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Muere a los 73 años Malén Aznárez, presidenta de la Sección Española de Reporteros Sin Fronteras

"Mi presidenta, mi jefa, mi amiga"



Fue una relevante periodista, miembro de la generación de mujeres que conquistó las redacciones durante la Transición

La Sección Española de Reporteros Sin Fronteras (RSF) lamenta profundamente la muerte de su presidenta, la célebre periodista Malén Aznárez, que ha fallecido en Madrid este 30 de julio de 2017, a los 73 años de edad. El periodismo español pierde a una figura memorable con una trayectoria profesional digna de admiración. RSF España se queda sin su más ferviente defensora de la libertad de información, causa a la que se consagró en cuerpo y alma desde 2008.


Admiro a Malén Aznárez desde que la conocí, y la conocí hace muchos años. Yo era muy joven y, como tantos periodistas de mi generación, trabajaba en la prensa del Estado, casi la única que había. Dirigir esa cadena, los Medios de Comunicación del Estado, que llegó a tener más de 40 periódicos, una agencia y el periódico deportivo de mayor tirada y prestigio, era algo muy importante y significaba mucho poder. Pero con la disolución de las Cortes franquistas la cosa cambió muchísimo. Se hizo evidente que un país democrático no podía tener una cadena de periódicos propiedad del estado. Varios, muy deficitarios, ya habían cerrado, pero quedaban en pie más de la mitad y algunos eran buenos periódicos locales además de buenos negocios. Dirigir aquello para liquidarlo, pero respetando los derechos de los cientos de trabajadores afectados, representaba un reto muy difícil que requería una combinación de dotes nada frecuentes: ser buen periodista, buen negociador, tener autoridad, mano izquierda, saber de números. No sólo es que no valía cualquiera para hacerlo, es que los posibles candidatos -me consta de alguno- se arrugaban solo de pensarlo. Y ahí estuvo Malén, que había sido una gran reportera para la cadena, y que en tres años logró la cuadratura del círculo: cerrar lo que había que cerrar, vender lo que debía venderse, no dejar a ningún trabajador en la calle, dejar colocada a España en la órbita de los países con prensa libre y todo ello sin que hubiera que dirimir prácticamente ningún caso ante los tribunales. Para mí, que también conocía muy bien la cadena, aunque ya no trabajaba en ella, Malén era una heroína, había hecho, y muy bien, el trabajo periodístico y empresarial que yo consideraba más difícil de nuestra corta historia democrática.

Muy poco después fue mi jefa directa en RNE, aunque ya éramos amigas por otras circunstancias ajenas a la profesión. La primera mujer que llegaba a jefa de informativos en la radio. En mi opinión una de las mejores jefas de informativos que ha tenido RNE, y he conocido a más de una docena. Impuso buenas prácticas como estilo, por ejemplo el contacto diario con los jefes de informativos de las emisoras y la sistematización de las reuniones de contenido con editores y jefes de áreas. Consiguió para el archivo de RNE todos los fondos documentales que habían sido de los Medios de comunicación del Estado, que se hubieran perdido sin remedio sin su intervención. Qué bien mandaba Malén. Con cuánta autoridad argumentaba por qué hacer esto o aquello y por qué en cambio no cubrir esto otro. Cuánto machismo quedaba en evidencia demasiadas veces sin que pudiera mellar jamás su fuerza y su razón incontenible. La mitad del tiempo que tenía para comer lo empleaba en ir a nadar, o al gimnasio o a caminar. Y ya fuera del trabajo siempre tenía un libro o una película de la que hablar, para recomendártelo con entusiasmo o advertirte que no valía lo que costaba. Tener un jefe culto es un verdadero lujo. Siempre he pensado que la enorme energía y autoridad que emanaba de ella provenía de su magnífica organización personal.

Finalmente dejó la radio pública y la fichó El País. Fue muchas cosas en El País. Recuerdo muy bien su estupenda labor como Defensora del Lector. Y sobre todo lo que más feliz la hizo, dejar de ser jefa y dedicarse a grandes y largos reportajes para el semanal. Escribía magníficamente, al estilo cervantino, claro, preciso y al grano, sin buscar el estorbo del adorno, y editaba a los demás con esa misma precisión.

Después nos encontramos de nuevo profesionalmente en la Escuela de Periodismo de El País. La entrevista era su materia. Cuántos alumnos me han contado lo magníficamente que enseñaba ese arte tan difícil de saber preguntar y sobre todo saber escuchar. Ahora mismo me corregiría de inmediato, no es arte, solo se logra el arte con trabajo bien preparado y bien hecho.

