OPINI脫N de 脕lvaro Cuadra.- Por estos d铆as, la prensa internacional informa sobre la visita que el presidente de los Estados Unidos realiza a Arabia Saud铆. Se trata del primer periplo de Donald Trump que lo llevar谩 a Jerusal茅n y el Vaticano. M谩s all谩 de los lugares ex贸ticos con un tinte religioso, lo cierto es que el se帽or Trump va a cerrar negocios multimillonarios relacionados con venta de armamento: el monto total en Arabia bordear铆a los 110.000 millones de d贸lares.
Sin duda, se trata de buenas noticias para la alica铆da industria norteamericana y de muy malas noticias para la humanidad entera. No seamos ingenuos, donde hay grandes arsenales, hay guerras o vientos de guerra en el horizonte. En el complejo panorama geoestrat茅gico del Oriente Medio, 茅stas son noticias inquietantes. La posici贸n de la monarqu铆a 谩rabe saudita es el basti贸n estadounidense en la regi贸n, frente a la amenaza persa y la presencia rusa.
Basta pensar en todo cuanto se podr铆a hacer con los montos involucrados en esta venta de armas para advertir que estamos sumidos en un perverso juego pol铆tico y econ贸mico – una suerte de suicidio colectivo - que bien merece el calificativo de “la era de la estupidez” La mayor铆a de los l铆deres pol铆ticos de la humanidad han apostado por la guerra y no por la paz. Poco o nada interesa hoy la lucha contra la miseria en tantas partes del planeta; a muy pocos interesa el desarrollo de alternativas frente a la urgente amenaza del cambio clim谩tico; para no hablar del imprescindible desaf铆o de la educaci贸n y la salud a escala global.
Si un ser de otro mundo nos observara desde el firmamento, le costar铆a mucho entender c贸mo es posible dilapidar tantos recursos econ贸micos para promover la guerra, el odio y la violencia. C贸mo es posible que las naciones m谩s “desarrolladas” de este mundo utilicen su tecnolog铆a para construir armas sofisticadas capaces de aniquilar la vida en todo el planeta… C贸mo es posible que toda una especie dotada de razonamiento- muy b谩sico, es cierto - haya optado por celebrar su propia autodestrucci贸n.
*脕lvaro Cuadra es Doctor de la Universit茅 Paris-Sorbonne. Paris. Francia
Sin duda, se trata de buenas noticias para la alica铆da industria norteamericana y de muy malas noticias para la humanidad entera. No seamos ingenuos, donde hay grandes arsenales, hay guerras o vientos de guerra en el horizonte. En el complejo panorama geoestrat茅gico del Oriente Medio, 茅stas son noticias inquietantes. La posici贸n de la monarqu铆a 谩rabe saudita es el basti贸n estadounidense en la regi贸n, frente a la amenaza persa y la presencia rusa.
Basta pensar en todo cuanto se podr铆a hacer con los montos involucrados en esta venta de armas para advertir que estamos sumidos en un perverso juego pol铆tico y econ贸mico – una suerte de suicidio colectivo - que bien merece el calificativo de “la era de la estupidez” La mayor铆a de los l铆deres pol铆ticos de la humanidad han apostado por la guerra y no por la paz. Poco o nada interesa hoy la lucha contra la miseria en tantas partes del planeta; a muy pocos interesa el desarrollo de alternativas frente a la urgente amenaza del cambio clim谩tico; para no hablar del imprescindible desaf铆o de la educaci贸n y la salud a escala global.
Si un ser de otro mundo nos observara desde el firmamento, le costar铆a mucho entender c贸mo es posible dilapidar tantos recursos econ贸micos para promover la guerra, el odio y la violencia. C贸mo es posible que las naciones m谩s “desarrolladas” de este mundo utilicen su tecnolog铆a para construir armas sofisticadas capaces de aniquilar la vida en todo el planeta… C贸mo es posible que toda una especie dotada de razonamiento- muy b谩sico, es cierto - haya optado por celebrar su propia autodestrucci贸n.
*脕lvaro Cuadra es Doctor de la Universit茅 Paris-Sorbonne. Paris. Francia