OPINI脫N de Andr茅s Sorel.- La violencia, en la Ley, en la pol铆tica, en los medios de comunicaci贸n, se impone cada vez con m谩s fuerza frente a la libertad. Un veneno inoculado a trav茅s de palabras y acciones t贸xicas que van incubando en las gentes el servilismo y la uniformidad. As铆 se termina con la diferencia, con la racionalidad, incluso con el lenguaje y la civilizaci贸n que basada en la raz贸n buscaba la belleza y la igualdad dentro de las diferencias humanas.
Cuando vemos a los ciudadanos envolverse en las banderas nos echamos a temblar: unos trapos de colores amordazan e impiden los pensamientos y los di谩logos. Se acompa帽an de gritos, manos alzadas, aplausos y odios a los que rechazan incrustarse en los reba帽os que conforman la multitud. Me da igual fuera en la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, la Espa帽a de Franco, o sus secuelas en los movimientos de las ultraderechas europeas, en los Estados Unidos de toda su existencia, en la Catalu帽a de nuestros d铆as. Los t茅rminos nacionalismo, patria, son los que m谩s da帽os han causado a la historia de la humanidad y a la propia libertad.
Internet es el 煤ltimo dogmatismo religioso, multicultural, que unifica a las multitudes y destruye en gran medida la libertad de pensar, ser diferente, tener opini贸n propia, participar reflexivamente en debates filos贸ficos o humanos, profundos, y en los que frente al seguidismo y fanatismo se impongan las dudas y los razonamientos. Interpretar, comprender, dialogar, aceptar como norma de cultura el respeto al que piensa de modo diferente al nuestro…
Hace casi cien a帽os escrib铆a Kafka:
Los hombres se esconden del tiempo tras las palabras y las ideas gastadas. Por eso la verborrea es el baluarte m谩s fuerte del mal. Es el conservante m谩s duradero de todas las estupideces.
Y, podemos a帽adir: es el poder m谩s destructor de la libertad. ¿Y d贸nde nos lleva? regresamos a Kafka:
El hombre es un residuo de la historia cuya insuficiente capacidad pronto ser谩 reemplazada por aut贸matas, cuya mente no permite dificultades.
El acoso para destruir la libertad comenz贸 con las religiones y sus catecismos. Entre sus 茅pocas m谩s destructoras pueden se帽alarse, entre otras, la Inquisici贸n en lo que ata帽e al cristianismo, y en nuestros d铆as por el clero musulm谩n y su pr茅dica en m煤ltiples lugares para fanatizar a los que convierten en esclavos de Al谩 e incluso a los terroristas a su servicio. Crean el monolitismo ideol贸gico y el terrorismo, ayer y hoy, que comienza practic谩ndose en su propia poblaci贸n. Primero la alienan, religiosamente, condenan la libertad de pensar y luego aplican determinadas leyes, como si fueran prof茅ticas para mantenerla sumisa. Castigos corporales, torturas y hasta penas de muerte condenan a quienes no se ajustan a sus preceptos dogm谩ticos. Y terminan buscando su expansi贸n en los militantes fieles al Dios de turno.
Habr铆a que desmontar todo ese tinglado religioso pol铆tico que ha sido utilizado al tiempo por la corrupci贸n e imperialismo de Occidente, tanto en su expansi贸n econ贸mica e imposiciones comerciales, como en los m茅todos b茅licos que emplea para apoderarse de las riquezas de los pueblos sometidos.
E impedir la expansi贸n terrorista de los soldados de Al谩 en los pa铆ses extranjeros debiera aunarse a la posibilidad de liberar a sus pueblos de las dictaduras f茅rreas a .que est谩n sujetos. Las mujeres son, por otra parte, sus mayores v铆ctimas.
La Biblia y el Cor谩n – no en sus bellos aspectos literarios, sino en la interpretaci贸n de sus pr茅dicas m谩s fan谩ticas- son manipulados por las teocracias de naciones que van de la Arabia Saudita a los Estados Unidos de Trump, inductores del terrorismo mundial y de los atentados y guerras genocidas que sacuden pa铆ses como Libia, Siria, Afganist谩n y asolan sus libertades.
