OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- La capacidad de comunicaci贸n de Rajoy es equivalente a la de las farolas. Siempre es dif铆cil saber de cierto de qu茅 habla, aunque quepa intuirlo. Por ejemplo, ¿qu茅 quiere decir exactamente que las cosas vayan mejor? ¿Qu茅 son las cosas?

Si se refiere a la situaci贸n procesal de su partido, sus dirigentes y 茅l mismo, es dif铆cil decir que las cosas vayan mejor. El PP, partido que preside, est谩 imputado como tal organizaci贸n presuntamente delictiva. Es una situaci贸n que carece de precedentes. Un partido presuntamente delincuente, compuesto por delincuentes tambi茅n presuntos, empezando por 茅l mismo, que es el jefe y no presunto.
Si se refiere a las cuestiones econ贸micas, en las que suele regodearse, hablando de un futuro brillante de PIB y algunos conceptos escurridizos como "crecimiento", "estabilidad", y otras monsergas, las cosas pintan negras: su gobierno ha saqueado el fondo de las pensiones, ha llevado la deuda p煤blica por encima del 100% del PIB, el d茅ficit no desciende y a partir de enero, el BCE parece dejar de comprar deuda espa帽ola. El panorama es tremendo, con la prima de riesgo otra vez en el punto de mira y con el hacha del 135 sobre los escasos dineros que esta pandilla de buitres ha dejado en el fondo de los cajones.
Parece, mejor visto, que se refiere a las cosas de la pol铆tica. En una comparecencia en Catalu帽a, previa a la campa帽a electoral, se trata de lanzar mensajes favorables a la propia posici贸n. No tanto de calibrar expectativas electorales que siguen siendo muy pobres, como de justificar medidas, criterios, en definitiva, ideas. La batalla es contra el independentismo como palabra y obra. Es una batalla ideol贸gica en la que ya est谩n metidos los jueces de hoz y coz.
Que las cosas est谩n mejor gracias al 155 se mide en dos o tres hechos: la Generalitat ha sido intervenida, de hecho no existe y Catalunya se gobierna desde Madrid; medio govern est谩 en la c谩rcel y el otro en el exilio y la Junta Electoral Central canaliza la represi贸n del independentismo en la campa帽a electoral; el aparato del Estado funciona a pleno reprimiendo toda manifestaci贸n del independentismo. Es una dictadura de hecho y por eso el presidente de un partido fundado por un ministro de Franco considera que "las cosas est谩n mejor".
Frente a esta situaci贸n de dictadura de hecho, la irrelevancia de la oposici贸n parlamentaria es pat茅tica. Tanta que un gobierno en minor铆a act煤a como si contara con una mayor铆a absoluta. En realidad, lo hemos dicho a menudo, la 煤nica oposici贸n real en Espa帽a ha sido hasta la fecha y sigue siendo hoy de car谩cter territorial/nacional; es Catalunya.
Y eso provoca, como es evidente, tal trastorno estructural del sistema parlamentario mon谩rquico posfranquista que la 煤nica forma que tiene este de sobrevivir es suspendi茅ndose a s铆 mismo, anul谩ndose (dice que transitoriamente, pero no dice qu茅 plazo) a trav茅s de una norma de dictadura. ¿Acaso no forma el Estatuto de Autonom铆a de Catalunya, hoy suspendido, como intervenida est谩 la autonom铆a, parte del llamado "bloque de constutucionalidad", seg煤n doctrina del Tribunal Constitucional? Al intervenir y ocupar Catalunya, la Constituci贸n est谩 intervini茅ndose y ocup谩ndose a s铆 misma. Todo el sistema de la III Restauraci贸n est谩 en suspenso.
Hasta el 21D. En esa jornada electoral que es un refer茅ndum con el acuerdo del Estado, precisamente lo que este hab铆a intentado evitar a toda costa, se decidir谩 la escabrosa cuesti贸n del futuro de la relaci贸n entre Espa帽a y Catalunya. Obs茅rvese que no hay un compromiso expl铆cito del Estado de respetar el resultado, como s铆 lo hay del independentismo. Al contrario, ese Estado ha insinuado e incluso m谩s que insinuado, que un resultado contrario a su parecer no se respetar谩.
