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Impuestos y Formalizaci贸n

OPINI脫N de Mauricio Casta帽o H., Colombia.- Todos creen estar tirando su dinero por la alcantarilla cuando se trata de pagar impuestos. Y no es para menos si los mismos son asociados a la corrupci贸n. Y es precisamente esa desconfianza la que se ha instalado y frenado la construcci贸n de Estado en Colombia, nadie quiere pagar impuestos a consciencia y mucho menos si se sabe que su destino no es para fondos que tienen por objeto el bienestar general, que los recaudos no van a retornar en bienes y servicios tan esperados por todos, por el contrario, los campesinos y ciudadanos de a pi茅 constatan a diario las malas v铆as, el mal estado de las escuelas, el p茅simo servicio en la salud, y un largo etc茅tera, etc茅tera. 





La desconfianza reina y sobre todo cuando se asocia a pol铆ticos que s贸lo trabajan para sus intereses particulares, es ya com煤n decir que los ricos cada vez se hacen m谩s ricos y los pobres m谩s pobres. As铆 lo muestran los indicadores como el coeficiente de gini que miden la desigualdad. Cada vez el Estado Social o benefactor es desmontado llevando a la miseria a las clases menos pudientes y a los m谩s ricos les aumenta sus privilegios, para muestra un bot贸n: las llamadas zonas francas con privilegios tributarios para los m谩s adinerados, los exiguos impuestos a las llamadas gaseosas de alto consumo para las empresa monop贸licas cuyo ingenio es colorear agua y verter az煤car, que por lo dem谩s son insalubres y que cada vez ganan m谩s enfermos, desangrando as铆 el sistema de salud p煤blica.

Es todo un reto poner en cinto la corrupci贸n para bien lograr las inversiones p煤blicas y as铆 poder justificar un llamado al pago de los impuestos. Este tema es digno de tener en cuenta para la denominada Formalizaci贸n de m谩s del cincuenta por ciento de la propiedad pretendida por el Estado colombiano y en concreto por la Agencia Nacional de Tierras. El contribuyente de algunas d茅cadas atr谩s, de arraigo campesino, ten铆a una motivaci贸n intimidatoria con el pago tributario, pagarlo era cosa sagrada porque de no hacerlo, en su imaginario mortificaba la idea de que el Estado pod铆a quedarse con lo poco que ten铆a como era su parcela y lo m谩s importante: su vivienda.

No sucede con las generaciones actuales y en especial quienes son herederos y m谩xime a煤n si est谩n inmersos en la econom铆a de la ilegalidad… para qu茅 formalizar, calculan ellos, si cuando menos se piensa viene la ley y se queda con todo, la idiosincrasia manda entonces sacar el mayor provecho de lo que se pueda y despu茅s que pase lo que tanga que pasar. A ello se suman los actores armados que son ley en los territorios estrat茅gicos de los cultivos il铆citos, son ellos quienes dejan vivir y hacen morir, son ellos quienes imparten pautas de comportamiento a sus gentes, quienes acumulan grandes riquezas producto de la extorsi贸n hechas al ciudadano de a pi茅, a peque帽os y grandes comerciantes, todo es gravado es sus territorios, ellos son amos y se帽ores de la tierra y de la vida de las personas.

La cultura de la ilegalidad y en especial con los cultivos il铆citos arrastran a la gente por el dinero f谩cil y r谩pido, pero pese a ello las gentes han ido percibiendo que de eso tan bueno no dan tanto, quienes han incursionado en ello, muchos siguen en la miseria o m谩s hundidos de lo que estaban, y a decir del voz a voz, los pocos peones que logran conseguir un peso de m谩s han tenido que salir de huidas de quienes disputan el monopolio y porque cada vez el negocio es tomado por los grupos ilegales que controlan la producci贸n y distribuci贸n de los productos il铆citos.

Todo este contexto justifica en cierta medida ese z贸calo de pesimismo que permea la cultura. Por ello se precisa entender la gran importancia de movilizar alg煤n sentido social y comunitario que haya en el territorio, interesa mucho la acometida o el camino veredal, si est谩 la caseta comunal o la escuela. Obras son amores! Cualquier intervenci贸n en el campo colombiano y sobre todo en el tema de formalizar predios debe ir en dupla, deber ir de la mano con proyectos productivos, pues la tierra pelada no es atractiva, si se garantiza la producci贸n s铆 que lo ser谩. Esto conduce por las v铆as de ganar legitimidad y sostenibilidad y sobre todo empezar a entender que los recaudos equivalen a un sistema de cooperaci贸n en donde todo ponemos y todos ganamos, raz贸n de ser del Estado Social de Derecho prestador de bienes y servicios.


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