OPINI脫N de Xavier Ca帽o Tamayo.- Si democracia es el gobierno del pueblo (demos), plutocracia es el de los m谩s ricos (ploutos). Esta sencilla aclaraci贸n etimol贸gica permite decir hoy con toda justicia, a la vista de los hechos de los 煤ltimos a帽os, que esta Uni贸n Europea est谩 descaradamente al servicio de la minor铆a que detenta el poder econ贸mico en Europa. Una sociedad gobernada o controlada por la minor铆a de los miembros m谩s ricos que apenas son unos cinco millones de personas. Contra m谩s de 500 millones.
Tan convencida afirmaci贸n proviene del conocimiento de que la 煤ltima de la Comisi贸n Europea es excluir a los parlamentos nacionales de la aceptaci贸n o no de los tratados comerciales bilaterales que se negocien. Tratados comerciales cuya aplicaci贸n causa a la ciudadan铆a graves problemas de atenci贸n a la salud, reducci贸n de derechos laborales y agresiones al medio ambiente entre otras consecuencias muy negativas. Pero permite aumentar m谩s los beneficios de corporaciones y multinacionales.
A esta Uni贸n Europea le sobra la democracia y la esquiva, manipula o suprime en cuanto puede. Buena muestra de eso es ver quien manda en la UE. Manda la Comisi贸n Europea que no es el resultado de una mayor铆a parlamentaria democr谩ticamente elegida sino de acuerdos y chanchullos de los gobiernos de la eurozona, con especial influencia de los de los pa铆ses m谩s ricos, como Alemania o Francia. Pero de elecci贸n democr谩tica, nada.
M谩s muestras de plutocracia. En 2004 se puso a votaci贸n la Constituci贸n Europea y fue rechazada por las ciudadan铆as de Francia y Holanda, pero no se inici贸 despu茅s un debate para elaborar otra Constituci贸n o corregir los desacuerdos de la primera. No. El 13 de diciembre de 2007 la Comisi贸n Europea aprob贸 el Tratado de Lisboa en esa ciudad para sustituir la Constituci贸n europea rechazada. La Comisi贸n Europea se pas贸 por el forro el rechazo electoral de las ciudadan铆as francesa y holandesa y, si no quieres caldo, dos tazas. Habr谩 la Constituci贸n que queramos y la llamamos Tratado de Lisboa.
Hay dos frentes fundamentales que muestran el establecimiento de la plutocracia en la Uni贸n Europea: la fiscalidad (los impuestos que se pagan o dejan de pagar), y los acuerdos bilaterales comerciales y de inversi贸n. Ambos de gran repercusi贸n en las vidas de los europeos y europeas de a pie, de la inmensa mayor铆a ciudadana.
Ahora la Comisi贸n Europea propone dividir los acuerdos bilaterales de comercio e inversi贸n para evitar el veto de los parlamentos, como sucedi贸 en Valonia cuando esa regi贸n belga aut贸noma rechaz贸 al acuerdo comercial de la UE con Canad谩 porque vulneraba gravemente los derechos humanos de la ciudadan铆a. Valonia vot贸 en contra porque ese tratado deterioraba los servicios p煤blicos, perjudicaba la agricultura y violaba derechos laborales. De las consecuencias perjudiciales de esos tratados bilaterales para le gente com煤n supo la ciudadan铆a al conocer el contenido de tratados como el TTIP de la UE con EEUU.
El nuevo plan de la Comisi贸n Europea es negociar acuerdos comerciales s贸lo de competencias exclusivas de la UE y separar los acuerdos de inversi贸n. As铆 los acuerdos comerciales entrar铆an en vigor sin intervenir los parlamentos nacionales y regionales. Quieren aplicar ese m茅todo en la negociaci贸n de acuerdos bilaterales de la UE con Australia y Nueva Zelanda.
Otro frente en el que la minor铆a rica ha desplegado una gran ofensiva (tan importante como lo fue militarmente el desembarco en Normand铆a) es el de los impuestos. Impuestos que las grandes empresas y grandes fortunas evaden o eluden. As铆 los grandes beneficios de las multinacionales viajan de Francia, Italia, Alemania, Reino Unido o Espa帽a a Irlanda (12% de impuesto m谩ximo de sociedades). De Irlanda se desv铆an a Holanda (1% de tasa) y de Holanda van a parar a las islas V铆rgenes o a Delaware en EEUU, donde sencillamente no pagan impuestos. Por eso es posible, por ejemplo, que en Reino Unido, en 2005 y 2006, 466 grandes empresas de las 700 mayores del pa铆s pagaran solo 15 millones de libras de impuestos por beneficios. Las 436 restantes no pagaron nada, aunque tuvieron beneficios.
Como denunci贸 el Nobel de econom铆a Stiglitz hace a帽os, los ricos usan su dinero para asegurarse pol铆ticas, medidas y ventajas fiscales que les permitan ser m谩s ricos. Por esa raz贸n algunos estados de la Uni贸n Europea (con especial relevancia de Luxemburgo) han firmado cientos de acuerdos con corporaciones y multinacionales para que paguen muchos menos impuestos de los que debieran. Por eso es adecuado decir que estamos en una plutocracia, una sociedad donde dominan los ricos aunque sean muy pocos.
Hace doce a帽os, antes de la crisis, escrib铆 en este blog que tras tantos a帽os, vicisitudes, ret贸ricas hueras y fuego de artificios para ocultar lo que ocurr铆a y las intenciones reales de los poderosos, se cumpl铆an otra vez los an谩lisis y conclusiones de Marx. Una minor铆a muy minoritaria obtiene como sea el m谩ximo beneficio de la mayor铆a depred谩ndola, explotando a la mayor铆a. Como reconoci贸 Warren Buffett (uno de los seis hombres m谩s ricos del mundo) a un periodista de The Wall Street Journal al estallar la crisis: “claro que hay lucha de clases y es mi clase, la de los ricos, la que gana”.
