OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- Vestida de bandera andaluza, la caudilla D铆az retorna a la actitud impositiva que llev贸 al golpe de mano del 1潞 de octubre en el PSOE. Vuelve a sus discursos emocionales, populistas, de agitadora andalus铆 con pretensiones universales, a tratar de imponer sus criterios, los que fueron derrotados en las primarias. Derrota que no acept贸 en su momento, que sigui贸 sin aceptar durante el Congreso del PSOE y que sigue sin aceptar hoy. Para ello ha maniobrado –eso es lo 煤nico que se le da bien- a fin de llenar el congreso de fieles a su persona en esta estructura de PRI que el PSOE ha montado en Andaluc铆a y ella ha llevado a la siniestra situaci贸n de haber conseguido menos votos que avales en las primarias. Clara prueba de que la gente no la quiere pero no puede manifestarlo en p煤blico. La direcci贸n de un partido que lleva 40 a帽os en el poder ha creado una estructura clientelar, en s铆 misma corrupta, de lealtades y obediencias compradas. Y obviamente, no se percata de que perder谩 las pr贸ximas elecciones porque hasta el PRI mexicano las perdi贸 en su d铆a.

La se帽ora bandera andaluza, cuyo sentido del rid铆culo es inexistente, afirma que los “socialistas nunca hemos sido nacionalistas”. Que han sido internacionalistas. Dos falsedades en una, aunque es probable que ella no lo sepa porque sus conocimientos son limitados. Los socialistas, todos los socialistas, han sido nacionalistas desde que un 14 de agosto de 1914 sus diputados alemanes votaran los cr茅ditos de guerra para empezar la primera matanza europea. Y desde entonces han seguido siendo nacionalistas. Nacionalistas antes que socialistas.
Comparte esa insistencia de que en el PSOE no son nacionalistas con todas las derechas espa帽olas que tampoco son nacionalistas: los nacionalistas son siempre los otros, los vascos, los catalanes, los gallegos. Los espa帽oles no son nacionalistas. Una mentira insultante. El art- 1潞 del Estatuto de Autonom铆a de Andaluc铆a dice que esta est谩 en la “naci贸n espa帽ola”. Por tanto, los socialistas andaluces son tan nacionalistas espa帽oles como los melillenses o los salmantinos. Lo que no son es nacionalistas catalanes o vascos o gallegos; pero espa帽oles, por supuesto. En eso se apoyan mutuamente el PP, el PRI/PSOE de Andaluc铆a y, en el fondo, el PSOE.
Cuando la bandera parlante pide a S谩nchez que no le haga elegir entre dos lealtades vuelve a mentir por partida doble: ni S谩nchez puede obligarle a elegir nada ni ella tiene dos lealtades ya que, por lo que se ve, su convicci贸n socialista depende del hecho de ser andaluza, nacionalista andaluza-espa帽ola. O sea, tiene una sola lealtad esencial, ser andaluza/espa帽ola y otra contingente, ser socialista y si dice que no le obliguen a elegir entre las dos es porque solo tiene una, la nacionalista propia de su populismo demag贸gico y b谩sicamente anticatal谩n.
En esta situaci贸n, S谩nchez ha invocado la unidad del PSOE y prometido pleno apoyo a la caudilla. Como lo har铆a Maquiavelo, si hubiese vivido esta situaci贸n. ¿Qu茅 otra cosa puede decir para ocultar lo que es una guerra abierta entre las dos fracciones del PSOE, la andaluza y la espa帽ola? No es exactamente una mentira sino una declaraci贸n diplom谩tica. En realidad, el PSOE est谩 dividido porque quien, tras apu帽alar al SG en el golpe de mano, afirm贸 que pretend铆a coser el siete que su pu帽al hab铆a hecho, en realidad sigue dividiendo, enfrentando, malmetiendo. Su soberbia no le deja aceptar la derrota. O sea, es conveniente que S谩nchez siga vigilando sus espaldas y m谩s que antes porque los suyos van de nuevo por 茅l y esta vez no quieren dejarlo vivo.
La divisi贸n del PSOE oficialmente se manifiesta en el concepto de plurinacionalidad de S谩nchez, acorde con el 39 Congreso, pero que los andaluces no aceptan porque, entre otras cosas, se fueron a tomar caf茅 cuando el tema se discuti贸. Pero esto es una excusa. En el mejor de los casos, la plurinacionalidad es un mero flatus vocis, mientras se limite a reconocer el car谩cter “cultural” de la naci贸n catalana, pero no el pol铆tico. En el fondo, los dos sectores del PSOE est谩n de acuerdo: de refer茅ndum nada, de autodeterminaci贸n de Catalu帽a, menos. Tan plurinacional es S谩nchez como D铆az. Pero esta necesita un tema de bronca, aunque sea un simulacro para mantener movilizadas a sus huestes ante la posibilidad de que cambien las tornas y pierdan sus puestos.