Fue ella quien me fichó para RSF. Me citó en la Escuela, nos sentamos, y me argumentó por qué debíamos defender la causa de la libertad de información aquí y ahora, en ese momento de nuestras vidas, y por qué era muy conveniente y eficaz que lo hiciéramos juntas. Como siempre sus argumentos eran imbatibles.

Han sido séis años de trabajo solidario juntas en los que nunca la he visto desfallecer, y eso que hemos estado en situaciones más que difíciles. Ha sabido reunir a los mejores equipos posibles en la directiva, porque siempre ha dirigido muy bien, y ha generado una confianza tan grande con su gestión que efectivamente ahora mismo Rsf España ha alcanzado su momento de mayor prestigio.

Desde que la conozco la he admirado sin reservas, porque ha sido un ejemplo de honestidad y buen hacer profesional. Todo lo que la he visto hacer lo ha hecho bien, para mí ha sido un ejemplo continuo. Y lo último que la he visto hacer bien, por lo que voy a admirarla todavía más ahora que por desgracia ya no la tendré de Presidenta, fue su despedida. Creo que he cumplido bien todo lo que me mandaste, era fácil seguir tus órdenes aunque fueran difíciles, no sé si me explico. No te preocupes, amiga, ya está casi todo hecho.

Macu De la Cruz
Vicepresidenta de RSF-España



Aznárez ha muerto víctima de un tumor cerebral diagnosticado en abril. A partir de las 17 horas del lunes 31 de julio, amigos y compañeros que deseen darle un último adiós, podrán hacerlo en el tanatorio de La Paz, en Tres Cantos (Madrid). El martes 1 de agosto se celebrará una ceremonia de despedida.

Reporteros Sin Fronteras España ha abierto un Libro de Condolencias virtual para todos aquellos que deseen honrar la memoria de Malén Aznárez. Pueden enviar sus mensajes a través de Internet [en este enlace], que serán publicados con firma, si es el deseo de quienes quieran dedicarle un recuerdo y darle un último adiós.

UNA GRAN PERIODISTA, UNA GRAN DEFENSORA DE LOS PERIODISTAS

Nacida en Santander en 1943, Malén Aznárez es un miembro clave de la generación de mujeres periodistas que conquistaron las redacciones españolas durante la Transición para convertirlas en un poder al servicio de la ciudadanía y dignificarlas con valores  universales. Firmas femeninas que se incorporaron por derecho propio a la liga absoluta y que se instalaron de igual a igual en el Periodismo y en todas las secciones, más allá de las revistas femeninas o los bustos parlantes de la televisión. Pioneras que siguen trabajando en puestos relevantes en los medios españoles y siendo un ejemplo de igualdad, dedicación y rigor.

Aznárez estudió en la Escuela Oficial de Periodismo y obtuvo su licenciatura en 1972. Había empezado a trabajar como reportera el año anterior, en el madrileño diario Arriba, y, durante la década los 70, colaboró con las revistas Posible y Cuadernos para el Diálogo. Fue la primera mujer en dirigir un grupo de prensa en España, los 26 diarios de Medios de Comunicación del Estado, entre 1982 y 1984, durante la etapa de privatización del primer Gobierno socialista.

En 1984 se incorporó a Radio Nacional de España como coordinadora general adjunta a la dirección y después dirigió los Servicios Informativos de la cadena estatal hasta 1986, convirtiéndose en la primera mujer que ocupaba dicho cargo. En 1987 fue jefa de información de la revista El Globo, hasta el cierre de este medio.

Llegó en 1988 al diario El País, en el que trabajó durante 20 años. Entre otros cargos, fue redactora jefa de Sociedad de 1989 y 1997, Defensora del Lector entre 2003 y 2005 y, en sus últimos años en el periódico, realizó entrevistas y reportajes para  El País Semanal. Tras su jubilación, siguió vinculada al diario como profesora de la Escuela de Periodismo de El País, hasta 2014.

Aznárez fue nombrada vicepresidenta de la junta directiva de Reporteros Sin Fronteras España, en 2008, en sustitución de su amiga y compañera en El País Soledad Gallego-Díaz. Traía unas enormes ganas de trabajar y la entonces presidenta de RSF España, María Dolores Masana, le encomendó dos tareas a las que se entregó por entero, y que, bajo su dirección, cobrarían una enorme importancia entre las actividades de la organización: la gestión del Informe Anual y la coordinación de la campaña de apoyo a periodistas encarcelados.

