OPINI脫N de Sabino Cuadra Lasarte.- El antimilitarismo est谩 en horas bajas. En su d铆a la sociedad se moviliz贸 y estuvo cerca de dar al traste con la entrada del Estado espa帽ol en la OTAN y la continuidad de las bases yanquis. M谩s adelante se manifest贸 masivamente contra la guerra genocida de Irak. En el intermedio, cientos de insumisos, con su frontal resistencia y un importante apoyo ciudadano, tumbaron el Servicio Militar Obligatorio. Pero la movida antimilitarista fue m谩s all谩 de combatir la “mili” y abord贸 tambi茅n el armamentismo, los presupuestos militares, la OTAN.
Sin embargo hoy, en la nueva pol铆tica al uso, el antimilitarismo cotiza a la baja. Abundan los silencios respecto a la OTAN y a las bases militares. Mucho m谩s a煤n sobre la industria armament铆stica, los presupuestos militares y las misiones del Ej茅rcito espa帽ol en el extranjero. Mientras tanto pasan a primer plano temas tales como las reivindicaciones profesionales castrenses (ascensos, supresi贸n de privilegios, salarios…), los derechos democr谩ticos de la tropa, la lucha contra el acoso o la marginaci贸n de las mujeres en la milicia.
Con el Gobierno del PP, el ministerio de Defensa ha sido el 煤nico que en vez de padecer recortes presupuestarios ha logrado escandalosos incrementos. Mientras se cercenaban las partidas de Educaci贸n, Sanidad, Trabajo..., las de Defensa, a la chita callando, crec铆an un 32%.
Me explico. El truco era sencillo. Mientras en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) las partidas de Defensa parec铆an estar sometidas a una austeridad similar a la del resto de Ministerios, la realidad era muy otra. Muchos gastos militares (entre otros, el programa de “modernizaci贸n” del Ej茅rcito; es decir, la compra de aviones, misiles, torpedos, fragatas, helic贸pteros de combate...) no aparec铆an en los PGE y luego, a final de cada a帽o, eran aprobados mediante presupuestos extraordinarios que pasaban a incrementar el gasto total de Defensa en un 7%, 8%... Tan descarada ha sido esta pr谩ctica trilera que hasta el propio Tribunal Constitucional ha prohibido al Gobierno seguir con la misma. Debido a eso, el PP se ha visto obligado a hacer aflorar todos estos gastos militares en los PGE de este a帽o, y de ah铆 su incremento en un 32%.
A pesar de ello, resulta curioso comprobar c贸mo las enmiendas al presupuesto de Defensa presentadas este a帽o por los principales grupos parlamentarios de la oposici贸n (PSOE, Unidos-Podemos), han soslayado lo anterior, content谩ndose tan solo con reclamar peque帽os cambios en algunas partidas de segundo orden. No solo eso sino que, en el caso del PSOE, se ha criticado globalmente el presupuesto de Defensa por estar “infradotado econ贸micamente”, reclam谩ndose, en consecuencia, mejorar sus “instalaciones y equipamientos”. O sea, “¡M谩s madera, es la guerra!”, que dec铆a Groucho Marx.
Unidos-Podemos, por su parte, ha dedicado la mayor parte de sus enmiendas a reclamar la reconversi贸n de usos de algunos terrenos militares y a solicitar compensaciones econ贸micas para los municipios afectados por la cercan铆a de bases militares (Rota, Mor贸n, Barbate, Ferrol…), pero con respecto a estos mismas bases, la OTAN, las misiones de “paz”, los programas de armamento..., nada de nada. No es de extra帽ar si tenemos en cuenta que entre las 50 medidas acordadas entre Podemos e IU como bases para un futuro gobierno de cambio y progreso no se dedicaba ninguna al cap铆tulo de Defensa.
ERC, por el contrario, ha propuesto reconvertir el gasto de los Programas de Modernizaci贸n y destinarlo a “garantizar el derecho a la Ley de Dependencia”, as铆 como dedicar otras partidas a impulsar una cultura de paz, combatir la pobreza infantil, reconocer e indemnizar a los miembros del maqui antifranquista, apoyar el desmantelamiento de minas anti-persona vendidas por el Estado espa帽ol en distintos pa铆ses, reconvertir la industria armament铆stica, la atenci贸n a la inmigraci贸n... En fin, algo bastante m谩s plausible y saludable.
