Por Ana De Luis Otero.- Queridas,
He esperado unos d铆as para hablar de vuestros respectivos compa帽eros y creo que todav铆a no s茅 qu茅 se puede decir. No estamos preparados jam谩s, por m谩s que nos vendan la pel铆cula, para ver a un amor marchar. Asimos la vida con la fuerza de no saber, porque realmente no lo apreciamos, lo fr谩gil que puede ser el momento de la marcha. Esa, que seguimos sin esperar. Ellos no lo esperaban, vosotras tampoco y los que nos quedamos en el camino nos seguimos preguntando el porqu茅.
He esperado unos d铆as para hablar de vuestros respectivos compa帽eros y creo que todav铆a no s茅 qu茅 se puede decir. No estamos preparados jam谩s, por m谩s que nos vendan la pel铆cula, para ver a un amor marchar. Asimos la vida con la fuerza de no saber, porque realmente no lo apreciamos, lo fr谩gil que puede ser el momento de la marcha. Esa, que seguimos sin esperar. Ellos no lo esperaban, vosotras tampoco y los que nos quedamos en el camino nos seguimos preguntando el porqu茅.

Pedro Roncal
Muchas son las palabras que decimos cuando nos encontramos de cara con la muerte; una enfermedad cr贸nica o un zasca de la vida. Y no es justo, siempre decimos lo mismo, pero es que no caben otras palabras dentro del dolor cuando a dos j贸venes periodistas se les ha arrebatado la vida. La profesionalidad y el olfato period铆stico est谩 de sobra probado; el de Pedro Roncal y el de 脕lex Bola帽os. Dos chicos a los que se les ha cortado la vida de un plumazo sin apenas prever que desde hace unos d铆as ya no estar谩n entre nosotros.
A Pilar Garc铆a Mu帽iz, a Tereixa Constela, solo nos queda escribir torpemente palabras de consuelo que quedan huecas, quedan vac铆as cuando sabemos que vuestros compa帽eros de viaje ya han marchado. La dureza de la vida que nos compromete para ser fuertes y la aquiescencia con la que debemos manejar el resto de los d铆as. Quedan los ni帽os en quienes encontrar茅is el necesario apoyo para amanecer y seguir luchando; y quedan los colegas, que aunque no tenemos palabras precisamente en este tiempo, seguimos aprendiendo de vosotras aunque nunca os lo hayamos dicho.
Muchas son las palabras que decimos cuando nos encontramos de cara con la muerte; una enfermedad cr贸nica o un zasca de la vida. Y no es justo, siempre decimos lo mismo, pero es que no caben otras palabras dentro del dolor cuando a dos j贸venes periodistas se les ha arrebatado la vida. La profesionalidad y el olfato period铆stico est谩 de sobra probado; el de Pedro Roncal y el de 脕lex Bola帽os. Dos chicos a los que se les ha cortado la vida de un plumazo sin apenas prever que desde hace unos d铆as ya no estar谩n entre nosotros.
A Pilar Garc铆a Mu帽iz, a Tereixa Constela, solo nos queda escribir torpemente palabras de consuelo que quedan huecas, quedan vac铆as cuando sabemos que vuestros compa帽eros de viaje ya han marchado. La dureza de la vida que nos compromete para ser fuertes y la aquiescencia con la que debemos manejar el resto de los d铆as. Quedan los ni帽os en quienes encontrar茅is el necesario apoyo para amanecer y seguir luchando; y quedan los colegas, que aunque no tenemos palabras precisamente en este tiempo, seguimos aprendiendo de vosotras aunque nunca os lo hayamos dicho.

脕lex Bola帽os
Hab茅is tenido una suerte enorme de haber dado con dos monstruos del periodismo; con dos amigos de viaje cuya huella queda tambi茅n en sus colegas, en sus alumnos, en todos los que alguna vez tuvimos el honor de conocerlos. Es tanta la belleza de las palabras que no caben en este obituario pero os constan y nos consta.
Compa帽eras, la noticia m谩s terrible para un periodista es hablar de otro que ha partido. Imaginaos, cuando son dos. ¡Qu茅 grandes eran!
En la quinta d茅cada de la vida nadie deber铆a partir; ni en la cuarta, ni en la tercera, ni en la segunda, y menos en la primera. A煤n no nos han sabido contar de qu茅 va esto; solo s茅 que necesariamente, la vida es contradictoria; injusta y terriblemente cruel.
Abrazo grande, torpes letras para estos dos periodistas espa帽oles.
Descansad en paz, amigos.
Hab茅is tenido una suerte enorme de haber dado con dos monstruos del periodismo; con dos amigos de viaje cuya huella queda tambi茅n en sus colegas, en sus alumnos, en todos los que alguna vez tuvimos el honor de conocerlos. Es tanta la belleza de las palabras que no caben en este obituario pero os constan y nos consta.
Compa帽eras, la noticia m谩s terrible para un periodista es hablar de otro que ha partido. Imaginaos, cuando son dos. ¡Qu茅 grandes eran!
En la quinta d茅cada de la vida nadie deber铆a partir; ni en la cuarta, ni en la tercera, ni en la segunda, y menos en la primera. A煤n no nos han sabido contar de qu茅 va esto; solo s茅 que necesariamente, la vida es contradictoria; injusta y terriblemente cruel.
Abrazo grande, torpes letras para estos dos periodistas espa帽oles.
Descansad en paz, amigos.