En la Uni贸n Europea, una de cada 20 mujeres ha sido violada despu茅s de los 15 a帽os y una de cada 10 ha sido sometida a alguna forma de violencia sexual.
Mujeres valientes est谩n provocando cambios en toda Europa, luchando para que sus gobiernos adopten legislaci贸n que defina la violaci贸n en funci贸n de la ausencia de consentimiento, en lugar de la fuerza, y mejoren el modo en que los sistemas de justicia tratan a las supervivientes de violaci贸n.
En el D铆a Internacional para la Eliminaci贸n de la Violencia contra la Mujer, es oportuno rendir homenaje a las mujeres que contin煤an luchando por su derecho inequ铆voco a la autonom铆a sobre su cuerpo.
El n煤mero de mujeres v铆ctimas de violaci贸n en Europa es escalofriante. En la Uni贸n Europea, una de cada 20 mujeres ha sido violada despu茅s de los 15 a帽os y una de cada 10 ha sido sometida a alguna forma de violencia sexual.
Empecemos por lo b谩sico: el sexo sin consentimiento es violaci贸n. As铆 de simple. Sorprendentemente, esta simple verdad no est谩 reflejada en la legislaci贸n sobre violaci贸n de la mayor铆a de los pa铆ses europeos. Amnist铆a Internacional ha analizado la legislaci贸n sobre violaci贸n de 31 pa铆ses de Europa y concluido que s贸lo 8 de ellos tienen leyes que definen la violaci贸n como sexo sin consentimiento. En todos los dem谩s la definici贸n jur铆dica de violaci贸n est谩 basada en la fuerza, amenaza o coacci贸n o en la incapacidad de la v铆ctima para defenderse.
No obstante, se est谩n produciendo cambios, pa铆s a pa铆s.
Tan solo este a帽o, Islandia y Suecia se han convertido, respectivamente, en el s茅ptimo y el octavo pa铆s de Europa en adoptar nueva legislaci贸n que define la violaci贸n sobre la base de la ausencia de consentimiento.
Estas victorias no son producto de la casualidad. Son el resultado de a帽os de duro trabajo de mujeres activistas que reclaman su derecho a no sufrir violencia sexual. Son cambios logrados por innumerables mujeres que con demasiada frecuencia son traicionadas por sistemas de justicia que se niegan a reconocer el devastador delito al que han sobrevivido o no les proporcionan resarcimiento.
En Suecia, las organizaciones y las activistas en favor de los derechos de las mujeres llevan m谩s de una d茅cada haciendo campa帽a por este cambio de la legislaci贸n.
En 2013, una decisi贸n judicial de absolver a tres j贸venes acusados de violar a una ni帽a de 15 a帽os con una botella de vino hasta provocarle una hemorragia dio lugar al nacimiento de un nuevo movimiento nacional,FATTA (“Ent茅rate”). A trav茅s de la sensibilizaci贸n y el trabajo de campa帽a lograron que su mensaje ganase fuerza. Ahora, cinco a帽os despu茅s, la legislaci贸n sueca reconoce por fin que las relaciones sexuales sin consentimiento son violaci贸n.
Espa帽a, Portugal y Dinamarca podr铆an ser los siguientes pa铆ses en reconocer en su legislaci贸n que el sexo sin consentimiento es violaci贸n. Autoridades de sus respectivos gobiernos ya han declarado p煤blicamente que est谩n abiertas a debatir esta reforma de la definici贸n jur铆dica de violaci贸n. De nuevo, estas medidas positivas son resultado de la lucha de las mujeres por el cambio.
En Espa帽a, millones de mujeres salieron a la calle el 8 de marzo de 2018 para manifestarse por varias causas relacionadas con los derechos de las mujeres, incluido el derecho a no sufrir violaci贸n. El caso de La Manada, en el que cinco hombres fueron declarados culpables de abuso sexual, pero no de violaci贸n, tambi茅n desat贸 protestas en todo el pa铆s un mes despu茅s. La vicepresidenta del gobierno espa帽ol, Carmen Calvo, anunci贸 en julio su disposici贸n a revisar la legislaci贸n de manera que quede claro que cuando una mujer no da su consentimiento expreso est谩 diciendo que no.
