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Rajoy, primer presidente español interrogado en un juicio por corrupción

MADRID (Sputnik) — El jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, declaró en la Audiencia Nacional como testigo en el juicio por la primera época de la trama corrupta Gürtel, lo que le convierte en el primer presidente del Gobierno en la historia de la democracia española que pisa un juzgado para ser interrogado.

AFP 2017/ Pierre-Philippe M



El testimonio de Rajoy se centró en exponer que sus responsabilidades dentro del conservador Partido Popular eran de índole política, lo que le impidió tener conocimiento de las actividades económicas irregulares que se investigan en la causa.

"Jamás me ocupé de asuntos económicos en el partido, por lo que no tengo constancia", afirmó el presidente del Gobierno y del Partido Popular (PP) ante las preguntas de la acusación.

El líder conservador aseguró no tener "absolutamente ningún conocimiento" de la posible existencia de una contabilidad fraudulenta o del pago de comisiones ilegales a altos cargos del partido a cambio de concesiones de obra pública entre 1999 y 2005, los años en los que se circunscribe la causa.
En esa época Rajoy ocupó puestos de gran importancia a nivel orgánico ya que fue secretario general del Partido Popular entre 2003 y 2004, año en el que dejó el cargo para convertirse en presidente de la formación política conservadora, posición que mantiene actualmente.

Rajoy también desempeñó labores como jefe de campaña para las elecciones generales de 2000, tras las que se integró en el Ejecutivo llegando a ocupar hasta 2003 cargos como ministro de Interior, ministro de Presidencia e incluso vicepresidente primero del Gobierno.

Según explicó ante el tribunal, sus atribuciones como director de campaña estaban separadas de maneara "clara y nítida" de la gestión económica de las mismas.

Rajoy —que estaba obligado a responder a todas las preguntas que se le hicieran diciendo la verdad— se sentó en un estrado situado a la derecha de la presidencia del tribunal, al contrario que el resto de los declarantes en la causa, que se sentaron frente a los jueces.
Más allá de las evasivas, el presidente del Gobierno –que también negó el pago de sobresueldos en su partido– se limitó a referenciar vagamente algunas reuniones en las que contables de la formación le alertaron de que varios empresarios podían estar usando el nombre del PP para hacer negocios.

De acuerdo con su testimonio, Rajoy delegó el esclarecimiento de los hechos en Esperanza Aguirre, dirigente regional del Partido Popular en la Comunidad de Madrid.

Durante su declaración, Rajoy dijo conocer a "algunos de los acusados" y en particular referenció haber coincidido en distintos actos con algunos de los presuntos cabecillas de la trama, aunque negó tener una relación cercana con ellos a nivel personal o profesional.
El presidente solo admitió tener una relación estrecha con una de las imputadas, Ana Mato, que fue su ministra de Sanidad entre 2011 y 2014.

Rajoy irrita a la oposición

La declaración de Rajoy transcurrió en un tono relativamente relajado y el presidente del Gobierno, además de negar tener conocimiento alguno sobre los hechos juzgados, llegó a bromear con sus interlocutores durante el interrogatorio, lo que irritó a sus contrincantes políticos.

"Hay una palabra que define claramente lo que hemos visto hoy: esa palabra es vergüenza", afirmó Pablo Iglesias, líder de Podemos, tras la declaración de Rajoy.

Según Iglesias, el hecho de que el jefe del Ejecutivo deba comparecer por la presunta financiación ilegal de su partido evidencia la "situación de excepcionalidad democrática que vive el país".

Además, el líder de Podemos valoró que el tono de "chulería e impertinencia con el que se dirigió a los letrados es en realidad el tono con el que se dirige a los españoles".
Por su parte, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pidió la dimisión de Rajoy tras su paso por la Audiencia Nacional.

"Sr. presidente, entre el interés de España y el suyo propio, le pido que piense en España y dimita porque con usted la corrupción ya ha llegado a la presidencia del Gobierno de España", aseguró el líder del PSOE.

El dirigente socialista justificó su petición de dimisión argumentando que la imagen de Rajoy frente a un tribunal supone una mancha para la imagen internacional de España.

Iglesias y Sánchez están emplazados a debatir las posibilidades de forzar una comparecencia urgente de Rajoy en el Congreso o incluso de promover una nueva moción de censura en su contra.

Rajoy, lejos de mostrarse preocupado por la situación, afirmó unos minutos después de abandonar el juzgado que se sentía "contento" tras "colaborar con la justicia" como "cualquier ciudadano español".

La comparecencia de Rajoy eclipsó la posterior declaración como testigo del presidente del Senado, Pío García-Escudero, que tampoco ofreció detalles relevantes para el desarrollo de la causa.




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