OPINI脫N de Sara Lovera, M茅xico.- Este 8 de marzo de 2017 ser谩 una fecha sustantiva. El llamado internacional a una huelga de mujeres, la reacci贸n encadenada, mundial, frente a la violencia contra las mujeres, como un fen贸meno de nuestros d铆as, que atenta contra la civilizaci贸n y muestra los l铆mites de la justicia, se vuelve contra la democracia, revela que las mujeres no nos hemos sentado a mirar el paisaje y continuamos en pie de lucha.
El llamado que vino de Polonia, se suma a las movilizaciones recientes como la de Argentina en 2015; la del 24A Contra la Violencia Machista y la salida masiva de mujeres en 60 ciudades del mundo para dejar claro que el se帽or Trump, hoy presidente de los Estados Unidos, es una amenaza para los derechos de las mujeres.
Es una respuesta a los m谩s de mil 800 asesinatos anuales de mujeres, s贸lo en M茅xico; a la horrible cifra de que siete de cada 10 mujeres sufren, viven, soportan en su vida alg煤n tipo de violencia cotidiana y a la tremenda estad铆stica que se帽ala que s贸lo tres de cada cien delitos de este tipo se castigan. Hoy es posible tener una respuesta, una reacci贸n social. ¡Ya es tiempo!
El llamado a una huelga de mujeres, que si tiene 茅xito, har谩 que tiemble el sistema. ¿Imaginen un mundo, s贸lo un d铆a sin el trabajo de las mujeres? No se trata de no lavar trastes ni dejar de tender camas o atender ni帽os y ni帽as. No, se trata de no trabajar en las escuelas y hospitales, no ir a atender los call center; de no estar sirviendo platos en los restaurantes; no atender las recepciones de todos los despachos. ¡Por favor, imaginen un d铆a sin trabajo femenino!
Tambi茅n el llamado es a pensar, un minuto, si los hombres en general est谩n mal pagados, las mujeres ganamos 30 por ciento menos que ellos de la bolsa general del salario m铆nimo y somos poco m谩s del 30 por ciento de quienes somos responsables de nuestras casas y familias, no solo por estar solteras o como se dice “abandonadas” o separadas, sino porque los hombres no son m谩s los 煤nicos proveedores o no tienen empleo o no cumplen con dar el apoyo econ贸mico en sus hogares.
Es as铆, con esta huelga y cientos de movilizaciones en todo el mundo, como se recordar谩 el 8 de marzo. No es una festividad. Es un llamado de atenci贸n desde el comienzo, hace 107 a帽os.
La celebraci贸n del 8 de marzo no es como el d铆a de las madres ni motivo de rosas, felicitaciones o cartitas de amor. Es un d铆a de lucha y de balance. Es un d铆a para hacer visible que todav铆a la mitad de la poblaci贸n sufre actos de discriminaci贸n, violencia solo por ser mujeres y violencia pol铆tica por querer participar en la vida p煤blica.
Y no es para que se responda ¿Por qu茅 no hay un d铆a del hombre? Como la frase m谩s vulgar que revela toda clase de ignorancia. Tampoco fue declarado d铆a internacional de la mujer por Naciones Unidas, sino instituido por mujeres de los continentes Europeo y Americano en 1910, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, a la que convocaron Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, ambas, entonces, mujeres revolucionarias y visionarias. Una claramente comprometida con la condici贸n de la mujer y otra creadora de una corriente de pensamiento socialista. En 1975 la ONU reconoci贸 al 8 de marzo como el D铆a Internacional de la Mujer, como recogi贸 de las feministas el 25 de noviembre y como otras muchas cosas que los gobiernos toman del pueblo.