La palabra, que es fundamento de la libertad humana, es actualmente la m谩s afectada por el dogmatismo terrorista, pol铆tico, religioso y medi谩tico.
Ya en 1953 Herbert Marcuse escribi贸:
La interpretaci贸n del progreso parece estar ligada con la intensificaci贸n de la falta de libertad. Somos humanos porque tenemos lenguaje, pensamiento y libertad.
Por desgracia, cada vez m谩s, un capitalismo corrupto y destructor no se contenta con destruir la naturaleza, que es a su vez la 煤nica casa que tiene el ser humano, tambi茅n quiere anular el pensamiento, el lenguaje y la libertad.
Cada vez m谩s se empobrece y destruye el lenguaje. Precisamos romper las rejas que lo constri帽e y encarcela y no aceptar los dioses siempre virtuales creados por los hombres, sean b铆blicos o tecnocr谩ticos, para que los pueblos se sometan a sus leyes, sino comprometernos con el conocimiento, la belleza y la raz贸n, espina dorsal de la libertad. No olvidemos que hoy gran parte de los medios de comunicaci贸n contribuyen, con su poder real, a que pol铆ticos, e incluso terroristas, se sirvan de ellos para atentar contra la propia libertad.
Y aunque se refiera a Alemania, podemos extrapolar la frase al mundo entero, no me resigno a dar esta cita de uno de os grandes poetas de todos los tiempos, H枚lderlin, cuando escribe:
B谩rbaros desde tiempos inmemoriales que se tornan m谩s b谩rbaros a fuerza de aplicaci贸n, ciencia, e incluso, religi贸n.
Por desgracia, la historia del ser humano, que buscaba crear una civilizaci贸n de progreso humano, se encontr贸 desde sus inicios la r茅plica a sus avances de leyes represivas, religiosas y pol铆ticas, que desde sus leyes represoras y preceptos fan谩ticos, alentaban los fundamentalismos y con ellos las guerras y los genocidios, y conducen hoy a trav茅s de la civilizaci贸n virtual a la uniformidad y destrucci贸n del pensamiento, mientras imponen el silencio, la exclusi贸n o la penalizaci贸n de los disidentes y cr铆ticos.
Cuando vemos a los ciudadanos envolverse en las banderas nos echamos a temblar: unos trapos de colores amordazan e impiden los pensamientos y los di谩logos. Se acompa帽an de gritos, manos alzadas, aplausos y odios a los que rechazan incrustarse en los reba帽os que conforman la multitud. Me da igual fuera en la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, la Espa帽a de Franco, o sus secuelas en los movimientos de las ultraderechas europeas, en los Estados Unidos de toda su existencia, en la Catalu帽a de nuestros d铆as. Los t茅rminos nacionalismo, patria, son los que m谩s da帽os han causado a la historia de la humanidad y a la propia libertad.
Internet es el 煤ltimo dogmatismo religioso, multicultural, que unifica a las multitudes y destruye en gran medida la libertad de pensar, ser diferente, tener opini贸n propia, participar reflexivamente en debates filos贸ficos o humanos, profundos, y en los que frente al seguidismo y fanatismo se impongan las dudas y los razonamientos. Interpretar, comprender, dialogar, aceptar como norma de cultura el respeto al que piensa de modo diferente al nuestro…
Hace casi cien a帽os escrib铆a Kafka:
Los hombres se esconden del tiempo tras las palabras y las ideas gastadas. Por eso la verborrea es el baluarte m谩s fuerte del mal. Es el conservante m谩s duradero de todas las estupideces.
Y, podemos a帽adir: es el poder m谩s destructor de la libertad. ¿Y d贸nde nos lleva? regresamos a Kafka:
El hombre es un residuo de la historia cuya insuficiente capacidad pronto ser谩 reemplazada por aut贸matas, cuya mente no permite dificultades.