En 2011 se convirtió en presidenta de RSF España y, desde entonces, la organización ha multiplicado sus actividades. La inmensa capacidad de trabajo de Aznárez ha sido el motor de una intensa etapa de difusión de información, respaldo a periodistas en dificultades, asistencia a reporteros independientes y denuncia de las amenazas a la libertad de prensa en España y en el mundo. La oposición frontal a la Ley Mordaza, la independencia de los medios públicos, las dificultades de los periodistas freelance o la liberación de los reporteros españoles secuestrados fueron algunos de los asuntos que más la preocupaban y a los que mayor atención dedicaba.

Aznárez aplicó su infatigable energía y su sólida experiencia profesional a la misión de la organización. Conformó el equipo de voluntarios que cada año redactan el Informe Anual, un resumen de los acontecimientos más relevantes de cada año y anuario de referencia sobre el estado de la libertad de información en el mundo. La presentación del Informe Anual de RSF, cada mes de febrero, se ha convertido en un acontecimiento mediático.

La campaña de apoyo a periodistas encarcelados de RSF España cobró un nuevo brillo bajo su presidencia. Este programa se dedica a mantener vivas las causas de centenares de informadores, activistas y blogueros encarcelados por ejercer el periodismo libre o por su defensa de la libertad información. Periodistas presos de todo el mundo son apadrinados por relevantes figuras del periodismo español, que les ceden su voz para que ni sus nombres ni sus historias caigan en el olvido.

Esta forma de presión internacional ha logrado sacar de la cárcel a muchos periodistas, blogueros y activistas que después han podido viajar a España para participar en actos de Reporteros Sin Fronteras. La propia Malén Aznárez era madrina del periodista sueco-eritreo Dawit Isaak, encarcelado en Eritrea desde 2001 y del que nada se sabe desde entonces. La presidenta de RSF España nunca dejó pasar una ocasión para pronunciar su nombre y pedir su libertad.

Aznárez apenas comenzaba a recuperarse de la pérdida de su esposo, que falleció en agosto de 2016, cuando empezó a acusar vértigos y molestias que le impedían hacer vida normal. En abril le fue diagnosticado un tumor cerebral del que fue operada semanas después. Nunca se llegó a restablecer tras la intervención.

La enfermedad la había apartado en los últimos meses de la militancia en primera línea. El pasado 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, no pudo estar en el acto en la Casa de América de Madrid, una conmemoración a la que tanto ella como la vicepresidenta de RSF, Macu de la Cruz, dedicaban meses de esfuerzo cada año.

Malén Aznárez deja un vacío tremendo en una causa justa. Pero también un legado sobresaliente y una huella indeleble.

UNA GRAN PRESIDENTA, POR DOLORES MASANA

Conocí a Malén Aznárez de la mano de Soledad Gallego Díaz. Fue con ocasión de la vacante para la vicepresidencia primera de RSF, a mitad de mi segundo mandato como presidenta. Soledad  me dijo: “Será la mejor  vicepresidenta que puedas imaginar. Se acaba de jubilar, es una gran profesional y una mujer muy motivada por las libertades en general y por la de prensa en particular, con una gran voluntad y capacidad de trabajo”. En la primera Junta-Asamblea la incorporé a mi equipo directivo y a los dos años, cumplido ya un ciclo mío de ocho, la animé a presentarse con equipo propio a las elecciones para una nueva etapa de RSF. Fue en el mes de junio de 2011.

Con cautela al principio, pero siempre pisando fuerte, Malén Aznárez ejerció su puesto con amor y dedicación absoluta, dando un gran impulso a nuestra organización, que bajo su mandato ha seguido creciendo en prestigio y reconocimiento general.

Con Malén compartí muchas comidas de trabajo junto a la sede de RSF en Madrid, aprovechando mi estancia para asistir a reuniones y asambleas como miembro de la Junta Directiva. A menudo me decía: “María Dolores, ¿sabes cuántas horas diarias dedico a esta ONG? Y luego sonriendo añadía: “Pero  qué te cuento que tú no sepas”. Y sí lo sabía, pero como a ella le dije en muchas ocasiones: “Malén, eres la mejor presidenta que RSF podía tener nunca”.

Y así te recordaré siempre, buena amiga.

María Dolores Masana Argüelles

Ex presidenta de Reporteros sin Fronteras y miembro de la Junta Directiva

Vicepresidenta de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo




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