OPINI脫N de Xavier Ca帽o Tamayo.- Llevamos todo un trimestre con una agitaci贸n pol铆tica y medi谩tica que no cesa a prop贸sito del conato (que en realidad no fue) de proclamar el se帽or Puigdemont, la independencia de Catalu帽a. Y ah铆 cabe alguna precisi贸n que otra sobre la verdadera entidad del conflicto (que haberlo, haylo).
La crisis en Catalu帽a se ha utilizado tambi茅n para que muchas noticias relevantes que ten铆an que haber alterado 谩nimos ciudadanos hayan pasado como si no hubieran sido. Por ejemplo, el final del juicio del caso G眉rtel, en el que, seg煤n concluy贸 la fiscal anti-corrupci贸n, Concepci贸n Sabadell, “ha quedado abrumadora y plenamente acreditada la existencia de la caja B del PP” que financi贸 al partido. Una caja B que acumulaba el importe de las comisiones il铆citas al Partido Popular por adjudicar obra p煤blica y contratos tambi茅n p煤blicos
Tambi茅n caso G眉rtel, poco ha destacado que el inspector-jefe, Manuel Morocho, de la Unidad de Delincuencia Econ贸mica y Fiscal (UDEF) que dirigi贸 la investigaci贸n de la trama G眉rtel , haya declarado que hubo presiones y querellas contra la UDEF para frenar la investigaci贸n, que la financiaci贸n irregular del PP es “corrupci贸n en estado puro” y que dirigentes como Mariano Rajoy cobraron sobresueldos en negro.
Sorprendentemente (o no) esa noticia no ha salido en las portadas del Pa铆s, ni de ABC, ni de El Mundo, ni de La Raz贸n ni, por supuesto, en los sumarios de los telediarios de TVE. Los titulares han sido mayoritariamente sobre y contra los independentistas catalanes.
Tampoco ha destacado la prensa que la Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado reabrir las investigaciones contra el ex-vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato por presunto blanqueo de dinero, por haber creado “sociedades en el extranjero para defraudar a la Hacienda P煤blica“.
Y no se ha visto bastante que Alberto Ruiz Gallard贸n est谩 imputado por prevaricaci贸n y falsedad documental en el supuesto y delictivo “desv铆o de fondos” para comprar una filial latinoamericana del Canal Isabel II.
Entre otras cosas tampoco ha destacado de modo suficiente (que debiera) que el Gobierno Rajoy reduce por tercer a帽o consecutivo la inversi贸n en Sanidad, Educaci贸n y Protecci贸n Social, mientras la deuda p煤blica alcanza el bill贸n de euros. Tampoco se ha destacado que el gobierno Rajoy ha tirado a un caj贸n la muy necesaria ley de reforma hipotecaria que hab铆a de acabar con el aumento de desahucios injustos sin alternativa para la gente desahuciada.
Pero tal vez lo peor sea que ministros de Rajoy admitan que se podr铆an devolver competencias auton贸micas al gobierno central en la comisi贸n de reforma constitucional del Congreso. Esos ministros han propuesto una regresi贸n auton贸mica como opci贸n aceptable. Que por ah铆 van los tiros lo demuestra la declaraci贸n del ministro de Justicia, Catal谩, al decir que “algunas pol铆ticas, que tuvieron sentido quiz谩s en un momento inicial de consolidaci贸n del Estado de las autonom铆as, ahora manifiestan disfunciones disonantes“. Mientras la ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, defiende que “se puede reformar en un sentido o en otro“. Lo que suena fatal y apesta a desp贸tico.
Al final resultar谩 que la derecha rancia, corrupta y autoritaria, directa heredera del franquismo, podr铆a salirse con la suya: volver de facto a un repugnante escenario franquista.
Pero solo ser谩 si se lo permitimos.
En tal situaci贸n, ante las cercanas elecciones catalanas, hay que empezar por pedir a los independentistas de ERC que, tras haber fastidiado tantas cosas con su ausencia de realismo pol铆tico, precipitaci贸n y p茅simo c谩lculo, olviden la DUI y fantas铆as semejantes. El objetivo del 21 de diciembre ha de ser una mayor铆a parlamentaria en Catalu帽a, pero no independentista sino radicalmente democr谩tica. Para vencer a los que se autodenominan ‘constitucionalistas‘ que no son m谩s que la derecha de siempre que solo acepta el sistema democr谩tico si mandan ellos.
Ese es el objetivo porque, entre otras razones , el enemigo de la ciudadan铆a y de la clase trabajadora catalana y de todo el Estado no es Espa帽a sino la clase dominante espa帽ola que, por cierto, todos estos a帽os se ha dado el pico con la clase dominante catalana hasta noviembre de 2014.
¿En qu茅 cabeza cabe un proceso pol铆tico en el que van de la mano los muy neoliberales y austericidas recortadores de presupuestos sociales del PdeCAT (antes CiU) con los que dicen ser anticapitalistas de la CUP?
