OPINI脫N de Emilio Cafassi.- Las im谩genes resultan dantescas. Como con creciente frecuencia se verifica en la Argentina de Macri, aunque la barbarie armada no resulte exclusiva de este pa铆s austral. Represi贸n indiscriminada, amedrentamiento, vallados y violencia f铆sica y simb贸lica, adem谩s de judicializaci贸n de la protesta. La plutocracia que gan贸 el poder pol铆tico hace ya dos a帽os no repara en el uso de la fuerza sobre cuerpos, conquistas sociales o derechos. Act煤a como una empresa de demolici贸n social organizada por gerencias llamadas ministerios a cargo de CEOs de grandes empresas y apellidos patricios. Nuevos y viejos ricos se apoltronan en la c煤spide de un poder desde el que ordenan toda clase de esfuerzos y castigos sobre los estratos sociales m谩s vulnerables, como se帽ores de un feudo. La violencia del jueves pasado comenz贸 con el blindaje militar del Congreso ante el adelantamiento de una sesi贸n de la c谩mara de diputados para discutir una ley de reforma previsional.
Reforma es el eufemismo con el que se encubre un inmenso ajuste sobre un sector de la poblaci贸n m谩s necesitada e indefensa: los jubilados y pensionados, cuya desposesi贸n tiene una larga historia que intentar茅 sintetizar. En 1958 el gobierno de Frondizi sanciona una ley que establece el 82% m贸vil para jubilaciones y pensiones, aunque sin contemplar un aumento en los aportes al sistema, lo que lo llev贸 a la ruina en 5 a帽os, desatando una ola de juicios. La dictadura de Ongan铆a declara en 1966 la inembargabilidad de los fondos haciendo inaplicables las sentencias judiciales. Un a帽os despu茅s la misma dictadura flexibiliza el c谩lculo de los haberes jubilatorios hacia la baja poniendo el 82% como tope, no como piso. Tambi茅n el gobierno de Alfons铆n, a trav茅s de un decreto suspende la ejecuci贸n de sentencias judiciales por haberes mal liquidados, adem谩s de modificar nuevamente las escalas de c谩lculo de las jubilaciones ordinarias. En 1994, bajo la presidencia del tambi茅n derechista Carlos Menem buena parte de los recursos pasaron a ser administrados por el sistema financiero privado de capitalizaci贸n individual llamado AFJP, que adem谩s de cobrar suculentas comisiones invert铆an los fondos en activos dudosos en favor de las empresas receptoras. El gobierno de De la Rua que lo sucedi贸 recort贸 13% los salarios estatales adem谩s de las jubilaciones y pensiones. Durante el kirchnerismo se logr贸 cierta recuperaci贸n eliminando la estafa de las AFJP y declarando una moratoria que permiti贸 incluir a tres millones de jubilados carentes de aportes suficientes. Sin embargo, cuando la oposici贸n -buena parte de los actuales oficialistas- sancion贸 una ley que restitu铆a el hist贸rico 82% m贸vil del ´58 -presumiblemente por razones exclusivamente demag贸gicas y electorales- fue anulada por la Presidente Kirchner apelando al vergonzoso instituto del veto. De este modo las jubilaciones y pensiones se actualizan dos veces por a帽o (la inflaci贸n en Argentina es de varias decenas porcentuales desde hace m谩s de una d茅cada) mediante un c谩lculo que no guarda necesaria relaci贸n con el salario del trabajador activo. La reforma que propone Macri consiste en una modificaci贸n del c谩lculo de las actualizaciones bianuales que de hecho producir铆a una inmensa transferencia de ingresos desde la poblaci贸n anciana hacia el Estado del orden de los 100.000 millones de pesos (casi 6.000 millones de d贸lares) anuales con el fin de reducir el d茅ficit fiscal producto de la espiral de endeudamiento nacional e internacional que pas贸 a contraer el pa铆s durante los dos 煤ltimos a帽os.
