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El monzón golpea los campos de personas refugiadas rohinyás de Bangladés

Las inundaciones y los deslizamientos de tierra han causado daños considerables en las infraestructuras y caminos, ya en pésimas condiciones. Laa organización Médicos Sin Fronteras ha tratado casos de ahogamiento y a personas por lesiones, infecciones del tracto respiratorio y diarrea acuosa aguda.

Calle inundada en el campo de Kutupalong a causa de las lluvias torrenciales.Simon Ming/MSF


Por Claire Hawkridge, coordinadora general de MSF en Bangladés.

El inicio de las lluvias monzónicas en Bangladesh ha traído más miseria si cabe a la comunidad rohingya que vive en refugios improvisados de bambú y plástico en la península de Cox's Bazar (Bangladesh). Las lluvias comenzaron en junio y, casi con toda seguridad, tendrán serias consecuencias en la salud y bienestar de los refugiados rohingya durante el monzón y también después de éste.

Cuando cayeron las primeras lluvias importantes, el impacto en las condiciones de vida de los campamentos fue muy grave: un niño murió, decenas de personas resultaron heridas y miles fueron desplazadasdebido a las inundaciones y a que sus refugios resultaron dañados. Al otro lado de los campamentos se podía ver a la gente vadeando torrentes de agua con deshechos de las letrinas que quedaban por los caminos e incluso acababan metiéndose en las tiendas de los refugiados.

"Nunca olvidaré a aquel anciano tembloroso, sin camisa y con un saco protegiendo su cabeza de la lluvia torrencial que dejó de asegurar su refugio para contarnos las dificultades que enfrentaba después de haber sido trasladado a otra parte del campo", explica Sam Turner, nuestro coordinador de emergencias en Cox’s Bazar.

"Él y su familia habían perdido las provisiones de alimentos durante el traslado. Ahora se encontraban sobre un montículo expuesto a las lluvias y donde tenían poco acceso a los servicios básicos del campo. Las letrinas cercanas, que estaban recién construidas, se desbordaban y los residuos descendían por la ladera. Su familia estaba dentro del refugio, acurrucada con en una lona en mitad de un mar de barro, mientras el hombre trataba de que el viento no se llevara de nuevo su hogar”.

Deslizamientos e inundaciones

Las inundaciones y los deslizamientos de tierra han causado daños considerables en las infraestructuras y caminos, que ya estaban en pésimas condiciones. En consecuencia, hemos tratado a personas por lesiones causadas por deslizamientos de tierra. Nuestros equipos también han visto varios casos de ahogamiento después de que algunas personas, concretamente niños y ancianos, cayeran en pozos y grandes huecos que se habían llenado de agua.

Cientos de miles de rohingyas siguen en riesgo debido a posibles brotes de enfermedades, las interrupciones de la asistencia humanitaria y el complicado acceso a la atención médica. "Hasta ahora hemos visto periodos de lluvia relativamente cortos pero increíblemente intensos, con deslizamientos de tierra, casas inundadas y otras arrastradas por las laderas", relata Ryan Bellingham, nuestro coordinador de agua y saneamiento.

Letrinas en mal estado

"La situación del saneamiento no ha hecho sino empeorar; muchas letrinas se llenan rápidamente y algunas se desbordan. Vemos las estructuras de las letrinas romperse y cómo éstas terminan ladera abajo debido a los deslizamientos de tierras”, añade.

En mayo, antes del inicio de las lluvias, había 17.302 letrinas disponibles para una población de 636.000 personas en el megacampo Kutupalong-Balukhali. Más de 2.500 letrinas de este asentamiento están ya repletas. En parte, debido a la mala calidad de la construcción. Esta cifra aumentará a medida que lleguen lluvias más intensas.

Seguimos monitoreando la situación. Nuestros equipos han empezado a trabajar en una instalación para procesar de forma segura los desechos de las letrinas, de modo que estas se puedan vaciar y poner nuevamente a disposición de las personas.

El acceso a las letrinas también es un problema. Muchas son comunales, es decir, compartidas por varias familias. Las fuertes lluvias hacen que caminar de las casas a las letrinas sea cada vez más peligroso. Debido a esto, muchas personas acaban por hacer sus necesidades al aire libre, lo que aumenta el riesgo para la salud pública cuando la materia fecal llega a ríos y arroyos.

Respuesta en salud

Nuestros equipos continúan ofreciendo tratamiento médico a las personas afectadas por las lluvias monzónicas. Además de las lesiones causadas directamente por inundaciones y deslizamientos de tierra, tratan trata también a muchos pacientes con infecciones del tracto respiratorio y casos de diarrea acuosa aguda.

Estamos preparados para responder tanto a emergencias como brotes de enfermedades. Además, hemos establecido centros de tratamiento de diarrea en la mayoría de los puestos de salud. Nuestros compañeros continúan visitando los hogares rohingya para realizar labores de educación en salud y vigilancia, y derivan los casos que lo requieran a los centros de salud.

La próxima temporada de ciclones comenzará poco después, en octubre, y es probable que genere más lluvias fuertes y, por tanto, más riesgos para la salud.




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