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Desarmar la Trumpa a Venezuela

OPINI脫N de Emilio Cafassi.- Si la opci贸n fuera exclusivamente Maduro o Guaid贸 no deber铆a siquiera continuar con estas l铆neas. Es tan obvia la opci贸n por el primero que esta revista ahorrar铆a papel y el lector el tiempo que me dedica. Pero la disyuntiva es una falsa encerrona producto de simplismos contrapuestos, incapaces de disimular los intereses y alianzas que representan. No est谩n en juego formalidades legitimantes sino la explicitaci贸n y resoluci贸n de una crisis en todas las esferas de la vida social, es decir pol铆tica, econ贸mica, cultural, 茅tica que no puede soslayarse y menos a煤n podr谩 ser resuelta por un ignoto payaso cuyos mohines se proyectan y ensayan en Washington.

La constituci贸n vigente, sometida a consulta popular y aprobada por iniciativa de Ch谩vez en el ´99, es una de las m谩s avanzadas del mundo occidental y prev茅 mecanismos electorales de participaci贸n popular en la toma de decisiones muy superiores a los del resto de las democracias representativas, llamadas simplemente democracias por una ideol贸gica sensibilidad laudatoria y no menor pobreza te贸rica e imaginativa. A las reformas econ贸mico-sociales del chavismo le permiti贸 sumar consultas y confrontaciones electorales en las que, salvo una excepci贸n, logr贸 imponerse. Trece elecciones en igual cantidad de a帽os lo atestiguan. Fue Ch谩vez quien elev贸 los niveles de participaci贸n ciudadana hasta superar el 80%, con los que el sistema pol铆tico norteamericano no puede siquiera so帽ar. Deber铆a admirar la estatura c铆vica del pueblo venezolano en comparaci贸n con la desidia y la ausencia de implicancia ciudadana estadounidense. El cacareo hist贸rico imperial de defensa e imposici贸n de la democracia con el que le toca a Trump desga帽itarse hoy, no s贸lo lo desmienten sus apoyos a cuanta autocracia le responda como t铆tere, sino al hecho de que su propia elecci贸n fue fraudulenta. La Sra. Clinton lo venci贸 por casi 3 millones m谩s de votos, aunque el ama帽ado sistema indirecto de colegio electoral y desconocimiento de las minor铆as en los estados, explica que se haya alzado con la presidencia.

Uno de los cuestionamientos de la ultraderecha venezolana de la que se hace eco EEUU es el bajo nivel de participaci贸n en la elecci贸n de Maduro hace menos de 8 meses. Parte del bajo nivel de participaci贸n es explicable por el sabotaje abstencionista de los principales partidos de oposici贸n (AD, VP y PJ) lo que habla de su influencia que no debe despreciarse como tampoco la participaci贸n de otros 16 partidos ni la victoria del PSUV oficialista por el 67,84%. Es innegable que hay una derecha que crece en influencia y logra inclusive movilizar a buena parte de la ciudadan铆a, tanto en las calles cuanto en la conducta electoral. Sin embargo, no es lo 煤nico que explica el abstencionismo sino tambi茅n el hartazgo de buena parte de los electores con la magnitud de la crisis particularmente en el plano econ贸mico y sanitario. En cualquier caso, un 46% (tan lejos de las convocatorias de Ch谩vez) no difiere cualitativamente del 55% de participaci贸n en las norteamericanas que ungieron ileg铆timamente (usando el mismo rasero dedicado a Venezuela) al neofascista Trump. Las rid铆culas advertencias por el posible fraude del sistema electr贸nico, debieran haberse hecho por ejemplo cuando la oposici贸n gan贸 la mayor铆a absoluta de la Asamblea Nacional en 2015. De lo contrario ser铆a riesgoso y fraudulento cuando el chavismo gana, pero virtuoso y fidedigno cuando pierde.

En uno de mis viajes, precisamente en el invierno austral del 2015, tuve la impresi贸n de que las elecciones (parlamentarias de ese a帽o) se perd铆an, a pesar de lo que indicaban las encuestas. Habiendo expuesto diferencias en diversos art铆culos, nada me parec铆a m谩s riesgoso que una derrota chavista en ese momento. Eran los trabajadores quienes me describ铆an la crisis econ贸mica, el desabastecimiento y la corrosi贸n inflacionaria, adem谩s de la inseguridad urbana y vial. Me resultaba y resulta inconcebible la organizaci贸n de un modelo econ贸mico de cualquier tipo con niveles inflacionarios de 3 o m谩s d铆gitos (basta ver sin que llegue a tanto el derrumbe argentino). La intuici贸n se corrobor贸.

Hoy la derecha venezolana est谩 envalentonada y rodeada por un inocultable ascenso del neofascismo en la regi贸n y el mundo, que no desmiente la contabilidad de los pa铆ses que no apoyan al pelele autoproclamado o que instan al di谩logo. La libertad de expresi贸n, de reuni贸n y organizaci贸n siguen vigentes en Venezuela, aunque es preocupante la represi贸n de las manifestaciones (tanto como la brutalidad represiva que Macron despliega cada s谩bado) y la detenci贸n de opositores. Obviamente nadie se opondr铆a desde la correcci贸n pol铆tica al di谩logo. Pero ese di谩logo se deber铆a dar exclusivamente entre los dos poderes del estado que se confrontan al l铆mite del desconocimiento con la participaci贸n ciudadana. En tal sentido, las propuestas encomiables de M茅xico y Uruguay debieran explicitar el repudio a toda injerencia externa y muy particularmente la del hist贸rico terrorismo imperial.

El chavismo debe reconocer que m谩s all谩 de maniobras, tiene serias dificultades para desarrollar un plan econ贸mico que garantice la continuidad de las conquistas y frene la di谩spora de parte de su poblaci贸n, particularmente aquella m谩s joven y formada profesionalmente por el propio sistema p煤blico que expandi贸 el chavismo. Pero a la vez la derecha debe admitir la existencia de una constituci贸n que le otorga garant铆as. En tal sentido, creo indispensable un acuerdo para ejecutar anticipadamente los varios art铆culos que prev茅n iniciativa popular e instituto revocatorio que el chavismo honr贸 otrora. Ambos poderes deben someterse a 茅l. Desde el art. 6 como esp铆ritu general pero particularmente los arts. 70, 71 y 72.



O lo resuelven los venezolanos, o se cae en la trumpa.




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