Por eso es imprescindible una alta participaci贸n el 21D. La distancia entre el independentismo y unionismo debe aumentar tanto que sea insostenible ante la comunidad internacional no respetar el resultado.
Si se refiere a la situaci贸n procesal de su partido, sus dirigentes y 茅l mismo, es dif铆cil decir que las cosas vayan mejor. El PP, partido que preside, est谩 imputado como tal organizaci贸n presuntamente delictiva. Es una situaci贸n que carece de precedentes. Un partido presuntamente delincuente, compuesto por delincuentes tambi茅n presuntos, empezando por 茅l mismo, que es el jefe y no presunto.
Si se refiere a las cuestiones econ贸micas, en las que suele regodearse, hablando de un futuro brillante de PIB y algunos conceptos escurridizos como "crecimiento", "estabilidad", y otras monsergas, las cosas pintan negras: su gobierno ha saqueado el fondo de las pensiones, ha llevado la deuda p煤blica por encima del 100% del PIB, el d茅ficit no desciende y a partir de enero, el BCE parece dejar de comprar deuda espa帽ola. El panorama es tremendo, con la prima de riesgo otra vez en el punto de mira y con el hacha del 135 sobre los escasos dineros que esta pandilla de buitres ha dejado en el fondo de los cajones.
Parece, mejor visto, que se refiere a las cosas de la pol铆tica. En una comparecencia en Catalu帽a, previa a la campa帽a electoral, se trata de lanzar mensajes favorables a la propia posici贸n. No tanto de calibrar expectativas electorales que siguen siendo muy pobres, como de justificar medidas, criterios, en definitiva, ideas. La batalla es contra el independentismo como palabra y obra. Es una batalla ideol贸gica en la que ya est谩n metidos los jueces de hoz y coz.
Que las cosas est谩n mejor gracias al 155 se mide en dos o tres hechos: la Generalitat ha sido intervenida, de hecho no existe y Catalunya se gobierna desde Madrid; medio govern est谩 en la c谩rcel y el otro en el exilio y la Junta Electoral Central canaliza la represi贸n del independentismo en la campa帽a electoral; el aparato del Estado funciona a pleno reprimiendo toda manifestaci贸n del independentismo. Es una dictadura de hecho y por eso el presidente de un partido fundado por un ministro de Franco considera que "las cosas est谩n mejor".
Frente a esta situaci贸n de dictadura de hecho, la irrelevancia de la oposici贸n parlamentaria es pat茅tica. Tanta que un gobierno en minor铆a act煤a como si contara con una mayor铆a absoluta. En realidad, lo hemos dicho a menudo, la 煤nica oposici贸n real en Espa帽a ha sido hasta la fecha y sigue siendo hoy de car谩cter territorial/nacional; es Catalunya.
Y eso provoca, como es evidente, tal trastorno estructural del sistema parlamentario mon谩rquico posfranquista que la 煤nica forma que tiene este de sobrevivir es suspendi茅ndose a s铆 mismo, anul谩ndose (dice que transitoriamente, pero no dice qu茅 plazo) a trav茅s de una norma de dictadura. ¿Acaso no forma el Estatuto de Autonom铆a de Catalunya, hoy suspendido, como intervenida est谩 la autonom铆a, parte del llamado "bloque de constutucionalidad", seg煤n doctrina del Tribunal Constitucional? Al intervenir y ocupar Catalunya, la Constituci贸n est谩 intervini茅ndose y ocup谩ndose a s铆 misma. Todo el sistema de la III Restauraci贸n est谩 en suspenso.
Hasta el 21D. En esa jornada electoral que es un refer茅ndum con el acuerdo del Estado, precisamente lo que este hab铆a intentado evitar a toda costa, se decidir谩 la escabrosa cuesti贸n del futuro de la relaci贸n entre Espa帽a y Catalunya. Obs茅rvese que no hay un compromiso expl铆cito del Estado de respetar el resultado, como s铆 lo hay del independentismo. Al contrario, ese Estado ha insinuado e incluso m谩s que insinuado, que un resultado contrario a su parecer no se respetar谩.
Por eso es imprescindible una alta participaci贸n el 21D. La distancia entre el independentismo y unionismo debe aumentar tanto que sea insostenible ante la comunidad internacional no respetar el resultado.