OPINI脫N de Emilio Cafassi.- Un hedor pol铆tico se instal贸 como densa niebla en Brasil prefigurando un futuro irrespirable. A las repugnancias pasadas y presentes por la magnitud y extensi贸n de la corrupci贸n de la totalidad del sistema pol铆tico y empresarial se le sumar谩 la fetidez cadav茅rica de las promesas de limpieza 茅tnica, vindicta y exterminio que anuncian los vencedores. La nueva atm贸sfera pol铆tica ya vino conformando tormentas neofascistas en EEUU y Europa, orientando luego la viraz贸n hacia este sur. Hoy Brasil es el l贸brego escenario donde se cierne esta amenaza.
No pretendo saldar en estas l铆neas la cl谩sica pol茅mica dilem谩tica sobre el peso de las personalidades en el curso de la historia, o contrariamente su car谩cter de meros int茅rpretes -a煤n involuntarios- de una 茅poca y sus leyes econ贸mico-sociales. S贸lo instalar la hip贸tesis de que una profunda descomposici贸n de los valores con los que se libra la lucha por el sentido de la vida social, puede sostener a este in茅dito y pestilente binomio de energ煤menos que se alzaron con la victoria en la primera vuelta. Y si tal hip贸tesis puede siquiera ser incluida en una ristra de causalidades potenciales, resulta imposible eludir las responsabilidades de izquierdas y progresismos para detener la putrefacci贸n moral y la resignaci贸n de la que se nutre esta escoria humana candidateada.
El dolor ante la decadencia de buena parte de los progresismos latinoamericanos del S. XXI no deber铆a debilitar la resistencia ante el creciente reforzamiento de la barbarie, pero menos a煤n eclipsar las interrogaciones, el despliegue de la m谩s amplia mirada cr铆tica y de la b煤squeda de renovados lenguajes emancipatorios. El rearme te贸rico, program谩tico, pol铆tico e ideol贸gico s贸lo podr谩 provenir de la ejecuci贸n de esta enorme tarea colectiva. Resulta emp铆ricamente incontrastable la d茅bil consistencia o, si se prefiere, sustentabilidad de las conquistas sociales y de derechos alcanzados en diversos pa铆ses sudamericanos en a帽os recientes. Su sola medida ya invita a escrupulosas revisiones de nuestras certezas.
Por caso, la de la simplona asociaci贸n entre la mejor distribuci贸n de la riqueza y el r茅dito electoral. Dilma Rousseff, pocos d铆as antes de ser absurda e injustamente destituida por un golpe parlamentario encomend贸 a una de sus ministras la realizaci贸n de una encuesta entre las mujeres que participaban del programa “Bolsa Familia”. Como comenta el soci贸logo Pablo Gentili en el diario “El Pa铆s” de Madrid, m谩s del 90% de ellas reconoci贸 que su vida hab铆a mejorado mucho o much铆simo. Pero luego al interrogar por las razones, una proporci贸n m铆nima lo atribuy贸 a la acci贸n de gobierno. Un contundente 80% sostuvo que fue “gracias a Dios”.
No parece casual que uno de los componentes de la alianza social que sostiene a estos exmilitares sean los poderosos e influyentes grupos religiosos brasile帽os. Ni tampoco las propias FF.AA, particularmente luego del protagonismo que ya insinuaron desde la ofensiva contra Dilma y Lula y del abandono del h谩lito nacionaloide que ostentaron, para realinearse con los EEUU desde la asunci贸n de Trump. La lista de exabruptos de estos nuevos cruzados es suficientemente conocida. Los profieren desde los viejos pilares de la bestialidad: la biblia y la espada. Sin embargo, es indispensable el uso del prefijo neo para diferenciar al hist贸rico fascismo de estas variantes contempor谩neas por su car谩cter neoliberal. Inclusive rechazando la sinceridad e incorrecci贸n pol铆tica de Bolsonaro y Mour芒o, la alianza se sella por arriba con las 茅lites banqueras, industriales y terratenientes, ya despojadas de toda pretensi贸n nacionalista. Cuando en un acto anticiparon que el ministro de econom铆a ser铆a el ultraortodoxo monetarista Paulo Guedes, Bolsonaro manifest贸 no entender de econom铆a, “pero hay un pasaje de la Biblia que dice que Dios no llama a los capacitados. ¡Capacita a los elegidos!”. Al d铆a siguiente de la elecci贸n, la bolsa tuvo record de negociaciones y subi贸 4%, mientras el d贸lar baj贸 2% apreciando el real. Con la divulgaci贸n de encuestas ya lo ven铆a haciendo, particularmente apalancada por la suba del 19% en las acciones de la f谩brica Taurus de rev贸lveres.
La propuesta pol铆tica por la que opta mayoritariamente la sociedad desprotegida, tanto de la inclemente criminalidad cuanto del avasallamiento de derechos otrora conquistados, no es otra que la autodefensa, un “s谩lvese quien pueda” con cierta ayuda de fuerzas militares o paramilitares.
El fracaso del PT en la utilizaci贸n de la maquinaria pol铆tica heredada como si fuera neutra, su convivencia acr铆tica con la religiosidad popular y su incapacidad de organizaci贸n territorial merecen ser tenidos muy en cuenta por las fuerzas progresistas que a煤n puedan defenderse del avance de las derechas o reconquistar el poder. Como concluy贸 el fil贸sofo Michael Onfray luego de analizar la Biblia, el Cor谩n y la Tor谩, cristianismo, islamismo y juda铆smo tienen en com煤n el odio a las mujeres, la ciencia, la inteligencia y el pensamiento racional.
En estas dos semanas deber谩n tejer la m谩s amplia alianza imaginable y la m谩s dura contraofensiva ideol贸gica en el intento de impedir el apocal铆ptico destino previsible. No s贸lo all铆. Creo necesaria la construcci贸n de un frente 煤nico internacional antifascista, al modo en que la III internacional lo formul贸 en 1935. Claro que ahora despojado de estalinismo.
De lo contrario, esta cruzada ser谩 en nombre de Dios, armas en mano y pleno dominio del capital. ¿Para qu茅 m谩s?
Emilio Cafassi
Profesor titular e investigador
Universidad de Buenos Aires
No pretendo saldar en estas l铆neas la cl谩sica pol茅mica dilem谩tica sobre el peso de las personalidades en el curso de la historia, o contrariamente su car谩cter de meros int茅rpretes -a煤n involuntarios- de una 茅poca y sus leyes econ贸mico-sociales. S贸lo instalar la hip贸tesis de que una profunda descomposici贸n de los valores con los que se libra la lucha por el sentido de la vida social, puede sostener a este in茅dito y pestilente binomio de energ煤menos que se alzaron con la victoria en la primera vuelta. Y si tal hip贸tesis puede siquiera ser incluida en una ristra de causalidades potenciales, resulta imposible eludir las responsabilidades de izquierdas y progresismos para detener la putrefacci贸n moral y la resignaci贸n de la que se nutre esta escoria humana candidateada.
El dolor ante la decadencia de buena parte de los progresismos latinoamericanos del S. XXI no deber铆a debilitar la resistencia ante el creciente reforzamiento de la barbarie, pero menos a煤n eclipsar las interrogaciones, el despliegue de la m谩s amplia mirada cr铆tica y de la b煤squeda de renovados lenguajes emancipatorios. El rearme te贸rico, program谩tico, pol铆tico e ideol贸gico s贸lo podr谩 provenir de la ejecuci贸n de esta enorme tarea colectiva. Resulta emp铆ricamente incontrastable la d茅bil consistencia o, si se prefiere, sustentabilidad de las conquistas sociales y de derechos alcanzados en diversos pa铆ses sudamericanos en a帽os recientes. Su sola medida ya invita a escrupulosas revisiones de nuestras certezas.
