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Explicar Brasil: unas observaciones e interrogantes desde fuera

OPINI脫N de Magdalena Le贸n T.- La perplejidad fue quiz谩 el denominador com煤n ante los hechos que se precipitaron o se revelaron en torno a las elecciones en Brasil. Tomar谩 tiempo explicar lo sucedido, se ha dicho. Una explicaci贸n que empieza a darse desde variadas aproximaciones, en unos casos con el imperativo de proseguir sin tregua en acciones de lucha, de resistencia, de defensa ante lo que ha sido evidente para el mundo: el gobierno de ultraderecha supone amenazas y peligros que ponen todo en riesgo, hasta los m铆nimos de democracia.



Ya circulan pautas explicativas tan l煤cidas como comprometidas, profundamente conocedoras desde lo acad茅mico y lo pol铆tico, que se remiten a lo hist贸rico o exploran en nuevos fen贸menos, que iluminan la comprensi贸n y en unos casos trasmiten fortaleza y esperanza. Este acento en el an谩lisis de procesos permite remontar una latente tendencia a ‘hallar culpables’, que invariablemente ha ubicado en las acciones u omisiones del progresismo y la izquierda las causas para el crecimiento de la derecha y la ultraderecha, haciendo abstracci贸n de complejidades, contradicciones y paradojas inherentes a todo proceso hist贸rico.

Las miradas ‘desde fuera’ est谩n llamadas tambi茅n a abonar a la explicaci贸n en ciernes. Los acercamientos no expertos, las percepciones y hasta las intuiciones que se han producido desde el compromiso y el inter茅s en el destino de este pa铆s, indisoluble del de la regi贸n, son un insumo. Am茅rica Latina vivi贸, con todos los matices, un proyecto com煤n de transformaci贸n en disputa nada f谩cil con el neoliberalismo. Un per铆odo intenso en el que se multiplicaron o profundizaron iniciativas compartidas, acciones comunes, redes y relaciones que nos hicieron conocernos o reconocernos en este nuestro Sur.

De ese acercamiento fragmentario, epis贸dico han surgido observaciones y preguntas en el camino, con los l铆mites de una mirada externa y parcial, pero que quiz谩 sirvan en la tarea colectiva de explicar al tiempo que se recupera y pone en perspectiva el acervo de movimiento y pensamiento generado, fundamental para afrontar esta nueva etapa. Algunas de estas se esbozan aqu铆.

1) Las mujeres brasile帽as se anticiparon en percibir y denunciar la escalada de una derecha con agenda tan recargada en lo neoliberal como en lo patriarcal. Han estado por eso en la primera l铆nea de la acci贸n pol铆tica en esta coyuntura. Previamente pudimos apreciar el crecimiento y protagonismo del movimiento de mujeres, con un liderazgo que irradi贸 al mundo –el caso de la Marcha Mundial de las Mujeres–, que se involucr贸 por igual en la movilizaci贸n y en la construcci贸n de pol铆ticas p煤blicas de cambio. Tom贸 especial relevancia pol铆tica en la reelecci贸n de Dilma, en su defensa ante el impeachment, en la resistencia al golpe, en la defensa de Lula, en la denuncia del peligro que representaba el ultraderechista Bolsonaro en las 煤ltimas elecciones.

En los momentos de escalada golpista en 2015, desde el 谩mbito regional atestigu谩bamos y denunci谩bamos tambi茅n que ‘Las fuerzas e intereses hostiles al cambio, defensores de ese orden neoliberal inseparable de formas exacerbadas de poder patriarcal, han desplegado en estos a帽os estrategias tramposas, que van desde la manipulaci贸n de los poderes legislativo y judicial, las guerras medi谩tica y econ贸mica, hasta la violencia directa, para disputar y debilitar los proyectos progresistas’[1].

En Brasil vimos florecer la movilizaci贸n e iniciativa permanentes de un feminismo comprometido con los destinos de nuestros pueblos. Rescatar e interpretar ese papel hace parte de la explicaci贸n buscada.

2) En el golpe de 2016 contra Dilma ya se exhibieron los elementos que ahora no han dejado de sorprender. Los tintes patriarcales, la misoginia, homofobia, racismo, fanatismo religioso, ataque a lo p煤blico, estuvieron presentes en los pobres discursos de los diputados en la jornada de votaci贸n del impeachment. As铆 registramos entonces esas impresiones:

‘Fue, sin duda, la exhibici贸n de la estructura de ese Congreso, con el anunciado ‘efecto manada’ en escena.Seguramente la mayor铆a de latinoamericanas/os no ten铆amos indicios del perfil de semejante grupo humano, imposible de intuir tras las noticias en general sesgadas que nos llegan.

Como una suerte de clones, desfilaban en el micr贸fono hombres cuyas intervenciones juntaban lo banal con lo rid铆culo. Un espect谩culo burlesco, en que iba subiendo de tono un irrespeto c铆nico a la democracia, al pueblo movilizado, a la integridad de la Presidenta Dilma. Se hizo derroche de degradaci贸n de la pol铆tica.

