OPINI脫N de Esther Vivas.- La lucha contra la pobreza no puede ser objeto de mercadeo, y las ayudas a quienes m谩s lo necesitan no pueden responder a intereses partidistas. Sin embargo, con la aprobaci贸n e implementaci贸n de la renta garantizada de ciudadan铆a parece que ha primado m谩s el c谩lculo pol铆tico que la defensa de los derechos de las personas vulnerables. Sino, ¿c贸mo se explica que a pesar del apoyo un谩nime recibido por parte de todos los partidos en el pleno del Parlament, su aplicaci贸n est茅 topando con tantos obst谩culos?
Los promotores de la renta garantizada de ciudadan铆a, que desde hace a帽os batallan para hacer realidad esta ayuda y que han sido capaces de colocar en el centro del debate pol铆tico esta demanda, consiguiendo el apoyo de amplios sectores sociales y sumando hasta m谩s de 50.000 firmas que hicieron posible una iniciativa legislativa popular al respecto, son los primeros que denuncian las numerosas irregularidades e incumplimientos en su tramitaci贸n. Los recursos, las reclamaciones y las quejas de los solicitantes no hacen sino acumularse, y tanto la gesti贸n rutinaria de la propia Administraci贸n como la aplicaci贸n del 155, aunque este no puede ser utilizado como excusa 煤nica de su bloqueo, est谩n obstruyendo la que deber铆a ser una medida prioritaria.
Gastos esenciales
Si el mismo Departament de Treball, Afers Socials i Fam铆lies reconoce que la “renta garantizada de ciudadan铆a nace para garantizar que todos los ciudadanos de Catalunya puedan hacerse cargo de los gastos esenciales para el mantenimiento propio o de las personas que integran la unidad familiar o de convivencia”, ¿c贸mo se explica que las personas sin hogar, que ni siquiera tienen un techo donde vivir, queden excluidas? No puede ser que una interpretaci贸n restrictiva de la ley impida a quienes m谩s sufren la crisis recibir las ayudas prometidas.
Seg煤n la Ley 14/2017 de la renta garantizada de ciudadan铆a, las personas sin hogar que se alojan en centros residenciales no pueden percibirla al considerar que se trata de alojamientos permanentes, cuando en realidad son espacios temporales. Negarles la renta garantizada de ciudadan铆a atenta contra la misma raz贸n de ser de esta medida.
El apoyo econ贸mico que implica esta prestaci贸n dar铆a a las personas en cuesti贸n la autonom铆a econ贸mica suficiente para abandonar estos centros y rehacer su vida, muchos de hecho la esperaban. La Generalitat hoy les niega una ayuda a la que todos los grupos parlamentarios se comprometieron, dejando en una situaci贸n de indefensi贸n a las personas afectadas.
Parece que todo el mundo se quiere fotografiar al lado del pobre. No queda bien, y menos en un contexto de crisis econ贸mica y social, negar la ayuda a quien m谩s la requiere. O al menos no queda bien neg谩rsela en pleno debate parlamentario, cuando todas las c谩maras enfocan al hemiciclo. Pero, ¿qu茅 pasa despu茅s? Las promesas se olvidan y los de siempre pagan las consecuencias. Del dicho al hecho hay un buen trecho.
Los promotores de la renta garantizada de ciudadan铆a, que desde hace a帽os batallan para hacer realidad esta ayuda y que han sido capaces de colocar en el centro del debate pol铆tico esta demanda, consiguiendo el apoyo de amplios sectores sociales y sumando hasta m谩s de 50.000 firmas que hicieron posible una iniciativa legislativa popular al respecto, son los primeros que denuncian las numerosas irregularidades e incumplimientos en su tramitaci贸n. Los recursos, las reclamaciones y las quejas de los solicitantes no hacen sino acumularse, y tanto la gesti贸n rutinaria de la propia Administraci贸n como la aplicaci贸n del 155, aunque este no puede ser utilizado como excusa 煤nica de su bloqueo, est谩n obstruyendo la que deber铆a ser una medida prioritaria.
Gastos esenciales
Si el mismo Departament de Treball, Afers Socials i Fam铆lies reconoce que la “renta garantizada de ciudadan铆a nace para garantizar que todos los ciudadanos de Catalunya puedan hacerse cargo de los gastos esenciales para el mantenimiento propio o de las personas que integran la unidad familiar o de convivencia”, ¿c贸mo se explica que las personas sin hogar, que ni siquiera tienen un techo donde vivir, queden excluidas? No puede ser que una interpretaci贸n restrictiva de la ley impida a quienes m谩s sufren la crisis recibir las ayudas prometidas.
Seg煤n la Ley 14/2017 de la renta garantizada de ciudadan铆a, las personas sin hogar que se alojan en centros residenciales no pueden percibirla al considerar que se trata de alojamientos permanentes, cuando en realidad son espacios temporales. Negarles la renta garantizada de ciudadan铆a atenta contra la misma raz贸n de ser de esta medida.
El apoyo econ贸mico que implica esta prestaci贸n dar铆a a las personas en cuesti贸n la autonom铆a econ贸mica suficiente para abandonar estos centros y rehacer su vida, muchos de hecho la esperaban. La Generalitat hoy les niega una ayuda a la que todos los grupos parlamentarios se comprometieron, dejando en una situaci贸n de indefensi贸n a las personas afectadas.
Parece que todo el mundo se quiere fotografiar al lado del pobre. No queda bien, y menos en un contexto de crisis econ贸mica y social, negar la ayuda a quien m谩s la requiere. O al menos no queda bien neg谩rsela en pleno debate parlamentario, cuando todas las c谩maras enfocan al hemiciclo. Pero, ¿qu茅 pasa despu茅s? Las promesas se olvidan y los de siempre pagan las consecuencias. Del dicho al hecho hay un buen trecho.