Tras a帽os del control del Estado Isl谩mico y un a帽o de fuertes enfrentamientos para reconquistar ciudades en el norte del pa铆s, las cicatrices psicol贸gicas y emocionales de la guerra son inmensas y miles de personas necesitan esta asistencia.

Por Jean Christophe Nougaret
Mahmud es un psic贸logo sirio. Huy贸 de Siria a principios de 2015 y se uni贸 a nuestra organizaci贸n al llegar a Irak. En el campo de Hasan Sham-M2 (entre Erbil y Mosul), proporciona asistencia a desplazados iraqu铆es que necesitan atenci贸n en salud mental.
El cielo es casi blanco al mediod铆a y el reflejo del sol en las rocas beige del campo nos est谩 cegando. El calor en esta parte de Irak es extremo, llegando a veces a los 50潞. Cientos de tiendas de campa帽a arden bajo el sol del mediod铆a en Hasan Sham, el campo M2, que se ha convertido en un refugio temporal para 28.000 del casi un mill贸n de iraqu铆es desplazadosa causa de los 10 meses de enfrentamientos en Mosul y sus alrededores.
Mahmud nos recibe con su sonrisa amable y amistosa y nos invita a una modesta sala de consulta con aire acondicionado en una de las dos unidades prefabricadas de nuestra cl铆nica en el campo.
"El ambiente ha mejorado desde que llegamos", dice Mahmud. “Ahora recibimos pacientes en un entorno m谩s privado. Pero todav铆a tenemos dificultades para brindar apoyo a todos los que lo requieren porque son muchos y es dif铆cil encontrar personal con el nivel adecuado de experiencia en psicolog铆a y trauma", a帽ade.
Al principio, en 2012, el equipo estaba trabajando con refugiados sirios. Despu茅s, la primera ola de desplazados iraqu铆es lleg贸 en 2014. Tras el lanzamiento de la batalla de Mosul en octubre de 2017, recibimos una gran afluencia de pacientes. Si bien la conciencia sobre la salud mental est谩 creciendo, la mayor铆a de las personas no solicita espont谩neamente estos servicios, ni en ocasiones, tampoco sabe d贸nde encontrarlos.
Adem谩s, los servicios de salud mental en Irak est谩n centralizados principalmente en hospitales alrededor de las 谩reas de psiquiatr铆a, y muchos de estos hospitales carecen de medicamentos apropiados. El apoyo psicol贸gico no est谩 muy extendido en la comunidad.
Pero tras a帽os del control del Estado Isl谩mico en muchas partes de Irak y un a帽o de fuertes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad iraqu铆es y el Estado Isl谩mico para reconquistar ciudades en el norte de Irak, las cicatrices psicol贸gicas y emocionales de la guerra son inmensas y miles de personas necesitan esta asistencia. Despu茅s de escapar de las primeras l铆neas de frente, hay todav铆a mucho miedo por la seguridad y preocupaci贸n sobre el futuro.
“La gente que viene aqu铆 lo ha perdido todo. Vemos personas de todas las edades. El trauma emocional es una condici贸n muy dif铆cil para recuperarse. Vienen con s铆ntomas como depresi贸n y ansiedad. Les sentamos, les escuchamos, hablamos con ellos y despu茅s de las sesiones terap茅uticas, se sienten mejor y encuentran la esperanza de nuevo. Esto les ayuda a encontrar un sentido a su vida despu茅s de todas sus dudas. Muchos pierden la confianza en todo y aqu铆 se encuentran con personas que se preocupan por ellos, que les prestan su tiempo y atenci贸n, y que los tratan con dignidad, como seres humanos. Con nosotros recuperan su humanidad. Es bueno ver la luz en esta oscuridad. Y tambi茅n es bueno para m铆, como refugiado sirio, poder ayudar a otras personas", dice Mahmud.
25 pacientes por semana
“Cada persona es diferente”, dice. “Su capacidad para recuperarse depende de su personalidad, su resiliencia y el apoyo que tengan en el campo. Hacemos seguimiento de sus casos durante tres y cinco meses. Les atendemos en sesiones individuales, en pareja, en familias con hijos y a veces tambi茅n en grupos. Tenemos mucha variedad de casos. Recuerdo un hombre que estaba con medicaci贸n antes del conflicto pero no hab铆a podido recibir sus medicinas durante un tiempo. Como parte del tratamiento, el psiquiatra le dio sus medicamentos pero no las tom贸. As铆 que junto a los promotores de salud fuimos a visitarle varias veces para que confiara en nosotros, y nos contara. Ahora tiene una peque帽a tienda y puede cuidar de su familia”.
