OPINI脫N de Emilio Cafassi.- Y un d铆a el Frente Amplio uruguayo (FA), subrepticiamente despert贸, recordando que tiene pendiente nada menos que un Congreso. M谩s precisamente su direcci贸n org谩nica y sus desiguales y espasm贸dicos canales de comunicaci贸n, muy precariamente estructurados algunos, e inexistente otros. El resto sigue el ritmo circadiano de su propia homeostasis. Algunos en la vigilia de sus preocupaciones, interrogantes, luchas e intercambios, o ensimismados en la organizaci贸n de sus sectores y alianzas, mientras otros, durmiendo el sue帽o de los inocentes, o peor a煤n, ya alejados de todo inter茅s pol铆tico aunque llegado el momento, se avengan a votar(nos) cada 5 a帽os. En las 煤ltimas 6 horas de esta madrugada de viernes en la que escribo estas l铆neas, toda la variedad de canales de comunicaci贸n informales y autoadministrados, fueron activ谩ndose y poni茅ndose en alerta. Para advertirnos que el mismo viernes cerraba la inscripci贸n v铆a web de los congresales a cada una de las 4 comisiones que sesionar谩n en la reapertura del Congreso Rodney Arismendi, actualmente en cuarto intermedio. En una secci贸n de la p谩gina oficial del FA, los delegados se deber铆an haber inscripto en la comisi贸n que el organismo al que representan le hubiera asignado.
La 煤nica informaci贸n que se encuentra sobre el congreso, s贸lo se logra si se acierta a colocar la palabra “Arismendi” en el buscador interno (ya que la palabra “congreso” remite inmediatamente a un art铆culo sobre educaci贸n, luego ins贸litamente un reglamento de funcionamiento de un organismo y reci茅n sobre el final informa s贸lo la fecha) y no es m谩s que una suerte de telegrama de la Mesa Pol铆tica. Ciertamente advierte la necesidad de inscripci贸n en un banner por debajo de las secciones principales. Hay que descender por la portada para verlo. No hall茅 sin embargo otro insumo para el Congreso.
Pero no es la mayor sorpresa. La web del FA nunca fue interactiva, ya que ni siquiera permit铆a inscribirse en un bolet铆n de novedades que ser铆a s贸lo una variante unidereccional. Ahora que remoz贸 su apariencia d铆as antes del acto del 26 de marzo, aunque con la misma penuria de contenidos, tampoco. Pero la apertura de esta facilidad demuestra que la raz贸n para la unidireccionalidad de tipo broadcasting, es pol铆tica, no t茅cnica. A la vez, desmiente un argumento utilizado por la mayor铆a de la Comisi贸n del Congreso de descartar cualquier variante electr贸nica interactiva, en virtud de que la convocatoria y el funcionamiento congresista es tradicionalmente presencial.
En la pr谩ctica, al Comit茅 de Base en el que milito, no lleg贸 formalmente nada, pero a otras instancias s铆, aunque 24 hs antes del cierre de las inscripciones. El medio por el que fui enterado y a trav茅s m铆o el Comit茅 en el que participo y cuanto grupo o compa帽ero con el que tengo contacto, fue un urgente whatsapp enviado a uno de los grupos de comunicaci贸n por esta v铆a informal, que se cre贸 en el verano a iniciativa de militantes 谩vidos de interacci贸n, informaci贸n y debate de sectores y departamentos dis铆miles. Fue emitido mientras se desarrollaba una reuni贸n de la Mesa Pol铆tica de Maldonado que recib铆a un tabloide con los insumos para el congreso, con cuyas fotograf铆as cuento por el mismo medio aunque resulte imposible leerlo de este modo. Es una buena -y tradicional- medida publicar los insumos en papel, pero, ¿s贸lo as铆? ¿qu茅 contradicci贸n habr铆a entre la celulosa y los bits sin son s贸lo soportes de lo que debe llegar a la militancia toda que son los contenidos? ¿por qu茅 entonces otros documentos se publican para bajarlos desde la web en formato pdf, como el reciente de estrategia pol铆tica o sobre rendici贸n de cuentas, mientras sobre el Congreso no hay absolutamente nada?
