OPINI脫N de Sally Burch.- El cerco se aprieta sobre el fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien sigue en condici贸n de asilado en la Embajada de Ecuador en Londres. La persecuci贸n internacional crece y sus derechos son coartados.
A mediados de noviembre, se filtr贸 (aparentemente de forma involuntaria) que existe efectivamente una acusaci贸n sumaria contra Assange en EEUU, cuya naturaleza a煤n no se ha divulgado. Este martes, 27 de noviembre, una jueza federal de EEUU posterg贸 una decisi贸n, solicitada por el Comit茅 de Reporteros por la Libertad de Prensa, de ordenar que se revele el contenido de la acusaci贸n, una vez que queda confirmado que 茅sta existe. El Departamento de Justicia, por su parte, defiende mantenerla en secreto, hasta que el acusado sea detenido.
Mientras tanto, las autoridades brit谩nicas mantienen su intenci贸n de detener a Assange si sale de la embajada, por haber violado la libertad condicional, cuando entr贸 a la embajada hace seis a帽os, (a pesar de que ya ha vencido la investigaci贸n judicial que realizaba Suecia, sin que se haya planteado cargo alguno). Lo m谩s probable es que, si ello sucede, EEUU solicitar谩 su extradici贸n. Estos hechos refuerzan los argumentos de Assange y su equipo legal de que corre el riesgo de un juicio en EEUU, que podr铆a acarrear la pena de muerte. Ese es el principal motivo que justifica mantener el asilo.
Para EEUU es complicado enjuiciar al periodista/editor por la publicaci贸n de miles de documentos confidenciales, ya que implicar铆a un atentado a la libertad de prensa. Es m谩s, tendr铆an que acusar tambi茅n a los grandes medios que replicaron la informaci贸n. Vale recordar que Wikileaks es un portal donde se publican documentos entregados por quienes en ingl茅s se llaman “whistleblowers”, o sea, denunciantes que develan irregularidades en las instituciones donde trabajan, por consideraciones de inter茅s p煤blico. Wikileaks verifica el origen de los documentos, pero protege la identidad del denunciante. Por lo mismo, Assange no es, como a veces se le tilda, un “hacker” (en el sentido de alguien que viola la seguridad de equipos electr贸nicos sin autorizaci贸n[1]), sino el director de un editorial.
Por ello, EEUU m谩s bien trata de vincularlo a espionaje, pero ello implicar铆a demostrar que trabaja para alg煤n otro gobierno. Hay indicios ahora de que se busca acusarle de colusi贸n con Rusia, en el caso actualmente bajo investigaci贸n de la posible implicaci贸n de servicios de inteligencia rusos en la sustracci贸n de emails del Partido Dem贸crata, que posteriormente fueron publicados por Wikileaks durante la 煤ltima campa帽a presidencial, hecho que puede haber favorecido la candidatura de Donald Trump. Wikileaks ha negado cualquier v铆nculo con los rusos en el caso.
M谩s all谩 de los pormenores de la acusaci贸n, lo que es evidente es que los gobiernos afectados no le perdonan a Wikileaks haber revelado sus documentos confidenciales. Mucho menos quieren reconocer que Wikileaks ha brindado un gran servicio a la humanidad al sacar a la luz p煤blica asuntos sobre los cuales los gobiernos deber铆an rendir cuentas, m谩xime cuando est谩 en juego el uso de fondos p煤blicos.
Ecuador bajo presi贸n
Entretanto, la situaci贸n de Julian Assange en la embajada ecuatoriana, donde est谩 pr谩cticamente incomunicado desde hace seis meses, es cada vez m谩s insostenible; todo indica que es justamente esto lo que busca el gobierno de Lenin Moreno, que le considera un hu茅sped indeseado y una herencia inc贸moda del gobierno anterior. La Corte Interamericana ratific贸, en julio pasado, que Ecuador tiene la obligaci贸n, no s贸lo de garantizar el asilo, sino de adoptar medidas positivas para que el asilado no sea entregado, lo que sin duda fren贸 la intenci贸n de expulsarlo de la embajada. Desde octubre se le ha impuesto un protocolo de “reglas de convivencia” que atentan a sus derechos b谩sicos y libertad de expresi贸n. Llama la atenci贸n, adem谩s, que el 21 de noviembre, por decreto presidencial, se ces贸 al embajador en funciones, Carlos Antonio Abad Ortiz, antes de que cumpla el plazo normal; tambi茅n se ha cambiado todo el personal de la embajada. Y a partir de diciembre el asilado debe cubrir sus propios gastos de alimentaci贸n y comunicaci贸n. Todo indica que, al no poder expulsarle, se le quiere hacer la vida tan dif铆cil para obligarle a abandonar la embajada, sea por voluntad propia o por un quiebre de su salud (la cual ya est谩 bastante delicada por el encierro y la falta de acceso a atenci贸n m茅dica adecuada).
