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Totó la Momposina, innovadora inquieta de una tradición musical única

La colombiana recibirá el Premio La Mar de Músicas 2018.



Como cantante, bailarina y maestra que encarna ese lugar fértil donde las culturas africana de Colombia, las culturas indígenas indias y españolas se mezclan para crear una tradición musical única.


El festival organizado por el Ayuntamiento de Cartagena le concede el premio por "dedicar toda una vida a la difusión internacional de la música de la costa caribeña de Colombia, por ser una innovadora inquieta y por continuar incansablemente promoviendo la música de su tierra natal impulsada por la pasión y la alegría".

Se hace llamar Totó la Momposina, pero ella es la cumbia. Toda su vida se ha dedicado a la manifestación musical de la costa caribeña de Colombia, como cantante, bailarina y maestra de la cultura musical de ese fértil lugar, donde las culturas africana, indígena y española se mezclan. Por ello,el festival La Mar de Músicas de Cartagena (España) le concede su premio, en esta edición. Premio que le será entregado el lunes 23 de julio, cuando la Momposina ofrecerá un concierto producido exclusivamente para el festival y que tendrá como artistas invitadas a la guineana Djanka Diabate y a la tibetana Yungchen Lhamo.

Toda la vida de Totó La Momposina se ha dedicado a la representación de la música de la costa caribeña de Colombia. Como cantante, bailarina y maestra que encarna ese lugar fértil donde las culturas africana de Colombia, las culturas indígenas indias y españolas se mezclan para crear una tradición musical única. Totó no sólo es su mayor intérprete, sino también una innovadora inquieta.

Cuando era niña, el conflicto de la Violencia obligó a su familia a huir de su casa y trasladarse a la capital, Bogotá. Allí, su madre comenzó un grupo de baile del que Totó surgió como una cantante prometedora en la década de 1950, formando su propia agrupación en la década de 1960. Ella comenzó a viajar internacionalmente una década más tarde, pero no fue hasta la década de 1990 que su fama mundial se cemento por una gira WOMAD en tres continentes, el lanzamiento de La Candela Viva con Real World Records y los muchos espectáculos internacionales y grabaciones que siguieron, en particular los álbumes: Carmelina en 1996 y Pacantó en 1999 con MTM Colombia.



Los antepasados ​​de Totó provienen de la aldea de Talaigua, en el corazón de una isla en el gran río Magdalena, llamada Mompox (de ahí ‘la Momposina’). El río, que nace en los Andes, se extiende a más de mil millas hacia el Caribe. En el siglo XVI, las invasiones españolas obligaron a los indios aborigenes – los habitantes originales de Mompox – a huir a los bosques más densos de la isla. En años posteriores, los esclavos fugitivos se casaron con los habitantes nativos. ‘La música que yo hago”, explica Totó,” tiene sus raíces en una raza mixta; siendo africana e india, el corazón de la música es completamente percutiva.

La cumbia es uno de los ritmos y danzas de Colombia más conocidos. Este ritmo es poderosamente hipnótico y junto con la danza y su traje, un buen ejemplo de la mezcla de influencias indias, españolas y africanas. La danza se originó como una danza de cortejo entre hombres africanos y mujeres indígenas en el momento cuando las dos comunidades comenzaron a crear una nueva cultura. En este suave, baile sensual las mujeres sostienen velas encendidas mientras las parejas forman parte de una gran rueda.

Nacida en una familia de músicos que abarca cinco generaciones, Totó aprendió a cantar y bailar cuando era una niña. Su padre era un tamborero, su madre una cantadora y bailarina; su hogar vivía con las tradiciones musicales de ‘La Costa Caribe’. Como mujer joven, ella viajó de pueblo en pueblo a investigar los ritmos y bailes y estudiar profundamente el arte de las cantadoras, las mujeres campesinas que cultivan en sus parceras yuca, plátano, ñame, etc., detrás de sus casas y juegan un papel central en la cultura del pueblo.

En Talaigua, Ramona Ruiz, una cantadora, fue una de las tutoras de Totó. En esta comunidad de campesinos agricultores y pescadores, Ramona ofreció desde consejos matrimoniales hasta la medicina a base de hierbas y fue una líder vivaz e inspiradora del Chande (fiesta y también un ritmo de Talaigua). Los temas que cantan los habitantes en sus fiestas patronales son realizadas por Totó en el escenario. Los tambores fueron interpretados por los hombres, constructores de canoas, pescadores, reparadores de atarrayas y tabaqueros.

Poco a poco, la técnica vocal y de escena de Totó fueron madurando. Lo que la llevo a conformar su propio grupo y así comenzó a surjir su carrera profesional en 1969, ganando una reputación por su impresionante voz y su presencia escenica. En la década de 1970 comenzó a presentarse fuera de Colombia, recorriendo América Latina, Europa Oriental y Occidental y los Estados Unidos.