La raz贸n es exclusivamente de concepci贸n pol铆tica, tan leg铆tima y respetable como los se帽alamientos cr铆ticos a ella, que tambi茅n portan la suya. La prioridad del FA no estuvo puesta en los 煤ltimos 6 meses en la extensi贸n de los debates de los temas pendientes del Congreso, ni en su difusi贸n ni en el est铆mulo a la participaci贸n, sino exactamente su contrario, desarrollando y difundiendo otras preocupaciones que a la vez comparto, aunque no considero incompatibles con la organizaci贸n de la m谩xima instancia de direcci贸n y decisi贸n como es el Congreso. Ante algunos debates que tuve tanto en instancias presenciales, cuanto virtuales, remarcar茅 que no atribuyo esta resultante a mala fe o voluntad de ninguno de los compa帽eros responsables, sino simplemente diferencias pol铆ticas en el plano comunicacional y organizativo. Adem谩s, creo que exponerlas no favorece a derecha alguna, sino que inversamente fortalece uno de los pilares m谩s ricos de la tradici贸n frentista como es la diversidad unitaria. Si no creyera en la contribuci贸n que las cr铆ticas y debates realizan al conjunto y lo diferencias meridianamente de los partidos tradicionales, no escribir铆a sobre el FA en medios masivos de comunicaci贸n. Tambi茅n creo que ciertos malestares pueden motorizar cambios superadores.
Pero esto no quiere decir que ni en sus bases ni en sus c煤pulas, el FA no est茅 preocupado ni experimentando en materia comunicacional y deje de reconocer los problemas de organizaci贸n. Justamente en el borrador de documento sobre estrategia pol铆tica (que tratar茅 en otra oportunidad) al que el FA le ha otorgado particular prioridad e importancia a pesar de estar en v铆speras de la reanudaci贸n del congreso y se encuentra en la portada de su p谩gina web se recomienda la “utilizaci贸n de los nuevos medios de comunicaci贸n (redes sociales, etc.) para tener un intercambio permanente con los ciudadanos. Debemos superar la distancia que existe hoy entre el Frente Amplio y los frenteamplistas”. Algo bastante similar a lo que vengo sosteniendo no s贸lo aqu铆 sino en otros art铆culos. Porque la estrategia comunicacional es un aspecto indisoluble de la arquitectura organizativa y de su capacidad de atracci贸n militante, algo fundamental para una fuerza de izquierda como el FA que no es un aparato de marketing electoral. Ese mismo documento lo reafirma cuando sugiere que “probablemente, para lograr los desaf铆os que la etapa nos impone, tengamos que repensar integralmente la organizaci贸n interna de nuestra fuerza pol铆tica”. As铆 es.
En el plano experimental el FA lanz贸 una excelente iniciativa complementaria a su p谩gina oficial llamada “FAro” a la que se accede desde la direcci贸n https://faro.frenteamplio.uy/. Enfatiz贸 con ello la coincidencia de las dos primeras letras de la palabra con la sigla propia, aunque tanto el sustantivo cuanto el logo, no reflejan la potencialidad participativa que tiene ese sistema. Un faro es, si se me permite la iron铆a, un t茅rmino iluminista, un instrumento de gu铆a, no de interacci贸n y di谩logo. Adolece adem谩s de la misma timidez y abandono que el propio congreso. No se la ha dado difusi贸n ni est铆mulo. Me enter茅 de su existencia en el llamado “Comit茅 Virtual FA” e inmediatamente entr茅 a crear un foro sobre el congreso donde adem谩s advert铆 hace unas horas de la necesidad de inscripci贸n de delegados. Tambi茅n recibo respuestas de compa帽eros, presumiblemente administradores, como uno que me informa que adem谩s del banner mancionado, se avis贸 a los delegados por otra tecnolog铆a digital: SMS. Ni yo ni los otros 3 delegados de mi Comit茅, ni los de Lavalleja o Maldonado con los que tengo contacto permanente, se informaron por esa v铆a. Pero volviendo a la cuesti贸n central de FAro que no es ni su nombre, ni la antig眉edad del software que utiliza, la ausencia de difusi贸n, hace que sean escas铆simos los participantes aunque encontr茅 all铆 en otra secci贸n, una interesante pol茅mica sobre la iniciativa de crear comit茅s virtuales y su posible relaci贸n con los tradicionales.
Viene a mi memoria una an茅cdota personal que relatar茅 esperando no aburrir al lector con ella. A fines de los a帽os ´90, dirig铆 el 脕rea de Comunicaci贸n Cient铆fica de mi facultad en la Universidad de Buenos Aires. Un d铆a descubrimos en el root del servidor web (la ra铆z a la que s贸lo se accede con claves de m谩ximo privilegio de administrador, permitiendo hacer toda clase de modificaciones) un mensaje con un nombre de pila, un n煤mero telef贸nico y una vaga pista sobre el bug o falla de seguridad en el mismo. El intruso podr铆a haber hecho un desastre, pero s贸lo dejo esa misiva. Le ped铆 a mi secretaria de entonces que lo convocara a una reuni贸n. Se present贸 un se帽or de mediana edad, con aire t铆mido y humilde que dijo ser el padre del adolescente que hab铆a ingresado al servidor y tem铆a una represalia, aunque justificaba su presencia sustitutiva en que su hijo se encontraba en ese momento asistiendo a clase en su escuela secundaria. Le respond铆 que el prop贸sito de la cita era el contrario. Que quer铆a saludarlo, felicitarlo y agradecerle el se帽alamiento de la vulnerabilidad, gracias a cuya advertencia fue corregida e inclusive invitarlo a integrarse al equipo, cosa que finalmente la edad del muchacho hac铆a imposible.