En Irak, como en muchas situaciones de conflicto, hombres y mujeres llegan con sus familias a los campos, donde encuentran un lugar seguro para vivir despu茅s de haber sufrido heridas o traumas. Pero en los campos no tienen trabajo, normalmente no pueden salir. Los hombres sienten que no pueden mantener su estatus de cabeza de familia, as铆 que pierden el sentido de responsabilidad social y la autoconfianza.
Las mujeres toman todas las responsabilidades. Muchas se quedan viudas o sus maridos est谩n perdidos y no pueden cuidar de sus hijos mientras intentan llegar a fin de mes. Ellas cargan con todo el peso de las responsabilidades en el hogar.
“Hab铆a una mujer con tres hijos”, cuenta Mahmud. “Ella se enfrentaba a una grave depresi贸n. No pod铆a dormir ni comer, hab铆a perdido el inter茅s en la vida. Estaba aislada e incluso ten铆a intenciones suicidas. Fue referida por otra organizaci贸n con la que trabajamos en el campo, porque no sab铆an la medicaci贸n que necesitaba. La primera vez que la vi me dijo ‘he perdido a mi hijo y no s茅 qu茅 pasa por mi cabeza’. Cuando se despidi贸 y tras tres meses de seguimiento y antidepresivos dijo: ‘Todav铆a siento dolor en mi coraz贸n, pero ahora puedo avanzar y vivir mi vida. Todos los malos pensamientos, se fueron’“.
Muchos de los menores han quedado traumatizados por el conflicto y el desplazamiento. Sufren ansiedad, y tienen pesadillas de forma regular. Como los medicamentos deben evitarse para los menores, las sesiones con el psic贸logo son su tratamiento principal. Los ni帽os y ni帽as se pueden curar m谩s f谩cil y r谩pido que los adultos si se encuentran en un entorno seguro. Hay algunas escuelas en el campo, pero muchos ni帽os no fueron a la escuela antes del conflicto. Les gusta m谩s correr uno tras otro por los callejones del campo, o descansar bajo la sombra de sus tiendas durante las horas m谩s calurosas del d铆a.
Hoy, nuestros equipos ven c贸mo las personas vuelven a sus hogares y, a veces, regresan de nuevo al campo, ya sea porque sus vecindarios siguen siendo inseguros o simplemente porque sus hogares ya no existen. De los que vuelven a casa, muchos no tienen acceso a agua, electricidad o trabajo. Vuelven porque en el campo, al menos tienen un refugio y acceso a agua, electricidad, ayuda humanitaria, atenci贸n m茅dica y alimentos.
18.000 consultas en casi tres a帽os
En septiembre, alrededor de 90.000 personas desplazadas internamente viv铆an en nueve campos en los que trabajamos, entre Erbil y Mosul. En estos campos, somos la 煤nica ONG que proporciona atenci贸n psiqui谩trica a los pacientes gravemente afectados, y a todos los pacientes que previamente ten铆an trastornos psiqui谩tricos y que quedaron sin atenci贸n debido al conflicto.
Debido a que las necesidades son enormes, tenemos un equipo que consta de m谩s de 20 profesionales de la salud mental. El equipo tiene la capacidad de proporcionar los tres componentes de la atenci贸n de salud mental: atenci贸n psiqui谩trica para casos graves que requieren medicamentos, atenci贸n psicol贸gica con psicoterapia y apoyo psicosocial para encontrar soluciones pr谩cticas con otras ONG para la vida cotidiana de los pacientes.
"Nuestros pacientes pueden ser remitidos por otras organizaciones o por nuestros equipos m茅dicos", explica Renata R. Santos, nuestra responsable de las actividades de salud mental en Erbil. "Tambi茅n pueden venir por s铆 mismos si se enteraron de nuestros servicios. En julio de 2017, ampliamos el n煤mero de trabajadores comunitarios de salud en nuestro equipo: van de tienda en tienda para explicar que las personas en entornos muy perturbadores pueden sufrir problemas de salud mental y para dar informaci贸n sobre los servicios que ofrecemos. Tambi茅n visitan a los pacientes cuando pierden una cita. Antes esto lo hac铆an los consejeros psicosociales, pero debido a su carga de trabajo, la actividad no se realizaba con regularidad".
Cuando el paciente llega a nuestra cl铆nica, primero ve al consejero psicosocial que, despu茅s de una evaluaci贸n, lo refiere al psic贸logo o psiquiatra si se trata de un caso moderado o grave.
Desde el a帽o pasado, los equipos del proyecto Erbil ofrecieron m谩s de 18.000 consultas de salud mental y m谩s de 23.000 consultas m茅dicas, incluidas consultas para enfermedades no transmisibles (principalmente diabetes, epilepsia, asma, hipertensi贸n).

Jean Christophe Nougaret/MSF
Por Jean Christophe Nougaret
Mahmud es un psic贸logo sirio. Huy贸 de Siria a principios de 2015 y se uni贸 a nuestra organizaci贸n al llegar a Irak. En el campo de Hasan Sham-M2 (entre Erbil y Mosul), proporciona asistencia a desplazados iraqu铆es que necesitan atenci贸n en salud mental.
El cielo es casi blanco al mediod铆a y el reflejo del sol en las rocas beige del campo nos est谩 cegando. El calor en esta parte de Irak es extremo, llegando a veces a los 50潞. Cientos de tiendas de campa帽a arden bajo el sol del mediod铆a en Hasan Sham, el campo M2, que se ha convertido en un refugio temporal para 28.000 del casi un mill贸n de iraqu铆es desplazadosa causa de los 10 meses de enfrentamientos en Mosul y sus alrededores.
Mahmud nos recibe con su sonrisa amable y amistosa y nos invita a una modesta sala de consulta con aire acondicionado en una de las dos unidades prefabricadas de nuestra cl铆nica en el campo.
"El ambiente ha mejorado desde que llegamos", dice Mahmud. “Ahora recibimos pacientes en un entorno m谩s privado. Pero todav铆a tenemos dificultades para brindar apoyo a todos los que lo requieren porque son muchos y es dif铆cil encontrar personal con el nivel adecuado de experiencia en psicolog铆a y trauma", a帽ade.
Al principio, en 2012, el equipo estaba trabajando con refugiados sirios. Despu茅s, la primera ola de desplazados iraqu铆es lleg贸 en 2014. Tras el lanzamiento de la batalla de Mosul en octubre de 2017, recibimos una gran afluencia de pacientes. Si bien la conciencia sobre la salud mental est谩 creciendo, la mayor铆a de las personas no solicita espont谩neamente estos servicios, ni en ocasiones, tampoco sabe d贸nde encontrarlos.
Adem谩s, los servicios de salud mental en Irak est谩n centralizados principalmente en hospitales alrededor de las 谩reas de psiquiatr铆a, y muchos de estos hospitales carecen de medicamentos apropiados. El apoyo psicol贸gico no est谩 muy extendido en la comunidad.
Pero tras a帽os del control del Estado Isl谩mico en muchas partes de Irak y un a帽o de fuertes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad iraqu铆es y el Estado Isl谩mico para reconquistar ciudades en el norte de Irak, las cicatrices psicol贸gicas y emocionales de la guerra son inmensas y miles de personas necesitan esta asistencia. Despu茅s de escapar de las primeras l铆neas de frente, hay todav铆a mucho miedo por la seguridad y preocupaci贸n sobre el futuro.
“La gente que viene aqu铆 lo ha perdido todo. Vemos personas de todas las edades. El trauma emocional es una condici贸n muy dif铆cil para recuperarse. Vienen con s铆ntomas como depresi贸n y ansiedad. Les sentamos, les escuchamos, hablamos con ellos y despu茅s de las sesiones terap茅uticas, se sienten mejor y encuentran la esperanza de nuevo. Esto les ayuda a encontrar un sentido a su vida despu茅s de todas sus dudas. Muchos pierden la confianza en todo y aqu铆 se encuentran con personas que se preocupan por ellos, que les prestan su tiempo y atenci贸n, y que los tratan con dignidad, como seres humanos. Con nosotros recuperan su humanidad. Es bueno ver la luz en esta oscuridad. Y tambi茅n es bueno para m铆, como refugiado sirio, poder ayudar a otras personas", dice Mahmud.
25 pacientes por semana
“Cada persona es diferente”, dice. “Su capacidad para recuperarse depende de su personalidad, su resiliencia y el apoyo que tengan en el campo. Hacemos seguimiento de sus casos durante tres y cinco meses. Les atendemos en sesiones individuales, en pareja, en familias con hijos y a veces tambi茅n en grupos. Tenemos mucha variedad de casos. Recuerdo un hombre que estaba con medicaci贸n antes del conflicto pero no hab铆a podido recibir sus medicinas durante un tiempo. Como parte del tratamiento, el psiquiatra le dio sus medicamentos pero no las tom贸. As铆 que junto a los promotores de salud fuimos a visitarle varias veces para que confiara en nosotros, y nos contara. Ahora tiene una peque帽a tienda y puede cuidar de su familia”.
