OPINI脫N de Carola Ch谩vez, Venezuela.- El llamado a la abstenci贸n, por parte de un fragmento de la MUD, me recuerda un cap铆tulo de Los Simpsons en el que Bart lleva a su perro ”Peque帽o Ayudante de Santa Claus” a una escuela de adiestramiento canino. El perro de Bart, un perro muy Simpson, no le paraba a nadie y Bart necesitaba demostrar que su perro s铆 le obedec铆a, ya no recuerdo para qu茅. Lo que s铆 recuerdo es que el d铆a del examen final, Bart le daba 贸rdenes al perro: ”Si茅ntate, Ayudante de Santa, si茅ntate… bueno, no, hazte el muerto, vamos, hazte el muerto… bueno, no, dame la pata, bueno, no, hu茅lele el trasero al perro blanco ¡Eso es, buen muchacho!”.
Tengo un term贸metro personal que, aunque nada cient铆fico, es muy efectivo para medir el entusiasmo opositor: los grupos de whatsapp de juntas de vecinos o de padres y representantes del colegio. En esos grupos hay una regla de convivencia principal铆sima: Cero pol铆tica. Esa regla era sagrada solo hasta que Capriles mandaba a descargar la arrechera, o Leopoldo inventaba La Salida, o Ramos Allup meneaba el motor arrech铆simo; entonces esos grupos se convert铆an en barricadas guarimberas virtuales desde donde ped铆an perseguir chavistas, amarrarlos en postes, lincharlos, que vengan los marines, que Venezuela sea Libia, plis, #SOSVenezuela. Y luego ven铆a la derrota, el cansancio, y sin una palabra, como si nada hubiera pasado, los grupos volv铆an a las tareas de los ni帽os, a las juntas de vecinos, a sus cosas, pues; hasta que se dejaron arrastrar por Freddy Guevara a la violencia del a帽o pasado, y a la falsa ilusi贸n del plebiscito aquel que promet铆a un lunes siguiente sin Maduro y por supuesto, sin chavismo. Entonces vino la apat铆a.
As铆, las elecciones de gobernadores y las de alcaldes ni se sintieron en los grupos whatsaperos: ni una palabra, ni una sola imagen de la Virgen ba帽ada en l谩grimas, envuelta en una bandera siete estrellas, llamando a votar para ganar los 20 estados que Ramos Allup dec铆a que iban a ganar. ¡Ni pio! Y s铆 llegaron las presidenciales, y la MUD, partida en pedacitos, sin gente, sin calle, como Bart Simpson a su perro, mand贸 a hacer lo que sus ex seguidores iban a hacer de todos modos: “No salgan a votar. Vamos, hu茅lele el trasero al perro blanco, ¡eso es! Y los grupos de whatsapp y, m谩s importante, las calles, tranquilas y en paz.
Tengo un term贸metro personal que, aunque nada cient铆fico, es muy efectivo para medir el entusiasmo opositor: los grupos de whatsapp de juntas de vecinos o de padres y representantes del colegio. En esos grupos hay una regla de convivencia principal铆sima: Cero pol铆tica. Esa regla era sagrada solo hasta que Capriles mandaba a descargar la arrechera, o Leopoldo inventaba La Salida, o Ramos Allup meneaba el motor arrech铆simo; entonces esos grupos se convert铆an en barricadas guarimberas virtuales desde donde ped铆an perseguir chavistas, amarrarlos en postes, lincharlos, que vengan los marines, que Venezuela sea Libia, plis, #SOSVenezuela. Y luego ven铆a la derrota, el cansancio, y sin una palabra, como si nada hubiera pasado, los grupos volv铆an a las tareas de los ni帽os, a las juntas de vecinos, a sus cosas, pues; hasta que se dejaron arrastrar por Freddy Guevara a la violencia del a帽o pasado, y a la falsa ilusi贸n del plebiscito aquel que promet铆a un lunes siguiente sin Maduro y por supuesto, sin chavismo. Entonces vino la apat铆a.
As铆, las elecciones de gobernadores y las de alcaldes ni se sintieron en los grupos whatsaperos: ni una palabra, ni una sola imagen de la Virgen ba帽ada en l谩grimas, envuelta en una bandera siete estrellas, llamando a votar para ganar los 20 estados que Ramos Allup dec铆a que iban a ganar. ¡Ni pio! Y s铆 llegaron las presidenciales, y la MUD, partida en pedacitos, sin gente, sin calle, como Bart Simpson a su perro, mand贸 a hacer lo que sus ex seguidores iban a hacer de todos modos: “No salgan a votar. Vamos, hu茅lele el trasero al perro blanco, ¡eso es! Y los grupos de whatsapp y, m谩s importante, las calles, tranquilas y en paz.