No es coincidencia que el gobierno de Ecuador, que en el campo internacional ha pasado a priorizar las relaciones de cooperaci贸n y acuerdos comerciales con EEUU y Reino Unido, est茅 sometido a m煤ltiples presiones para rescindir el asilo de Julian Assange. Cuando el Vicepresidente estadounidense, Mike Pence, visit贸 Quito, en junio pasado, abord贸 el tema con el presidente Moreno, a instancias de varios senadores, principalmente del Partido Dem贸crata. Si bien Moreno neg贸 que se haya abordado el tema de Assange, la Casa Blanca lo confirm贸 y se帽al贸 que acordaron mantenerse en coordinaci贸n estrecha para los pr贸ximos pasos. ¿Se debe entender que las actuales presiones sobre Assange son parte de estos “pasos”?
Ecuador se destac贸 en el escenario mundial por haber otorgado el asilo a Julian Assange, desafiando la presi贸n de las potencias mundiales. Incluso fue el gobierno actual que le dio la ciudadan铆a hace un a帽o. Parece que esto qued贸 atr谩s, y que, a estas alturas, solo una fuerte campa帽a internacional en defensa de los derechos de Julian Assange y de Wikileaks podr铆a evitar un desenlace fat铆dico.
A mediados de noviembre, se filtr贸 (aparentemente de forma involuntaria) que existe efectivamente una acusaci贸n sumaria contra Assange en EEUU, cuya naturaleza a煤n no se ha divulgado. Este martes, 27 de noviembre, una jueza federal de EEUU posterg贸 una decisi贸n, solicitada por el Comit茅 de Reporteros por la Libertad de Prensa, de ordenar que se revele el contenido de la acusaci贸n, una vez que queda confirmado que 茅sta existe. El Departamento de Justicia, por su parte, defiende mantenerla en secreto, hasta que el acusado sea detenido.
Mientras tanto, las autoridades brit谩nicas mantienen su intenci贸n de detener a Assange si sale de la embajada, por haber violado la libertad condicional, cuando entr贸 a la embajada hace seis a帽os, (a pesar de que ya ha vencido la investigaci贸n judicial que realizaba Suecia, sin que se haya planteado cargo alguno). Lo m谩s probable es que, si ello sucede, EEUU solicitar谩 su extradici贸n. Estos hechos refuerzan los argumentos de Assange y su equipo legal de que corre el riesgo de un juicio en EEUU, que podr铆a acarrear la pena de muerte. Ese es el principal motivo que justifica mantener el asilo.
Para EEUU es complicado enjuiciar al periodista/editor por la publicaci贸n de miles de documentos confidenciales, ya que implicar铆a un atentado a la libertad de prensa. Es m谩s, tendr铆an que acusar tambi茅n a los grandes medios que replicaron la informaci贸n. Vale recordar que Wikileaks es un portal donde se publican documentos entregados por quienes en ingl茅s se llaman “whistleblowers”, o sea, denunciantes que develan irregularidades en las instituciones donde trabajan, por consideraciones de inter茅s p煤blico. Wikileaks verifica el origen de los documentos, pero protege la identidad del denunciante. Por lo mismo, Assange no es, como a veces se le tilda, un “hacker” (en el sentido de alguien que viola la seguridad de equipos electr贸nicos sin autorizaci贸n[1]), sino el director de un editorial.