En Irak, como en muchas situaciones de conflicto, hombres y mujeres llegan con sus familias a los campos, donde encuentran un lugar seguro para vivir despu茅s de haber sufrido heridas o traumas. Pero en los campos no tienen trabajo, normalmente no pueden salir. Los hombres sienten que no pueden mantener su estatus de cabeza de familia, as铆 que pierden el sentido de responsabilidad social y la autoconfianza.
Las mujeres toman todas las responsabilidades. Muchas se quedan viudas o sus maridos est谩n perdidos y no pueden cuidar de sus hijos mientras intentan llegar a fin de mes. Ellas cargan con todo el peso de las responsabilidades en el hogar.
“Hab铆a una mujer con tres hijos”, cuenta Mahmud. “Ella se enfrentaba a una grave depresi贸n. No pod铆a dormir ni comer, hab铆a perdido el inter茅s en la vida. Estaba aislada e incluso ten铆a intenciones suicidas. Fue referida por otra organizaci贸n con la que trabajamos en el campo, porque no sab铆an la medicaci贸n que necesitaba. La primera vez que la vi me dijo ‘he perdido a mi hijo y no s茅 qu茅 pasa por mi cabeza’. Cuando se despidi贸 y tras tres meses de seguimiento y antidepresivos dijo: ‘Todav铆a siento dolor en mi coraz贸n, pero ahora puedo avanzar y vivir mi vida. Todos los malos pensamientos, se fueron’“.
Muchos de los menores han quedado traumatizados por el conflicto y el desplazamiento. Sufren ansiedad, y tienen pesadillas de forma regular. Como los medicamentos deben evitarse para los menores, las sesiones con el psic贸logo son su tratamiento principal. Los ni帽os y ni帽as se pueden curar m谩s f谩cil y r谩pido que los adultos si se encuentran en un entorno seguro. Hay algunas escuelas en el campo, pero muchos ni帽os no fueron a la escuela antes del conflicto. Les gusta m谩s correr uno tras otro por los callejones del campo, o descansar bajo la sombra de sus tiendas durante las horas m谩s calurosas del d铆a.
Hoy, nuestros equipos ven c贸mo las personas vuelven a sus hogares y, a veces, regresan de nuevo al campo, ya sea porque sus vecindarios siguen siendo inseguros o simplemente porque sus hogares ya no existen. De los que vuelven a casa, muchos no tienen acceso a agua, electricidad o trabajo. Vuelven porque en el campo, al menos tienen un refugio y acceso a agua, electricidad, ayuda humanitaria, atenci贸n m茅dica y alimentos.
18.000 consultas en casi tres a帽os
En septiembre, alrededor de 90.000 personas desplazadas internamente viv铆an en nueve campos en los que trabajamos, entre Erbil y Mosul. En estos campos, somos la 煤nica ONG que proporciona atenci贸n psiqui谩trica a los pacientes gravemente afectados, y a todos los pacientes que previamente ten铆an trastornos psiqui谩tricos y que quedaron sin atenci贸n debido al conflicto.
Debido a que las necesidades son enormes, tenemos un equipo que consta de m谩s de 20 profesionales de la salud mental. El equipo tiene la capacidad de proporcionar los tres componentes de la atenci贸n de salud mental: atenci贸n psiqui谩trica para casos graves que requieren medicamentos, atenci贸n psicol贸gica con psicoterapia y apoyo psicosocial para encontrar soluciones pr谩cticas con otras ONG para la vida cotidiana de los pacientes.
"Nuestros pacientes pueden ser remitidos por otras organizaciones o por nuestros equipos m茅dicos", explica Renata R. Santos, nuestra responsable de las actividades de salud mental en Erbil. "Tambi茅n pueden venir por s铆 mismos si se enteraron de nuestros servicios. En julio de 2017, ampliamos el n煤mero de trabajadores comunitarios de salud en nuestro equipo: van de tienda en tienda para explicar que las personas en entornos muy perturbadores pueden sufrir problemas de salud mental y para dar informaci贸n sobre los servicios que ofrecemos. Tambi茅n visitan a los pacientes cuando pierden una cita. Antes esto lo hac铆an los consejeros psicosociales, pero debido a su carga de trabajo, la actividad no se realizaba con regularidad".
Cuando el paciente llega a nuestra cl铆nica, primero ve al consejero psicosocial que, despu茅s de una evaluaci贸n, lo refiere al psic贸logo o psiquiatra si se trata de un caso moderado o grave.
Desde el a帽o pasado, los equipos del proyecto Erbil ofrecieron m谩s de 18.000 consultas de salud mental y m谩s de 23.000 consultas m茅dicas, incluidas consultas para enfermedades no transmisibles (principalmente diabetes, epilepsia, asma, hipertensi贸n).