Ir al contenido principal

Las dos Corea, Norte y Sur, empiezan a dialogar por iniciativa del Norte

OPINI脫N de Emilio Mar铆n.- Donald Trump es un fascista y fanfarr贸n, que amenaza con borrar del mapa a Corea del Norte. Esta vez qued贸 como un imb茅cil porque justo cuando 茅l aseguraba tener el bot贸n nuclear m谩s grande, las dos Corea comenzaron a dialogar.

El presidente norteamericano sigue metiendo la pata todas las semanas. La Asamblea General de la ONU, el 1 de noviembre pasado, vot贸 la moci贸n cubana contra el bloqueo yanqui con 191 votos a favor y s贸lo 2 en contra, de EE UU e Israel. La figura del magnate se incendi贸 pol铆ticamente junto a su aliado menor, Benjamin Netanyahu.

En estos d铆as est谩 en La Habana la representante de pol铆tica exterior de la Uni贸n Europea, Federica Mogherini, quien firm贸 acuerdos reveladores que los 28 socios europeos tienen hacia la isla una pol铆tica muy diferente a la Casa Blanca.

Otro ejemplo ocurri贸 en diciembre, cuando Trump anunci贸 que reconoc铆a a Jerusal茅n como la capital de Israel. La mayor铆a de Naciones Unidas rechaz贸 esa decisi贸n ilegal que viola los acuerdos internacionales referidos a la Ciudad Santa. Sobre 88 pa铆ses que mantienen relaciones diplom谩ticas con Israel, todas sus embajadas est谩n en Tel Aviv. Ahora la norteamericana se mudar谩 a Jerusal茅n y ha manifestado seguidismo Guatemala.

Y en enero Trump volvi贸 a dar la nota con Corea del Norte, al asegurar que 茅l tiene el bot贸n nuclear m谩s grande y que funciona, pidiendo que alguien se lo haga saber a ese “fam茅lico pa铆s gobernado por un dictador”. As铆 de provocadoras son las declaraciones del magnate inmobiliario devenido presidente cuando se refiere a la Rep煤blica Democr谩tica Popular de Corea y a su presidente Kim Jong-Un.

¿Dos demonios?

La abrumadora mayor铆a de los medios de Argentina y el mundo capitalista utilizan la categor铆a de “los dos demonios”. Tanto Kim como Trump ser铆an dos presidentes nefastos por igual, que ponen al mundo en riesgo nuclear y merecen un repudio generalizado.

La teor铆a, err贸nea para el cronista, que tiene posici贸n tomada a favor de Corea del Norte y en contra de la superpotencia, adem谩s muestra otros flancos pues no trata por igual a esos mandatarios. A Kim lo definen como loco, asesino y dictador, cosa que por supuesto no dicen de quien est谩 sentado en el Sal贸n Oval. Al gobierno norcoreano lo llaman “r茅gimen”, ep铆teto que nunca emplean para “la mayor democracia del continente”.

Sin embargo, las definiciones guerreristas de Trump lo vienen aislando m谩s. El jefe de internacionales de Clar铆n, Marcelo Cantelmi, escribi贸 el 3 de enero que “la frivolizaci贸n de una eventual cat谩strofe nuclear pinta el car谩cter y ´talento´ del jefe de la Casa Blanca. Y deja a su rival Kim Jong-un, en un lugar m谩s serio y reflexivo”. Cantelmi sigue viendo dos demonios, pero uno ser铆a m谩s violento y el otro m谩s racional y reflexivo. Hasta ese medio admite de d贸nde viene el mayor riesgo para la paz en la pen铆nsula coreana.

Mucho m谩s importante que una evaluaci贸n de los dos personajes es que ni los medios hegem贸nicos han podido ocultar que el meollo del enojo yanqui pasa por la afirmaci贸n, norcoreana, valedera, de que Pyongyang ya integra el club nuclear mundial, con un arsenal modesto pero disuasivo de agresiones en su contra.

Sean 30 o 60 sus armas nucleares, contando con misiles de transportaci贸n, esa es una realidad. Y a Washington no le quedar铆a otra que negociar: pretender llevarse por delante a un pa铆s con ese armamento puede ser no s贸lo peligroso para la paz mundial sino tambi茅n suicida para el agresor.

Trump, en vez de llamarse a silencio y abrir un debate en su administraci贸n sobre c贸mo conviene negociar con ese duro adversario, ahora blindado por su m贸dico arsenal, insisti贸 en el guerrerismo sobre el tama帽o de su bot贸n nuclear.

Como Kim es un cuadro pol铆tico y militar, y su gobierno tan denostado internacionalmente cuenta con gente talentosa y trabajadora, ya hab铆a tomado la iniciativa de un di谩logo con Corea del Sur. Trump apuntaba a que el l铆der norcoreano se enfrascara en otra guerra de declaraciones y maniobras militares que pudieran justificaran el armamentismo norteamericano-surcoreano. No fue as铆. Desde Pyongyang hab铆a partido el mensaje diplom谩tico hacia Se煤l y lo mantuvo a pesar de los tuits del nuevo Hitler, que eso es o empieza a ser la administraci贸n Trump.

Norte y Sur

La iniciativa de di谩logo parti贸 del norcoreano hacia su colega del sur, Moon Jae-In, para recrear un ambiente pac铆fico y con un punto de partida m谩s despolitizado en la agenda: que una delegaci贸n norcoreana pudiera participar de los Juegos Ol铆mpicos de invierno a realizarse en Corea del Sur desde el 9 hasta el 25 de febrero.