En Portugal, muchas mujeres expresaron su indignaci贸n tras otra causa judicial de gran repercusi贸n en la que el tribunal impuso una condena condicional a dos hombres por “abuso sexual de una persona incapaz de oponer resistencia”. El caso implicaba la agresi贸n a una mujer en el ba帽o de un bar durante la cual 茅sta perdi贸 el conocimiento reiteradamente. Las manifestaciones y los debates en los medios de comunicaci贸n subsiguientes mostraron que las mujeres se niegan a permanecer en silencio cuando se pisotean sus derechos.
En Dinamarca, el ministro de Justicia ha dicho que considerar铆a adoptar legislaci贸n sobre la violaci贸n basada en el consentimiento tras las peticiones de activistas y supervivientes. El alcance de la reforma a煤n se est谩 debatiendo, pero este domingo las danesas se manifestar谩n en cuatro ciudades diferentes para exigir cambios legislativos y mayor protecci贸n frente a la violaci贸n.
Durante los 煤ltimos cinco a帽os, en Noruega un n煤mero extraordinario de estudiantes de secundaria de todos los sexos se ha unido a una campa帽a contra la violaci贸n. Este mismo a帽o, sin embargo, los pol铆ticos les fallaron al rechazar una propuesta de adoptar legislaci贸n basada en el consentimiento.
No obstante, la tendencia general es de avance en la direcci贸n correcta. Los gobiernos europeos ya no pueden continuar ignorando la voz de las mujeres que demandan autonom铆a sexual. Aunque las mujeres llevan a帽os haciendo campa帽a contra la violaci贸n, el movimiento #MeToo ha ampliado el espacio de conversaci贸n, haciendo que sus voces resuenen a煤n con m谩s fuerza.
Las protestas recientes y el trabajo de campa帽a online en Irlanda tras un juicio por violaci贸n durante el cual se present贸 el tanga de una adolescente al jurado constituyen otro ejemplo de que la indignaci贸n de las mujeres est谩 impulsando la acci贸n y la solidaridad. En las horas posteriores a que los medios informaran del caso, cientos de mujeres publicaron fotos de su ropa interior en las redes sociales y tuits con la etiqueta #ThisIsNotConsent (Esto no es consentimiento) para mostrar su oposici贸n a la pr谩ctica de culpar a la v铆ctima.
En Irlanda del Norte mereci贸 una amplia cobertura de los medios de comunicaci贸n la absoluci贸n de cuatro jugadores de rugby del Ulster de cargos de violaci贸n y otros delitos sexuales, que provoc贸 un debate de 谩mbito nacional sobre la idoneidad de los procesos judiciales y el trato que se dispensa a las mujeres que denuncian. Las protestas nacionales dieron pie a una revisi贸n independiente del tratamiento de los casos de violencia sexual y del trato que se dispensa a las demandantes. En sus recomendaciones preliminares, se reconoci贸 la importancia de cuestionar los mitos sobre la violaci贸n y de ofrecer asistencia jur铆dica a las v铆ctimas.
Para muchas supervivientes de violencia sexual, hablar de sus propias experiencias, superando el estigma a煤n asociado a la violaci贸n, la humillaci贸n p煤blica y las amenazas, supone un paso enorme. Su valent铆a no debe subestimarse. Sus historias son cruciales a la hora de hacer llegar a las personas responsables de la toma de decisiones el mensaje de que la ausencia de consentimiento debe ser reconocida como violaci贸n en la legislaci贸n y en la pr谩ctica, y de que se debe poner fin a la impunidad.
El Convenio de Estambul, tratado de derechos humanos ratificado por la mayor铆a de los pa铆ses europeos, exige a los Estados penalizar todos los actos de naturaleza sexual no consentidos. Cambiar la legislaci贸n no erradicar谩 la violaci贸n, pero es un paso fundamental en el camino.
Esta acci贸n, tangible y sencilla para los Estados, transmite un mensaje poderoso sobre el tipo de sociedad en la que queremos vivir: una sociedad en la que no suframos violaciones, en la que se respeten y valoren la autonom铆a sexual y la integridad f铆sica de todas las personas.