Refiero esta peque帽a historia con la esperanza de que en la militancia frentista no se introduzcan aires de timidez, temores a sanci贸n o discriminaci贸n -como los que se le despertaron a ese embri贸n brillante de hacker colaborativo y a su propio padre- por se帽alar lo que cada compa帽ero entienda por limitaciones o problemas diversos.
Porque el intruso verdaderamente peligroso en la militancia es la autocensura.
La 煤nica informaci贸n que se encuentra sobre el congreso, s贸lo se logra si se acierta a colocar la palabra “Arismendi” en el buscador interno (ya que la palabra “congreso” remite inmediatamente a un art铆culo sobre educaci贸n, luego ins贸litamente un reglamento de funcionamiento de un organismo y reci茅n sobre el final informa s贸lo la fecha) y no es m谩s que una suerte de telegrama de la Mesa Pol铆tica. Ciertamente advierte la necesidad de inscripci贸n en un banner por debajo de las secciones principales. Hay que descender por la portada para verlo. No hall茅 sin embargo otro insumo para el Congreso.
Pero no es la mayor sorpresa. La web del FA nunca fue interactiva, ya que ni siquiera permit铆a inscribirse en un bolet铆n de novedades que ser铆a s贸lo una variante unidereccional. Ahora que remoz贸 su apariencia d铆as antes del acto del 26 de marzo, aunque con la misma penuria de contenidos, tampoco. Pero la apertura de esta facilidad demuestra que la raz贸n para la unidireccionalidad de tipo broadcasting, es pol铆tica, no t茅cnica. A la vez, desmiente un argumento utilizado por la mayor铆a de la Comisi贸n del Congreso de descartar cualquier variante electr贸nica interactiva, en virtud de que la convocatoria y el funcionamiento congresista es tradicionalmente presencial.
En la pr谩ctica, al Comit茅 de Base en el que milito, no lleg贸 formalmente nada, pero a otras instancias s铆, aunque 24 hs antes del cierre de las inscripciones. El medio por el que fui enterado y a trav茅s m铆o el Comit茅 en el que participo y cuanto grupo o compa帽ero con el que tengo contacto, fue un urgente whatsapp enviado a uno de los grupos de comunicaci贸n por esta v铆a informal, que se cre贸 en el verano a iniciativa de militantes 谩vidos de interacci贸n, informaci贸n y debate de sectores y departamentos dis铆miles. Fue emitido mientras se desarrollaba una reuni贸n de la Mesa Pol铆tica de Maldonado que recib铆a un tabloide con los insumos para el congreso, con cuyas fotograf铆as cuento por el mismo medio aunque resulte imposible leerlo de este modo. Es una buena -y tradicional- medida publicar los insumos en papel, pero, ¿s贸lo as铆? ¿qu茅 contradicci贸n habr铆a entre la celulosa y los bits sin son s贸lo soportes de lo que debe llegar a la militancia toda que son los contenidos? ¿por qu茅 entonces otros documentos se publican para bajarlos desde la web en formato pdf, como el reciente de estrategia pol铆tica o sobre rendici贸n de cuentas, mientras sobre el Congreso no hay absolutamente nada?
La raz贸n es exclusivamente de concepci贸n pol铆tica, tan leg铆tima y respetable como los se帽alamientos cr铆ticos a ella, que tambi茅n portan la suya. La prioridad del FA no estuvo puesta en los 煤ltimos 6 meses en la extensi贸n de los debates de los temas pendientes del Congreso, ni en su difusi贸n ni en el est铆mulo a la participaci贸n, sino exactamente su contrario, desarrollando y difundiendo otras preocupaciones que a la vez comparto, aunque no considero incompatibles con la organizaci贸n de la m谩xima instancia de direcci贸n y decisi贸n como es el Congreso. Ante algunos debates que tuve tanto en instancias presenciales, cuanto virtuales, remarcar茅 que no atribuyo esta resultante a mala fe o voluntad de ninguno de los compa帽eros responsables, sino simplemente diferencias pol铆ticas en el plano comunicacional y organizativo. Adem谩s, creo que exponerlas no favorece a derecha alguna, sino que inversamente fortalece uno de los pilares m谩s ricos de la tradici贸n frentista como es la diversidad unitaria. Si no creyera en la contribuci贸n que las cr铆ticas y debates realizan al conjunto y lo diferencias meridianamente de los partidos tradicionales, no escribir铆a sobre el FA en medios masivos de comunicaci贸n. Tambi茅n creo que ciertos malestares pueden motorizar cambios superadores.