La alianza gobernante “Cambiemos” no est谩 lejos de contar con mayor铆a parlamentaria propia, pero no le alcanza por s铆 misma. Requiere para ello apoyos extra partidarios o al menos quorum para sesionar y aprobar sus iniciativas ante una oposici贸n fragmentada y oportunista. Para ello, utiliz贸 en este caso diversas t谩cticas. Por un lado, chantajea a los gobernadores provinciales con retacearle los fondos coparticipables o eventuales cr茅ditos, lo que a la vez se traslada como presi贸n a los legisladores de cada provincia. En otros t茅rminos contin煤a la din谩mica de putrefacci贸n de las pr谩cticas pol铆ticas y la degradaci贸n institucional que todos sus antecesores, sin excepci贸n, fueron produciendo. Por otro, recurre a la represi贸n f铆sica de toda protesta social y hasta a la agresi贸n a los legisladores opositores que intentaban ingresar al congreso. Por caso, a una diputada le fue lanzado gas pimienta en los ojos desde cent铆metros cuando, carnet en mano, intentaba que las fuerzas de seguridad le abrieran paso hacia el recinto. Hay varios legisladores lastimados por golpes y palazos de las fuerzas represivas, adem谩s de reporteros gr谩ficos alcanzados por balas de goma. Al momento de escribir estas l铆neas hay 40 detenidos a disposici贸n del mismo juez que solicit贸 el desafuero y prisi贸n preventiva de la ex presidenta por “traici贸n a la patria”, un delito cuyo 煤nico antecedente es el de un militar en el a帽o 1938 en ocasi贸n de la guerra entre Bolivia y Paraguay. El congreso fue sitiado por miles de efectivos de diversas fuerzas represivas, carros de asalto, hidrantes, patrulleros y motos. Al interior, intent贸 adem谩s aprovechar la confusi贸n y el griter铆o, sentando un par de empleados en las bancas, t谩ctica ya utilizada por otras fuerzas previamente, ya que el quorum se cuenta electr贸nicamente con sensores de peso en el asiento de cada legislador. Incre铆ble para el mundo, pero factible para esta Argentina que hab铆a ya bautizado a los sustitutos: “diputruchos”. Ante el fracaso de la sesi贸n, se cierne la amenaza de aplicar el recorte por decreto.
Este episodio represivo es un eslab贸n m谩s en la cadena de respuestas militarizadas cada vez m谩s violentas y amenazantes ante la protesta social que en el caso del conflicto con la comunidad mapuche ya se cobr贸 dos muertos, uno de ellos baleado por la espalda. Sin embargo, no es 煤nico punto de apoyo de la ofensiva del capital lidera el gobierno de Macri. La represi贸n se combina con una manipulaci贸n grotesca de la justicia apoyada por una estrategia comunicacional del oligopolio medi谩tico privado. Las prisiones preventivas (es decir sin proceso y sentencia) se dictan a discreci贸n y se apoyan y justifican en el sensacionalismo medi谩tico. La corte suprema de justicia intent贸 ser ampliada por decreto al iniciar el mandato y como si esto no bastara para sospechar de la maniobra, los mismos jueces fueron ratificados meses despu茅s por el senado. Hasta la Procuraci贸n General de la Naci贸n fue desarticulada.
¿C贸mo explicar entonces el 茅xito electoral que acaba de cosechar hace tan solo un par de meses? Siendo multicausal es ineludible incorporar el an谩lisis de la degradaci贸n institucional y la corrupci贸n del gobierno precedente, suficientemente difundidos y amplificados medi谩ticamente, que le otorgan una cierta verosimilitud a la discursividad judicializante. La recurrente imposibilidad argentina de construir una fuerza de izquierda y progresista honesta y distante de oportunismos, personalismos y fragmentaciones es la principal causante de la entronizaci贸n de esta nueva derecha en el poder. La utilizaci贸n kirchnerista de proporcionales metodolog铆as e intenciones, aunque en una direcci贸n algo m谩s sensible ante los padecimientos populares y la contenci贸n de la voracidad del capital, contribuye a naturalizar una concepci贸n de la pol铆tica como lodazal donde todos se revuelcan por igual. M谩s all谩 de los lineamientos econ贸mico-sociales de cada gobierno, cuya valoraci贸n no pretendo minimizar, es la esfera institucional la que viene sufriendo desde hace d茅cadas una creciente descomposici贸n que el macrismo no hace sino profundizar.