Habr谩 que hacer algo y dar la vuelta a la situaci贸n.
Tan convencida afirmaci贸n proviene del conocimiento de que la 煤ltima de la Comisi贸n Europea es excluir a los parlamentos nacionales de la aceptaci贸n o no de los tratados comerciales bilaterales que se negocien. Tratados comerciales cuya aplicaci贸n causa a la ciudadan铆a graves problemas de atenci贸n a la salud, reducci贸n de derechos laborales y agresiones al medio ambiente entre otras consecuencias muy negativas. Pero permite aumentar m谩s los beneficios de corporaciones y multinacionales.
A esta Uni贸n Europea le sobra la democracia y la esquiva, manipula o suprime en cuanto puede. Buena muestra de eso es ver quien manda en la UE. Manda la Comisi贸n Europea que no es el resultado de una mayor铆a parlamentaria democr谩ticamente elegida sino de acuerdos y chanchullos de los gobiernos de la eurozona, con especial influencia de los de los pa铆ses m谩s ricos, como Alemania o Francia. Pero de elecci贸n democr谩tica, nada.
M谩s muestras de plutocracia. En 2004 se puso a votaci贸n la Constituci贸n Europea y fue rechazada por las ciudadan铆as de Francia y Holanda, pero no se inici贸 despu茅s un debate para elaborar otra Constituci贸n o corregir los desacuerdos de la primera. No. El 13 de diciembre de 2007 la Comisi贸n Europea aprob贸 el Tratado de Lisboa en esa ciudad para sustituir la Constituci贸n europea rechazada. La Comisi贸n Europea se pas贸 por el forro el rechazo electoral de las ciudadan铆as francesa y holandesa y, si no quieres caldo, dos tazas. Habr谩 la Constituci贸n que queramos y la llamamos Tratado de Lisboa.
Hay dos frentes fundamentales que muestran el establecimiento de la plutocracia en la Uni贸n Europea: la fiscalidad (los impuestos que se pagan o dejan de pagar), y los acuerdos bilaterales comerciales y de inversi贸n. Ambos de gran repercusi贸n en las vidas de los europeos y europeas de a pie, de la inmensa mayor铆a ciudadana.
Ahora la Comisi贸n Europea propone dividir los acuerdos bilaterales de comercio e inversi贸n para evitar el veto de los parlamentos, como sucedi贸 en Valonia cuando esa regi贸n belga aut贸noma rechaz贸 al acuerdo comercial de la UE con Canad谩 porque vulneraba gravemente los derechos humanos de la ciudadan铆a. Valonia vot贸 en contra porque ese tratado deterioraba los servicios p煤blicos, perjudicaba la agricultura y violaba derechos laborales. De las consecuencias perjudiciales de esos tratados bilaterales para le gente com煤n supo la ciudadan铆a al conocer el contenido de tratados como el TTIP de la UE con EEUU.
El nuevo plan de la Comisi贸n Europea es negociar acuerdos comerciales s贸lo de competencias exclusivas de la UE y separar los acuerdos de inversi贸n. As铆 los acuerdos comerciales entrar铆an en vigor sin intervenir los parlamentos nacionales y regionales. Quieren aplicar ese m茅todo en la negociaci贸n de acuerdos bilaterales de la UE con Australia y Nueva Zelanda.
Otro frente en el que la minor铆a rica ha desplegado una gran ofensiva (tan importante como lo fue militarmente el desembarco en Normand铆a) es el de los impuestos. Impuestos que las grandes empresas y grandes fortunas evaden o eluden. As铆 los grandes beneficios de las multinacionales viajan de Francia, Italia, Alemania, Reino Unido o Espa帽a a Irlanda (12% de impuesto m谩ximo de sociedades). De Irlanda se desv铆an a Holanda (1% de tasa) y de Holanda van a parar a las islas V铆rgenes o a Delaware en EEUU, donde sencillamente no pagan impuestos. Por eso es posible, por ejemplo, que en Reino Unido, en 2005 y 2006, 466 grandes empresas de las 700 mayores del pa铆s pagaran solo 15 millones de libras de impuestos por beneficios. Las 436 restantes no pagaron nada, aunque tuvieron beneficios.
Como denunci贸 el Nobel de econom铆a Stiglitz hace a帽os, los ricos usan su dinero para asegurarse pol铆ticas, medidas y ventajas fiscales que les permitan ser m谩s ricos. Por esa raz贸n algunos estados de la Uni贸n Europea (con especial relevancia de Luxemburgo) han firmado cientos de acuerdos con corporaciones y multinacionales para que paguen muchos menos impuestos de los que debieran. Por eso es adecuado decir que estamos en una plutocracia, una sociedad donde dominan los ricos aunque sean muy pocos.
Hace doce a帽os, antes de la crisis, escrib铆 en este blog que tras tantos a帽os, vicisitudes, ret贸ricas hueras y fuego de artificios para ocultar lo que ocurr铆a y las intenciones reales de los poderosos, se cumpl铆an otra vez los an谩lisis y conclusiones de Marx. Una minor铆a muy minoritaria obtiene como sea el m谩ximo beneficio de la mayor铆a depred谩ndola, explotando a la mayor铆a. Como reconoci贸 Warren Buffett (uno de los seis hombres m谩s ricos del mundo) a un periodista de The Wall Street Journal al estallar la crisis: “claro que hay lucha de clases y es mi clase, la de los ricos, la que gana”.
Habr谩 que hacer algo y dar la vuelta a la situaci贸n.