Las diferencias, como siempre, est谩n en las ambiciones personales de las partes, en este caso, especialmente de D铆az. Y el asunto es obvio, es evidente que lo de la plurinacionalidad y la “doble lealtad” son meras excusas para no reconocer que no se acepta la SG de S谩nchez. Su actitud est谩 dictada por el resentimiento y el af谩n de revancha por lo que, de no haber un cambio de rumbo radical, el vaticinio es el del inicio, que D铆az perder谩 las pr贸ximas elecciones andaluzas.
A ver si de ese modo se consigue que esta caudilla tan demagoga como ignorante deje de torpedear la acci贸n de su propio partido para satisfacer unas ambiciones que le vienen grandes por todas partes.
La se帽ora bandera andaluza, cuyo sentido del rid铆culo es inexistente, afirma que los “socialistas nunca hemos sido nacionalistas”. Que han sido internacionalistas. Dos falsedades en una, aunque es probable que ella no lo sepa porque sus conocimientos son limitados. Los socialistas, todos los socialistas, han sido nacionalistas desde que un 14 de agosto de 1914 sus diputados alemanes votaran los cr茅ditos de guerra para empezar la primera matanza europea. Y desde entonces han seguido siendo nacionalistas. Nacionalistas antes que socialistas.
Comparte esa insistencia de que en el PSOE no son nacionalistas con todas las derechas espa帽olas que tampoco son nacionalistas: los nacionalistas son siempre los otros, los vascos, los catalanes, los gallegos. Los espa帽oles no son nacionalistas. Una mentira insultante. El art- 1潞 del Estatuto de Autonom铆a de Andaluc铆a dice que esta est谩 en la “naci贸n espa帽ola”. Por tanto, los socialistas andaluces son tan nacionalistas espa帽oles como los melillenses o los salmantinos. Lo que no son es nacionalistas catalanes o vascos o gallegos; pero espa帽oles, por supuesto. En eso se apoyan mutuamente el PP, el PRI/PSOE de Andaluc铆a y, en el fondo, el PSOE.
Cuando la bandera parlante pide a S谩nchez que no le haga elegir entre dos lealtades vuelve a mentir por partida doble: ni S谩nchez puede obligarle a elegir nada ni ella tiene dos lealtades ya que, por lo que se ve, su convicci贸n socialista depende del hecho de ser andaluza, nacionalista andaluza-espa帽ola. O sea, tiene una sola lealtad esencial, ser andaluza/espa帽ola y otra contingente, ser socialista y si dice que no le obliguen a elegir entre las dos es porque solo tiene una, la nacionalista propia de su populismo demag贸gico y b谩sicamente anticatal谩n.
En esta situaci贸n, S谩nchez ha invocado la unidad del PSOE y prometido pleno apoyo a la caudilla. Como lo har铆a Maquiavelo, si hubiese vivido esta situaci贸n. ¿Qu茅 otra cosa puede decir para ocultar lo que es una guerra abierta entre las dos fracciones del PSOE, la andaluza y la espa帽ola? No es exactamente una mentira sino una declaraci贸n diplom谩tica. En realidad, el PSOE est谩 dividido porque quien, tras apu帽alar al SG en el golpe de mano, afirm贸 que pretend铆a coser el siete que su pu帽al hab铆a hecho, en realidad sigue dividiendo, enfrentando, malmetiendo. Su soberbia no le deja aceptar la derrota. O sea, es conveniente que S谩nchez siga vigilando sus espaldas y m谩s que antes porque los suyos van de nuevo por 茅l y esta vez no quieren dejarlo vivo.
La divisi贸n del PSOE oficialmente se manifiesta en el concepto de plurinacionalidad de S谩nchez, acorde con el 39 Congreso, pero que los andaluces no aceptan porque, entre otras cosas, se fueron a tomar caf茅 cuando el tema se discuti贸. Pero esto es una excusa. En el mejor de los casos, la plurinacionalidad es un mero flatus vocis, mientras se limite a reconocer el car谩cter “cultural” de la naci贸n catalana, pero no el pol铆tico. En el fondo, los dos sectores del PSOE est谩n de acuerdo: de refer茅ndum nada, de autodeterminaci贸n de Catalu帽a, menos. Tan plurinacional es S谩nchez como D铆az. Pero esta necesita un tema de bronca, aunque sea un simulacro para mantener movilizadas a sus huestes ante la posibilidad de que cambien las tornas y pierdan sus puestos.
Las diferencias, como siempre, est谩n en las ambiciones personales de las partes, en este caso, especialmente de D铆az. Y el asunto es obvio, es evidente que lo de la plurinacionalidad y la “doble lealtad” son meras excusas para no reconocer que no se acepta la SG de S谩nchez. Su actitud est谩 dictada por el resentimiento y el af谩n de revancha por lo que, de no haber un cambio de rumbo radical, el vaticinio es el del inicio, que D铆az perder谩 las pr贸ximas elecciones andaluzas.
A ver si de ese modo se consigue que esta caudilla tan demagoga como ignorante deje de torpedear la acci贸n de su propio partido para satisfacer unas ambiciones que le vienen grandes por todas partes.