Para agravar a煤n m谩s la situaci贸n, a su avidez por las desigualdades, su racismo y desprecio institucional, incorpor贸 un nuevo anhelo: sangre.
Reforma es el eufemismo con el que se encubre un inmenso ajuste sobre un sector de la poblaci贸n m谩s necesitada e indefensa: los jubilados y pensionados, cuya desposesi贸n tiene una larga historia que intentar茅 sintetizar. En 1958 el gobierno de Frondizi sanciona una ley que establece el 82% m贸vil para jubilaciones y pensiones, aunque sin contemplar un aumento en los aportes al sistema, lo que lo llev贸 a la ruina en 5 a帽os, desatando una ola de juicios. La dictadura de Ongan铆a declara en 1966 la inembargabilidad de los fondos haciendo inaplicables las sentencias judiciales. Un a帽os despu茅s la misma dictadura flexibiliza el c谩lculo de los haberes jubilatorios hacia la baja poniendo el 82% como tope, no como piso. Tambi茅n el gobierno de Alfons铆n, a trav茅s de un decreto suspende la ejecuci贸n de sentencias judiciales por haberes mal liquidados, adem谩s de modificar nuevamente las escalas de c谩lculo de las jubilaciones ordinarias. En 1994, bajo la presidencia del tambi茅n derechista Carlos Menem buena parte de los recursos pasaron a ser administrados por el sistema financiero privado de capitalizaci贸n individual llamado AFJP, que adem谩s de cobrar suculentas comisiones invert铆an los fondos en activos dudosos en favor de las empresas receptoras. El gobierno de De la Rua que lo sucedi贸 recort贸 13% los salarios estatales adem谩s de las jubilaciones y pensiones. Durante el kirchnerismo se logr贸 cierta recuperaci贸n eliminando la estafa de las AFJP y declarando una moratoria que permiti贸 incluir a tres millones de jubilados carentes de aportes suficientes. Sin embargo, cuando la oposici贸n -buena parte de los actuales oficialistas- sancion贸 una ley que restitu铆a el hist贸rico 82% m贸vil del ´58 -presumiblemente por razones exclusivamente demag贸gicas y electorales- fue anulada por la Presidente Kirchner apelando al vergonzoso instituto del veto. De este modo las jubilaciones y pensiones se actualizan dos veces por a帽o (la inflaci贸n en Argentina es de varias decenas porcentuales desde hace m谩s de una d茅cada) mediante un c谩lculo que no guarda necesaria relaci贸n con el salario del trabajador activo. La reforma que propone Macri consiste en una modificaci贸n del c谩lculo de las actualizaciones bianuales que de hecho producir铆a una inmensa transferencia de ingresos desde la poblaci贸n anciana hacia el Estado del orden de los 100.000 millones de pesos (casi 6.000 millones de d贸lares) anuales con el fin de reducir el d茅ficit fiscal producto de la espiral de endeudamiento nacional e internacional que pas贸 a contraer el pa铆s durante los dos 煤ltimos a帽os.