Amnist铆a Internacional ha publicado un an谩lisis del tratamiento legislativo de la violaci贸n en toda Europa.
Mujeres valientes est谩n provocando cambios en toda Europa, luchando para que sus gobiernos adopten legislaci贸n que defina la violaci贸n en funci贸n de la ausencia de consentimiento, en lugar de la fuerza, y mejoren el modo en que los sistemas de justicia tratan a las supervivientes de violaci贸n.
En el D铆a Internacional para la Eliminaci贸n de la Violencia contra la Mujer, es oportuno rendir homenaje a las mujeres que contin煤an luchando por su derecho inequ铆voco a la autonom铆a sobre su cuerpo.
El n煤mero de mujeres v铆ctimas de violaci贸n en Europa es escalofriante. En la Uni贸n Europea, una de cada 20 mujeres ha sido violada despu茅s de los 15 a帽os y una de cada 10 ha sido sometida a alguna forma de violencia sexual.
Empecemos por lo b谩sico: el sexo sin consentimiento es violaci贸n. As铆 de simple. Sorprendentemente, esta simple verdad no est谩 reflejada en la legislaci贸n sobre violaci贸n de la mayor铆a de los pa铆ses europeos. Amnist铆a Internacional ha analizado la legislaci贸n sobre violaci贸n de 31 pa铆ses de Europa y concluido que s贸lo 8 de ellos tienen leyes que definen la violaci贸n como sexo sin consentimiento. En todos los dem谩s la definici贸n jur铆dica de violaci贸n est谩 basada en la fuerza, amenaza o coacci贸n o en la incapacidad de la v铆ctima para defenderse.
No obstante, se est谩n produciendo cambios, pa铆s a pa铆s.
Tan solo este a帽o, Islandia y Suecia se han convertido, respectivamente, en el s茅ptimo y el octavo pa铆s de Europa en adoptar nueva legislaci贸n que define la violaci贸n sobre la base de la ausencia de consentimiento.
Estas victorias no son producto de la casualidad. Son el resultado de a帽os de duro trabajo de mujeres activistas que reclaman su derecho a no sufrir violencia sexual. Son cambios logrados por innumerables mujeres que con demasiada frecuencia son traicionadas por sistemas de justicia que se niegan a reconocer el devastador delito al que han sobrevivido o no les proporcionan resarcimiento.
En Suecia, las organizaciones y las activistas en favor de los derechos de las mujeres llevan m谩s de una d茅cada haciendo campa帽a por este cambio de la legislaci贸n.
En 2013, una decisi贸n judicial de absolver a tres j贸venes acusados de violar a una ni帽a de 15 a帽os con una botella de vino hasta provocarle una hemorragia dio lugar al nacimiento de un nuevo movimiento nacional,FATTA (“Ent茅rate”). A trav茅s de la sensibilizaci贸n y el trabajo de campa帽a lograron que su mensaje ganase fuerza. Ahora, cinco a帽os despu茅s, la legislaci贸n sueca reconoce por fin que las relaciones sexuales sin consentimiento son violaci贸n.
Espa帽a, Portugal y Dinamarca podr铆an ser los siguientes pa铆ses en reconocer en su legislaci贸n que el sexo sin consentimiento es violaci贸n. Autoridades de sus respectivos gobiernos ya han declarado p煤blicamente que est谩n abiertas a debatir esta reforma de la definici贸n jur铆dica de violaci贸n. De nuevo, estas medidas positivas son resultado de la lucha de las mujeres por el cambio.
En Espa帽a, millones de mujeres salieron a la calle el 8 de marzo de 2018 para manifestarse por varias causas relacionadas con los derechos de las mujeres, incluido el derecho a no sufrir violaci贸n. El caso de La Manada, en el que cinco hombres fueron declarados culpables de abuso sexual, pero no de violaci贸n, tambi茅n desat贸 protestas en todo el pa铆s un mes despu茅s. La vicepresidenta del gobierno espa帽ol, Carmen Calvo, anunci贸 en julio su disposici贸n a revisar la legislaci贸n de manera que quede claro que cuando una mujer no da su consentimiento expreso est谩 diciendo que no.
