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Roland Orellana, morir por un techo



Dos balazos. Plomo en la boca. Plomo en la espalda. Ronald Orellana fue asesinado



Como millones de mujeres y hombres en la Argentina de los desiguales no ten铆a d贸nde vivir. Esta madrugada pugnaron por ocupar terrenos en descampados de Villa Celina, en el monstruoso distrito de La Matanza. El mismo donde la polic铆a quiso cooptar y asesin贸 a Luciano Arruga. El mismo donde se hacinan 1.800.000 personas. Una poblaci贸n que supera a las de las provincias de Mendoza o de Tucum谩n. Una leve diferencia: Mendoza tiene poco m谩s de 1.700.000 habitantes divididos en poco menos de 150.000 kil贸metros cuadrados. La Matanza se amontona en escasos 325 kil贸metros cuadrados.

Es 茅sa la realidad que empuja a la desesperaci贸n. Sin techo. Sin cuatro paredes en las que refugiarse, son cada vez m谩s los que deambulan por las calles de las grandes urbes con las estrellas o un puente mal disimulado que cubra los cuerpos, o la organizaci贸n colectiva que trata de ocupar terrenos para levantar entre chapas y bloques de cemento una casa en la que cobijarse.

En una historia vieja como la vida misma. Como en aquella pel铆cula del gran Vittorio De Sica, de 1956, en la que Luisa y Natale, una joven pareja de enamorados, pobres como son pobres los desarrapados y los marginales, ocupan un trozo de tierra y en una sola noche, junto a los vecinos, levantan un techo del que no podr谩n echarlos. Una antigua ley italiana advert铆a que no se podr铆a desalojar de un terreno a quien hubiera levantado el techo. As铆 se llama la pel铆cula.

Luisa y Natale logran levantarlo con la complicidad de los compa帽eros de barriada. Roland Orellana, militante de una organizaci贸n que forma parte de la Confederaci贸n de los Trabajadores de la Econom铆a Popular, lleg贸 con sus compa帽eros al descampado en la madrugada junto a un centenar de familias.

La polic铆a, cada vez m谩s afilada, cada vez m谩s avalada en una pr谩ctica sist茅mica para la que fue entrenada, irrumpi贸 como lobos hambrientos con balazos de goma primero y de plomo despu茅s.

El rostro y la sangre de Roland Orellana circulan por las redes sociales con los alaridos de quienes claman por una ambulancia. Con el sonido de los deshauciados que hacen de coro, mientras siguen retumbando las balas, para la tragedia evitable.












24 November 2018





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