La alianza gobernante “Cambiemos” no est谩 lejos de contar con mayor铆a parlamentaria propia, pero no le alcanza por s铆 misma. Requiere para ello apoyos extra partidarios o al menos quorum para sesionar y aprobar sus iniciativas ante una oposici贸n fragmentada y oportunista. Para ello, utiliz贸 en este caso diversas t谩cticas. Por un lado, chantajea a los gobernadores provinciales con retacearle los fondos coparticipables o eventuales cr茅ditos, lo que a la vez se traslada como presi贸n a los legisladores de cada provincia. En otros t茅rminos contin煤a la din谩mica de putrefacci贸n de las pr谩cticas pol铆ticas y la degradaci贸n institucional que todos sus antecesores, sin excepci贸n, fueron produciendo. Por otro, recurre a la represi贸n f铆sica de toda protesta social y hasta a la agresi贸n a los legisladores opositores que intentaban ingresar al congreso. Por caso, a una diputada le fue lanzado gas pimienta en los ojos desde cent铆metros cuando, carnet en mano, intentaba que las fuerzas de seguridad le abrieran paso hacia el recinto. Hay varios legisladores lastimados por golpes y palazos de las fuerzas represivas, adem谩s de reporteros gr谩ficos alcanzados por balas de goma. Al momento de escribir estas l铆neas hay 40 detenidos a disposici贸n del mismo juez que solicit贸 el desafuero y prisi贸n preventiva de la ex presidenta por “traici贸n a la patria”, un delito cuyo 煤nico antecedente es el de un militar en el a帽o 1938 en ocasi贸n de la guerra entre Bolivia y Paraguay. El congreso fue sitiado por miles de efectivos de diversas fuerzas represivas, carros de asalto, hidrantes, patrulleros y motos. Al interior, intent贸 adem谩s aprovechar la confusi贸n y el griter铆o, sentando un par de empleados en las bancas, t谩ctica ya utilizada por otras fuerzas previamente, ya que el quorum se cuenta electr贸nicamente con sensores de peso en el asiento de cada legislador. Incre铆ble para el mundo, pero factible para esta Argentina que hab铆a ya bautizado a los sustitutos: “diputruchos”. Ante el fracaso de la sesi贸n, se cierne la amenaza de aplicar el recorte por decreto.
Este episodio represivo es un eslab贸n m谩s en la cadena de respuestas militarizadas cada vez m谩s violentas y amenazantes ante la protesta social que en el caso del conflicto con la comunidad mapuche ya se cobr贸 dos muertos, uno de ellos baleado por la espalda. Sin embargo, no es 煤nico punto de apoyo de la ofensiva del capital lidera el gobierno de Macri. La represi贸n se combina con una manipulaci贸n grotesca de la justicia apoyada por una estrategia comunicacional del oligopolio medi谩tico privado. Las prisiones preventivas (es decir sin proceso y sentencia) se dictan a discreci贸n y se apoyan y justifican en el sensacionalismo medi谩tico. La corte suprema de justicia intent贸 ser ampliada por decreto al iniciar el mandato y como si esto no bastara para sospechar de la maniobra, los mismos jueces fueron ratificados meses despu茅s por el senado. Hasta la Procuraci贸n General de la Naci贸n fue desarticulada.
¿C贸mo explicar entonces el 茅xito electoral que acaba de cosechar hace tan solo un par de meses? Siendo multicausal es ineludible incorporar el an谩lisis de la degradaci贸n institucional y la corrupci贸n del gobierno precedente, suficientemente difundidos y amplificados medi谩ticamente, que le otorgan una cierta verosimilitud a la discursividad judicializante. La recurrente imposibilidad argentina de construir una fuerza de izquierda y progresista honesta y distante de oportunismos, personalismos y fragmentaciones es la principal causante de la entronizaci贸n de esta nueva derecha en el poder. La utilizaci贸n kirchnerista de proporcionales metodolog铆as e intenciones, aunque en una direcci贸n algo m谩s sensible ante los padecimientos populares y la contenci贸n de la voracidad del capital, contribuye a naturalizar una concepci贸n de la pol铆tica como lodazal donde todos se revuelcan por igual. M谩s all谩 de los lineamientos econ贸mico-sociales de cada gobierno, cuya valoraci贸n no pretendo minimizar, es la esfera institucional la que viene sufriendo desde hace d茅cadas una creciente descomposici贸n que el macrismo no hace sino profundizar.
Para agravar a煤n m谩s la situaci贸n, a su avidez por las desigualdades, su racismo y desprecio institucional, incorpor贸 un nuevo anhelo: sangre.