Invocando a dios, a sus familiares descritos con nombre y apellido, a sus amigos, a antivalores retr贸grados, a afanes privatizadores, votaban s铆, s铆, s铆, en un tono de feria, de vulgar festejo. Un s铆 que apunta deliberadamente a destruir, cual terremoto, esfuerzos de a帽os hacia la justicia social, a privar a los empobrecidos de antes de condiciones de alimentaci贸n, salud, educaci贸n, a debilitar lo p煤blico -cuyo valor estrat茅gico resalta precisamente en situaciones de cat谩strofe-, a desmantelar la integraci贸n regional soberana’.[2]

Ante la evidencia de que algunos de estos voceros fueron en su momento aliados pol铆ticos, resurg铆a una pregunta previa: ¿por qu茅 se hicieron alianzas de gobierno que supon铆an abdicar de la agenda propia y asumir la opuesta?

Al parecer una parte de los partidos que ahora pueblan la ultraderecha crecieron, cual cuervos, aprovechando la necesidad de alianzas para asegurar ‘gobernabilidad’. El r茅gimen pol铆tico prevaleciente determinaba alianzas partidarias en funci贸n de condiciones para el ejercicio del gobierno, para avanzar en pol铆ticas de redistribuci贸n e inclusi贸n que constitu铆an el objetivo central del gobierno del PT.

Una necesidad comprensible pero que llev贸 a un esquema perverso. En el segundo mandato de Dilma se observ贸 una conformaci贸n de gabinete que conced铆a espacios de decisi贸n a otros, especialmente en el frente econ贸mico se ve铆an representados de manera directa intereses del sector financiero y de los agro negocios. ¿Cu谩nto peso tuvo ese hecho en el resultado de perder-perder para el gobierno?: perd铆a espacios de poder, se somet铆a a la agenda de los opositores y asum铆a el costo pol铆tico de tomar medidas ajenas a su propuesta de gobierno.

Producido el golpe, desde fuera vimos una Presidenta activa en la denuncia, con claridad de enfoque en medio de una etapa turbia y confusa: “En Brasil, luego de un a帽o de haber destituido a la presidenta Dilma Rousseff sin ninguna prueba de las falsas acusaciones, el principal derrocador, Eduardo Cunha, ya preso por su prontuario de corrupci贸n, admite la evidente trama de conspiraci贸n con Michel Temer para dar ese golpe. La Presidenta identifica los m贸viles de tal acci贸n: alinear a Brasil en el neoliberalismo, frenar las investigaciones sobre las redes de corrupci贸n de los golpistas, y una misoginia que abarc贸 todas las esferas del golpe y fue utilizada como base del discurso para destruir su imagen ante la opini贸n p煤blica”[3].

3) ¿Por qu茅 ante el golpe no se despleg贸 una movilizaci贸n y solidaridad internacional rec铆proca? A diferencia de otros episodios de esta nueva generaci贸n de ‘golpes blandos’ consumados o frustrados -como los casos de Honduras, Bolivia, Ecuador-, que concitaron acciones y pronunciamientos importantes de denuncia y solidaridad, para el caso brasile帽o estas expresiones fueron bastante menores.

Las firmas de adhesi贸n a comunicados de solidaridad ya no flu铆an, sorprendieron silencios y hasta negativas al amparo de caracterizaciones de neoliberal, extractivista o neodesarrollista. Quiz谩 posturas comprensibles, pero que no ponderaban el balance de poder en juego.

M谩s all谩 de eso, qued贸 en entredicho la reciprocidad. En la din谩mica de cambio de estos a帽os, Brasil se abri贸 a la regi贸n de distintas maneras. Fue parte o apoy贸 tanto iniciativas de resistencia como de integraci贸n alternativa. Gest贸 y sostuvo experiencias in茅ditas como el Foro Social Mundial, impuls贸 y as铆 mismo sostuvo la Marcha Mundial de las Mujeres, gener贸 acciones de solidaridad internacional sin condiciones como las lideradas por el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra –MST-. Grandes aportes de movimiento y pensamiento. La pregunta sigue flotando en el aire….

4) ¿Por qu茅 no una campa帽a pro Haddad? Desde fuera se percib铆an los ecos de una campa帽a electoral que arranc贸 con aparente normalidad, refrendada o legitimada por la presencia de varios candidatos, mientras subsist铆a el dilema del PT de jugar todo y hasta el final en defensa de su l铆der y carta electoral, o apostar a un plan B. Lo ajustado en el tiempo de la inscripci贸n de su candidato Haddad se combin贸 con una campa帽a que pareci贸 optar por un acento casi total en ‘El No’, antes que en la denuncia de las consecuencias nefastas del golpe, ya evidentes, y en la propuesta para un nuevo gobierno PT.

