OPINI脫N de Rolando Rojas.- La izquierda peruana (usaremos el plural por comodidad) no logra posicionarse completamente en el siglo XXI. Intuye que debe renovarse, pero le resulta extra帽a la sociedad de emprendedores que desplaz贸 a los movimientos campesinos y sindical- populares que caracterizaron el Per煤 de los setenta y ochenta. La izquierda aprendi贸 y creci贸 navegando entre las luchas por la tierra, el sindicalismo urbano y la movilizaci贸n barrial. El actual predominio del individualismo popular y la despolitizaci贸n la tiene como un pez fuera del agua. Respira un poco en los conflictos ambientales, pero es insuficiente para su reconstituci贸n pol铆tica.
¿Cu谩l es el escenario en el que se mueve hoy la izquierda? ¿Es posible la reconstituci贸n de la izquierda sin una narrativa pol铆tica sobre el Per煤 posfujimorista? Estas son preguntas ineludibles, si la izquierda desea construir una hegemon铆a pol铆tico-cultural. En estas breves l铆neas vamos a plantear algunos puntos del debate, particularmente resaltando los cambios socio-pol铆ticos, sobre los cuales tendremos oportunidad de volver en las pr贸ximas colaboraciones para desarrollar y profundizar nuestras reflexiones.
Un baile sin Marx
En primer lugar, debemos se帽alar que en la d茅cada de 1990 la izquierda internacional empieza a abandonar el aparato conceptual marxista: las nociones de lucha de clases, la dictadura del proletariado, el control de los modos de producci贸n, entre otros. De una parte, debido al desarrollo de los enfoques te贸ricos y metodol贸gicos de las ciencias sociales que enriquecieron nuestro conocimiento del desarrollo hist贸rico-social, de las acciones humanas y de los procesos pol铆ticos. Esto se constata f谩cilmente en las publicaciones de los intelectuales de izquierda.
Por ejemplo, en los escritos de An铆bal Quijano, uno de los pocos pensadores peruanos con proyecci贸n internacional, puede verificarse la continuidad de ciertos temas: la desigualdad, el poder y la dominaci贸n, la pol铆tica y los movimientos sociales. Sin embargo, es evidente el desplazamiento del lenguaje marxista y la recepci贸n de perspectivas fuera de la tradici贸n socialista. Aunque el abandono de las categor铆as marxistas es pr谩cticamente generalizado, no se reemplazaron con nuevos conceptos, salvo excepciones como la del propio Quijano y su teor铆a o enfoque de la “colonialidad del poder”.
De otra parte, el abandono del aparto conceptual marxista responde a que el curso de la historia tom贸 una direcci贸n no prevista por Marx ni por sus principales herederos te贸ricos. La ca铆da del socialismo sovi茅tico y el giro “capitalista” de China mellaron seriamente el pensamiento marxista, pues su prestigio radicaba en el “efecto de realidad” del socialismo sovi茅tico y chino. Los marxistas ya no pod铆an exhibir que su interpretaci贸n del desarrollo hist贸rico-social era la “correcta”. Los problemas que la izquierda marxista se propuso resolver segu铆an existiendo, pero hab铆a que imaginar otros caminos.
Un baile sin El “Che”
En segundo lugar, asistimos al abandono del discurso de la violencia revolucionaria como v铆a para la conquista del poder. Con la excepci贸n de las FARC, en pleno proceso de un acuerdo de paz, la pr谩ctica de la izquierda actual se mueve exclusivamente en el terreno de la democracia electoral. No se observa a ning煤n 茅mulo del “Che” y las peque帽as organizaciones de izquierda est谩n m谩s preocupadas en reunir las firmas necesarias para su inscripci贸n en el JNE, que en explorar las posibilidades de una revoluci贸n.