M谩s all谩 de las versiones hist贸ricas sobre por qu茅 el 8 de Marzo, qu茅 motiv贸 fijarlo en esa fecha y no otra, te帽ido de victimismos o desviado para que fuera s贸lo pensando en la mujer trabajadora, una versi贸n del patriarcalismo socialista o la historia de las obreras quemadas sin base hist贸rica; dec铆a m谩s all谩 de todo ello, hay una verdad indiscutible, en esa II Conferencia las asistentes iniciaron una intensa y decisiva campa帽a por el voto femenino, en uni贸n con las mujeres de Estados Unidos, que ya hab铆an avanzado en la declaraci贸n de los derechos civiles.
Por eso es decisiva la respuesta de 2017. La de las mujeres, pero tambi茅n de hombres de diferentes edades, calidades y or铆genes, que s铆 saben que se discrimina a las mujeres y que s铆 est谩n en contra de la violencia; hombres para quienes las mujeres no son solamente madres y amas de casa sino que son parte de la sociedad, de la ciencia y de la vida democr谩tica.
No es posible que podamos hablar de la gran problem谩tica mundial, si esa problem谩tica se ve desde la visi贸n limitada y peque帽a del patriarcado, que est谩 preocupado, aunque no lo identifique con claridad, de la crisis del sistema capitalista que ha puesto en la mesa el demente de Donald Trump, que les ha volteado el tim贸n globalizador y es un violador de los derechos humanos. Un se帽or que quiere poner a M茅xico como reh茅n de su programa de gobierno.
Ese hombre, adem谩s, es mis贸gino, atrasado, retr贸grado respecto del papel social de las mujeres y ya determin贸 que los Estados Unidos cortar谩n todos los fondos, que durante los 煤ltimos 40 a帽os, se han destinado a distintos programas de salud sexual y reproductiva y anticoncepci贸n. Incluso para la interrupci贸n legal del embarazo.
Estos anuncios de retroceso, en M茅xico bien expresados por las fuerzas de derecha y los pensamientos de algunos que buscan el liderazgo nacional. Dec铆a, son estos anuncios de retrocesos los que hoy han movilizado a las feministas de todo el mundo y a muchas mujeres capaces de preguntarse ¿por qu茅 no puedo tener tanto 茅xito como el otro? ¿por qu茅 me agreden sexualmente los hombres? ¿por qu茅 me da miedo pensar en mi libertad? Etc茅tera.
El llamado que vino de Polonia, se suma a las movilizaciones recientes como la de Argentina en 2015; la del 24A Contra la Violencia Machista y la salida masiva de mujeres en 60 ciudades del mundo para dejar claro que el se帽or Trump, hoy presidente de los Estados Unidos, es una amenaza para los derechos de las mujeres.
Es una respuesta a los m谩s de mil 800 asesinatos anuales de mujeres, s贸lo en M茅xico; a la horrible cifra de que siete de cada 10 mujeres sufren, viven, soportan en su vida alg煤n tipo de violencia cotidiana y a la tremenda estad铆stica que se帽ala que s贸lo tres de cada cien delitos de este tipo se castigan. Hoy es posible tener una respuesta, una reacci贸n social. ¡Ya es tiempo!
El llamado a una huelga de mujeres, que si tiene 茅xito, har谩 que tiemble el sistema. ¿Imaginen un mundo, s贸lo un d铆a sin el trabajo de las mujeres? No se trata de no lavar trastes ni dejar de tender camas o atender ni帽os y ni帽as. No, se trata de no trabajar en las escuelas y hospitales, no ir a atender los call center; de no estar sirviendo platos en los restaurantes; no atender las recepciones de todos los despachos. ¡Por favor, imaginen un d铆a sin trabajo femenino!
Tambi茅n el llamado es a pensar, un minuto, si los hombres en general est谩n mal pagados, las mujeres ganamos 30 por ciento menos que ellos de la bolsa general del salario m铆nimo y somos poco m谩s del 30 por ciento de quienes somos responsables de nuestras casas y familias, no solo por estar solteras o como se dice “abandonadas” o separadas, sino porque los hombres no son m谩s los 煤nicos proveedores o no tienen empleo o no cumplen con dar el apoyo econ贸mico en sus hogares.
