de empresas p煤blicas y entes descentralizados, intelectuales e investigadores. Las tem谩ticas se suceden en una libre progresi贸n espont谩nea que siempre est谩 fundada en datos precisos, documentaci贸n y aportes propositivos. Y no es menor la dosis de humor. Escrib铆a en ese 谩mbito que buena parte de las intervenciones enriquecer铆an trabajos como los de la comisi贸n de programa o hasta las discusiones del inminente Congreso, para lo cual har铆an falta vasos comunicantes.

En un plano completamente diferente de autoorganizaci贸n e inciativa, el Comit茅 Morroni de Buenos Aires organiza hoy un acto en la plaza de San Mart铆n, conmemorativo de los 46 a帽os del FA, que se espera cuente con una nutrida concurrencia de organizaciones y movimientos populares locales. Ser谩 una ocasi贸n no s贸lo para hacer un balance de la experiencia frentista para la propia di谩spora uruguaya, sino tambi茅n para exponer la naturaleza del frentismo, atrayendo e ilustrando a militantes de esa orilla, hoy dispersos o constre帽idos ante la

descomposici贸n pol铆tica del supuesto progresismo argentino. De hecho los aportes porte帽os individuales a la militancia frenteamplista no son ninguna novedad. Aunque por goteo, se suceden. La sola comparaci贸n del discurso del Presidente V谩zquez, fundado en datos y propuestas, contra los slogans, mendacidad, apelaciones hueras a la esperanza y buenos deseos de la payasesca intervenci贸n ante la asamblea legislativa de su par Macri el mismo 1° de marzo, puede sintetizar la diferencia entre la realidad pol铆tica de las dos orillas. Por 煤ltimo, otra iniciativa participativa constituye la p谩gina http://cuartointermedio.org que mencion茅 el domingo pasado. A diferencia de los ejemplos anteriores carece de restricciones a la participaci贸n, aunque no cosech贸 a煤n mayores aportes. Como el resto, lo har谩 finalmente porque expresa una necesidad pol铆tica: la de reactivaci贸n, interacci贸n e involucramiento al interior del FA.

El gobierno cumple su funci贸n en el contexto internacional de 茅poca que le toca y lo hace con creces. Baste recordar que sus dos vecinos -gigantes en proporci贸n- se hunden en la recesi贸n (con ca铆da de 2,5% y 3,5% del PBI uno y otro) y la corrupci贸n que, lejos de superarse, se realimenta en sus nuevas administraciones, para no entrar en m谩s detalles comparativos. Pero no es funci贸n del gobierno movilizar, ni encender debates, sino gestionar el Estado. Es la fuerza pol铆tica que lo llev贸 al poder ejecutivo y al parlamento la que tiene que acometer la tarea de controlar la gesti贸n para el cumplimiento del programa, movilizar a toda su militancia y socializar la informaci贸n para est铆mulo de los debates. No es algo incompatible con las iniciativas varias que sectores, bases, comit茅s o movimientos puedan darse. Lo es con la incomunicaci贸n, la inorganicidad y el espontane铆smo. No hay por qu茅 admitir naturalizadamente que el acceso al gobierno produzca un efecto sedativo o anestesiante de la din谩mica social en general y militante en particular. El mutismo es superable por arriba o por abajo.

O por ambos extremos a la vez.




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