Nobleza obliga, el Sur recogi贸 el guante y avanz贸 un paso m谩s, al proponer que la primera reuni贸n de ambas Corea fuera el pr贸ximo 9 de enero en la localidad de Panmunjom, en la zona fronteriza y desmilitarizada donde se han reunido habitualmente las partes en a帽os anteriores.

Es interesante que el deporte sirva para acercamientos pol铆ticos en medio de conflictos complejos, como ocurri贸 entre la China de Mao y los EE UU de Nixon, con la diplomacia del “ping pong”.

Todav铆a Kim no contest贸 afirmativamente a la iniciativa surcoreana de la reuni贸n en fecha tan pr贸xima, pero es muy posible que acepte, ese d铆a u otro. Es la continuidad de su propia oferta negociadora, retomada por la otra parte, de modo que puede capitalizarla como un 茅xito propio. En verdad, si uno se eleva por encima de esta coyuntura, advertir谩 que la RDPK siempre insisti贸 en una negociaci贸n pol铆tica para la creaci贸n de una Rep煤blica Confederal Democr谩tica de Corea donde a lo sumo el paralelo 38 separara dos partes de un mismo pa铆s, con sistemas sociales diferentes. Algo as铆 como lo que los chinos plantearon a Hong Kong en 1997, cuando la recuperaron de manos inglesas: “un pa铆s, dos sistemas”, e igual propuesta hacen por ahora sin 茅xito a Taiw谩n.

El l铆der revolucionario Kim Il Sung, fundador de la RDPK, insisti贸 desde los a帽os ´70 en la propuesta de una rep煤blica confederal basada en un programa de diez puntos y en tres principios pol铆ticos. Huelga decir que si el conflicto armado entre 1950 y 1953 no termin贸 con la firma de una paz duradera sino en un mero armisticio o alto el fuego, firmado en la aldea de Panmunjom, no fue por negativa norcoreana sino norteamericana. El Pent谩gono hab铆a hecho de Corea del Sur una plataforma pol铆tica y militar, con bases, miles de marines y armas, incluso at贸micas, que apuntaban a Pyongyang pero sobre todo a Beijing y Mosc煤. No quer铆a saber nada de di谩logo y reunificaci贸n pac铆fica de la pen铆nsula.

Set para Kim

A煤n es muy pronto para evaluar el plan de conversaciones entre Corea del Norte y del Sur, que est谩 en una fase exploratoria, auspiciosa. Hubo ese par de mensajes presidenciales, que generaron buena onda para pasar a las reuniones de representantes y tocar un primer punto relativamente sencillo, el de participaci贸n del Norte en los Juegos Ol铆mpicos en el Sur. El presidente Kim dijo que ese evento deportivo coincide con el 70潞 aniversario de la fundaci贸n de la RDPK de modo que ser谩n Juegos de importancia para toda Corea.

Seguramente una vez despachado ese punto no pol铆tico ni militar se ir谩 delineando un temario m谩s complejo, donde Se煤l querr谩 que el Norte frene sus experimentos con armas at贸micas. Pyongyang dir谩 que ese plan es autodefensivo e irreversible, reclamando a su vez por el levantamiento de las sanciones comerciales en su contra. Cabe recordar que el Consejo de Seguridad de la ONU vot贸 el 11 de setiembre pasado el noveno paquete de sanciones contra la RDPK como represalia por su experimento subterr谩neo de bomba de hidr贸geno, ocho d铆as antes.

Esas sanciones penalizaron las exportaciones textiles y de carb贸n de Norcorea, que son sus productos vendibles m谩s importantes, y redujeron al m铆nimo la venta al pa铆s de petr贸leo y combustible, buscando afectar su econom铆a. EE UU dispuso sancionar a 8 bancos norcoreanos y una veintena de representantes financieros norcoreanos residentes en diversos pa铆ses, para completar el cerco.

Adem谩s de imperial, el gobierno norteamericano parece imb茅cil, pues prueba los mismos mecanismos que no le dieron resultado, con la idea de tener un fruto diferente. No quiere entender que el pueblo y gobierno de Corea del Norte estaban determinados a ser una peque帽a potencia nuclear para sobrevivir a la posible agresi贸n de un imperio que en la guerra de mediados del siglo XX le provoc贸 casi 3 millones de muertos. E hizo y hace todos los esfuerzos para contar con ese armamento disuasivo, que equivale a vivir. Ahora es socio de ese club nuclear e impone respeto. Es lo que s铆 admite Clarinete, con resignaci贸n y mala gana, pero no quiere ver m铆ster Trump.

El cronista reitera: el di谩logo de las dos Corea es auspicioso y tiene un primer tramo m谩s sencillo que luego se topar谩 con escollos. Kim Jong-Un se sienta a esa mesa con dos tantos a su favor: promovi贸 el nuevo di谩logo, y Se煤l y Washington debieron posponer para despu茅s de los Juegos Ol铆mpicos el inicio de sus habituales ejercicios militares conjuntos, a茅reos y navales. Otro dato que sirve para que la gente inteligente deduzca qui茅n fomenta y quiere la guerra en Corea y qui茅n no.

El primer set fue para Pyongyang. El partido contin煤a y no se tiran precisamente con pelotas de tenis.




ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible