Por Teodoro Renter铆a Arr贸yave.- Contin煤an los grandes reencuentros con mi hermano Fortino Ricardo, quien reci茅n emprendi贸 el viaje al 茅ter eterno, me refiero en el trabajo, en las actividades profesionales. Se termin贸 la aventura de Televisi贸n Independiente de M茅xico, TIM, Canal 8, como la primera competencia seria de Telesistema Mexicano, adem谩s sin respetar lo t铆tulos de concesi贸n ambas empresas se fusionaron en una nueva, Televisa –tele: televisi贸n, visa: Valores Industriales, la c煤pula del Grupo Monterrey-, y el primero en ser liquidado de una larga lista de ejecutivos conductores, fue el autor.
Cuando cre铆amos que la carrera period铆stica se hab铆a terminado, qui茅n podr铆a en el aquel tiempo oponerse a la empresa de comunicaci贸n m谩s fuerte en la historia del pa铆s. Por eso mismo decidimos, con el capital de la liquidaci贸n, abrir a un costado de las Torres de Sat茅lite un taller de lavado y engrasado de autom贸viles. Mi hermano consigui贸 el equipo a buen precio, el se encarg贸 de su construcci贸n y adem谩s aprovechamos un local del predio que alquil谩bamos y lo convertimos en un restaurante donde se vend铆a el riqu铆simo menudo norte帽o.
En Metepec nos dise帽aron la vajilla de barro, con el logotipo del negocio, “Gran Premio”. Mi hermano y el suegro com煤n Don Ra煤l Villa Santamar铆a administraron el negocio, hasta a mi hermano Francisco, ingeniero qu铆mico y alto funcionario en Pemex, lo metimos al negocio. Cuando 铆bamos a recoger el barro, tuvimos un accidente en la carretera M茅xico-Toluca, yo conduc铆a, nos estrellamos contra un 谩rbol, lo que me importaba era Fortino que viajaba de copiloto, no sufri贸 ni un rasgu帽o, en cambio salimos con heridas en la cabeza en la nariz y en la ceja. Fuimos atendidos en forma estupenda por m茅dicos y enfermeras en el Hospital de Zona del Instituto Mexicano del Seguro Social. No pudimos con la alta renta del predio y vendimos el negocio, que nos dio para comer varios meses.
Algo m谩s para recordar, a los dos a帽os de casados, acordamos Silvia, mi amor, que no era correcto seguir pagando rentas de casas; para nuestra suerte nos enteramos que en el fraccionamiento Jardines de Santa M贸nica perteneciente al municipio de Tlalnepantla de Baz, Estado de M茅xico, vend铆an casas sin enganche y claro nos enganchamos y tuvimos nuestra primera casa propia. Cuando mi hermano Fortino Ricardo y Yola, hermana de Silvia se casan, tambi茅n compraron su primera propiedad en esa colonia a escasa media cuadra de la nuestra.
Amoroso como siempre fue Fortino, los reci茅n casados se llevaron a vivir con ellos a los suegros, Don Ra煤l y Do帽a Loreto. Ah铆 los cuatro hijos, Teodoro Ra煤l y Gustavo; Fortino Ricardo y Ra煤l de los mismos apellidos, Renter铆a Villa, nacieron, convivieron y se formaron.
Vino la salvaci贸n para continuar en el periodismo, el licenciado Emilio Guillermo Salas Payr贸, due帽o y presidente del N煤cleo Radio Mil nos invit贸 a crear la que ser铆a la Divisi贸n Noticias, exacto, cuando logramos realizar los primeros noticiario profesionales de la radio con un gran equipo de colegas. Desde entonces mi hermano convivi贸 con m谩s continuidad con el periodismo. Las jugadas de domino nos eran comunes.
Seguramente de este ambiente de camarader铆a, de vivir las peripecias de los informadores, de halagarme, al decirme que mis cr贸nicas de los viajes lo hac铆an vivirlos, como si me acompa帽ara en ellos, naci贸 su amor por la comunicaci贸n y por eso mismo se convirti贸 el y sus hijos en radiodifusores y periodistas, al igual que nuestro v谩stagos: Teodoro Ra煤l y Gustavo. CONTINUAR脕.
Cuando cre铆amos que la carrera period铆stica se hab铆a terminado, qui茅n podr铆a en el aquel tiempo oponerse a la empresa de comunicaci贸n m谩s fuerte en la historia del pa铆s. Por eso mismo decidimos, con el capital de la liquidaci贸n, abrir a un costado de las Torres de Sat茅lite un taller de lavado y engrasado de autom贸viles. Mi hermano consigui贸 el equipo a buen precio, el se encarg贸 de su construcci贸n y adem谩s aprovechamos un local del predio que alquil谩bamos y lo convertimos en un restaurante donde se vend铆a el riqu铆simo menudo norte帽o.
En Metepec nos dise帽aron la vajilla de barro, con el logotipo del negocio, “Gran Premio”. Mi hermano y el suegro com煤n Don Ra煤l Villa Santamar铆a administraron el negocio, hasta a mi hermano Francisco, ingeniero qu铆mico y alto funcionario en Pemex, lo metimos al negocio. Cuando 铆bamos a recoger el barro, tuvimos un accidente en la carretera M茅xico-Toluca, yo conduc铆a, nos estrellamos contra un 谩rbol, lo que me importaba era Fortino que viajaba de copiloto, no sufri贸 ni un rasgu帽o, en cambio salimos con heridas en la cabeza en la nariz y en la ceja. Fuimos atendidos en forma estupenda por m茅dicos y enfermeras en el Hospital de Zona del Instituto Mexicano del Seguro Social. No pudimos con la alta renta del predio y vendimos el negocio, que nos dio para comer varios meses.
Algo m谩s para recordar, a los dos a帽os de casados, acordamos Silvia, mi amor, que no era correcto seguir pagando rentas de casas; para nuestra suerte nos enteramos que en el fraccionamiento Jardines de Santa M贸nica perteneciente al municipio de Tlalnepantla de Baz, Estado de M茅xico, vend铆an casas sin enganche y claro nos enganchamos y tuvimos nuestra primera casa propia. Cuando mi hermano Fortino Ricardo y Yola, hermana de Silvia se casan, tambi茅n compraron su primera propiedad en esa colonia a escasa media cuadra de la nuestra.
Amoroso como siempre fue Fortino, los reci茅n casados se llevaron a vivir con ellos a los suegros, Don Ra煤l y Do帽a Loreto. Ah铆 los cuatro hijos, Teodoro Ra煤l y Gustavo; Fortino Ricardo y Ra煤l de los mismos apellidos, Renter铆a Villa, nacieron, convivieron y se formaron.
Vino la salvaci贸n para continuar en el periodismo, el licenciado Emilio Guillermo Salas Payr贸, due帽o y presidente del N煤cleo Radio Mil nos invit贸 a crear la que ser铆a la Divisi贸n Noticias, exacto, cuando logramos realizar los primeros noticiario profesionales de la radio con un gran equipo de colegas. Desde entonces mi hermano convivi贸 con m谩s continuidad con el periodismo. Las jugadas de domino nos eran comunes.
Seguramente de este ambiente de camarader铆a, de vivir las peripecias de los informadores, de halagarme, al decirme que mis cr贸nicas de los viajes lo hac铆an vivirlos, como si me acompa帽ara en ellos, naci贸 su amor por la comunicaci贸n y por eso mismo se convirti贸 el y sus hijos en radiodifusores y periodistas, al igual que nuestro v谩stagos: Teodoro Ra煤l y Gustavo. CONTINUAR脕.