Los siniestros personajes que rodean al se帽or Trump han sido pr贸digos en contar sus estrategias de propaganda, de construcci贸n de imagen medi谩tico-pol铆tica. As铆, han subrayado como b谩sico buscar presencia noticiosa permanente y destacada en los medios, estar en los titulares ojal谩 cada d铆a, no importa si tales noticias son buenas o malas. Colocar a Bolsonaro en el centro absoluto de la escena ¿no contribuy贸 a elevar su perfil y agrandar su imagen?

A nivel internacional se hizo eco tambi茅n del horror o la indignaci贸n ante los dichos del ex militar, creci贸 la denuncia sobre los tintes fascistas de sus mensajes y ‘propuestas’. La menci贸n al programa econ贸mico que representa y enarbola, sin duda el coraz贸n o meollo de lo que est谩 en juego, qued贸 en plano muy secundario.

Tambi茅n al considerar el fen贸meno medi谩tico, saltaba la duda: ¿la repetici贸n de sus mensajes llegaba como denuncia, como alarma que cae por su propio peso, o llevaba, perversamente, a percibir como ‘normales’ enunciados que en principio son inaceptables o condenables, a ubicarlos dentro de los l铆mites de lo posible?

Era, as铆 mismo, inevitable preguntarse ¿qu茅 le dicen al com煤n de los votantes los t茅rminos misoginia, homofobia e incluso fascismo? –este 煤ltimo a煤n con la connotaci贸n de un uso de sentido com煤n y no con el rigor de un producto hist贸rico situado-.

La campa帽a 脡l No tuvo una l铆nea de continuidad con el proceso previo de denuncia ya mencionado y logr贸 el cometido de interpelar a las electoras, con un resultado visible en la disputa de ese voto. Fue una l铆nea necesaria y exitosa, pero la campa帽a como un todo pod铆a sumar y combinar otros focos.

Mientras tanto, las expresiones de adhesi贸n de dentro y de fuera no dejaron de tener un toque vergonzante, como si hiciera falta un pretexto externo para apoyar la candidatura del PT, su plan de gobierno. Se percib铆an como adhesiones desde la debilidad, reconociendo fuerza superlativa al ‘denunciado’. As铆, se repet铆a que ‘a pesar de los muchos errores del PT’ sus gobiernos significaron avances sociales. O que m谩s all谩 de cualquier posici贸n u opci贸n pol铆tica era necesario ‘defender la democracia’, cuando 茅sta ha sido asediada y debilitada precisamente desde la anti pol铆tica, el no compromiso, la supuesta invalidez de las diferencias entre izquierda y derecha.

5) Mucho se ha insistido en la disputa cultural e ideol贸gica necesaria para enfrentar el proyecto neoliberal y abrir un cauce duradero de transformaciones. En este campo, siempre desde fuera, han surgido interrogantes sobre una posible brecha entre los cambios propiciados por los gobiernos del PT y el discurso al respecto.

Un modelo de inclusi贸n que conjugaba justicia social, construcci贸n de igualdad, fortalecimiento de lo p煤blico y del bien com煤n, se confund铆a o ensombrec铆a al ser aludido en otros t茅rminos, por momentos se solap贸 un discurso que enfatizaba en una inclusi贸n de mercado, en logros individuales v铆a acceso al consumo. Balances sobre las percepciones de la movilidad social ocurrida ofrec铆an inquietantes pistas: las personas que salieron de la pobreza atribu铆an ese cambio en primer lugar a Dios, y s贸lo en cuarto lugar a las pol铆ticas p煤blicas[4].

La tarea de leer en sentido de proceso es necesaria para Brasil, la regi贸n y el mundo. No s贸lo se trata de interpretar qu茅 fall贸, sino, ante todo, de rescatar el acervo de movimiento y pensamiento generados en estas experiencias hist贸ricas, afirmar el sentido de izquierda de las transformaciones. La ultraderecha tiene claros los objetivos de su ataque, no s贸lo los que se han amplificado con su carga de sensacionalismo, sino los que reitera de modo m谩s sistem谩tico: acabar con la izquierda y cualquier proyecto de transformaci贸n ‘comunista’.



[1] ‘Con Dilma y las mujeres brasile帽as’, pronunciamiento del GT Feminismos, transformaciones y alternativas en Am茅rica Latina de CLACSO, diciembre 2015.
[2] Le贸n, M., ‘El golpe visto desde el terremoto’, ALAI, Quito, abril 2016. https://www.alainet.org/es/articulo/176942
[3] Le贸n T., Magdalena, ‘El huevo de la serpiente’, Quito, 29 abril 2017, https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/cartas/1/el-huevo-de-la-serpiente-2
[4] Informaci贸n mencionada por Dilma Rouseff en el programa ‘Conversando con Correa’, RT, 18 abril 2018.




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