Por ello, EEUU m谩s bien trata de vincularlo a espionaje, pero ello implicar铆a demostrar que trabaja para alg煤n otro gobierno. Hay indicios ahora de que se busca acusarle de colusi贸n con Rusia, en el caso actualmente bajo investigaci贸n de la posible implicaci贸n de servicios de inteligencia rusos en la sustracci贸n de emails del Partido Dem贸crata, que posteriormente fueron publicados por Wikileaks durante la 煤ltima campa帽a presidencial, hecho que puede haber favorecido la candidatura de Donald Trump. Wikileaks ha negado cualquier v铆nculo con los rusos en el caso.
M谩s all谩 de los pormenores de la acusaci贸n, lo que es evidente es que los gobiernos afectados no le perdonan a Wikileaks haber revelado sus documentos confidenciales. Mucho menos quieren reconocer que Wikileaks ha brindado un gran servicio a la humanidad al sacar a la luz p煤blica asuntos sobre los cuales los gobiernos deber铆an rendir cuentas, m谩xime cuando est谩 en juego el uso de fondos p煤blicos.
Ecuador bajo presi贸n
Entretanto, la situaci贸n de Julian Assange en la embajada ecuatoriana, donde est谩 pr谩cticamente incomunicado desde hace seis meses, es cada vez m谩s insostenible; todo indica que es justamente esto lo que busca el gobierno de Lenin Moreno, que le considera un hu茅sped indeseado y una herencia inc贸moda del gobierno anterior. La Corte Interamericana ratific贸, en julio pasado, que Ecuador tiene la obligaci贸n, no s贸lo de garantizar el asilo, sino de adoptar medidas positivas para que el asilado no sea entregado, lo que sin duda fren贸 la intenci贸n de expulsarlo de la embajada. Desde octubre se le ha impuesto un protocolo de “reglas de convivencia” que atentan a sus derechos b谩sicos y libertad de expresi贸n. Llama la atenci贸n, adem谩s, que el 21 de noviembre, por decreto presidencial, se ces贸 al embajador en funciones, Carlos Antonio Abad Ortiz, antes de que cumpla el plazo normal; tambi茅n se ha cambiado todo el personal de la embajada. Y a partir de diciembre el asilado debe cubrir sus propios gastos de alimentaci贸n y comunicaci贸n. Todo indica que, al no poder expulsarle, se le quiere hacer la vida tan dif铆cil para obligarle a abandonar la embajada, sea por voluntad propia o por un quiebre de su salud (la cual ya est谩 bastante delicada por el encierro y la falta de acceso a atenci贸n m茅dica adecuada).
No es coincidencia que el gobierno de Ecuador, que en el campo internacional ha pasado a priorizar las relaciones de cooperaci贸n y acuerdos comerciales con EEUU y Reino Unido, est茅 sometido a m煤ltiples presiones para rescindir el asilo de Julian Assange. Cuando el Vicepresidente estadounidense, Mike Pence, visit贸 Quito, en junio pasado, abord贸 el tema con el presidente Moreno, a instancias de varios senadores, principalmente del Partido Dem贸crata. Si bien Moreno neg贸 que se haya abordado el tema de Assange, la Casa Blanca lo confirm贸 y se帽al贸 que acordaron mantenerse en coordinaci贸n estrecha para los pr贸ximos pasos. ¿Se debe entender que las actuales presiones sobre Assange son parte de estos “pasos”?
Ecuador se destac贸 en el escenario mundial por haber otorgado el asilo a Julian Assange, desafiando la presi贸n de las potencias mundiales. Incluso fue el gobierno actual que le dio la ciudadan铆a hace un a帽o. Parece que esto qued贸 atr谩s, y que, a estas alturas, solo una fuerte campa帽a internacional en defensa de los derechos de Julian Assange y de Wikileaks podr铆a evitar un desenlace fat铆dico.
[1] Vale reconocer que para el movimiento hacker, el t茅rmino refiere m谩s bien a la experticia en inform谩tica.
*Sally Burch, periodista brit谩nica-ecuatoriana, es directora ejecutiva de la Agencia Latinoamericana de Informaci贸n -ALAI-. Twitter @SallyBurchEc
https://www.alainet.org/es/articulo/196822
*Sally Burch, periodista brit谩nica-ecuatoriana, es directora ejecutiva de la Agencia Latinoamericana de Informaci贸n -ALAI-. Twitter @SallyBurchEc
https://www.alainet.org/es/articulo/196822