El acoso para destruir la libertad comenz贸 con las religiones y sus catecismos. Entre sus 茅pocas m谩s destructoras pueden se帽alarse, entre otras, la Inquisici贸n en lo que ata帽e al cristianismo, y en nuestros d铆as por el clero musulm谩n y su pr茅dica en m煤ltiples lugares para fanatizar a los que convierten en esclavos de Al谩 e incluso a los terroristas a su servicio. Crean el monolitismo ideol贸gico y el terrorismo, ayer y hoy, que comienza practic谩ndose en su propia poblaci贸n. Primero la alienan, religiosamente, condenan la libertad de pensar y luego aplican determinadas leyes, como si fueran prof茅ticas para mantenerla sumisa. Castigos corporales, torturas y hasta penas de muerte condenan a quienes no se ajustan a sus preceptos dogm谩ticos. Y terminan buscando su expansi贸n en los militantes fieles al Dios de turno.
Habr铆a que desmontar todo ese tinglado religioso pol铆tico que ha sido utilizado al tiempo por la corrupci贸n e imperialismo de Occidente, tanto en su expansi贸n econ贸mica e imposiciones comerciales, como en los m茅todos b茅licos que emplea para apoderarse de las riquezas de los pueblos sometidos.
E impedir la expansi贸n terrorista de los soldados de Al谩 en los pa铆ses extranjeros debiera aunarse a la posibilidad de liberar a sus pueblos de las dictaduras f茅rreas a .que est谩n sujetos. Las mujeres son, por otra parte, sus mayores v铆ctimas.
La Biblia y el Cor谩n – no en sus bellos aspectos literarios, sino en la interpretaci贸n de sus pr茅dicas m谩s fan谩ticas- son manipulados por las teocracias de naciones que van de la Arabia Saudita a los Estados Unidos de Trump, inductores del terrorismo mundial y de los atentados y guerras genocidas que sacuden pa铆ses como Libia, Siria, Afganist谩n y asolan sus libertades.
La palabra, que es fundamento de la libertad humana, es actualmente la m谩s afectada por el dogmatismo terrorista, pol铆tico, religioso y medi谩tico.
Ya en 1953 Herbert Marcuse escribi贸:
La interpretaci贸n del progreso parece estar ligada con la intensificaci贸n de la falta de libertad. Somos humanos porque tenemos lenguaje, pensamiento y libertad.
Por desgracia, cada vez m谩s, un capitalismo corrupto y destructor no se contenta con destruir la naturaleza, que es a su vez la 煤nica casa que tiene el ser humano, tambi茅n quiere anular el pensamiento, el lenguaje y la libertad.
Cada vez m谩s se empobrece y destruye el lenguaje. Precisamos romper las rejas que lo constri帽e y encarcela y no aceptar los dioses siempre virtuales creados por los hombres, sean b铆blicos o tecnocr谩ticos, para que los pueblos se sometan a sus leyes, sino comprometernos con el conocimiento, la belleza y la raz贸n, espina dorsal de la libertad. No olvidemos que hoy gran parte de los medios de comunicaci贸n contribuyen, con su poder real, a que pol铆ticos, e incluso terroristas, se sirvan de ellos para atentar contra la propia libertad.
Y aunque se refiera a Alemania, podemos extrapolar la frase al mundo entero, no me resigno a dar esta cita de uno de os grandes poetas de todos los tiempos, H枚lderlin, cuando escribe:
B谩rbaros desde tiempos inmemoriales que se tornan m谩s b谩rbaros a fuerza de aplicaci贸n, ciencia, e incluso, religi贸n.
Por desgracia, la historia del ser humano, que buscaba crear una civilizaci贸n de progreso humano, se encontr贸 desde sus inicios la r茅plica a sus avances de leyes represivas, religiosas y pol铆ticas, que desde sus leyes represoras y preceptos fan谩ticos, alentaban los fundamentalismos y con ellos las guerras y los genocidios, y conducen hoy a trav茅s de la civilizaci贸n virtual a la uniformidad y destrucci贸n del pensamiento, mientras imponen el silencio, la exclusi贸n o la penalizaci贸n de los disidentes y cr铆ticos.