En 1982 acompañó como parte de la delegación Colombiana a Gabriel García Márquez a Estocolmo para actuar en la ceremonia de entrega del Premio Nobel.

Totó se radicó en Francia durante unos años, realizando estudios en la Universidad de la Sorbonne de historia de la danza, coreografía y ritmo y organización de espectáculos. Así empezó a presentarse ampliamente en Europa, aunque con mayor frecuencia en Francia y Alemania. Grabó su primer álbum durante este período en París, ‘Totó La Momposina y Sus Tambores, La Colombie’ para Auvidisc y contribuyo a la elaboración de Colombia “La Ceiba” para ASPIC.

Por invitación del WOMAD, en 1984 dio sus primeros conciertos en Inglaterra. En 1987 regresó a Colombia y realizó conciertos en América Latina y el Caribe. Ella también pasó un tiempo en Cuba, donde estudió el bolero.



Concierto de Totó en Trafalgar Square – Londres 1984

En 1991 WOMAD la trajo de vuelta a Europa y actuó en sus festivales en Japón, Canadá, Inglaterra, Alemania, España y Finlandia. Desde entonces, Totó ha actuado por todo el mundo, ha sido tomada para muestras por DJs como Timbaland y Michel Kleis y artistas influenciados de Manu Chau a Banda Magda. Sus álbumes incluyen ‘La Candela Viva’ en 1992 por Real World Records, ‘Carmelina’ para MTM en 1995, ‘Pacanto’ en 1998 y ‘La Bodega’ en 2009, tanto con Astar Artes. Su álbum ‘El Asunto’ fue lanzado por Sony Colombia en 2014.

Totó continúa trabajando incansablemente para promover la música de su tierra natal, impulsada por la pasión y la alegría simple de hacer conciertos. En 2006 fue galardonado con el Premio a la Trayectoria WOMEX y en 2013 el Premio a la Trayectoria del Grammy Latino. Su legado continúa vivo y el último álbum es ‘Tamborero’, una recreación del clásico ‘La Candela Viva’, con Real World Records.

El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, David Martínez Noguera anunciaba esta mañana, viernes 6 de abril, que este premio se le concede a Totó la Momposina “por dedicar toda una vida a la difusión internacional de la música de la costa caribeña de Colombia, por ser una innovadora inquieta y por continuar incansablemente promoviendo la música de su tierra natal impulsada por la pasión y la alegría”.



“Es un honor para nosotros ofrecer y compartir este premio con uno de los iconos de la cultura latinoamericana, uno de los faros del folclore de toda América y un referente para todos los amantes de la música. Pretender explicar la magia de Totó queda reducido a la nada frente a la experiencia de verla en sus conciertos, haciendo que todo el mundo se entregue al baile y pongan una sonrisa en su cara tras salir verla en directo. Así ha pasado por lo menos cada vez que ha actuado en nuestro festival” señala Martínez Noguera, que recuerda además que el premio que este año recibirá la Momposina ya ha sido recogido en otras ediciones del festival por “Oumou Sangaré, Susana Baca, Cheick Lo, Pablo Milanés, Omara Portuondo y Gino Paoli”.

Nació Totó la Momposina en las orillas del río Magadalena, en el pueblo de la Talaigua, lo de Momposina le viene por ser de la isla fluvial de Mompox o Mompós. Estudiosa de las tradiciones sobre el terreno, lleva consigo toda la cultura de la costa caribeña. Al folclor ella lo llama “música de la identidad”. Y se define como “cantadora”. Unas de las mujeres que cantan acompañadas de palmas y percusiones.

Recorrió desde niña los pueblos de la región siempre atenta a aprender el arte de sus cantadoras y a empaparse de cumbias, bullerengues y mapalés. Recogiendo de la memoria de los mayores los viejos cantos y bailes. Como aquella Carmelina, a la que rindió homenaje en uno de sus discos, hacedora de alegrías, que día a día salía a pregonar y vender sus productos, contoneando sus caderas y ofreciéndolos de puerta en puerta.

Más de medio siglo lleva trabajando esta mujer que cantó en las calles de París cuando estudiaba historia de la danza en la Sorbona y acompañó en diciembre de 1982 a García Márquez en la entrega del Premio Nobel. Rompieron el protocolo, fue la primera vez que hubo música en la solemne ceremonia sueca. Y con la voz de Totó sonaron los tambores y las gaitas de la cumbia. La cultura de un pueblo que está muy vivo.

Porros, cumbias, zambaplos, abozaos, merengues, afros y sextetos palenqueros constituyen los ritmos de sus discos. Se trata de un catálogo, no tan reducido, de la vasta y ecléctica oferta musical de Colombia, que ostenta más de 100 ritmos en sus diversas regiones.

Imagen de archivo de eltiempo.com

http://www.totolamomposina.com/






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