Ahora toca poner en apuros al r茅gimen din谩stico bipartidista del 78, que a煤n respira y puede hacer mucho da帽o. Y las elecciones al Parlament de Catalunya es un buen modo de hacerlo.
La crisis en Catalu帽a se ha utilizado tambi茅n para que muchas noticias relevantes que ten铆an que haber alterado 谩nimos ciudadanos hayan pasado como si no hubieran sido. Por ejemplo, el final del juicio del caso G眉rtel, en el que, seg煤n concluy贸 la fiscal anti-corrupci贸n, Concepci贸n Sabadell, “ha quedado abrumadora y plenamente acreditada la existencia de la caja B del PP” que financi贸 al partido. Una caja B que acumulaba el importe de las comisiones il铆citas al Partido Popular por adjudicar obra p煤blica y contratos tambi茅n p煤blicos
Tambi茅n caso G眉rtel, poco ha destacado que el inspector-jefe, Manuel Morocho, de la Unidad de Delincuencia Econ贸mica y Fiscal (UDEF) que dirigi贸 la investigaci贸n de la trama G眉rtel , haya declarado que hubo presiones y querellas contra la UDEF para frenar la investigaci贸n, que la financiaci贸n irregular del PP es “corrupci贸n en estado puro” y que dirigentes como Mariano Rajoy cobraron sobresueldos en negro.
Sorprendentemente (o no) esa noticia no ha salido en las portadas del Pa铆s, ni de ABC, ni de El Mundo, ni de La Raz贸n ni, por supuesto, en los sumarios de los telediarios de TVE. Los titulares han sido mayoritariamente sobre y contra los independentistas catalanes.
Tampoco ha destacado la prensa que la Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado reabrir las investigaciones contra el ex-vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato por presunto blanqueo de dinero, por haber creado “sociedades en el extranjero para defraudar a la Hacienda P煤blica“.
Y no se ha visto bastante que Alberto Ruiz Gallard贸n est谩 imputado por prevaricaci贸n y falsedad documental en el supuesto y delictivo “desv铆o de fondos” para comprar una filial latinoamericana del Canal Isabel II.
Entre otras cosas tampoco ha destacado de modo suficiente (que debiera) que el Gobierno Rajoy reduce por tercer a帽o consecutivo la inversi贸n en Sanidad, Educaci贸n y Protecci贸n Social, mientras la deuda p煤blica alcanza el bill贸n de euros. Tampoco se ha destacado que el gobierno Rajoy ha tirado a un caj贸n la muy necesaria ley de reforma hipotecaria que hab铆a de acabar con el aumento de desahucios injustos sin alternativa para la gente desahuciada.
Pero tal vez lo peor sea que ministros de Rajoy admitan que se podr铆an devolver competencias auton贸micas al gobierno central en la comisi贸n de reforma constitucional del Congreso. Esos ministros han propuesto una regresi贸n auton贸mica como opci贸n aceptable. Que por ah铆 van los tiros lo demuestra la declaraci贸n del ministro de Justicia, Catal谩, al decir que “algunas pol铆ticas, que tuvieron sentido quiz谩s en un momento inicial de consolidaci贸n del Estado de las autonom铆as, ahora manifiestan disfunciones disonantes“. Mientras la ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, defiende que “se puede reformar en un sentido o en otro“. Lo que suena fatal y apesta a desp贸tico.
Al final resultar谩 que la derecha rancia, corrupta y autoritaria, directa heredera del franquismo, podr铆a salirse con la suya: volver de facto a un repugnante escenario franquista.
Pero solo ser谩 si se lo permitimos.
En tal situaci贸n, ante las cercanas elecciones catalanas, hay que empezar por pedir a los independentistas de ERC que, tras haber fastidiado tantas cosas con su ausencia de realismo pol铆tico, precipitaci贸n y p茅simo c谩lculo, olviden la DUI y fantas铆as semejantes. El objetivo del 21 de diciembre ha de ser una mayor铆a parlamentaria en Catalu帽a, pero no independentista sino radicalmente democr谩tica. Para vencer a los que se autodenominan ‘constitucionalistas‘ que no son m谩s que la derecha de siempre que solo acepta el sistema democr谩tico si mandan ellos.
Ese es el objetivo porque, entre otras razones , el enemigo de la ciudadan铆a y de la clase trabajadora catalana y de todo el Estado no es Espa帽a sino la clase dominante espa帽ola que, por cierto, todos estos a帽os se ha dado el pico con la clase dominante catalana hasta noviembre de 2014.
¿En qu茅 cabeza cabe un proceso pol铆tico en el que van de la mano los muy neoliberales y austericidas recortadores de presupuestos sociales del PdeCAT (antes CiU) con los que dicen ser anticapitalistas de la CUP?
Ahora toca poner en apuros al r茅gimen din谩stico bipartidista del 78, que a煤n respira y puede hacer mucho da帽o. Y las elecciones al Parlament de Catalunya es un buen modo de hacerlo.