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Habitantes de Guta no reconocen sus casas, devastadas por las bombas

AFP / Youssef KARWASHANUn combatiente prorr茅gimen habla con una mujer que busca su casa en la antigua ciudad rebelde de Zamalka, en Guta Oriental, el 11 de abril de 2018.
AFP.- Con el ce帽o fruncido, Um Mohamed examina una fila de viviendas destruidas sin poder encontrar la suya. Al volver a casa, los habitantes de Guta Oriental, cerca de Damasco, no logran reconocer sus barrios, devastados por los bombardeos del r茅gimen sirio.

"Mi casa estaba al lado del instituto, en la calle Al Qabun. No he podido encontrar el instituto ni la calle", lamenta la quincuagenaria, que pas贸 m谩s de 10 a帽os en la localidad de Zamalka, en Guta Oriental.

A mediados de febrero, las fuerzas progubernamentales sirias lanzaron una ofensiva para retomar las zonas rebeldes de Guta Oriental, provocando m谩s de 1.700 muertos y enormes destrucciones materiales.

Los habitantes, que hab铆an huido de los combates por decenas de miles, empezaron a regresar al territorio donde este jueves el gobierno iz贸 su bandera, anunciando su reconquista total.

"El barrio es irreconocible, no encuentro ninguno de sus principales puntos de referencia", dice Um Mohamed, observando el paisaje de desolaci贸n que la rodea.

A lo largo de las calles invadidas por escombros y pedazos de chapa torcida, se suceden los edificios residenciales convertidos en ruinas de cemento. Aqu铆 se puede ver un tejado derrumbado, m谩s all谩, un inmueble de paredes ca铆das.

- Desolaci贸n -

Durante semanas, los bombardeos y tiros de artiller铆a de las fuerzas del r茅gimen aplastaron las localidades rebeldes.

Ayudada por un soldado sirio, Um Mohamed, que viste un largo abrigo y oculta su pelo con un pa帽uelo marr贸n, escala los mont铆culos de cascotes, se帽alando una casa, luego otra, visitando varios edificios, con la esperanza de encontrar su domicilio.

AFP / Youssef KARWASHANNi帽os sirios juegan al f煤tbol en una calle de la antigua ciudad rebelde de Zamalka, en Guta Oriental, el 11 de abril de 2018.


"Arriesgu茅 mi vida por volver aqu铆. No me ir茅 antes de encontrar mi casa", afirma. "Zamalka era un para铆so. Ahora hay barricadas en todas partes, todas las entradas est谩n minadas".

El mi茅rcoles, cientos de personas esperaban con impaciencia en las afueras de Guta a que las autoridades quitasen los escombros en las principales carreteras de acceso a esa regi贸n, el antiguo vergel de Damasco.

Una excavadora desmonta las barricadas y los sacos terreros para permitir el paso de los habitantes y de un convoy de periodistas, que participan en una visita organizada por las autoridades de Damasco.

- "Sentarme en mi casa" -

La espera no asusta a Um Rateb, que trajo una silla y una manta para protegerse del sol ardiente.

"Vine sola para ver mi casa en Kafr Batna, sin saber si segu铆a en pie", dice esa mujer de 65 a帽os. "Aunque s贸lo queda tierra, voy a extender mi manta y sentarme en mi casa".

Fuad Mahjub ha tenido que esperar horas con su familia antes de poder regresar a Ain Tarma para tratar de encontrar su casa y su taller de costura.

"Llevo aqu铆 desde las siete de la ma帽ana", cuenta el hombre, empapado en sudor, mientras dibuja con un palo de madera c铆rculos en el suelo para pasar el tiempo.

"Abandon茅 todo cuanto ten铆a. Espero que mi casa y mi taller no hayan sido destruidos", dice.

Mahjub se emociona al se帽alar a su nieta, Khadija. "Tiene seis a帽os y nunca ha visto la casa de su abuelo. No conoce Ain Tarma, solamente lo ha visto en fotos. Pero si volvemos a instalarnos aqu铆, recuperar茅 con ella el tiempo perdido".




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