Sin embargo, este giro en la “pr谩ctica” de la izquierda no viene acompa帽ado de una narrativa sobre la experiencia de la democracia peruana y, mucho menos, sobre un balance cr铆tico de la experiencia armada de los grupos que en los sesenta y ochenta tomaron las armas. La renovaci贸n de la izquierda se ha producido de facto, casi por recambio generacional f铆sico. Algunos grupos vienen renovando el repertorio ideol贸gico zurdo (ambientalistas, feministas, grupos de diversidad sexual, defensores de los derechos ind铆genas, etc.), pero todav铆a sin construir un movimiento que marque una tendencia general en la sociedad peruana.
Un baile sin obreros
En tercer lugar, el escenario en el que se mueve la izquierda se caracteriza por la desaparici贸n de los actores colectivos que se movilizaron en la segunda mitad del siglo XX: federaciones campesinas, sindicatos obreros, organizaciones barriales, gremios magisteriales, movimiento universitario, etc. En la base de esta situaci贸n est谩 el colapso de la industria y la producci贸n fordista, es decir, de la existencia de “ej茅rcitos” de obreros y sindicatos asociados a ellos, as铆 como el avance de la informalidad que engloba a casi dos tercios de la Poblaci贸n Econ贸mica Activa.
En una sociedad desmovilizada como la actual, lo que adquiri贸 importancia es la “opini贸n p煤blica” como el espacio en el cual los actores pol铆ticos compiten para movilizar el voto. Esto supone, de un lado, la necesidad de imaginar formas de intervenir e influenciar en la opini贸n p煤blica; y de otro lado, el desaf铆o de construir organizaciones acordes con los nuevos sujetos sociales que contrarresten las desventajas que la izquierda tuvo y tiene en los medios de comunicaci贸n.
Resumiendo, estamos ante una izquierda que no tiene como referente 煤nico o principal la ideolog铆a marxista, pero que tiene la tarea de construir una narrativa hegem贸nica del Per煤 neoliberal. Es una izquierda que en la “pr谩ctica” se mueve en el terreno democr谩tico-electoral, aunque sin un balance de la izquierda insurreccional de los sesenta y ochenta. Y es una izquierda que act煤a en una sociedad desmovilizada, pero que si quiere reconstituirse est谩 irremediablemente condenada a imaginar y edificar nuevas formas de institucionalidad social. En una palabra, es una izquierda en proceso transici贸n. Volveremos sobre este tema.
http://elgranangular.com/blog/opiniones/permiso-para-disentir/
¿Cu谩l es el escenario en el que se mueve hoy la izquierda? ¿Es posible la reconstituci贸n de la izquierda sin una narrativa pol铆tica sobre el Per煤 posfujimorista? Estas son preguntas ineludibles, si la izquierda desea construir una hegemon铆a pol铆tico-cultural. En estas breves l铆neas vamos a plantear algunos puntos del debate, particularmente resaltando los cambios socio-pol铆ticos, sobre los cuales tendremos oportunidad de volver en las pr贸ximas colaboraciones para desarrollar y profundizar nuestras reflexiones.
Un baile sin Marx
En primer lugar, debemos se帽alar que en la d茅cada de 1990 la izquierda internacional empieza a abandonar el aparato conceptual marxista: las nociones de lucha de clases, la dictadura del proletariado, el control de los modos de producci贸n, entre otros. De una parte, debido al desarrollo de los enfoques te贸ricos y metodol贸gicos de las ciencias sociales que enriquecieron nuestro conocimiento del desarrollo hist贸rico-social, de las acciones humanas y de los procesos pol铆ticos. Esto se constata f谩cilmente en las publicaciones de los intelectuales de izquierda.
Por ejemplo, en los escritos de An铆bal Quijano, uno de los pocos pensadores peruanos con proyecci贸n internacional, puede verificarse la continuidad de ciertos temas: la desigualdad, el poder y la dominaci贸n, la pol铆tica y los movimientos sociales. Sin embargo, es evidente el desplazamiento del lenguaje marxista y la recepci贸n de perspectivas fuera de la tradici贸n socialista. Aunque el abandono de las categor铆as marxistas es pr谩cticamente generalizado, no se reemplazaron con nuevos conceptos, salvo excepciones como la del propio Quijano y su teor铆a o enfoque de la “colonialidad del poder”.