Por caso, la de la simplona asociaci贸n entre la mejor distribuci贸n de la riqueza y el r茅dito electoral. Dilma Rousseff, pocos d铆as antes de ser absurda e injustamente destituida por un golpe parlamentario encomend贸 a una de sus ministras la realizaci贸n de una encuesta entre las mujeres que participaban del programa “Bolsa Familia”. Como comenta el soci贸logo Pablo Gentili en el diario “El Pa铆s” de Madrid, m谩s del 90% de ellas reconoci贸 que su vida hab铆a mejorado mucho o much铆simo. Pero luego al interrogar por las razones, una proporci贸n m铆nima lo atribuy贸 a la acci贸n de gobierno. Un contundente 80% sostuvo que fue “gracias a Dios”.
No parece casual que uno de los componentes de la alianza social que sostiene a estos exmilitares sean los poderosos e influyentes grupos religiosos brasile帽os. Ni tampoco las propias FF.AA, particularmente luego del protagonismo que ya insinuaron desde la ofensiva contra Dilma y Lula y del abandono del h谩lito nacionaloide que ostentaron, para realinearse con los EEUU desde la asunci贸n de Trump. La lista de exabruptos de estos nuevos cruzados es suficientemente conocida. Los profieren desde los viejos pilares de la bestialidad: la biblia y la espada. Sin embargo, es indispensable el uso del prefijo neo para diferenciar al hist贸rico fascismo de estas variantes contempor谩neas por su car谩cter neoliberal. Inclusive rechazando la sinceridad e incorrecci贸n pol铆tica de Bolsonaro y Mour芒o, la alianza se sella por arriba con las 茅lites banqueras, industriales y terratenientes, ya despojadas de toda pretensi贸n nacionalista. Cuando en un acto anticiparon que el ministro de econom铆a ser铆a el ultraortodoxo monetarista Paulo Guedes, Bolsonaro manifest贸 no entender de econom铆a, “pero hay un pasaje de la Biblia que dice que Dios no llama a los capacitados. ¡Capacita a los elegidos!”. Al d铆a siguiente de la elecci贸n, la bolsa tuvo record de negociaciones y subi贸 4%, mientras el d贸lar baj贸 2% apreciando el real. Con la divulgaci贸n de encuestas ya lo ven铆a haciendo, particularmente apalancada por la suba del 19% en las acciones de la f谩brica Taurus de rev贸lveres.
La propuesta pol铆tica por la que opta mayoritariamente la sociedad desprotegida, tanto de la inclemente criminalidad cuanto del avasallamiento de derechos otrora conquistados, no es otra que la autodefensa, un “s谩lvese quien pueda” con cierta ayuda de fuerzas militares o paramilitares.
El fracaso del PT en la utilizaci贸n de la maquinaria pol铆tica heredada como si fuera neutra, su convivencia acr铆tica con la religiosidad popular y su incapacidad de organizaci贸n territorial merecen ser tenidos muy en cuenta por las fuerzas progresistas que a煤n puedan defenderse del avance de las derechas o reconquistar el poder. Como concluy贸 el fil贸sofo Michael Onfray luego de analizar la Biblia, el Cor谩n y la Tor谩, cristianismo, islamismo y juda铆smo tienen en com煤n el odio a las mujeres, la ciencia, la inteligencia y el pensamiento racional.
En estas dos semanas deber谩n tejer la m谩s amplia alianza imaginable y la m谩s dura contraofensiva ideol贸gica en el intento de impedir el apocal铆ptico destino previsible. No s贸lo all铆. Creo necesaria la construcci贸n de un frente 煤nico internacional antifascista, al modo en que la III internacional lo formul贸 en 1935. Claro que ahora despojado de estalinismo.
De lo contrario, esta cruzada ser谩 en nombre de Dios, armas en mano y pleno dominio del capital. ¿Para qu茅 m谩s?
Emilio Cafassi
Profesor titular e investigador
Universidad de Buenos Aires