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Quemando la casa

OPINI脫N de Ana Cuevas Pascual.- Algo me dice que los m谩s c茅lebres negacionistas del cambio clim谩tico como Trump, Putin, Aznar o el primo de Rajoy no combaten la pertinaz can铆cula que nos asola con un folio reconvertido en abanico. Seguro que desaf铆an los perversos peligros que encierra el aire acondicionado, seg煤n afirma alg煤n consejero de salud auton贸mico, para no sudar la gota gorda. Y ser谩 por eso (porque viven aislados en una burbuja t茅rmica, fresquita y confortable) que siguen manteniendo que esto del cambio clim谩tico es una chorrada inventada por izquierdosos, progres y apocal铆pticos. No vayan a pensar que su obstinada negaci贸n podr铆a proceder de siniestros v铆nculos con las grandes industrias petroleras. Eso ser铆a entrar en la conspiranoia, ¿no?. Bueno, el caso es que mientras medio mundo se achicharra, grandes masas forestales arden pasto de las llamas, avanzan las superficies des茅rticas y se avecinan masivas migraciones humanas huyendo de las consecuencias, la 煤ltima cumbre internacional sobre el clima revel贸 la indiferencia homicida que las grandes potencias muestran por la cuesti贸n.

La cosa pinta mal, Las olas de calor son maremotos que duran ya de mayo a octubre. Aqu铆 los ni帽os caen fulminados en unas aulas que se transforman en hornos crematorios. Barracones con techos de uralita que pueden alcanzar m谩s de cincuenta grados, sin toldos ni persianas, los 煤nicos edificios p煤blicos que no tienen aire acondicionado en sus instalaciones. Pero no crean ni por asomo que se trata de un desprecio absoluto por la salud y el bienestar del alumnado de la educaci贸n p煤blica. Eso ser铆a vil y clasista. Ni tampoco por falta de medios. ¡Si andamos sobrados!. Si se permite que estas criaturas se cuezan a fuego lento en su propio jugo es para forjar car谩cter. Para que se curtan cara al infernal futuro que les espera gracias a la pasividad de los actuales adultos. ¿Qu茅 pasar铆a si se viciaran a estudiar en una atm贸sfera fresquita y agradable? Que acabar铆an siendo unos flojos. Mejor que aprendan ahora, en sus tiernas y sudorosas carnes, que con un abanico de papel (pliega, pliega, pliega...) y una botella de agua, van que arden, nunca mejor dicho.

Tambi茅n lo hacen pensando en su salud. Porque hay que ver la de g茅rmenes y resfriados que evitan a estos cr铆os priv谩ndoles del aire acondicionado. Ya lo padecen estoicamente por ellos pol铆ticos, funcionariado y hasta los abueletes que visitan diariamente el consultorio. ¡Salvemos a los ni帽os de esta plaga! Pero a los de la p煤blica, ¿eh?. Los de la privada, convenientemente subvencionados, no tendr谩n que acudir en ba帽ador a sus colegios. Se expondr谩n a muchos agentes pat贸genos pero, a lo mejor, hasta pueden concentrarse en sus estudios en un ambiente que no se asemeje a las calderas de Pedro Botero. Todo tiene ventajas y desventajas. Para que luego digan que no hay equidad.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Y negar el cambio clim谩tico no nos va a librar de sus devastadores efectos. La ONU y su grupo intergubernamental de expertos ha denunciado que uno de las consecuencias m谩s catastr贸ficas del cambio ser谩n los incendios de grandes masas forestales. El calor y la sequ铆a alimentan la posibilidad, como se ha demostrado en Portugal, de que factores tan aleatorios como un rayo desencadenen una tragedia de enormes dimensiones. Sin embargo, los montes y los recursos de extinci贸n se privatizan poniendo su seguridad en manos de especuladores mercantiles. El a帽o pasado los grandes incendios forestales crecieron en Espa帽a un 50%.. Solo en el mes de abril de este a帽o, se arrasaron miles de hect谩reas. A este ritmo, la pen铆nsula ib茅rica lleva camino de convertirse en un terreno yermo y calcinado en poco tiempo. Parad贸jicamente, nuestro pa铆s sufre desde hace a帽os una pol铆tica de recortes y privatizaciones en los recursos contra incendios. ¿Acaso les parece una cosa menor?

Escuch茅 a un experto en un documental que bromeaba sobre el instinto suicida de nuestra especie respecto al cambio clim谩tico: "Vamos a toda velocidad, directos hacia el precipicio, pero ¡en qu茅 cochazos!" Lo record茅 cuando le铆 que los Emiratos 脕rabes pretenden remolcar icebergs desde la Ant谩rtida para cambiar su clima. Parece ser que los jeques han decidido convertir su des茅rtico pa铆s en un gigantesco campo de golf verde como Irlanda. La "jaimitada" de los amos del petr贸leo podr铆a acelerar dr谩sticamente el cambio clim谩tico, seg煤n mantienen los cient铆ficos, debido a la evaporaci贸n de esas enormes masas de hielo en la atm贸sfera. Adem谩s se liberar铆a agua dulce en el agua del mar alterando gravemente el ecosistema marino. Vamos, mal rollo.

En cualquier caso, vayan acumulando folios y cartones. Dudo que sirvan de mucho cuando nos hierva literalmente la sangre en las venas, pero puede ser terap茅utico. Dobla que te dobla mientras arde la casa. ¿Los pir贸manos? Detr谩s de ellos que venga el fin del mundo. Como se dice en esta tierra aragonesa: "El que venga atr谩s, que arree".




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