De otra parte, el abandono del aparto conceptual marxista responde a que el curso de la historia tom贸 una direcci贸n no prevista por Marx ni por sus principales herederos te贸ricos. La ca铆da del socialismo sovi茅tico y el giro “capitalista” de China mellaron seriamente el pensamiento marxista, pues su prestigio radicaba en el “efecto de realidad” del socialismo sovi茅tico y chino. Los marxistas ya no pod铆an exhibir que su interpretaci贸n del desarrollo hist贸rico-social era la “correcta”. Los problemas que la izquierda marxista se propuso resolver segu铆an existiendo, pero hab铆a que imaginar otros caminos.
Un baile sin El “Che”
En segundo lugar, asistimos al abandono del discurso de la violencia revolucionaria como v铆a para la conquista del poder. Con la excepci贸n de las FARC, en pleno proceso de un acuerdo de paz, la pr谩ctica de la izquierda actual se mueve exclusivamente en el terreno de la democracia electoral. No se observa a ning煤n 茅mulo del “Che” y las peque帽as organizaciones de izquierda est谩n m谩s preocupadas en reunir las firmas necesarias para su inscripci贸n en el JNE, que en explorar las posibilidades de una revoluci贸n.
Sin embargo, este giro en la “pr谩ctica” de la izquierda no viene acompa帽ado de una narrativa sobre la experiencia de la democracia peruana y, mucho menos, sobre un balance cr铆tico de la experiencia armada de los grupos que en los sesenta y ochenta tomaron las armas. La renovaci贸n de la izquierda se ha producido de facto, casi por recambio generacional f铆sico. Algunos grupos vienen renovando el repertorio ideol贸gico zurdo (ambientalistas, feministas, grupos de diversidad sexual, defensores de los derechos ind铆genas, etc.), pero todav铆a sin construir un movimiento que marque una tendencia general en la sociedad peruana.
Un baile sin obreros
En tercer lugar, el escenario en el que se mueve la izquierda se caracteriza por la desaparici贸n de los actores colectivos que se movilizaron en la segunda mitad del siglo XX: federaciones campesinas, sindicatos obreros, organizaciones barriales, gremios magisteriales, movimiento universitario, etc. En la base de esta situaci贸n est谩 el colapso de la industria y la producci贸n fordista, es decir, de la existencia de “ej茅rcitos” de obreros y sindicatos asociados a ellos, as铆 como el avance de la informalidad que engloba a casi dos tercios de la Poblaci贸n Econ贸mica Activa.
En una sociedad desmovilizada como la actual, lo que adquiri贸 importancia es la “opini贸n p煤blica” como el espacio en el cual los actores pol铆ticos compiten para movilizar el voto. Esto supone, de un lado, la necesidad de imaginar formas de intervenir e influenciar en la opini贸n p煤blica; y de otro lado, el desaf铆o de construir organizaciones acordes con los nuevos sujetos sociales que contrarresten las desventajas que la izquierda tuvo y tiene en los medios de comunicaci贸n.
Resumiendo, estamos ante una izquierda que no tiene como referente 煤nico o principal la ideolog铆a marxista, pero que tiene la tarea de construir una narrativa hegem贸nica del Per煤 neoliberal. Es una izquierda que en la “pr谩ctica” se mueve en el terreno democr谩tico-electoral, aunque sin un balance de la izquierda insurreccional de los sesenta y ochenta. Y es una izquierda que act煤a en una sociedad desmovilizada, pero que si quiere reconstituirse est谩 irremediablemente condenada a imaginar y edificar nuevas formas de institucionalidad social. En una palabra, es una izquierda en proceso transici贸n. Volveremos sobre este tema.
http://elgranangular.com/blog/opiniones/permiso-para-disentir/