Trump, el presidente pir贸mano de EEUU, ha propuesto incrementar el gasto de Defensa yanqui en 30 000 millones de d贸lares. Reclama adem谩s que los pa铆ses de la OTAN aumenten su aportaci贸n a 茅sta hasta un equivalente al 2% del PIB de cada pa铆s. La ministra espa帽ola de la cosa b茅lica, M陋 Dolores de Cospedal, ha aplaudido entusiasmada la iniciativa. La industria armament铆stica espa帽ola tambi茅n. Seg煤n los trabajos del Centro Del谩s de Estudios por la Paz, la venta de armas espa帽olas al extranjero se ha multiplicado por diez entre 2003 y 2013 (a帽os, en su mayor铆a, de gobierno PSOE). Entre los compradores figuran Arabia Saud铆, Egipto, Emiratos 脕rabes…, pa铆ses que ocupan primeros puestos entre los violadores de derechos humanos. As铆 pues, veremos c贸mo son los pr贸ximos PGE de 2018 y qu茅 plantean ante ellos las fuerzas pol铆ticas.
Volvamos al principio. La cultura de paz, antiguerra y antimilitarista vive horas bajas. Mientras se recortan plantillas y presupuestos sociales, el Gobierno env铆a y mantiene fuerzas militares en Afganist谩n, L铆bano, Irak, Libia, Somalia... y colma las aspiraciones de los estrellados se帽ores de la guerra patrios compr谩ndoles aviones, tanques y misiles de 煤ltima generaci贸n. Lo 煤ltimo ha sido enviar bajo el paraguas de la OTAN un contingente a... ¡Letonia¡ a fin de “evitar provocaciones rusas” (¡¡..!!). ¿De d贸nde saldr谩 el dinero para pagar todas estas estrat茅gicas misiones en favor de la “paz mundial”?
Algunos partidos han aplaudido lo anterior, henchidos de orgullo patrio. La foto de las Azores sigue molando. Se resalta as铆 la vocaci贸n universal de Espa帽a, pero no en cooperaci贸n o solidaridad internacional, cuyas partidas han sufrido brutales recortes, sino en el de sus aguerridas “misiones de paz”. Otras fuerzas, sin llegar a eso, presumen de fichajes estrellados de 煤ltima generaci贸n pase谩ndolos por dependencias congresuales y tertulias. Se aplaude incluso la construcci贸n de fragatas destinadas a la satrap铆a de Arabia Saud铆, porque eso crea puestos de trabajo y, como ya se sabe, lo social es prioridad prioritaria.
Una ventaja de ser independentista vasco es que hablar de ej茅rcitos propios en un pa铆s tan peque帽o mueve a risa. Seg煤n las estad铆sticas, el orgullo militar y la vocaci贸n castrense en nuestro pueblo alcanza las cotas m谩s bajas del Estado. Quiz谩s por ello Euskal Herria fue en su d铆a capital mundial de la insumisi贸n. Demos pues continuidad a todas las luchas pasadas, trabajando por una Euskal Herria sin ej茅rcito y desmilitarizada. ¡Que se vayan!
Sin embargo hoy, en la nueva pol铆tica al uso, el antimilitarismo cotiza a la baja. Abundan los silencios respecto a la OTAN y a las bases militares. Mucho m谩s a煤n sobre la industria armament铆stica, los presupuestos militares y las misiones del Ej茅rcito espa帽ol en el extranjero. Mientras tanto pasan a primer plano temas tales como las reivindicaciones profesionales castrenses (ascensos, supresi贸n de privilegios, salarios…), los derechos democr谩ticos de la tropa, la lucha contra el acoso o la marginaci贸n de las mujeres en la milicia.
Con el Gobierno del PP, el ministerio de Defensa ha sido el 煤nico que en vez de padecer recortes presupuestarios ha logrado escandalosos incrementos. Mientras se cercenaban las partidas de Educaci贸n, Sanidad, Trabajo..., las de Defensa, a la chita callando, crec铆an un 32%.
Me explico. El truco era sencillo. Mientras en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) las partidas de Defensa parec铆an estar sometidas a una austeridad similar a la del resto de Ministerios, la realidad era muy otra. Muchos gastos militares (entre otros, el programa de “modernizaci贸n” del Ej茅rcito; es decir, la compra de aviones, misiles, torpedos, fragatas, helic贸pteros de combate...) no aparec铆an en los PGE y luego, a final de cada a帽o, eran aprobados mediante presupuestos extraordinarios que pasaban a incrementar el gasto total de Defensa en un 7%, 8%... Tan descarada ha sido esta pr谩ctica trilera que hasta el propio Tribunal Constitucional ha prohibido al Gobierno seguir con la misma. Debido a eso, el PP se ha visto obligado a hacer aflorar todos estos gastos militares en los PGE de este a帽o, y de ah铆 su incremento en un 32%.