En Portugal, muchas mujeres expresaron su indignaci贸n tras otra causa judicial de gran repercusi贸n en la que el tribunal impuso una condena condicional a dos hombres por “abuso sexual de una persona incapaz de oponer resistencia”. El caso implicaba la agresi贸n a una mujer en el ba帽o de un bar durante la cual 茅sta perdi贸 el conocimiento reiteradamente. Las manifestaciones y los debates en los medios de comunicaci贸n subsiguientes mostraron que las mujeres se niegan a permanecer en silencio cuando se pisotean sus derechos.
En Dinamarca, el ministro de Justicia ha dicho que considerar铆a adoptar legislaci贸n sobre la violaci贸n basada en el consentimiento tras las peticiones de activistas y supervivientes. El alcance de la reforma a煤n se est谩 debatiendo, pero este domingo las danesas se manifestar谩n en cuatro ciudades diferentes para exigir cambios legislativos y mayor protecci贸n frente a la violaci贸n.
Durante los 煤ltimos cinco a帽os, en Noruega un n煤mero extraordinario de estudiantes de secundaria de todos los sexos se ha unido a una campa帽a contra la violaci贸n. Este mismo a帽o, sin embargo, los pol铆ticos les fallaron al rechazar una propuesta de adoptar legislaci贸n basada en el consentimiento.
No obstante, la tendencia general es de avance en la direcci贸n correcta. Los gobiernos europeos ya no pueden continuar ignorando la voz de las mujeres que demandan autonom铆a sexual. Aunque las mujeres llevan a帽os haciendo campa帽a contra la violaci贸n, el movimiento #MeToo ha ampliado el espacio de conversaci贸n, haciendo que sus voces resuenen a煤n con m谩s fuerza.
Las protestas recientes y el trabajo de campa帽a online en Irlanda tras un juicio por violaci贸n durante el cual se present贸 el tanga de una adolescente al jurado constituyen otro ejemplo de que la indignaci贸n de las mujeres est谩 impulsando la acci贸n y la solidaridad. En las horas posteriores a que los medios informaran del caso, cientos de mujeres publicaron fotos de su ropa interior en las redes sociales y tuits con la etiqueta #ThisIsNotConsent (Esto no es consentimiento) para mostrar su oposici贸n a la pr谩ctica de culpar a la v铆ctima.
En Irlanda del Norte mereci贸 una amplia cobertura de los medios de comunicaci贸n la absoluci贸n de cuatro jugadores de rugby del Ulster de cargos de violaci贸n y otros delitos sexuales, que provoc贸 un debate de 谩mbito nacional sobre la idoneidad de los procesos judiciales y el trato que se dispensa a las mujeres que denuncian. Las protestas nacionales dieron pie a una revisi贸n independiente del tratamiento de los casos de violencia sexual y del trato que se dispensa a las demandantes. En sus recomendaciones preliminares, se reconoci贸 la importancia de cuestionar los mitos sobre la violaci贸n y de ofrecer asistencia jur铆dica a las v铆ctimas.
Para muchas supervivientes de violencia sexual, hablar de sus propias experiencias, superando el estigma a煤n asociado a la violaci贸n, la humillaci贸n p煤blica y las amenazas, supone un paso enorme. Su valent铆a no debe subestimarse. Sus historias son cruciales a la hora de hacer llegar a las personas responsables de la toma de decisiones el mensaje de que la ausencia de consentimiento debe ser reconocida como violaci贸n en la legislaci贸n y en la pr谩ctica, y de que se debe poner fin a la impunidad.
El Convenio de Estambul, tratado de derechos humanos ratificado por la mayor铆a de los pa铆ses europeos, exige a los Estados penalizar todos los actos de naturaleza sexual no consentidos. Cambiar la legislaci贸n no erradicar谩 la violaci贸n, pero es un paso fundamental en el camino.
Esta acci贸n, tangible y sencilla para los Estados, transmite un mensaje poderoso sobre el tipo de sociedad en la que queremos vivir: una sociedad en la que no suframos violaciones, en la que se respeten y valoren la autonom铆a sexual y la integridad f铆sica de todas las personas.
Amnist铆a Internacional ha publicado un an谩lisis del tratamiento legislativo de la violaci贸n en toda Europa.