CONDE DUQUE. Conciertos de Estío
'Chinook Wind' nos trae a la Makovski más orgánica: arreglos de cuerda y metales, bases rítmicas sencillas y, sobrevolando todo ello, la subyugante voz de Maika.
La algo agarrotada y previsible escena del pop-rock español en la pasada década se interrumpió con la irrupción de Maika Makovski (Palma de Mallorca, 1983), una cantante, guitarrista, compositora y actriz española de madre andaluza y padre macedonio. La vitalidad y audacia de sus canciones sorprendieron por la originalidad de su expresión, muy difícil de encasillar, por respirar tantas influencias, pero efectivamente contadas todas siempre bajo la narrativa del pop-rock. La chica muestra mucha emoción nueva, distinta, y mucha idea de lo que sabe y lo que quiere. Once años después de su debut discográfico, Makovski publicó el año pasado su sexto disco de estudio, Chinook Wind, un trabajo muy ligado a su propia experiencia vital, que va desde Macedonia a Canadá, Bristol o Barcelona, y con el que acude a Conde Duque.
Producido por John Parish (PJ Harvey, Eels…), Chinook Wind nos sitúa ante una Makovski más orgánica, combinando arreglos de cuerda y metales, acompañados de bases rítmicas sencilla y sobrias, todo dominado por la subyugante voz de Maika. Capítulo especial también merecen las letras, en las que la artista se adentra en terrenos de sus propias raíces (“Makedonija”), critica a cierto sector la industria discográfica (“Bulldog”) o simplemente dibuja una historia de amor-desamor tan frágil (“Not in love”, con vídeo realizado por David Trueba). Ella lo explica a su manera: “Por primera vez tengo la sensación de pertenecer a algo, es una experiencia vital muy potente, el principio de algo que todavía no soy capaz de ver completamente”.
Maika Makovski será una de las protagonistas del ciclo Conciertos de Estío, que cada mes de julio llega al Auditorio Conde Duque.
'Chinook Wind' nos trae a la Makovski más orgánica: arreglos de cuerda y metales, bases rítmicas sencillas y, sobrevolando todo ello, la subyugante voz de Maika.
La algo agarrotada y previsible escena del pop-rock español en la pasada década se interrumpió con la irrupción de Maika Makovski (Palma de Mallorca, 1983), una cantante, guitarrista, compositora y actriz española de madre andaluza y padre macedonio. La vitalidad y audacia de sus canciones sorprendieron por la originalidad de su expresión, muy difícil de encasillar, por respirar tantas influencias, pero efectivamente contadas todas siempre bajo la narrativa del pop-rock. La chica muestra mucha emoción nueva, distinta, y mucha idea de lo que sabe y lo que quiere. Once años después de su debut discográfico, Makovski publicó el año pasado su sexto disco de estudio, Chinook Wind, un trabajo muy ligado a su propia experiencia vital, que va desde Macedonia a Canadá, Bristol o Barcelona, y con el que acude a Conde Duque.
Producido por John Parish (PJ Harvey, Eels…), Chinook Wind nos sitúa ante una Makovski más orgánica, combinando arreglos de cuerda y metales, acompañados de bases rítmicas sencilla y sobrias, todo dominado por la subyugante voz de Maika. Capítulo especial también merecen las letras, en las que la artista se adentra en terrenos de sus propias raíces (“Makedonija”), critica a cierto sector la industria discográfica (“Bulldog”) o simplemente dibuja una historia de amor-desamor tan frágil (“Not in love”, con vídeo realizado por David Trueba). Ella lo explica a su manera: “Por primera vez tengo la sensación de pertenecer a algo, es una experiencia vital muy potente, el principio de algo que todavía no soy capaz de ver completamente”.
Maika Makovski será una de las protagonistas del ciclo Conciertos de Estío, que cada mes de julio llega al Auditorio Conde Duque.