Pero esto no quiere decir que ni en sus bases ni en sus c煤pulas, el FA no est茅 preocupado ni experimentando en materia comunicacional y deje de reconocer los problemas de organizaci贸n. Justamente en el borrador de documento sobre estrategia pol铆tica (que tratar茅 en otra oportunidad) al que el FA le ha otorgado particular prioridad e importancia a pesar de estar en v铆speras de la reanudaci贸n del congreso y se encuentra en la portada de su p谩gina web se recomienda la “utilizaci贸n de los nuevos medios de comunicaci贸n (redes sociales, etc.) para tener un intercambio permanente con los ciudadanos. Debemos superar la distancia que existe hoy entre el Frente Amplio y los frenteamplistas”. Algo bastante similar a lo que vengo sosteniendo no s贸lo aqu铆 sino en otros art铆culos. Porque la estrategia comunicacional es un aspecto indisoluble de la arquitectura organizativa y de su capacidad de atracci贸n militante, algo fundamental para una fuerza de izquierda como el FA que no es un aparato de marketing electoral. Ese mismo documento lo reafirma cuando sugiere que “probablemente, para lograr los desaf铆os que la etapa nos impone, tengamos que repensar integralmente la organizaci贸n interna de nuestra fuerza pol铆tica”. As铆 es.
En el plano experimental el FA lanz贸 una excelente iniciativa complementaria a su p谩gina oficial llamada “FAro” a la que se accede desde la direcci贸n https://faro.frenteamplio.uy/. Enfatiz贸 con ello la coincidencia de las dos primeras letras de la palabra con la sigla propia, aunque tanto el sustantivo cuanto el logo, no reflejan la potencialidad participativa que tiene ese sistema. Un faro es, si se me permite la iron铆a, un t茅rmino iluminista, un instrumento de gu铆a, no de interacci贸n y di谩logo. Adolece adem谩s de la misma timidez y abandono que el propio congreso. No se la ha dado difusi贸n ni est铆mulo. Me enter茅 de su existencia en el llamado “Comit茅 Virtual FA” e inmediatamente entr茅 a crear un foro sobre el congreso donde adem谩s advert铆 hace unas horas de la necesidad de inscripci贸n de delegados. Tambi茅n recibo respuestas de compa帽eros, presumiblemente administradores, como uno que me informa que adem谩s del banner mancionado, se avis贸 a los delegados por otra tecnolog铆a digital: SMS. Ni yo ni los otros 3 delegados de mi Comit茅, ni los de Lavalleja o Maldonado con los que tengo contacto permanente, se informaron por esa v铆a. Pero volviendo a la cuesti贸n central de FAro que no es ni su nombre, ni la antig眉edad del software que utiliza, la ausencia de difusi贸n, hace que sean escas铆simos los participantes aunque encontr茅 all铆 en otra secci贸n, una interesante pol茅mica sobre la iniciativa de crear comit茅s virtuales y su posible relaci贸n con los tradicionales.
Viene a mi memoria una an茅cdota personal que relatar茅 esperando no aburrir al lector con ella. A fines de los a帽os ´90, dirig铆 el 脕rea de Comunicaci贸n Cient铆fica de mi facultad en la Universidad de Buenos Aires. Un d铆a descubrimos en el root del servidor web (la ra铆z a la que s贸lo se accede con claves de m谩ximo privilegio de administrador, permitiendo hacer toda clase de modificaciones) un mensaje con un nombre de pila, un n煤mero telef贸nico y una vaga pista sobre el bug o falla de seguridad en el mismo. El intruso podr铆a haber hecho un desastre, pero s贸lo dejo esa misiva. Le ped铆 a mi secretaria de entonces que lo convocara a una reuni贸n. Se present贸 un se帽or de mediana edad, con aire t铆mido y humilde que dijo ser el padre del adolescente que hab铆a ingresado al servidor y tem铆a una represalia, aunque justificaba su presencia sustitutiva en que su hijo se encontraba en ese momento asistiendo a clase en su escuela secundaria. Le respond铆 que el prop贸sito de la cita era el contrario. Que quer铆a saludarlo, felicitarlo y agradecerle el se帽alamiento de la vulnerabilidad, gracias a cuya advertencia fue corregida e inclusive invitarlo a integrarse al equipo, cosa que finalmente la edad del muchacho hac铆a imposible.
Refiero esta peque帽a historia con la esperanza de que en la militancia frentista no se introduzcan aires de timidez, temores a sanci贸n o discriminaci贸n -como los que se le despertaron a ese embri贸n brillante de hacker colaborativo y a su propio padre- por se帽alar lo que cada compa帽ero entienda por limitaciones o problemas diversos.
Porque el intruso verdaderamente peligroso en la militancia es la autocensura.