Es as铆, con esta huelga y cientos de movilizaciones en todo el mundo, como se recordar谩 el 8 de marzo. No es una festividad. Es un llamado de atenci贸n desde el comienzo, hace 107 a帽os.
La celebraci贸n del 8 de marzo no es como el d铆a de las madres ni motivo de rosas, felicitaciones o cartitas de amor. Es un d铆a de lucha y de balance. Es un d铆a para hacer visible que todav铆a la mitad de la poblaci贸n sufre actos de discriminaci贸n, violencia solo por ser mujeres y violencia pol铆tica por querer participar en la vida p煤blica.
Y no es para que se responda ¿Por qu茅 no hay un d铆a del hombre? Como la frase m谩s vulgar que revela toda clase de ignorancia. Tampoco fue declarado d铆a internacional de la mujer por Naciones Unidas, sino instituido por mujeres de los continentes Europeo y Americano en 1910, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, a la que convocaron Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, ambas, entonces, mujeres revolucionarias y visionarias. Una claramente comprometida con la condici贸n de la mujer y otra creadora de una corriente de pensamiento socialista. En 1975 la ONU reconoci贸 al 8 de marzo como el D铆a Internacional de la Mujer, como recogi贸 de las feministas el 25 de noviembre y como otras muchas cosas que los gobiernos toman del pueblo.
M谩s all谩 de las versiones hist贸ricas sobre por qu茅 el 8 de Marzo, qu茅 motiv贸 fijarlo en esa fecha y no otra, te帽ido de victimismos o desviado para que fuera s贸lo pensando en la mujer trabajadora, una versi贸n del patriarcalismo socialista o la historia de las obreras quemadas sin base hist贸rica; dec铆a m谩s all谩 de todo ello, hay una verdad indiscutible, en esa II Conferencia las asistentes iniciaron una intensa y decisiva campa帽a por el voto femenino, en uni贸n con las mujeres de Estados Unidos, que ya hab铆an avanzado en la declaraci贸n de los derechos civiles.
Por eso es decisiva la respuesta de 2017. La de las mujeres, pero tambi茅n de hombres de diferentes edades, calidades y or铆genes, que s铆 saben que se discrimina a las mujeres y que s铆 est谩n en contra de la violencia; hombres para quienes las mujeres no son solamente madres y amas de casa sino que son parte de la sociedad, de la ciencia y de la vida democr谩tica.
No es posible que podamos hablar de la gran problem谩tica mundial, si esa problem谩tica se ve desde la visi贸n limitada y peque帽a del patriarcado, que est谩 preocupado, aunque no lo identifique con claridad, de la crisis del sistema capitalista que ha puesto en la mesa el demente de Donald Trump, que les ha volteado el tim贸n globalizador y es un violador de los derechos humanos. Un se帽or que quiere poner a M茅xico como reh茅n de su programa de gobierno.
Ese hombre, adem谩s, es mis贸gino, atrasado, retr贸grado respecto del papel social de las mujeres y ya determin贸 que los Estados Unidos cortar谩n todos los fondos, que durante los 煤ltimos 40 a帽os, se han destinado a distintos programas de salud sexual y reproductiva y anticoncepci贸n. Incluso para la interrupci贸n legal del embarazo.
Estos anuncios de retroceso, en M茅xico bien expresados por las fuerzas de derecha y los pensamientos de algunos que buscan el liderazgo nacional. Dec铆a, son estos anuncios de retrocesos los que hoy han movilizado a las feministas de todo el mundo y a muchas mujeres capaces de preguntarse ¿por qu茅 no puedo tener tanto 茅xito como el otro? ¿por qu茅 me agreden sexualmente los hombres? ¿por qu茅 me da miedo pensar en mi libertad? Etc茅tera.