OPINI脫N de Mauricio Casta帽o H., Colombia.- Seremos fieles a la narrativa f铆lmica. El documental es de la Deutsche Welle y refiere la ic贸nica y sumergida ciudad veneciana en Italia. La realidad es construida de la mano de las gentes de a pi茅, y en concreto de los ciudadanos oriundos que van paso a paso, que van en sus propios afanes y aprietos, viendo como un monstruo indolente y despiadado llamado turismo devora su ciudad, la despedaza al ritmo de los zarpazos de los enormes barcos de habituales cruceros.
Ante la mirada ingenua y direccionada del turista arreado como ganado por su pastor empresario, nada se ve, nada se muestra de la otra realidad ocultada. Los monumentales barcos atestados con m谩s de cinco mil unidades humanas, producen movimientos de aguas que van socavando o agrietando la ciudad que de no frenarse y seg煤n los expertos en infraestructura ser谩 toda una ruina en pronto futuro. Y en contaminaci贸n ambiental el saldo corre por el p茅simo combustible de sus motores de nunca apagar, la vida en cubierta no se termina ni en sus d铆as ni en sus noches.
Se le suma a esta contaminaci贸n del aire, las numerosas toneladas de basura o desechos producidos all铆 adentro, un barco es una ciudad de s贸lo consumo y diversi贸n, es el capitalismo un maestro en vender ilusiones de bienestar a partir de un insaciable tener creado en las consciencias de cada quien, mientras m谩s consumas, eres m谩s persona, el poder y el valor del humano se mide por su capacidad de gastar.
Anexo al desastre ecol贸gico o ambiental, est谩 la destrucci贸n del tejido social. La especializaci贸n en turismo de Venecia socab贸 lo propio que constituy贸 a su poblaci贸n oriunda: la vida familiar o de vecindario ya no existe, el panadero ni la tienda de barrio ya no est谩n, ese tejido social fue roto por cuenta de la empresa de turismo que todo lo hace mucho m谩s costoso y esta es una manera expulsar a quien no sea turista o a quien no tenga capacidad de gasto o de consumo. La vivienda es costos铆sima tanto para la compra o para la renta, una noche en una habitaci贸n en casa familiar puede alcanzar los 250 euros, mientras que la misma en un hotel puede triplicar el precio.
Esta especulaci贸n ha hecho que los propietarios prefieran buscar mejores ganancias en la parahoteler铆a que en arriendos mensuales a familias venecianas. Se deduce entonces que la especulaci贸n es una forma de expulsar a determinada poblaci贸n para abrir paso a una din谩mica comercial que deja grandes ganancias a los empresarios del turismo.
Completa este triste cuadro, el cuerpo gubernamental declarado en d茅ficit presupuestal y ello le sirve de justificaci贸n para haber acabado con los subsidios sociales para la poblaci贸n m谩s pobre. Y una muestra de resistencia ciudadana es el movimiento que se opone a no dejarse sacar de las viviendas municipales entregadas a la poblaci贸n pero que ahora se las quieren quitar para entregarlas a aquella din谩mica empresarial de turismo. Y aqu铆 vale comentar, a rengl贸n seguido: el turismo no genera riqueza en los territorios de destino, en el ejemplo de los cruceros, all谩, dentro del barco mismo es una ciudad donde todo se vende y todo se puede comprar, el dinero queda casi todo en cubierta,y poco o nada en tierra firme. De seguro lo que si queda en esas ciudades de paso son los deshechos viajeros, los impactos negativos ecol贸gicos y sociales.
Se acostumbra a decir que el hu茅sped todo lo toma y nada da, que tan s贸lo con buenas palabras paga. Pero en el turismo ni siquiera los buenos modales existen, se orinan en sus monumentos que son su historia. Esa masa que van seriados como borregos creyendo estar comprando sue帽os de sus vidas, que de regreso a sus lugares de origen, se ufanar谩n de sus aza帽as de aventureros y de un cierto ba帽o semi cultural dirigido pero tonto. Mientras tanto las m谩quinas registradores del empresario del turismo no dejar谩n de sonar, y en el otro extremo una poblaci贸n que sufre su miseria y su expulsi贸n por esa plaga moderna llamada turismo.