A pesar de ello, resulta curioso comprobar c贸mo las enmiendas al presupuesto de Defensa presentadas este a帽o por los principales grupos parlamentarios de la oposici贸n (PSOE, Unidos-Podemos), han soslayado lo anterior, content谩ndose tan solo con reclamar peque帽os cambios en algunas partidas de segundo orden. No solo eso sino que, en el caso del PSOE, se ha criticado globalmente el presupuesto de Defensa por estar “infradotado econ贸micamente”, reclam谩ndose, en consecuencia, mejorar sus “instalaciones y equipamientos”. O sea, “¡M谩s madera, es la guerra!”, que dec铆a Groucho Marx.
Unidos-Podemos, por su parte, ha dedicado la mayor parte de sus enmiendas a reclamar la reconversi贸n de usos de algunos terrenos militares y a solicitar compensaciones econ贸micas para los municipios afectados por la cercan铆a de bases militares (Rota, Mor贸n, Barbate, Ferrol…), pero con respecto a estos mismas bases, la OTAN, las misiones de “paz”, los programas de armamento..., nada de nada. No es de extra帽ar si tenemos en cuenta que entre las 50 medidas acordadas entre Podemos e IU como bases para un futuro gobierno de cambio y progreso no se dedicaba ninguna al cap铆tulo de Defensa.
ERC, por el contrario, ha propuesto reconvertir el gasto de los Programas de Modernizaci贸n y destinarlo a “garantizar el derecho a la Ley de Dependencia”, as铆 como dedicar otras partidas a impulsar una cultura de paz, combatir la pobreza infantil, reconocer e indemnizar a los miembros del maqui antifranquista, apoyar el desmantelamiento de minas anti-persona vendidas por el Estado espa帽ol en distintos pa铆ses, reconvertir la industria armament铆stica, la atenci贸n a la inmigraci贸n... En fin, algo bastante m谩s plausible y saludable.
Trump, el presidente pir贸mano de EEUU, ha propuesto incrementar el gasto de Defensa yanqui en 30 000 millones de d贸lares. Reclama adem谩s que los pa铆ses de la OTAN aumenten su aportaci贸n a 茅sta hasta un equivalente al 2% del PIB de cada pa铆s. La ministra espa帽ola de la cosa b茅lica, M陋 Dolores de Cospedal, ha aplaudido entusiasmada la iniciativa. La industria armament铆stica espa帽ola tambi茅n. Seg煤n los trabajos del Centro Del谩s de Estudios por la Paz, la venta de armas espa帽olas al extranjero se ha multiplicado por diez entre 2003 y 2013 (a帽os, en su mayor铆a, de gobierno PSOE). Entre los compradores figuran Arabia Saud铆, Egipto, Emiratos 脕rabes…, pa铆ses que ocupan primeros puestos entre los violadores de derechos humanos. As铆 pues, veremos c贸mo son los pr贸ximos PGE de 2018 y qu茅 plantean ante ellos las fuerzas pol铆ticas.
Volvamos al principio. La cultura de paz, antiguerra y antimilitarista vive horas bajas. Mientras se recortan plantillas y presupuestos sociales, el Gobierno env铆a y mantiene fuerzas militares en Afganist谩n, L铆bano, Irak, Libia, Somalia... y colma las aspiraciones de los estrellados se帽ores de la guerra patrios compr谩ndoles aviones, tanques y misiles de 煤ltima generaci贸n. Lo 煤ltimo ha sido enviar bajo el paraguas de la OTAN un contingente a... ¡Letonia¡ a fin de “evitar provocaciones rusas” (¡¡..!!). ¿De d贸nde saldr谩 el dinero para pagar todas estas estrat茅gicas misiones en favor de la “paz mundial”?
Algunos partidos han aplaudido lo anterior, henchidos de orgullo patrio. La foto de las Azores sigue molando. Se resalta as铆 la vocaci贸n universal de Espa帽a, pero no en cooperaci贸n o solidaridad internacional, cuyas partidas han sufrido brutales recortes, sino en el de sus aguerridas “misiones de paz”. Otras fuerzas, sin llegar a eso, presumen de fichajes estrellados de 煤ltima generaci贸n pase谩ndolos por dependencias congresuales y tertulias. Se aplaude incluso la construcci贸n de fragatas destinadas a la satrap铆a de Arabia Saud铆, porque eso crea puestos de trabajo y, como ya se sabe, lo social es prioridad prioritaria.
Una ventaja de ser independentista vasco es que hablar de ej茅rcitos propios en un pa铆s tan peque帽o mueve a risa. Seg煤n las estad铆sticas, el orgullo militar y la vocaci贸n castrense en nuestro pueblo alcanza las cotas m谩s bajas del Estado. Quiz谩s por ello Euskal Herria fue en su d铆a capital mundial de la insumisi贸n. Demos pues continuidad a todas las luchas pasadas, trabajando por una Euskal Herria sin ej茅rcito y desmilitarizada. ¡Que se vayan!