
Un enviado de Amnist铆a Internacional como observador de las manifestaciones en Magas, capital de Ingusetia, fue secuestrado, golpeado y sometido a terribles simulacros de ejecuci贸n por unos hombres que afirmaron ser miembros de los servicios de seguridad, denuncia la organizaci贸n.
Oleg Kozlovsky, ciudadano ruso que trabaja como investigador para Amnist铆a Internacional, lleg贸 a Magas el 5 de octubre para realizar labores de observaci贸n de las manifestaciones pac铆ficas que all铆 se desarrollaban contra el acuerdo fronterizo firmado recientemente por los dirigentes de Ingusetia y Chechenia.
La noche del 6 de octubre, un hombre enga帽贸 a Oleg dici茅ndole que era representante de los organizadores de las protestas para que subiera a su veh铆culo. Lo llevaron a un lugar a las afueras de la ciudad, y all铆 lo desnudaron, lo amenazaron, lo golpearon y lo insultaron durante dos horas de pesadilla.
“Me pusieron una pistola en la cabeza y me dijeron que iban a matarme. Los hombres se identificaron como agentes del Centro de Combate del Extremismo local, un cuerpo especial de la polic铆a. Exigieron saber los nombres de mis contactos en Ingusetia y me amenazaron con matar a mi esposa y mis hijos si denunciaba lo que hab铆a pasado”, dijo Oleg Kozlovsky.
“Pero no van a conseguir mi silencio por la fuerza. Es fundamental que el mundo conozca los peligros que sufren en Rusia los defensores y defensoras de los derechos humanos.”
La pesadilla de Oleg comenz贸 a eso de las 9 de la noche, cuando un hombre llam贸 a la puerta de su habitaci贸n en el hotel y dijo que uno de los organizadores de la protesta quer铆a entrevistarse con 茅l. Luego condujo a Oleg hasta un autom贸vil que esperaba al doblar la esquina y le dijo que se subiera. Cuando Oleg lo hizo, entraron tambi茅n en el veh铆culo dos hombres enmascarados, uno de los cuales le exigi贸 que apagara el tel茅fono m贸vil mientras el otro le daba un pu帽etazo en la cara.
Los hombres mantuvieron a Oleg con la cabeza baja para que no se le viera por la ventanilla mientras se dirig铆an en el veh铆culo hasta un lugar en el campo. All铆, lo obligaron a desnudarse y amenazaron con dispararle si intentaba escapar. Exigieron que les dijera qui茅n era, lo que hac铆a en Magas y para qui茅n trabajaba, y luego trataron de obligarlo a que se convirtiera en su informante.
Le dieron varios pu帽etazos, rompi茅ndole una costilla, y lo sometieron a dos simulacros de ejecuci贸n, en los que lo obligaron a tirarse boca abajo en el suelo y le pusieron un arma en la nuca mientras dec铆an que lo iban a matar. La segunda vez le dijeron que rezara. Adem谩s, le tomaron fotos desnudo y amenazaron con publicarlas si contaba lo que hab铆a ocurrido.
Cuando vieron que no pod铆an obligarlo a ser su informante, le confiscaron el tel茅fono m贸vil y la c谩mara y luego lo llevaron hasta la vecina rep煤blica de Osetia del Norte y lo dejaron en libertad cerca del aeropuerto. Antes de dejarlo en libertad, uno de los hombres le dijo: “No vuelvas jam谩s y no escribas porquer铆a sobre Ingusetia.”
“Fue un acto violento, perturbador y terrible. Pero las autoridades tienen que saber que no nos dejaremos acobardar ni intimidar por unos hombres que se esconden tras unas m谩scaras. Hemos presentado una denuncia formal a las autoridades rusas”, ha afirmado Marie Struthers, directora regional de Amnist铆a Internacional para Europa Oriental y Asia Central.
“Oleg fue secuestrado delante del personal del hotel y de las c谩maras de vigilancia, un d铆a en el que hab铆a una fuerte presencia policial en las calles de Magas. Las personas responsables de este cobarde ataque deben ser encontradas y llevadas ante la justicia sin demora.”