Ante la mirada ingenua y direccionada del turista arreado como ganado por su pastor empresario, nada se ve, nada se muestra de la otra realidad ocultada. Los monumentales barcos atestados con m谩s de cinco mil unidades humanas, producen movimientos de aguas que van socavando o agrietando la ciudad que de no frenarse y seg煤n los expertos en infraestructura ser谩 toda una ruina en pronto futuro. Y en contaminaci贸n ambiental el saldo corre por el p茅simo combustible de sus motores de nunca apagar, la vida en cubierta no se termina ni en sus d铆as ni en sus noches.
Se le suma a esta contaminaci贸n del aire, las numerosas toneladas de basura o desechos producidos all铆 adentro, un barco es una ciudad de s贸lo consumo y diversi贸n, es el capitalismo un maestro en vender ilusiones de bienestar a partir de un insaciable tener creado en las consciencias de cada quien, mientras m谩s consumas, eres m谩s persona, el poder y el valor del humano se mide por su capacidad de gastar.
Anexo al desastre ecol贸gico o ambiental, est谩 la destrucci贸n del tejido social. La especializaci贸n en turismo de Venecia socab贸 lo propio que constituy贸 a su poblaci贸n oriunda: la vida familiar o de vecindario ya no existe, el panadero ni la tienda de barrio ya no est谩n, ese tejido social fue roto por cuenta de la empresa de turismo que todo lo hace mucho m谩s costoso y esta es una manera expulsar a quien no sea turista o a quien no tenga capacidad de gasto o de consumo. La vivienda es costos铆sima tanto para la compra o para la renta, una noche en una habitaci贸n en casa familiar puede alcanzar los 250 euros, mientras que la misma en un hotel puede triplicar el precio.
Esta especulaci贸n ha hecho que los propietarios prefieran buscar mejores ganancias en la parahoteler铆a que en arriendos mensuales a familias venecianas. Se deduce entonces que la especulaci贸n es una forma de expulsar a determinada poblaci贸n para abrir paso a una din谩mica comercial que deja grandes ganancias a los empresarios del turismo.
Completa este triste cuadro, el cuerpo gubernamental declarado en d茅ficit presupuestal y ello le sirve de justificaci贸n para haber acabado con los subsidios sociales para la poblaci贸n m谩s pobre. Y una muestra de resistencia ciudadana es el movimiento que se opone a no dejarse sacar de las viviendas municipales entregadas a la poblaci贸n pero que ahora se las quieren quitar para entregarlas a aquella din谩mica empresarial de turismo. Y aqu铆 vale comentar, a rengl贸n seguido: el turismo no genera riqueza en los territorios de destino, en el ejemplo de los cruceros, all谩, dentro del barco mismo es una ciudad donde todo se vende y todo se puede comprar, el dinero queda casi todo en cubierta,y poco o nada en tierra firme. De seguro lo que si queda en esas ciudades de paso son los deshechos viajeros, los impactos negativos ecol贸gicos y sociales.
Se acostumbra a decir que el hu茅sped todo lo toma y nada da, que tan s贸lo con buenas palabras paga. Pero en el turismo ni siquiera los buenos modales existen, se orinan en sus monumentos que son su historia. Esa masa que van seriados como borregos creyendo estar comprando sue帽os de sus vidas, que de regreso a sus lugares de origen, se ufanar谩n de sus aza帽as de aventureros y de un cierto ba帽o semi cultural dirigido pero tonto. Mientras tanto las m谩quinas registradores del empresario del turismo no dejar谩n de sonar, y en el otro extremo una poblaci贸n que sufre su miseria y su expulsi贸n por esa plaga moderna llamada turismo.